Buenas noches a todos ;)
Little lotte ¿eres de Málaga? Wow, menuda coincidencia. Yo no soy de Málaga, málaga..sino de marbella. Cerquita, a una hora cosa así :p Si quieres podemos quedar, pero no para que destruyas mi pequeño "dungeon of my black despair" xDD.
Como os prometí, aquí tenéis el capítulo 60. Recién terminado...
Y con ésto os dejo hasta el Lunes :) Un pequeño flashback Angie/Erik para todas aquellas personas que la echen de menos, como yo. Es que no he podido evitarlo
Por adelantado os pido disculpas por dejaros en ese punto...ya entenderéis por qué. Bueno,al menos tenéis cuatro días para pensar qué ocurrirá hasta que vuelva¿no?
Ciao por el momento, fieles lectores ;)
Lovephantom83
Sus ojos oscuros miraban a ninguna parte, su mente se hallaba inundada en confusión y sus ojos estaban ya cansados de llorar.
Por él.
Durante aquella semana todo había sido como estar sola. Totalmente sola. Exceptuando las escasas ocasiones en las que se encontraban, apenas sabía de él. Y siempre que intentaba hablar, la evitaba.
No había nada diferente en el día de hoy. A veces gastaba las mañanas yendo a dar pequeños paseos, otras encerrada entre aquellas cuatro paredes,dejando que la tristeza se fuera haciendo dueña de ella cada vez más...
Ahora entendía esa sensación...la desesperación que crea la soledad...el no tener a nadie
Sus ojos amenazaban con verter lágrimas de nuevo, pero no lo hicieron.
Aunque comprendía su situación. Que necesitara un tiempo y espacio para reflexionar consigo mismo y asimilar lo ocurrido. Conocía esa sensación, aunque cuando murió Raoul todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para ello.
¡Pero todo esto dolía mucho! Que la rechazara a cada momento, que ni siquiera deseara verla...
¿Es que se había dado cuenta de que realmente no la quería¿Acaso ha sido ahora cuando ha pensado que Angeline era...la persona adecuada, a pesar de lo que había hecho, y ella ya no significaba nada?
Lo peor es que él no dejaba que ella tuviera ocasión de solventar sus dudas
¿Cuánto tiempo iba a seguir así? Rechazando la realidad. Rechazando lo que es obvio: Que no iba a volver, por más que se sufriera.Y que ella estaba ahí.Deseando curar sus heridas, confesarle sus sentimientos que tanto tiempo ha tenido escondidos en su corazón...
Irónico que ahora fuese él el reacio a ello. Y ella la persona deseosa de darlos.Se habían cambiado los papeles progresivamente.
No...no podía ser de esa manera.
Con un suspiro se incorporó, levantándose de el extremo de su cama en la que había estado sentada.
Lo sabría, y sería pronto Tenía que dejar las cosas claras. Por ella...y por él. Se estaban haciendo daño, y lo sabía.
Cruzó el salón hasta llegar a la puerta, Necesitaba aire e intentar que sus pensamientos dejaran de bombandearla.
Miraba hacia el gran grupo de gente que se acumulaba alrededor de la plaza
Se preguntaba si vendría...
Lo dudaba. Poco a poco, el resultado entre él y la gente con la que acababa relacionándose de algún modo siempre era el mismo: O bien de pura conveniencia,
o bien le abandonaban una vez habían conseguido de él todo su afecto. Incluso su propia familia, por la cual se veía haciendo todo esto.
Y a fin de cuentas Meg no era más que una pobre muchacha a la que se vio obligado a secuestrar. Posiblemente no tuviera interés en volver, aunque ésta vez voluntariamente, a su secuestrador.
Pero sin ella el plan que estaba trazando en su mente y que pensaba realizar a espaldas de Jacques y Maurice no sería posible.
Christine volvía de nuevo a sus pensamientos. Sabía, sabía que había estado cerca de encontrarla...
Y que se había ocultado de él.
¿Sería cierto que ese tal Erik realmente la estaba protegiendo?
Realmente tenía que reírse de un pensamiento así. Un hombre como ese no sería capaz de proteger absolutamente a nadie.
No, se equivocaba. Por supuesto que sí. Le atacó precisamente porque protegía algo muy suyo.
Pero imposible que una persona tan absolutamente diferente como ella, representante de absolutamente todo lo contrario, haya accedido a su protección. Al menos voluntariamente.
Le enfurecía el hecho de pensar que podría haberla hecho daño...
Esos sentimientos, otra vez.
Cuando se disponía a levantarse una voz que comenzaba a serle familiar sonó justo detrás de él
"Siento muchísimo el retraso"
Meg le miraba bastante agitada por el calor del día y el gran número de gente.
La miro amable -"Por favor, no se preocupe-suspiró- en tal caso debo ser yo el que tiene que disculparse por no saber esperar"
La ofreció asiento y la vio sonreir al tiempo que lentamente accedia a sentarse.
Había algo en él...la inquietaba. Quizás era esa especie de aura peligrosa que le rodeaba...o quizás el hecho de que apenas sabía sobre su persona.
Pero empezaba a atraerle
No, no estaba bien...
Se obligó a apartar sus pensamientos-"Bien.Me-pausó por un momento, meditando cada palabra- gustaría que me explicara exactamente lo que ocurre. Todo esto sobre Christine..."
"La tiene muy preocupada-rió divertido al ver su cara sorprendida- Oh querida no me tome por un lector de mentes, es evidente en su expresión-Meg rió tímidamente ante su sentido del humor al tiempo que Édmond tomaba brevemente su mano- Precisamente por eso es por lo que necesito su ayuda. Con lo que usted sepa y lo que yo sé podríamos evitar algo...bastante grave. Dígame¿ tuvo más noticias de su mejor amiga aparte de aquella única carta?"
Aquella carta...¿debería decírselo? Oh Dios si había acudido a ella era porque Christine había dejado de estar protegida por él. ¿Y si le había ocurrido algo?
Oh, señor. Deseaba que eso no fuera cierto.
Asintió algo insegura-"Recibimos otra carta...tiempo después. Nos aseguraba que estaba bien y a salvo, también nos advertía de que no intentáramos ir hasta allí por los riesgos obvios..."
Escuchaba con atención sus palabras en gesto pensativo-"Imagino que las conocería de antes si sabía de su dirección y de ustedes...al igual que de la relación tan íntima con Mademoiselle Daaé"
Por la vida de Christine tenía que hacer esto...
Tragó con dificultad, un resquicio de temor cruzó su cuerpo.Pero al volver a mirar a sus pacientes ojos se calmó
"Se trata de su mentor, Monsieur.Él la salvó-sus ojos mostraban preocupación-¿sabe si le ha pasado algo?"
La miró sorprendido.
Erik las conocía...debería ser del ópera Populaire.
¿La salvó? Eso lo cuestionaba si se trataba de la misma clase de hombre que le rompió el labio y le tiró al suelo como a un trapo sucio.
"Ese es el problema que se nos plantea, y por eso me gustaría que me ayudara, Margueritte- Cuando finalmente pude alcanzar el sitio...ella no estaba. Se revisó absolutamente todo, pero aún así..."
Se mordió el labio al recibir la noticia...
Esto sólo aseguraba lo que temìa.
Medió sonrió tranquilizándola- "Averiguaremos lo que quiera que haya ocurrido. Quizás se ocultaron por temor de los revolucionarios. Últimamente los grupos andan muy activos"
Aquellas palabras la animaron- "Le ayudaré en todo lo posible, Édmond- le sonrió cándidamente- Ha...sido muy amable de su parte buscarme para algo tan importante"
"No hay de qué- se levantó, y gentilmente la ayudó llevándola aparte antes de despedirse- Escuche, quiero evitar que vuelva a toparse con aquellos dos tipos que la trataron tan duramente-tomó su hombro. Tendría que medio mentir ésta vez- Sus intenciones se han vuelto hostiles y pretendo separarme de ellos. Por desgracia no hay mucho tiempo. Vaya, descanse y la espero el Martes..-sonrió- ¿seguro que no la estoy presionando demasiado con tanta responsabilidad?"
Podía jurar que era la sonrisa más convincente que había visto en su vida...
"Claro que no. Haré tal y como me ha dicho...sin falta"
Se volvió, pero antes de retirarse un impulso la sobrevino
"Édmond...me encantaría saber más sobre usted"
Hubo algo en su tono que le pareció,quizás, adorable
Rió-"Para eso siempre hay tiempo, querida"
Con esto la vió marcharse
Xxx
"¿Estás segura de esto, Margueritte?"
A través de la dura y cuestionante mirada de su madre podía intuírse la preocupación
Asintió, quizás con una seguridad que pocas veces había visto en ella- "Madre, tengo que hacerlo por Christine..."
Suspiró-"¿Crees que Monsieur Édmond es sincero entonces?"
Apoyó la mano de ella en la de su madre-"Fue el único que se mostró amable conmigo y prácticamente gracias a él pude volver. ¿Aún no confías en su palabra?"
Miró hacia su derecha, visiblemente inquieta. Volvió a mirarla con una leve sonrisa en sus labios retirando un pequeño mechón de pelo que había ido a parar sin querer a su frente
"Me cuesta...pero también sé que eres lo suficientemente mayor. Si quieres hacerlo, adelante...-se pausó por un momento, mirándola con sinceridad- pero no dejes nunca que el corazón se interponga a tu razón¿de acuerdo? Muchos hombres pueden parecer auténticos ángeles y luego no serlo.Y viceversa"
La miró sorprendida entendiendo el significado de aquellas palabras...
Era como un libro abierto para ella.
Meg sonrió, levantándose del sillón y plantando un beso en su mejilla.
A pesar de su sobrado proteccionismo, aún había ocasiones en las que era capaz de ver las cosas de otra manera.
Y ésta vez lo agradecía.
Xxx
La blanca, brillante y serena luz de la luna apenas entraba por la ventana llegando hasta su pelo negro azabache que ahora mismo caía sobre su frente en un gesto tenso y agotado.
No podía concentrarse...
Cuando se había dado cuenta llevaba más de 15 minutos sentado en su pequeña sala, con su lapiz en la mano y esperando a que algún rayo de creatividad cruzara su mente.
Lo soltó con brusquedad.
Era esa angustia, acompañada por los miles de sentimientos que oprimían su pecho noche y día.
Lo había intentado. Juraba que había intentado purgarse de todos ellos a lo largo de éstos días. Pero no había manera posible de que eso ocurriera. Los hechos sucedían en su mente como si fuera una especie de película a cámara lenta, dejándole en un estado de shock permanente. Ni siquiera había querido ver a Christine.
Su dulce expresión, sus preciosos ojos tiernos, amorosos, amables al tiempo que le suplicaba hablar...que le confesara libremente como se sentía. ¿Cómo hacerlo,cómo?
Dios. ¿Qué le hacía sentirse así¿Tan miserable, tan inhumano, tan poco merecedor de tener a la mujer que ama cerca y a salvo?
No podía engañarse y decirse a sí mismo que no sabía lo que era, porque lo hacía.
Porque la quería.Quizás no como ella hubiera deseado, quizás no en el modo romántico y pasional de la palabra...
Debería de haberlo hecho.Maldita sea.
Apoyó una de sus manos en su frente y comenzó a recordar.
Todo...desde el primer momento en el que la vio. Tan tímida, tan encantadoramente vulnerable frente a él.
-"Monsieur...-su voz temblaba exageradamente. Su cabeza gacha y sus ojos clavados en los de él- Espero serle de ayuda en todo cuanto pueda. Madame Maeghan dejó encargado que..."
Especialmente su reacción a la primera vez de las varias en las que su mano tomó la suya. Pequeña, pálida y en aquel momento muy temblorosa. Podía asegurar que la escuchó contener la respiración
-"Lo sé, Mademoiselle Angeline-medio sonrió-Así es como ella me dijo que se llamaba¿cierto?"
Vio sus pecosas mejillas enrojecerse al escucharle decir su nombre y retirar su mano de la de él lentamente. No queriendo perder aún el contacto
-"Entonces creo que debería retirarme y comenzar...-otra duda asaltaba su mente- Disculpe mi indiscrección pero..."
-La frenó, sabiendo lo que pretendía decir.Una sonrisa irónica en sus labios-"¿Mi nombre?-Se acercó- Por el momento, no creo que sea necesario que lo sepa...-Se centró en sus ojos. Investigándolos con una intensidad que se tornó en amabilidad- bienvenida"
Y se retiró.
Había sido tan duro desde el principio. Y ella, siempre admirándole. Observándole. Esperando una mirada, un beso, un simple roce...
Aquellos besos, tímidos al principio y llenos de dramática pasión al final. La hacía perderse en ellos en un principio por motivos egoístas. Luego intentando buscar su redención.
Las dolorosas discusiones en las que ambos demostraban ser tan iguales...
Ella se había entregado. Y él se dejó llevar, seduciéndola para luego tirar su corazón a la calle.
¿Qué felicidad había podido dar a una pobre criatura desesperadamente enamorada, y utilizada?
También finalmente asesinada. Por él.
Sólo dentro de aquella oscuridad interna y externa, bajo la simple claridad de una lámpara de gas, fue cuando permitió que sus lágrimas salieran libremente de él al tiempo que apoyaba su cabeza sobre la fría madera de su escritorio
"Angeline..."
Pronunció su nombre en un sollozo ahogado.
Y entendió lo que ella pretendió decir, que algún día se daría cuenta de cuánto daño la estaba haciendo...
Sus lágrimas cesaron por un momento.
Buscó uno de los múltiples papeles en blanco que mantenía organizados en un cajón.Ésta vez cogió uno que sería especial para sus propósitos.
Verdad que ya no podía hacer nada por ella en vida, pero al menos lo intentaría ahora.
Tomando su lápiz comenzó a dibujar hábil y rápidamente, sus manos reflejando sobre el papel todos y cada uno de sus rasgos con claridad.
Apenas tardó diez minutos en terminarlo.
La había dibujado con su melena suelta y sonriente...
Tal y como a él le hubiera gustado verla siempre.Tal y como quería recordarla.
Exhausto, ya no sabía si porque apenas dormía o porque el sufrimiento realmente estaba pudiendo con él, lo guardó muy cuidadosamente y se levantó.
Iría a aquel lugar al que llevaba yendo todas las noches desde hacía ya días. Donde sólo escuchaba el viento y el silencio, donde por un breve espacio de tiempo no existían los tormentos.
"Una semana¡una semana! Y no hemos conseguido absolutamente nada-Maurice suspiró exhausto-Jacques creo que es bastante obvio que nuestro "colega" se encargó muy bien de tenerles sobre aviso. Estoy cansado de venir a éste lugar tan a menudo y de ser tan piadosos con ese malcriado"
Ambos se hallaban cerca de la entrada, en una discreta y abandonada tienda de licores.
Miró divertido a su compañero. Sus facciones ansiosas y su camisa descolocada casi a la par que su pelo castaño que estaba desordenado.
"Ese lenguaje, Maurice-Se colocó mejor la chaqueta oscura que ensalzaba su ya algo desgastado cuerpo- Hemos de ser pacientes.Quien quiera que sea que esté protegiendo a Christine no puede estar demasiado lejos-le miró cómplicemente- Muerto su brazo protector, tendremos acceso completamente libre a la Vizcondesa"
Rió irónico-"Eso será si a Édmond no le entra de nuevo el complejo de caballero valiente"
Su compañero le calló apoyando su mano en su hombro.
Vio a alguien pasar bastante cerca. La perfecta silueta de un hombre alto envuelto en una capa que mantenía su cara apenas visible.
"Bingo"
Fue lo único que susurró antes de salir de su escondite...
Erik comenzaba a sentir la tranquilidad a medida que sus pies seguían avanzando.
No había nadie en la calle a esas horas, sólo las farolas iluminaban ambos lados de la misma proyectando su sombra a medida que avanzaba...
Pero al llegar a la esquina se rompió el silencio.
Un disparo...
Y su sangre que comenzaba a emanar con fuerza.
En la relativa cercanía Édmond escuchó en horror aquel sonido. No era el mejor modo de volver a encontrarse con ellos.
Aceleró el paso.
