Sentada en la pequeña silla de su apartamento, apoyó la cabeza algo cansanda. No entendía por qué tales palabras habían salido de sus labios en un momento así, pero era algo que después de lo sucedido necesitaba decir. Dios¿por qué la confundía tanto? Ella lo tenía todo tan claro desde el principio.

Ni siquiera entendía por qué había dejado otra vez que sus labios exploraran los suyos, pero ésta vez había sido tan diferente.. la pasión se hizo dueña de ella misma, sin poder evitarlo, pero ese sentimiento tan extremadamente dulce se mezcló con el agrio del recuerdo de todo. De que no podía ser, de sus palabras secas, de que todo estaba totalmente perdido. Agridulces, así eran los momentos entre ambos, pero no sabía si podría mantenerlo así durante mucho tiempo.

Pero tendría que continuar, a pesar de todo tendría que seguir con su trabajo, esperando inevitablemente tener que verle de nuevo


"Recibí el aviso- Édmond las saludaba amablemente desde la puerta-Parecía importante¿qué sucede?"

"Pase- Emma le ayudó a entrar amablemente- Ya sabe que no es bueno que mantengamos conversaciones de cara a la calle, y más después de esto.."

Miraba confuso- "¿Piensan decirme de qué se trata? Me tienen intrigado, señoras"

Sin más demora, le llevaron hasta el despacho que ambas compartían y en el que ya se habían reunido en varias ocasiones. Inmediatamente Marie se dirigió a la pequeña mesa y cogió un sobre, extendiéndoselo.

Édmond lo tomó entre sus manos, dudando por un momento que fuera algo tan realmente importante...hasta que vió quién había escrito la carta.

Medio sonrió-" Así que ya ha pedido ayuda..-su tono irónico era creciente- veamos a quién – frunció el ceño- Meg Giry...-volvió la mirada a Marie- No me suena ese nombre. ¿La han leído?"

"Por supuesto,-Emma sonrió ligeramente- sólo nos hemos asegurado de volver a cerrarla bien después..no cuenta nada nuevo, Édmond, aparte de que está muy asustada, tiene muchas dudas y aparentemente quiere salir de su casa"

Negaba con su cabeza, con expresión incluso divertida- " Si no hubiera mirado donde no debía la muy condenada, ahora no tendría tantas dudas"

Ambas fruncieron el ceño-"¿Ha salido algo mal?"

Sonrió, intentando tranquilizarlas-" Nada que no pueda solucionarse, por supuesto...- Las miró con interés- Pero no se preocupen por eso ahora, quisiera preguntarles si pudieron averiguar algo sobre esa otra "gran perdida" de la vizcondesa"

"No demasiado, pero...-Marie medio sonrió- recuerde que ahora..-señaló a la carta- tenemos una dirección"

Édmond se guardó la carta- " Muy astuta. Una dirección que, por supuesto, se visitará en un futuro no muy lejano"

Fueron las últimas palabras que cruzó con sus amables confidentes después de tres días en los que no se habían visto. Parecía que las cosas se volvían a poner de su lado. Ahora tocaba convencer a su huésped de que, a pesar de la intrigante averiguación, seguía siendo una persona "segura y amable"

La puerta de la casa se abrió apareciendo Christine detrás de la misma, agotada y cogiendo su pequeño bolso con fuerza, como si escondiera algo muy preciado que no quería que nadie viera bajo ningún concepto. Su respiracion se alteraba y su malestar era cada vez más intenso..tanto que ni siquiera se dio cuenta de la persona que la estaba observando con preocupante inquietud desde el otro lado del salón.

"¿Se encuentra bien,Christine?"- Un Édmond preocupado cruzaba rápido el salón para sujetarle el brazo.

Asintió-"No se preocupe, sólo estoy un poco mareada eso es todo.."

Le miró incrédulo- " Su cara dice todo lo contrario, querida"

"Me maree en el centro, eso es todo. Debe ser ésta maldita falta de sueño.."

Los ojos de Édmond se alertaron-" ¿Se ha mareado? Creo que sería conveniente que viniera un médico a verla, nunca se sabe"

Levantó su, ahora temblorosa, mano apoyándola ligeramente sobre su camisa-"Sólo necesito descanso.."

Despacio, se fue separando del brazo que la sujetaba y, con pasos lentos y fatigados, fue hasta su cuarto. Se quedó pensativo por un momento...¿podría ser que hubiera alguna pequeña sorpresa? Sonrió para sí, vaya vaya vaya..qué interesante sería si un pequeño Chagny estuviera en camino..

Apartó su fina capa bruscamente, dejándola sobre la silla a su lado. Ni siquiera pensó en cambiarse, tan sólo quería dormir. Abrió el bolso extrayendo de él ese botecito verde que tanto recordaba y que la seríe, posiblemente, de gran ayuda. Lo único que le había advertido el buen hombre que la atendió fue algo con respecto a la dosis que escuchó sólo a medias. Dios santo, éste cansacio estaba pudiendo con todos y cada uno de sus sentidos..

Lo destapó, mirándolo con detenimiento, quizás con cierto temor ante lo que iba a tomar..después de esto, se llevó el botellín a sus labios, tomando un pequeño trago. Se tumbó en la cama, comenzando a sentir el dulce efecto de la medicina. Su respiración comenzaba a hacerse cada vez más lenta, sus músculos se iban relajando poco a poco, después cerró los ojos y..oscuridad.