El pasadizo estaba apenas iluminado. Desde luego, no lo veía del mismo modo que lo había visto aquel día, ese momento en el que por fin se habían encontrado: Fue todo tan extraño, pero al mismo tiempo tan bello como una ensoñación. Con él todo era diferente, mágico. Lo que ahora parecía como un lugar más oscuro que con ninguna clase de encanto, ese día lo vió con luz, lleno de maravillosos candelabros a su alrededor..y su mano que sostenía la suya. Y su voz..

Y allí estaba,en medio de aquella nada, esperando algo...¿verle, quizás¿encontrarle? Pero aquello ahora mismo sonaba totalmente irreal. Con mirada triste, iba a volverse de nuevo cuando...le vió. Dios santo, estaba ahí, en mitad de aquel pasillo apenas iluminado, su expresión igualmente seria pero sus ojos no tan vacíos y faltos de expresividad como los recordaba de aquel horrible sueño. La poca iluminación hacía su figura aún más enigmática y hermosa al mismo tiempo. Esto era un sueño, no podía ser otra cosa, tenerle tan cerca sólo podía producirse en su subconsciente.

De todos modos, sueño o no, no pudo evitar que una enorme sonrisa saliera de sus labios

"Erik, angel..."

Le vió sonreír levemente, indicándola que fuera hasta él. Christine obedeció sin pensarlo: Había sido tanto tiempo queriendo volverle a ver, tantas cosas que tenía que decirle..que explicar..

Sus pasos hasta él eran cada vez más ligeros, la anticipación haciéndose cada vez más evidente en su expresión. No quería más que abrazarle en ese momento, suplicarle que la salvara de todo lo que estaba pasando, decirle que le quería...todo.

Cada vez quedaban menos pasos..

Parecía estar a segundos de distancia...

¡Un cristal! Había un cristal finísimo entre los dos. De repente se hallaba encerrada. ¡Le tenía tan cerca! Vió cómo se acercaba, con expresión triste, apoyando una mano por su lado del mismo.

"Christine.."

Su voz parecía cercana y distante al mismo tiempo. Ella comenzó a dar pequeños golpes con ambas manos en el cristal, fue a gritar su nombre y...

No podía hablar. Todo se transformó en fuego, que la iba consumiendo, que los iba consumiendo. Su respiración comenzaba a fallar, dios, necesitaba salir de allí..quería gritar¡no sabía que había sido de él!

"¡Christine!"

Abrió sus ojos, su pulso acelerado, gotas de sudor caían por su frente..lo primero que consiguió ver fue a Édmond.

"¿Se encuentra bien? Discúlpeme por la intrusión, pero si me permite decirlo..-se sentó a su lado- me tiene realmente preocupado su salud..y no parecía estar teniendo un buen descanso"

Cerró los ojos, aún temblando- "Tranquilo Édmond, estoy...estoy bien. Ha sido un mal sueño ¿Cúanto he dormido?"

" Es bien entrada la tarde.."

Asintió,intentando mantener la vista alejada de él. Odiaba tener que parecer tan débil delante de una persona que ni siquiera estaba segura de quién era. Estaba a punto de romper a llorar, pero en lugar de eso, volvió su vista hacia él. O se lo preguntaba ahora, o posiblemente no lo averiguaría nunca..

"¿Quién es realmente, Édmond?"

Éste la miró confuso, o al menos fingiendo estarlo, ya que creia saber a lo que se refería

"¿Qué quiere decir con eso? No la entiendo..-la sonrió amable, retirando un rizo de su frente- creo que será mejor que vuelva a descansar"

"No, por favor...sólo pido que me responda. Espero no ser indiscreta, pero...- se pausó, pensando cómo decir éstas últimas palabras- me preguntaba si es familia de mi difunto marido. No puedo evitar verle rasgos bastantes parecidos a los de su familia.-se volvió a pausar, estaba dispuesta a decirlo- Los..Chagny"

Rió- "Querida, si lo dice por la correspondencia que ha visto sobre mi mesa de trabajo últimamente..la respuesta es en parte sí y no. Tengo...algo que ver con la familia de Chagny, al menos con el padre de su..desaparecido marido. Pero no va más allá de un parentesco bastante lejano. Nos mantenemos en contacto vía carta de vez en cuando, eso es todo"

Sonrió, algo más convencida- "Entiendo..quiero que me perdone, si en algún momento me he comportado como una intrusa. Ésta es su casa, yo..."

Apoyó su mano ligeramente sobre la de ella-" Cálmese. Es su casa también, recuerde que vive aquí hasta que los tiempos cambien..Y ahora, siga descansando. Pienso avisar a un médico para que la vea. Y no me diga que no, por favor"

Ella asintió, mientras que le veía retirarse del cuarto. Aunque pareciera sincero, había algo que no terminaba de encajarle del todo


Angie bebió un vaso de agua antes de continuar quizás con las últimas cosas que tendría que hacer por hoy. Volvió a coger su bolsa, centrándose única y exclusivamente en que tenía que trabajar. Bastante daño tenía ya, no quería seguir haciéndoselo inútilmente.

"¿Te marchas de nuevo?"-Erik acababa de entrar, dejando su abrigo cerca y con papeles para lo que suponían eran sus dibujos en mano.

"Sí-le miró fría- Tengo muchas cosas que hacer...discúlpame"

Ni siquiera le dio tiempo a responder. Se marchó, rápidamente y sin mediar palabra. Él miró hacia la puerta, sin nadie delante, con gesto de incredulidad. Ahora quería evitarle...estaba realmente herida. Por más que intentaba buscar las palabras en su mente para expresarle toda la confusión que le embargaba la situación, no lograba centrarlas...ni tampoco conseguía encontrar el momento oportuno para decírlas. Tocándose el entrecejo en gesto de cansancio, se retiró a su pequeño escritorio, como era costumbre.

El fuerte sonido de la puerta la sacó de sus pensamientos. La inquieto bastante, hacía ya bastante tiempo..de hecho, meses, que apenas venían a visitarlas. Habían decidido no dejarse notar demasiado hasta que todo se calmara. Sabía que su hija tenía aspiraciones, y talento..por supuesto no quería que lo desperdiciara, pero el trasladarse era ahora tan arriesgado. Disponía de algo de dinero, y calculaba que..a lo mejor en no mucho tiempo podrían transladarse a Inglaterra o algún sitio más tranquilo.

Sentía temor por abrirla, no entendía por qué..se lo decía su instinto, quizás. Con una precaución extrema, se levantó de el sillón, moviendo nerviosamente su larga trenza a un lado. Lanzó un suspiro acompañado de una mirada insegura hacia el lugar de donde provenían las insistentes llamadas y posteriormente, la abrió: Un par de mujeres la observaban con curiosidad desde la entrada, ambas parecían ya entradas en edad

Frunció el ceño-"¿Desean algo, Madames?"

Emma asintió, una sonrisa en sus labios-" Buscábamos a..Meg Giry"

Madame Giry casi lanza un suspiro exclamatorio al escuchar el nombre de su propia hija en labios de una de las desconocidas.