Cerró la puerta tras de sí. Apoyando su cabeza en la madera y respirando fuertemente
No podía creer lo que acababa de hacer...
Por Dios, todo esto la había vuelto...inestable
Llena de locura.
Había salido de su apartamento lo más rápido posible. Antes de volver y arrepentirse de todo
Con lágrimas en sus ojos y empapada por la lluvia que había comenzado a caer miró hacia su cama.
Una rosa blanca yacía sobre la misma.
Se acercó y la tomó con mucho cuidado. Era conocedora de la persona que la había hecho tal regalo.
Algo punzante en su dedo y sangre...
Le había dejado las espinas.
Comenzó a sentir que se ahogaba
Sus sollozos inundaban todo el cuarto.
¿Por qué se lo tenía que hacer más difícil de lo que ya era?
"Trágate tus lágrimas. No van a solucionar nada-la miró sarcástico- Hubiera tenido la educación suficiente que dices que me falta como para llamar a la puerta, pero estaba abierta"
Alzó sus ojos
No.Maldita sea, no. Le tenía enfrente...de entre todas las personas...
"Erik..."
Xxx
Christine escuchó la puerta cerrarse en el apartamento de arriba. Sabía que era el de ella.
Si no se lo decía él...
Abrió la puerta con sigilo y comenzó a subir las escaleras hasta quedar a la distancia suficiente de la entrada.
Xxx
"Por favor.."-Aún seguía ahogándose, su mirada suplicaba.Por primera vez ,se sentía insignificante ante él
Ésta vez no la haría razonar siendo amable
La levantó de la cama bruscamente, hiriendo sus brazos con su fuerza y estampándola contra la pared frontal. Su cuerpo, tal y como en aquel primer encuentro, muy cerca del suyo.
"Pensabas acaso que no iba a ser lo suficientemente inteligente¿hm?- Su voz sonaba áspera, más llena de rabia que nunca- No me ha hecho falta mucho tiempo para saber que los celos te han vuelto a vencer, aún habiendo escuchado la maldita verdad, en vez de aceptarla - Acercó sus labios a su oído-Reconozco a una persona con algo en mente cuando la veo, querida -se retiro,sólo lo justo-¡Dímelo!"
Miraba hacia un lado, intentando evitar su mirada a toda costa.
¡No podía decírselo! Era...tan difícil.¡Tan difícil estar entre el sentimiento de venganza y el amor!
Había escuchado un mueble moverse, los pasos de él..
Y sobretodo la conversación que estaban manteniendo. Esa última palabra salida de sus labios como un gruñido.
Posó sus dos manos sobre la pared, angustiada. Cada vez más cerca de el pomo de la puerta
Angeline se intentó deshacer de la situación, haciendo fuerza con sus dos brazos contra los suyos..
Era imposible. Dos brazos musculosos y enfurecidos no podían ser vencidos por otros débiles y ya cansados de luchar.
Notó en seguida su intento de escapar. Acercó aún más su cuerpo al de ella, sus dos manos dañando sus muñecas. Un pequeño quejido salió de la muchacha.
"Me haces daño.."-Apenas pudo pronunciar las palabras
Podía sentir su respiración tan cerca.
Y el furioso sonido que emitió fue como si lo notara vibrar por todo su cuerpo
La obligó a mirarle a los ojos-"¡Según tus propias palabras soy una persona sin sentimientos! Entonces hacerte daño o no,me debería dar exactamente igual¡¿No es así!-medio sonrió-¿Por qué destrozar esa reputación tan excelentemente ganada ahora!-soltó sus manos bruscamente, pero sin separarse de ella- El humor para los jueguecitos se me agotó hace mucho tiempo. Así que..-se iba calmando poco a poco-dilo antes de que se me agote la paciencia por completo"
Jamás le había visto de aquella manera...era...Brutal. Tan brutal que podía hacerla temer por su vida
De igual manera ella se iba calmando también..
Podían escuchar sus respiraciones, sucesivamente más lentas pero igual de alteradas. Erik esperando una respuesta por parte de ella, su mirada aún en furia.
Sencillamente no podía decir nada..su cuerpo estaba temblando bajo el suyo.
Christine aún escuchaba atónita.Sentía que su respiración se había alterado al ritmo de la de ellos.
Era hora de parar todo esto
Lenta, muy lentamente, su mano giraba el pomo...
Tomó su nuca y le besó, sin más. Sus ojos aún vertiendo lágrimas sin cesar desde que había salido de aquel apartamento en el que se había comportado como la traidora que pretendía ser, pero no podía.
Una vez más...sólo el sentir de sus labios una vez más...antes de lo que quiera que depare mi destino..por favor...
Esperaba que, al menos esto, le hiciera saber que le quería.Que siempre lo había hecho a pesar de lo que estaba apunto de hacer..
Sus manos instintivamente fueron a su cuello y las de él se mantuvieron absolutamente quietas. Su ceño fruncido intentando romper el beso pero sin saber cómo.
La puerta se abrió...
Al mismo tiempo que sus labios se abrieron en sorpresa ante lo que veían sus ojos.
No...y si ella le ha convencido de...señor. Le besaba con tal fuerza. Él parecía responder aunque no con la misma intensidad.
Comenzó a dar pasos hacia atrás lentamente...sin controlar sus sollozos..pudo esconderse entre las sombras de la esquina de la habitación
Fue entonces cuando Angie por fin separó sus labios, al tiempo que deslizaba poco a poco sus dedos de su nuca y acariciaba ligeramente su mejilla.
"¡No puedo!"
Rompió en llanto de nuevo al mismo tiempo que conseguía deshacerse de sus brazos y salir corriendo de allí sin mirar atrás.
Sin perder un segundo fue tras ella...
Alcanzaó la calle, pero era muy tarde.
Ya iba mucho más adelantada al mismo tiempo que la lluvia iba mojando sus formas
"¡Angeline!"
Sintió el agua sobre su pelo y su ropa, entró de nuevo en frustración..
Lo que encontró cuando volvió sólo empeoró su estado.
Christine le miraba desde el centro del cuarto. Sus ojos estaban enrojecidos, su respiración muy alterada y le miraba en incredulidad ante lo que acababa de presenciar
Era imposible que..
Ni siquiera pudo acercarse a ella. Salió inmediatamente de allí, su labio inferior temblando
Cerró los ojos.
Evidente que había presenciado lo que no debía de haber hecho...
Quizás si se lo hubiera explicado desde un principio.O quizás si Angie hubiera puesto las cosas más fáciles...
Tomó asiento en la cama,con rabia.Se le estaba yendo de las manos...
Un suspiro exhausto salió de sus labios al tiempo que accidentalmente distinguió un pequeño papel en el suelo.
Se levantó a cogerlo, tenía una dirección escrita y un nombre. Posiblemente se le caería a la chica del bolsillo en un descuido.
Definitivamente, aquello era lo que lo confirmaba
Miró hacia un lado, metiendo el papel en uno de los pequeños bolsillos de su ahora algo húmeda chaqueta y abandonando el apartamento.
"Querido amigo Édmond...-Jacques medio sonrió-después de nuestro último encuentro no confiabamos en volverte a ver"
"Oh por favor, os ruego disculpéis mi pequeña impertinencia-miró a sus dos colaboradores que estaban acompañados por Marie y Emma- pero tal y como dije, tengo noticias...precisamente todo lo que tanto vosotros como yo estamos esperando"
Los demás le miraban expectantes..esperando a que continuara
Adoraba tenerlos comiendo de su mano.
Sonrió triunfante, tomando el papel entre sus manos- "Aquí está escrita la dirección donde se encuentra Christine..-ante la reacción impaciente de Jacques y Maurice, alzó un brazo- No tan rápido, amigos míos. Si queremos que todo salga bien, hay que organizarlo...- se pausó-y ateneros a mis reglas, por supuesto"
Maurice frunció el ceño-"¿Qué quieres decir?"
"Mañana al mediodía.Os lo explicaré todo y..traeré a mi fuente de información conmigo"
Con una pequeña inclinación de su cabeza, se retiró tomando su paraguas y abriéndolo al salir para protegerse de la lluvia
Xxx
Le había visto pasar a no mucha distancia de donde ella estaba guarecida. Había conseguido refugiarse en un pequeño callejón oculto entre dos grandes edificaciones.
Podría salir en su busca y decirle que se echaba atrás...
No, aún no. Sería demasiado pronto. Y también había dado su palabra
Cerró sus ojos, sintiendo como el frío se calaba por todos sus huesos.
Ya se habría marchado de allí. No tendría que volver a verle en lo que quedaba de día. Sabía que estaba actuando como una cobarde, pero es lo que el instinto la había llevado a hacer.
Le había escuchado pronunciar su nombre en la distancia
No entendía que su última frase pronunciada en frustración no era porque no quisiera decírselo...era porque sencillamente no podía traicionar así a una persona a la que ha querido, y por suerte o desgracia, aún quiere.
Sí...una maldita cobarde...
Recuperó su compostura,saliendo del callejón y tomando su camino de retorno.
