Durante cinco días había conseguido mantener a Christine dentro de aquel pequeño espacio. Pero hasta que su madre adoptiva cayó gravemente enferma hace unos meses no supo la verdad. Todo lo que había vivido durante tiempo con su madre y su padre como una familia aparentemente normal parecía, ahora, una mentira. Y todo sucedió aquel día en el que ya era todo tan evidente que no tuvo más remedio que exigir la verdad. Y se la dieron. Su madre le había abandonado, dejándole cuando era prácticamente un bebé con ellos, luego le dijo el nombre de el hombre que la acompañaba..y fue entonces, al tiempo que la madurez y la experiencia le brindaban oportunidades, cuando lo decidió. Que algún día, cualquiera, tendría al menos su recompensa por todo lo causado. Y ahora todo aquello se lo habían rechazado. Pero ya se sabe que si no se pueden aceptar las cosas de un modo, sería de otro.
Dejó todos los papeles en su escritorio y,cerrando la puerta de su estudio, medio sonrió. Por fin había llegado el momento que tanto había esperado
"¿Están seguras de que todo está listo, señoras?"- Dos hombres se hallaban en la entrada de la residencia, esperando impacientes la respuesta
Emma asintió-"Estará allí en unas horas con Édmond, Monsieur"
"Estupendo..- Su acompañante no muy entrado en años medio sonreía- Bien, estaremos esperando impacientes entonces. No todos los días se encuentra a la Vizcondesa más buscada..."
Dicho esto, y con un gesto amable, se puso su sombrero de nuevo y se marchó
Despertó. Parecía ser que aquello que compró en la farmacia le estaba haciendo cada vez más efecto. No habría conseguido pasar ninguna de las noches en aquel pequeño antro si no fuera por eso. Estaba angustiada, comenzaba a sentir que le faltaba el aire... Pero Édmond seguiría negándole la libertad , siempre, posiblemente hasta acabar con su vida. ¿Cómo se sentía¿Cómo se sentía sabiendo que moriría en aquel sitio, sola? Le daba angustia, no por el hecho de morir..si no por el hecho de que si tuviera que hacerlo, querría que fuera más dignamente. Aunque, a fin de cuentas, lo mismo daría su final...sólo sabía que allí encontraría paz y...a él, posiblemente.
Se levantó, mirando a su alrededor y al pequeño baño en el que se aseaba todos y cada uno de los eternos días que había pasado alli. La misma rutina, sin apenas ver la luz, bajo las atenciones de una persona peligrosa, que sin quererlo tenía planeado absolutamente sobre ella su futuro, incierto.
Le escuchó entrar de nuevo, y enseguida se ajustó el camisón que llevaba. Éste la miraba, quizás con un atisbo triunfante en sus ojos, desde la entrada.
"Me encantaría que estuviera lista dentro de una hora, va a venir conmigo"
No dijo nada. Simplemente se limitó a asentir y a meterse dentro del pequeño y no provechoso baño. Al entrar le escuchó salir y cerrar la puerta. Todo esto no hacía más que inquietarla cada vez más.
La espera parecía que se les iba a hacer larga, pero no lo fue por mucho tiempo. Una voz llamó la atención de ambos.
"Monsieurs-dijo Édmond- La tengo conmigo, y nos espera en la sala principal"
Jacques y Maurice asintieron, dirigiéndose inmeditamente donde les había indicado. Ella esperaba, obedientemente sentada en uno de los sillones de la sala. Sus ojos llenos de miedo, su expresión resignada sintiéndose con ganas de gritar, pero sin poder. Volvió su vista, y al ver a los tres hombres, se levantó.
"Madame de Chagny, un gusto tenerla finalmente con nosotros..."- Una media sonrisa asomaba a los labios de Jacques.
Xxx
Irónico pensar que desde aquel día, todas sus preocupaciones parecían haber descendido, aunque hubiera sido en una mínima parte. Dejando pasar el tiempo, quizás, sus heridas más profundas llegarían a curarse, por más imposible que lo viera ahora.
La actitud entre ambos desde luego había cambiado ligeramente. Una complicidad extraña se hallaba entre ellos, latente, aunque aún no manifiesta abiertamente. De un modo inevitable llegaría un momento en el que ella querría saber más de él, de su vida, a fin de cuentas no seguía siendo más que un enigma en su mundo...
Le había dicho que formaba parte de su mundo, como algo fundamental.Imprescindible.
Pero¿cómo era posible¿Alguien como él haciendo que una persona sea totalmente dependiente de su amor, de su presencia? No. Hacía meses que deshechó la posibilidad de que alguien pudiera llegar a quererle, simplemente quererle, sólo por él...con la marcha de ella, se fueron todas las posibilidades de pensar en el amor de nuevo...¡Era tan contradictorio! Porque Angie parecía entregarse a él, sin problemas, sin límites, bajo ningún tipo de influencia...
¿Cómo serán el resto de sus años sin su recuerdo¿Sin escuchar su voz aún, cautivándole dulcemente¿ Sin recordar, aunque dolorosamente, la suavidad de su tacto que pocas ocasiones pudieron tocar sus manos?..Por una parte sería beneficioso, pero por otra¿querría librarse realmente de Christine¿De la primera y única persona que ha hecho que su corazón ardiera?
Rompiste la promesa y me hiciste darme cuenta de que todo era una mentira..
Suspiró. No. No dejes que su recuerdo te lleve al abismo una vez más...se intentaba decir así mismo mientras dejaba sus cosas y preparaba su siguiente movimiento en ésta especie de peligroso juego en el que estaban envueltos él mismo y la mujer que llegaría dentro de no mucho tiempo..
La voz de Christine salió tímida- "¿Qué quieren de mí? Y les rogaría que no utilizaran más mi título, ya no me es útil"
"Como guste...-Maurice indicó que tomara asiento- tenemos algunas preguntas que hacerle"
Obedeció, esperando a que le preguntaran, como el preso que asimila su pena de muerte.
"Verá, Christine- Édmond se acercó- sólo queremos unas respuestas, eso es todo"
"¿Respuestas sobre qué?-le miró con cierta dureza- ¿Con respecto a la familia de mi marido¿Su fortuna? Porque créame que si es eso no pienso decir ni una palabra"
"Escuche, Mademoiselle-Jacques interrumpió- Puedo asegurarle que podría estar muerta hace mucho tiempo junto con su marido, así que debe de sentirse afortunada de estar hablando con nosotros ya que es una de las personas más buscadas ahora mismo"
"¿Cómo sabe todo eso?.."-Ahora el miedo, poco a poco, iba acechándola conforme los minutos pasaban.
"Tenía entendido que éramos nosotros los que hacíamos las preguntas, Christine-Intervino Édmond- Tiene un camino mediante el cual saldrá ilesa. Responda a las preguntas, escuche todo lo que tengamos que decirle y estamos en paz.."
Se quedó absolutamente en blanco. Parecía que momentáneamente la capacidad de reacción le había sido arrebatada.
"Bueno...-Maurice retomó la conversación-Tenemos algo que ofrecerle. Le daremos un trato si usted nos facilita las cosas¿de acuerdo? Díganos, Christine¿Durante su tiempo de matrimonio con el Vizconde habló con su padre, Phillip?"
Le miró confusa- "Pues..evidentemente, era el padre de mi marido. Aunque no demasiado..¿por qué quieren saber esto? No estoy aquí para despejarles el camino a vuestro objetivo"
"Le dije que dejara sus malditas preguntas quietas-El tono de Édmond sonaba cada vez más peligroso- Se lo preguntamos simplemente, porque es muy probable que sepa dónde está algo...que llevamos buscando durante mucho tiempo. De hecho,algo que usted seguro sabe donde está. Puede unirse, colaborar y decirnos el modo de acceder a todos los lujos de la maravillosa familia a la que perteneció por nueve meses y sus pertenencias o...podríamos entregarla. Usted elige"
Su cuerpo temblaba, y por su mente ahora mismo pasaban miles de cosas que podría hacer en ese momento: entregarse, terminar con todo de una vez..o huír, del modo que fuera... pero ya su alma no soportaba esto ni un segundo más. Parecía que su vida estuviera siempre limitada a dos decisiones, a dos vías. Una más segura, la otra no tanto pero la más correcta. Ya había aprendido de su gran error una vez, y no iba a dejar que sucediera una vez más
"Son unos indeseables..- se levantó de su sillón- No pienso decirles nada, así que ya pueden buscarse los modos para averiguarlo porque...-su respiración era rápida, conteniendo rabia- ¡Yo no pienso formar parte de ésta farsa!"
Comenzó a dar pasos hasta la puerta trasera, Édmond la tomó del brazo bruscamente, volviéndola hacia él
"No va a salir de aquí.."
Tembló la mano que estaba sujetando el pomo de la puerta. Pero ésta vez no iba a dejar que el miedo pudiera con ella, la abrió saliendo de allí. Una vez vió la claridad salió corriendo por el callejón, pero Édmond la alcanzó, tomándola de ambos brazos
"Vuelva a marcharse y le aseguro que ésta vez no tendrá a nadie que le de un sitio donde vivir"
"No necesito un sitio donde vivir si va a ser con una persona no honrada"-Por primera vez su furia salía de ella.
Suspiró, ya exhausto- "Bien, tanto quiere que sea honrado...lo seré. Por una vez, y espero que le quede lo suficientemente claro: Los de chagny me negaron formar parte de lo que en realidad era tan familia mía como lo fue para Raoul...así que...-Christine le miraba ya con lágrimas en los ojos ante lo que iba a decir-trabajé y trabajo para las mismas personas que le mataron"- Terminó la frase. Triunfante.
Se deshizo de sus dos brazos como pudo, llorando-" Olvídese de mí. Usted y toda esa gente maldita olvídese de que existo¿me ha entendido?"
Con esto, comenzó a correr el callejón hacia abajo. No podía aguantar más, ya había pasado por mucho durante todo éste tiempo...quería descansar...sus ojos estaban hartos de llorar y su alma cansada de sentirse sola y apenada.
Durante veinte minutos sus pasos fueron descendiendo poco a poco, pero continuaban ligeros, y alerta ante la posibilidad de que alguien pudiera alcanzarla de nuevo. Recogiendo las faldas de su vestido y su bolso, miraba hacia un lado y otro insegura mientras que continuaba su viaje sin rumbo...
Hasta que encontró frente a ella la entrada trasera del ópera Populaire.
