"I have dreamt of a place for you and I

No one knows who we are there

All I want is to give my life only to you

I've dreamt so long I cannot dream anymore

Let's run away, I'll take you there.."

Cuando Angie entró en la casa todo estaba completamente en silencio. Miró a su alrededor, extrañada de no verle sentado trabajando, o simplemente por la casa mirándola desde una prudente distancia con cierta complicidad. Sin darle más importancia, se encogió ligeramente de hombros y dejó las cosas sobre la mesa como siempre había hecho.

Al terminar de dejarlas, dos manos fuertes tomaban sus hombros. Sonrió, ésta vez sin sobresaltarse.

"Precisamente-dijo suavemente, cerca de su mejilla- quería preguntarte algo"

Se volvió, riendo suavemente al mismo tiempo que una de sus manos se apoyaba en la solapa de su chaqueta, tomándola delicadamente

"¿Y esa pregunta es..?"

Medio sonrió - "Simplemente si no te importaría no marcharte en seguida a tu apartamento cuando hayas terminado...eso es todo"

Sus mejillas se enrojecieron al nombrar su apartamento después de lo ocurrido hacía tan sólo horas atrás. Recordaba sus labios recorriendo su cuello, acariciándola de aquella deliciosa manera...¿qué pretendía ahora con que no se marchara después de haber terminado con sus tareas?

"Claro que no..yo..estaré aquí más tarde, si es lo que quieres"- le miraba tímida pero cómplicemente.

Asintió al mismo tiempo que la veía salir de nuevo de la casa. Tan sólo la paró para decirle algo más.

"Sería una buena ocasión para aquel vestido, también"

Sonrió para sí misma antes de salir. ¿Sería esto, acaso, el principio de actuar como una...pareja normal?


Miró hacia un lado y otro, abriendo la puerta con urgencia. Sabía a donde ir, conocía de sobra lo que había debajo de las lujosa fachada del ópera populaire...un lugar...un santuario que un día perteneció a alguien que ya no volvería a ver más..o quizás sí, después de la muerte. ¿La estaría esperando? A lo mejor el cielo, incluso, tiene sitio para un maravilloso ángel caído. Estaría llamándola, como lo hizo en aquel sueño, esperando su encuentro...tenerla cerca de nuevo. Posiblemente el único modo en el que ambos conseguirían la paz que buscaban sería allí..en aquel desconocido paraíso.

Comenzó a andar a través de los escasamente iluminados pasadizos. Todo ahora parecía extremadamente frío,tanto que casi la sobrecogía. Pero tenía que ser fuerte, por fin iba a acercarse a su final destino, a su encuentro con la persona a la que debería de haberse entregado desde el principio, pero no lo hizo, por inmadurez, por falta de sentido común, por miedo, por todo...

Allí no habrían preocupaciones, no habría nadie tras ellos, tan sólo tendrían que preocuparse de ellos mismos..y de recuperar todo el tiempo perdido entregándose el uno al otro, confesándose las palabras que nunca se dijeron.

Olvidar ésta vida e ir con él, era el único modo en el que estaría segura. En sus brazos, con su música, su presencia..su mirada atenta, llena de admiración y amor.

Todo esto la animaba. Por fin, se acercaba el momento de terminar con la agonía. Con el dolor, lo anhelaba tanto...

Parecía que el final del pasadizo se iba acercando, y ya de lejos podía divisar el gran lago. Cuando sus pasos llegaron allí se horrorizó. Lágrimas salían de sus ojos¿qué habían hecho con su casa?Todo estaba destrozado, el órgano al centro ahora parecía totalmente sin vida...y aún podía verle, su mirada atenta después de que ella había despertado, sosteniendo su pluma en la otra mano con la que escribía su gran obra maestra.

El resto estaba ireconocible. No quedaba absolutamente nada. Miraba a su alrededor: No se merecía esto¡nunca se lo había merecido! Cómo habían podido destruír así su santuario...su música, su mundo.

Se llevó una mano a sus labios, que ahora temblaban conteniendo más llanto.

Iba a ponerle fin a todo esto, del modo más rápido posible, le daba igual..pero su cuerpo no podía sostenerlo ni un minuto más..

Miró a su alrededor de nuevo ,necesitaba grandes piedras que encajarían a la perfección en los bolsillos del abrigo que cubría su vestido.