Durante unos segundos no se escuchó ninguna palabra por parte de ambos. Édmond estudiaba con paciencia el mejor modo de no mostrarse visiblemente sorprendido o intimidado, sabía que era precisamente eso lo que el hombre que tenía frente a él estaba buscando.
Y esa máscara...pequeños retazos de rumores venían a su mente pero no conseguía conectarlos
El ópera populaire, gran y famoso palacio de la ópera...
Le miró con cierto gesto de indiferencia, apartando sus pensamientos-"Entonces supongo, Monsieur, que usted debe ser el dueño de éste hostal. De otro modo..-su tono desafiante comenzó a alzarse- no entiendo a qué viene esa orden. Se está buscando a una persona y no podemos salir de aquí hasta encontrarla"
Erik sentía curiosidad hacia el tipo que tenía delante, a la vez que una mezcla de mofa irónica. Sus facciones eran fuertes al igual que lo era el resto de su constitución, sus finos labios completamente rectos en tensión.
Pero eran los ojos que le habían mirado antes en sorpresa por su presencia los que le recordaron a alguien.Una situación parecida con un pobre, débil Vizconde intentando luchar por la mujer que amaba.
¿Quería desafiarle? Lo que no sabía es que en el pasado bastante gente se había atrevido a hacerlo...
Bueno, no habían vivido para contar la maravillosa experiencia
Rió casi para sí mismo ante sus palabras-"Bueno, ciertamente he de decirle que no es así. Aunque no soy un novel en tal campo si es lo que está preguntando...-su ironía se tornó frialdad- Escuche,preferiría ser lo más claro posible: No voy a dejar que usted y sus adinerados compañeros entren en mi casa y por tanto en mi intimidad simplemente porque se les ha antojado cortar el cuello de alguien más.Quizás es que la metodología comienza a fallar, ya que han tenido que acudir a una pobre muchacha para localizar a la persona que tanto dicen buscar"
La arrogancia en su tono comenzaba a hacer hervir su sangre...
Y más lo que acababa de decir. Si algo odiaba era precisamente que le metieran en el mismo grupo que a ese par de hienas llamadas Jacques y Maurice
Hubo algo de lo que había dicho que su oleada de rabia no le había permitido asimilar. Acababa de nombrar a Angeline
Ahora absolutamente todo le encajaba
Sí, la famosa historia que tanto había oído hablar en boca incluso de los pocos colegas que llegó a tener. Una hermosa soprano llamada Christine Daaé sobre la que se cernía la sombra de un monstruoso ángel oscuro que una noche, víctima de su obsesión y locura ,en mitad de la representación de uno de los grandes números, se la llevó consigo. Ambos desaparecieron, y el desastre quedó sembrado al caer la gran araña sobre la audiencia causando un incendio abismal.
Recordó que el que una vez fue su más íntimo amigo le remarcó que muchas de las chicas del ballet habían visto una hermosa y brillante máscara blanca reluciendo en mitad de algún rincon oscuro, máscara que ocultaba un rostro que jamás debiera ser visto. O el suave sonido de una capa al moverse entre bastidores..
Un fantasma...
Que resultaba ser nada más que el hombre que tenía frente a él. Dios santo...y el hombre del que se había enamorado tan desesperadamente Angie. Y la había hecho llorar lágrimas de soledad, derrumbarse ante sus propios ojos, agonizar de dolor y perder el conocimiento. Erik
La rabía volvío a él con igual o más fuerza que antes
Se aproximó.La mirada en la de él, dejando mostrar que no tenía miedo de el tan temido y aclamado fantasma que había mantenido a todo el teatro aterrorizado-"Usted tiene a Christine.Así que más le vale facilitarme las cosas...-Medio sonrió, triunfante-¿O es que acaso me equivoco...Monsieur Erik?"
Christine había abandonado el pequeño rincón del cuarto en el que estaba acurrucada al escuchar las voces. Sabía que una era la de Erik...
Y también que estaba hablando con Édmond. Así que había venido a terminar lo que había empezado
Sujetó brevemente las faldas de su vestido blanco con fuerza en gesto de rabia.La había utilizado ¿y pretendía seguir haciéndolo ahora?
Fue aproximándose lentamente hasta la ventana, intentando ver algo de lo que sucedía fuera.Pero por desgracia no pudo por lo pequeño de la misma.
Escuchó pasos venir del otro lado..
"Nos están tomando el pelo, maldita sea"-
Maurice ya llevaba su chaqueta color camel colgada de su brazo,agitado por el fracaso que todo estaba resultando. Retiró de su frente un par de mechones morenos ya con algunos signos de edad hacia atrás.
"Esperemos a Édmond-Jacques sonrió con malicia- más le vale venir con algo útil"
Xxx
Aquella situación le resultaba cada vez más interesante. Claro, cómo no esperar que se lo hubiera contado.
Le miró divertido-"¡Bravo! Realmente estaba en agonía esperando a que lo dijera de una vez. No creo que le haya resultado demasiado difícil sacar tales conclusiones¿verdad?-su voz era un bajo gruñido al tiempo que se acercó tomando el brazo de Édmond-Ha debido agradecer tener una fuente de información tan fiable¿hm?-sin soltar su brazo, aún retorciéndolo más, tomó su camisa- No es de su incumbencia saber si la tengo conmigo o no"
Reprimió el dolor que le estaba haciendo, sólo por no darle el lujo de verle sufrir.Los reflejos le permitieron deshacerse de su fuerte mano hábilmente y coger la pistola que llevaba consigo
Aún costándole recuperarse de el dolor, entre respiraciones entrecortadas por la rabia, fue capaz de responder-"Ésta pistola puede volar su maldito cráneo en menos de un minuto si no me lleva hasta ella"
Un puñetazo le pilló de improvisto, haciendo que se debilitara y su labio sangrara en abundancia. Se vió contra el muro exterior, su propia pistola ahora en la mano de Erik, fuertemente contra su pecho al tiempo que con la otra le sujetaba con fuerza. A centímetros.
"Tengo la sensación de que eso no es del todo cierto, Monsieur-pronunció aquellas palabras entre dientes, acercando sus dedos aún más hasta el final de el gatillo- márchese, porque puedo asegurarle que disparar éste arma no me va a costar ni un parpadeo"
Aquella media sonrisa volviía a formarse en sus
labios...esa sensación volvía a invadirle después
de tanto tiempo...
Entre sus propias manos, de nuevo, pendía la vida de alguien.
Matar
Édmond cerró sus ojos. Sí, tenía miedo ante su brutalidad, pero no pensaba mostrarlo.Volvió a abrirlos, mirándole con dureza- "Dígame..dónde está"
Después de unos segundos, le soltó, tirándole bruscamente al duro suelo.
"Vaya e intente encontrarla, inepto.Dudo que pueda hacerlo"
Con esto, simplemente se esfumó de su vista
Se incorporó tocándose el labio inferior aún sangrante y sacudiendo sus ropas. Extrajo un pequeño pañuelo de el bolsillo de su chaqueta para limpiarse un poco la herida.
¿Este era realmente el hombre del que Angeline se había enamorado? Por todos los cielos¿cómo se podía estar tan ciega? La persona que había tenido delante durante todos esos tensos minutos no era más que un simple asesino, arrogante y un maldito bastardo.
Miró hacia el frente, encontrándose con un apartamento que no había llegado a revisar aún.
Y está vez nadie le iba a frenar. Es más, posiblemente en menos de diez minutos tendría a esos dos carroñeros sobre sus talones y lo que menos quería era eso.
Xxx
Angeline había escuchado el gran alboroto, pero no quiso salir de la casa. Sólo se atrevió a asomar ligeramente su cabeza al exterior por la puerta principal. Y juraría que pudo vislumbrar la silueta de Erik en la distancia desapareciendo por la esquina a paso rápido
Seguía vivo..
Era, probablemente, una de las pocas cosas buenas de ese día
Le había costado que la puerta cediera, pero por fin lo había hecho. Satisfecho por haberse adelantado a ellos, comenzó a inspeccionarlo todo. Aparentemente estaba vacío, pero una persona con un cuerpo tan fino como ella podría estar escondida en cualquier hueco.
"Christine...-su voz era vagamente audible- prometo no hacerla daño. Por favor, salga"
Sus ojos oscuros ahora llenos de lágrimas se cerraron aún contrayendo más su pequeño cuerpo dentro de el pequeño armarito.
¿Dónde estaba Erik¿Por qué no había vuelto aún¿Le habrían herido gravemente?
Siguió llorando silenciosamente con su cabeza apoyada en la falda de su vestido.
Continuó mirando a su alrededor. La pequeña cama cubierta por viejas sábanas, una mesita con una silla ligeramente movida de sitio.
Algo en el suelo captó su atención.
Una rosa blanca, ahora marchita, que yacía en el suelo. Dos gotas de sangre seca a su lado. Uno de los pétalos ya se habían desprendido de la preciosa flor, apartado a escasos centímetros de la misma.
Parecía..perfecta dentro de su trágico mensaje. Quizás,una de las cosas más bellas con las que se había topado. Tanto que ni siquiera la tocó
Miró debajo de la cama, y en los armarios grandes... sin rastro. Se aproximó al más pequeño que estaba en la pared contigua.
La puerta no cedía, debía de estar estancada con el paso de el tiempo. Y por más que lo intentó por varios métodos, era imposible.
"Veo que, una vez más Édmond, nos has demostrado tu gran "eficiencia""
El tono irónico de Jacques le hizo girarse para tenerle de frente.
"No es mi falta si resulta que una tercera persona ha intervenido sin que lo supiéramos"
Asintió, como dándole incredulidad a sus palabras. Se llevó una de sus ya ligeramente envejecidas manos a la barbilla-" Hemos escuchado ya bastante basura salir de ti, así que no nos queda más remedio que pedirte amablemente que nos dejes. O si no, tendremos que recurrir a otros medios-medio sonrió-es tu elección-miraba con curiosidad a su herida y a sus ropas-Vaya, realmente parece que te has metido en un granero"
Le miró furioso-"¿Sinceramente? No me importa en absoluto. Aquí hemos fracasado los tres. Si me créeis o no, es cosa vuestra. Otra oportunidad que perdéis para cumplir con esto más tarde o más temprano-miró amenazador, ahora era su turno- o aprendemos a entendernos, Jacques, o si no ni vosotros ni yo conseguiremos a Christine Daaé"
"Está bien. Pero ahora,te sometes a nosotros y a nuestro sistema.No vamos a perder de vista éste hostal durante bastante tiempo. Y lo que se haga con la señorita Daaé, o Madame de Chagny, dependerá única y exclusivamente de lo que-remarcó-nosotros, decidamos"
No le quedaba más remedio que aceptar las nuevas condiciones.
"Creo que aquí no hay nada más que por hoy podamos hacer"
Édmond se marchó, escuchando tras de sí el cerrar de la puerta y los pasos de ambos
Christine le dio una patada a la puerta de el armario cuando notó que se habían ido.
Esto era el fin...la encontrarían..le encontrarían..y todo terminaría.
Sus ojos estaban irritados por haber llorado y la gran cantidad de polvo acumulada ahí dentro. No había estado por mucho tiempo, pero sus ojos dolieron al notar la pequeña claridad a través de la ventana.
Vio el pomo girarse, se echó hacia atrás como un perro asustado pensando que eran ellos de nuevo cubriéndose la cara con ambas manos.
"Querida, tranquila...todo está bien"
Relajó sus hombros, su respiración y apartó sus manos de su cara al escuchar aquella tan familiar voz
Prácticamente corrió hacia él, abrazándose a su cintura con toda la fuerza del mundo y vertiendo lágrimas sobre su pecho
Erik no supo cómo reaccionar..sólo pudo rodearla del mejor modo posible
Un abrazo demasiado fuerte hasta para una persona tan pequeña
Tímidamente, una de sus manos comenzó a acariciar sus largos rizos al tiempo que la otra se mantenía en su espalda.
"¿Angeline?"- Entraba tímidamente en la casa en la que la había dejado.
Salió de un rincón del salón-"¡Édmond!-una sonrisa se formó en sus labios- Me alegra mucho saber que estás bien..pensé que no iba a volverte a ver..-la amargura salía en su tono. Se fijó en su aspecto, abriendo sus ojos en sorpresa- Por Dios¿quién te ha hecho eso?"
No podía decírselo...después de todo por lo que había pasado la pobre criatura...quitarle esto último casi la mataría
Suspiró, mirándola amable y tomando asiento-" Me encuentro bien,de verdad, no es nada.Una caída inoportuna, eso es todo"
Asintió, aliviada ante la explicación-" Por un momento pensé que habían sido ellos"
Rió-"No, no..aún no han llegado a tal extremo, querida- su expresión divertida se tornó seria y volvió a levantarse- La cuestión es que venía a despedirme"
Fue tan rompedora la reacción de la pobre muchacha..se acercó hasta él con la mirada vidriosa.
"¿Des...despedirte?-sujetó una de sus manos- Si es por lo que he hecho, yo..."
Posó un dedo en sus labios-"No. Escúchame. No voy a decir que lo que hicistes estuviera bien...pero puedo llegar a entenderlo. Vengo a despedirme porque otros deberes van a tenerme ocupado durante mucho tiempo, y no creo que podamos vernos tan a menudo"
Angie miró hacia un lado, la tristeza evidente en su rostro. Él había sido su paño de lágrimas y casi su única compañía durante todo éste tiempo...
Y de algún modo, dentro de ella, sentía que ésta era la última conversación que iban a tener.
No esperó que se colgara a él de tal forma, emitiendo pequeños sollozos contra su cuello. Sus pequeños pies de puntillas sobre el suelo mostrando la diferencia de altura entre ambos. Édmond acarició su melena, depositando un beso en su mejilla.
A los pocos segundos consiguió separarse. Apoyó una mano en su camisa.
"Has sido como un hermano mayor para mí todo éste tiempo. No sé como darte las gracias..."
Sí, sabía que había camuflado la verdad en una expresión rutinaria, pero aún no había encontrado el valor de decírselo. Y temía que nunca lo haría
Una cándida sonrisa cruzó su expresión mientras tomaba su cara entre sus manos- "No hay nada que agradecer. Ya sabes que las puertas de mi apartamento están abiertas siempre que quieras¿verdad?"
Se encontraba realmente movido por aquella frase...como un hermano mayor...
Jamás había pensado que llegaría a ser así, y la verdad es que era cierto
Ella asintió al tiempo que le volvió a abrazar, más tiernamente ésta vez.
"Cuídate¿de acuerdo?"- su voz era un susurro. Ahora fue ella la que depositó un cálido beso en su mejilla.
La apartó, tomando sus dos brazos y acariciándolos suavemente, como siempre hacía.
"Lo haré, hermana"-un gesto divertido acompañó su última palabra al tiempo que se iba retirando
Entre el llanto y la risa, asintió, viendo como se marchaba
"Adiós..."
Fue lo último que dijo débilmente en mitad de aquel silencio y vacío.
