"Today is the day..when dreaming ends"
Había llegado hasta allí guiada por su instinto, simplemente lo hizo. Un nudo se formó en su estómago...
Ya era muy tarde para volver
El sonido de la puerta al abrirse la distrajo.
Édmond sonrió, invitándola a pasar-"Me alegra mucho que finalmente decidieras venir, querida. Ya me empezaba a preocupar, apenas te he visto últimamente"
Asintió cediendo a entrar,aunque su mirada por un momento se movió entre el exterior del apartamento y el interior del mismo. Dios, no podía dudar ahora...
"Lo sé. Yo..he estado muy confusa, no sabía qué hacer con respecto a todo esto"
"Puedo entenderlo. Aunque creo que será mejor que hablemos sentados y en calma¿no crees?"
Dentro los dos tomaron asiento, Angie observaba los detalles del apartamento con curiosidad. No solo la zona era buena, también su vivienda.
Una pequeña risa ante su reacción fascinada salió de sus labios -" Resultado de mucho esfuerzo y trabajo. No creas que ha sido fácil"
Medio sonrió incrédula. ¿De qué estaba hablando? Siempre vestía impecable, no dudaba que tuviera un buen trabajo y una vida perfectamente construída.Al menos su madre había tenido la delicadeza de dejarle con una familia que le protegiera.
"Te aseguro que sería más facil que ser abandonada y vivir escondida en varios sitios perdidos en la calle desde los diez años"
Sus expresión se llenó de pena hacia la muchacha. Ya era lo suficientemente duro que tus padres te dejaran a la merced de otra familia y desaparecer, pero esto...
"Lamento muchísimo oír eso, créeme, lo digo de corazón-apoyó una mano en la de ella - Pero ahora tienes un trabajo y seguro que un sitio en el que vivir"
Era imposible describir el sonido que salió de la garganta de la muchacha..
No era un suspiro, ni un llanto reprimido
Era como si tuviera ganas de gritar pero no pudiera.
"No es precisamente el tema de conversación que quiero tener, por favor.."- Sus ojos mostraban la suplica que acababa de enunciar.
¿Por qué le había sido imposible dar otra respuesta? Se estaba revelando con mucha facilidad. Eran sentimientos que no podía esconder...salían libres por sus ojos, su voz...
"De acuerdo-la miró de manera comfortante, sabiendo lo que costaba para ella- ¿Y bien¿Has..pensado en ello?"
Bajó su mirada por un momento. Estaba temblando y los nervios comenzaban a traicionarla poco a poco.
Las manos de él ya no acariciándola más, sino a ella...
Aquellos labios que una vez creyó suyos y devoró con ansia, ahora cruzarían otra piel.
Más, mucho más, de lo que estaba dispuesta presenciar y soportar.
Le miró a los ojos, su mirada oscurecida con rabia.Asintió-" Te doy mi palabra, Édmond. Colaboraré contigo"
Al mismo tiempo que terminaba la frase le extendió un papel escrito
El ritmo de su respiración comenzó a ir más rápido. Se sentía como un auténtico Judas...
Las sombras que proyectaba el día que había comenzado con bruma se cernían sobre su silueta sentada y pensativa.
Envuelto en sombras y oscuridad, así había sido destinado a estar siempre.
Algo en lo que ella había dicho, en esa última frase..le hizo sentir miedo. Quizás por una vez en su vida se veía vulnerable...
Frente a una persona que era tan psicológicamente parecida a él que daba escalofríos.
Y precisamente era eso lo que le llevaba a pensar que nada bueno podía salir de su aparente calma ante la verdad
Sabía que Christine estaba envuelta en cualquiera que fuera su objetivo...
No, no iba a permitir que alguien la hiciera daño. Si algo había hecho siempre, era protegerla.
Dos manos se apoyaban en sus piernas, subiendo hasta donde estaban las suyas para cubrirlas.
Volvió su mirada al frente.
Christine estaba de cuclillas. Sus ojos prácticamente vidriosos
Necesitaba saberlo ahora. Mucho tiempo viviendo en la ignorancia. Algo pasaba delante de sus narices y no podía dejar pasar más días así.
Erik tomó aire, casi derrumbándose al verla de esa manera ante él. Miró hacia abajo, no podía soportar más mirar a esos ojos tristes y exigentes por saber.
"Sólo puedo pedirte que lo entiendas...-volvió a mirarla- Hay algo con respecto a Angeline que nos concierne a ambos, y tengo que averiguarlo-se levantó, cogiendo ésta vez él sus manos- Precisamente por eso, ahora pensaba marcharme"
Paró sus pasos una vez más, ahora pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos. ¿Qué pensaba hacer¿ Arriesgar algo importante?Aunque estuviera más o menos al margen, pero aún así era consciente de lo inestable que estaba la muchacha emocionalmente desde que ella llegó.
La asustaba...y por otro lado sentía que no merecía que arriesgara nada. No después de todo por lo que ella le había hecho pasar.
Fue al mirarle al mismo tiempo que con uno de sus dedos limpiaba una de sus lágrimas de su mejilla cuando lo supo...
No iba a arriesgar nada. Había visto esa mirada antes.
Iba decidido a enfrentarse. Y eso, tratándose de él, no podía implicar nada bueno para Angie.
Soltó sus manos al tiempo que le vió colocarse su chaqueta y abandonar la casa.
Xxx
Por fin lo había conseguido...tenía el lugar exacto en el que se encontraba Christine Daae entre sus manos.
"Estupendo..-sonrió satisfecho- Ya sabes que no tienes nada por lo que temer, querida. Sólo..tengo una pregunta más para ti"
¿No¿Realmente no tenía nada que temer? Sí lo tenía...volver a mirar a los ojos a Erik después de esto.
Asintió resignada-"Cualquier cosa..."
"Tranquila, ya el gran paso está dado ¿no?-medio sonrió- Pero de todos modos, sólo me queda saber...¿Hay alguien que la tenga bajo su tutela¿O..que pueda interferir?"
No...no por favor. Todo menos pedir su cabeza.
Cerró sus ojos por un momento.Sólo pedía no tener que responder nada más-"Sí..."-su voz era baja, como no queriendo decirlo realmente.
Sus palabras salieron despacio, intentando calmarla- "¿Su nombre..?"
Por todos los cielos, no...no quería esto...ser obligada a..
"...Erik"
Dijo su nombre en un gemido de dolor. Sus ojos casí vertiendo lágrimas,temblaba...
No le cabía duda. Ese hombre era la persona de la que se había enamorado.
Xxx
No estaba en su apartamento...
Miró frustrado a su alrededor.
Bien, si no estaba, ya tenía algo pensado.
Y ésta vez no saldría sin saberlo absolutamente todo. Lo que quiera que fuera que se trajera entre manos. Se habían acabado las delicadezas.
