No fue hasta unas cuantas horas después, a la reciente entrada de la tarde, cuando ella hizo acto de presencia en la casa. Una sonrisa se formaba en sus labios...

Por alguna extraña razón, no podía esperar a ver su reacción, la mirada en sus ojos al verla.

Cuando atravesó la puerta tenía ante ella justo lo que quería encontrar: Christine alzaba la vista que en ese momento tenía centrada en la cuchara que removía a un ritmo acompasado el té con limón del que estaba disfrutando.

"Lamento muchísimo el retraso, Madame...- Pudo ver en su mirada la sorpresa- pero me ha sido imposible venir antes"

La mujer que tenía frente a ella no salía de su asombro. Quiso cerciorarse, analizando toda su vestimenta

No, eso no era lo que había diferente en ella...

Era que su pelo estaba suelto, y remarcablemente parecido al de ella.

Camuflando su evidente confusión, ante el repentino cambio de la muchacha, la sonrió amable y terminó su té levantándose preparada para el paseo.

En ese instante Erik salía de su sala.Ante él estaban Christine y Angie.Su expresión cambió al ver a ésta última: Su pelo ya no estaba recogido, añadiendo que...

Todo aquello era más que evidente. Había cambiado su melena lisa por lo que ahora eran semi rizos que caían como una fuente sobre sus hombros.

Y lo había hecho a propósito, no le cabía la menor duda.

"No pensé que fueras a estar aquí- Su tono era triunfante, había logrado su objetivo-como me imagino que tendrás mucho que hacer con tus diseños, llevaré a Christine a dar una vuelta por la ciudad. Si no te es inconveniente, por supuesto"

Movió su cabeza, fingiendo indiferencia y sin dejar notar que sabía lo que ella estaba haciendo- "Ninguno, por supuesto. Hace una tarde preciosa, y estoy convencido de que Madame de Chagny disfrutará de la misma"

Fue durante aquellos segundos de tensión, en los que se esperaba a ver quién movía la siguiente pieza del ajedrez, cuando ella supo detectarlo. Posiblemente ya no le quedaban dudas de que entre él y Angie había surgido algo...

Y no sabía qué era lo que la enfurecía más, si el hecho de darse cuenta de ello, o el hecho de que resultaba evidente que la joven intentaba imitarla.

"Bien, entonces creo que nos marcharemos"- Decidió romper el incómodo silencio, dirigiéndose ya hasta la puerta.

Christine se disponía a seguir sus pasos, algo recelosa.

¿Por qué sentía que todo esto se empezaba a convertir en una especie de competencia?


Meg se preparaba para salir. Su madre ya la había advertido de que, menos ahora después de lo que había ocurrido hace días, no debería abandonar la casa demasiado tiempo.

Pero la llegada de aquella nota con tan buenas noticias sobre su mejor amiga la había animado sobremanera. La curiosidad la había llevado a preguntar quién era la persona que transmitía tan positivo mensaje.

La mirada en los ojos de su madre sólo indicaba algo...

El ángel de la música tenía, de nuevo, a Christine bajo la protección de sus alas.

Sonrió, llegando a la puerta. Sólo era una visita, breve, pero quería saber cuál era el lugar que tan bien había escogido como refugio ésta vez. No se atrevería a pasar de la fachada exterior.

Pero el saber que estaba a salvo...

Xxx

El largo paseo por la ciudad había sido agradable, pero era evidente que una nueva tensión existía entre ambas. Quizás aquel gesto hubiera resultado demasiado evidente, pero ahora no le importaba. Ni le importaba hacerla ver perfectamente que,evidentemente, no había sido la única en ganarse la tan preciada confianza de Erik. Y más.

Si tan solo ella no hubiera aparecido...

Um pequeño gruñido salió de sus labios al mismo tiempo que colgaba el ya limpio y seco abrigo de Christine en el perchero. Escuchó algo metálico caer..

Frunció el ceño y se agachó para recogerlo. Por Dios, era un anillo caro...bastante caro. Miró dentro¿tenía una inscripción?

Raoul De Chagny Y Christine Daaé

Acompañando a la misma, una fecha. Se quedó mirándolo con detenimiento..

Comenzaban a encajarle varias piezas que antes no lo hacían. Ese nombre era el que había leído y escuchado tantas veces, el Vizconde...al que habían asesinado los de la revolución.

¿Era la mujer a la que habían acogido ni más ni menos que una Vizcondesa?

Le vino a la mente el lugar y las circunstancias en las que la encontraron. El retrato, el lugar al que él la había llevado bajo la edificación del teatro..

Aquellos rumores...

Acababa de averiguar finalmente la identidad de ambos.

Volvió a guardar el anillo, nerviosa, y se marchó.

Xxx

El timbre de la residencia sonaba insistente.Marie se levantó en seguida para atenderlo.

"Lamento tener que venir sin previo aviso-Maurice saludó cortésmente- Pero apenas hemos sabido nada de nuestro colega Édmond. Hace días que no nos trae información sobre nuestros planes y eso nos inquieta.."

Marie mintió, negando con la cabeza- "Tampoco hemos tenido noticias, por desgracia.Supongo que pronto se dejará ver con algo nuevo. ¿Por qué¿Es que ocurre algo?"- Fingió preocupación.

"No-la frustración era evidente en su tono- Solo que no nos gustaría que las cosas se atrasaran más tiempo, eso es todo"

"Comprendo. No se preocupe, si ocurre algo les mantendremos al día"

La miró, con gesto severo- "Más les vale, esto no depende solo de mí"

Se retiró y Marie cerró la puerta aliviada una vez lo hizo.

Sentada en un banco, Meg observaba el hostal desde la distancia. No era mucho, pero lo necesario como para tener a alguien refugiado durante un tiempo.

Ya levantada, se dispuso a comenzar su camino de vuelta a casa. El despiste la llevó a toparse sin querer con alguien: Una muchacha de pelo cobrizo, ojos claros y joven la miraba con curiosidad.

"Oh, lo siento. Lo siento muchísimo- sonrió- siempre me pasan éstas cosas por no estar pendiente"

Angie Correspondió- "No hay problema, Mademoiselle. ¿La puedo ayudar en alguna cosa?"

Dudó por un momento. Podría decírselo, preguntarle por si acaso ella supiera...decidió descartar la idea. Quizás no tuviera ni idea de lo que le hablaba si se lo contaba.

"No, no..ya me marchaba.Gracias"

Asintió y continuó, viendo que entraba también en el hostal.


La media noche era ahora mismo el momento del día que más paz le proporcionaba. Sentado en el sillón,apoyó su cabeza relajándola y notando como sus músculos se lo agradecían.

Demasiada tensión durante todos éstos días. Y aún rondaba en su cabeza la misma pregunta...

¿Qué pretendía Angie con todo aquello¿Hacer que al verla con el pelo parecido al de ella sintiera más atracción? Estaba muy equivocada pensando por un momento que lo único que le unía a Christine era su aspecto físico...

Sonrió irónicamente

Pobre chica ingenua.