Hola de nuevo a todos :)

Lo primero que quiero hacer es dar las gracias a todas las personas que han dejado review como siempre. Pero he estado de vacaciones y apenas he tenido tiempo de escribir. Lo he hecho, pero no lo he podido pasar a pc hasta ahora. Ah, amigas que te distraen,celebrar tu cumpleaños y escribir no es muy compatible :p

Julian¡muchas gracias guapa! Me alegro de que, con la manía que tienes al personaje de Christine, xD, te esté gustando la de mi historia :) Y, hey! Espero que te lo pasaras bien en tu viaje de fin de curso, ya me contarás

Little lotte... como siempre esperaba una review tuya, jajaja. Con respecto a lo de el pequeño Erik...uhmmm...bueno, es mejor que lo averigues tú misma, sólo espero que no me mates definitivamente ;)

En este capitulo vais a conocer a más gente interesante. Aparte de que los que querían a Édmond y Meg como pareja...

Disfrutad

Besos,

Lovephantom83


"Lamento el retraso, pero he tenido que atender algunos asuntos antes de venir"-Édmond tomaba asiento frente a ella

Sonrió amable-"No hay problema- Suspiró, mirando brevemente hacia la camarera situada en la barra- Me agrada que hayas venido, tenía…ganas de hablar contigo-Iba a incorporarse- Oh, pediré que nos traigan un par de tés"

No dejó que lo hiciera. Se levantó y, tomando con delicadeza su pequeña mano en la de él, sonrió cándido.

"De ninguna manera, yo me encargaré. Hay ciertas cosas de las que también necesito hablar-la miró divertido- ¿Limón o leche?"

Pudo sentir que su cuerpo se congeló por un momento.

Si no se lo decía esa tarde…limpiamente, sin rodeos…

"Leche…gracias"

Volvió a tomar asiento mientras le veía alejarse. Su fina chaqueta color crudo, una camisa blanca bajo la misma acompañado por aquella elegante corbata y esos pantalones a juego que colgaban de sus piernas a la perfección.

A los pocos minutos volvía de nuevo a su lado.

Suspiró- "Vendrá en seguida- Miró a sus ojos con sinceridad- Tal y como dije, necesitaba hablar contigo"

Se sentía repentinamente ansiosa e intrigada por conocer sus palabras. Asintió, dejándole continuar.

"Pensé que debería contártelo. En parte porque mereces ser informada sobre el asunto y porque…eres la única persona con la que puedo hablar abiertamente ahora mismo"

El tono tierno con el que dijo las palabras, ese pequeño destello que de nuevo se dejaba ver en sus ojos

Cuánto necesitaba deshacerse de ese peso interno

"Me alegra saberlo, Édmond"-Fueron las únicas, tímidas palabras que salieron de su boca

Fue al ver su expresión iluminada, el gesto al coger la taza y darle un sorbo, su exquisita timidez que nunca la había llevado al extremo, la belleza de sus facciones…

Por primera vez sintió su corazón latir con fuerza

Esto no podía ser otro sentimiento, sino amor.

Se dispuso a continuar- "La cuestión es que he vuelto hace no mucho del hostal. He tenido la oportunidad de ver de nuevo a Christine"

"Oh, señor…eso es fantástico-sonrió- ¿Podrá salvarse de todo esto?"

Emitió una suave risa- "Te lo prometí, Margueritte, y pienso cumplirlo. He averiguado el modo mediante el cual podrá salir del infierno que ahora mismo es París"

Parecía alegre y sorprendida ante la noticia. Quizás también algo triste

¿Se marcharía con él?

"Son buenas noticias-su tono era nostálgico-¿Y tendrá alguien que la acompañe?"

"Precisamente con eso quería continuar. Durante un tiempo lo dudo. Aunque tiene quien se trasladará con ella cuando pase el tiempo necesario"

La miró con complicidad haciendo obvia la respuesta ala subconsciente pregunta que había surgido en su mente.

Veía incluso tierno que él se haya ofrecido a seguir con su brazo protector incluso más allá de Francia.

Sabía que las cosas para ella habían cambiado, y por eso necesitaba conversar, aunque fuera antes de que abandonara la ciudad.

"Querré despedirme de ella…te pido esto fuera de protocolos, por favor…"- Su mirada reflejaba la súplica que había alzado con su voz.

Era tan terriblemente amable que le resultaba imposible negarse

"Te entiendo, querida- dio otro sorbo a su té- No era mi intención negarte el derecho a despedirte ni mucho menos. Y me ofrezco a acompañarte hasta el hostal una vez esté todo más aclarado para que lo hagas. Así podréis mantener una breve conversación y os contáis…- paró intentando no revelar demasiado- las novedades"

Casi saltó impulsivamente de su asiento para abrazarle

Estaba haciendo tanto que ya no le cabían dudas de sus intenciones, de su bondad…ni de sus sentimientos

"Édmond…-Alcanzó su mano a través de la mesa, acariciándola ligeramente- Muchísimas gracias- La decisión volvió a ella de manera espontánea, pensando en lo que se había prometido a sí misma-- Yo…hay algo que quisiera contarte. Fuera de todo asunto oficial"

Le vio sorprenderse. Su mirada ahora llena de expectación

"¿De qué se trata?"- Sin darse cuenta, aquella frase había salido en un susurro.

Jamás pensó que, llegado el momento, gran parte de su seguridad desaparecería.

"Tomó aire, sacando el valor de donde podía –"He estado pensando en ti, en…nosotros- una pequeña lágrima de temor cruzó su mejilla- En lo que te dije la última vez que nos vimos.Hay tantas cosas que quiero saber de ti. Cómo has llegado a donde estás ahora, tu vida...todo"

No esperaba aquella confesión. Pero eso era algo que siempre sucedía cada vez que se encontraban

Decidió seguir a aquel latido que salió de nuevo de su corazón. Limpió gentilmente la lágrima con la punta de uno de sus dedos

"Yo también"

Meg sintió que su alma no cabía en alivio, que una extraña sensación de felicidad la invadía

Veinte minutos después abandonaban el local

No dijeron nada durante los primeros metros del camino. Sólo intermitentes miradas entre ambos.

Sabiendo que habían confesado sus sentimientos, cada uno a su manera.

Pararon cerca de un pequeño paseo bastante discreto cerca del humilde apartamento mientras el sol caía lentamente y la brisa se hacía más intensa. Ella se volvió, amable y apoyando una mano sobre su camisa algo insegura.

"Ha sido una bonita tarde, Édmond. No sé cómo darte las gracias-desvió su mirada, viéndose incapaz de mirar a sus ojos-¿Podré volverte a ver pronto?"

Notó su alteración y sonrió,tocando su hombro de modo que volviera a mirarle. Sus ojos observándola de manera inesperadamente intensa.

Momentos así no podían volver a repetirse...

Por una vez iba a ser sincero con sus sentimientos. No quería continuar con esa lucha interna. En realidad, no quería continuar con ese sentimiento de soledad que en el fondo le afligía.Necesitaba una compañía,alguien con quien hablar abiertamente...

Ella

Pausadamente, teniendo realmente miedo de estropear todo lo que ese bonito escenario les estaba proporcionando, cogió su fina cintura. Notó su reacción ante su cercanía, sorprendida por su iniciativa.

Así estuvieron, con sus miradas bloqueadas, durante los siguientes minutos. Tanto que ni se dieron cuenta de que se habían ido acercando y estaban a centímetros uno del otro.

Sin más respuesta que la unión de sus labios.

Ella tembló ligeramente, no recordaba la sensación desde aquella vez

Resultaba tan diferente ahora. Mantenía sus ojos cerrados, poniendo cada uno de los cinco sentidos en él y el beso. Con la timidez de quien besa en sus primeras veces, fue avanzando por pasos,trasladando sus manos desde su camisa hasta reposar en sus hombros, profundizando en el mismo poco a poco pero no con menos intensidad o deseo.

Él correspondía tomando su cara entre sus manos tiernamente. Antes podría tener dudas, pero ahora ¿cuál podría haber?

Sus corazones latían al mismo tiempo, con la misma intensidad...

Se separaron, aún preguntándose cómo había llegado a suceder aquello.

Acarició su mejilla, riendo-"¿Responde eso a tu pregunta?"

Enrojeció ligeramente-"Sí...supongo que sí"

La acompañó justo hasta el portal, sus dos manos unidas

"¿Querrás que te recoja mañana?-una extraña, positiva emoción salía por su voz-no tengo nada especial que hacer-suspiró- Hay cosas que aún tenemos que hablar"

Una risa de alegría, de incredulidad ante tal sueño, de...felicidad escapó de su garganta

"Creo que no puedo decir que no-Le miró con cierta complicidad- Hasta mañana"

Sonrió al tiempo que la veía adentrarse en el apartamento-"Hasta mañana, Margueritte"


Una leve sonrisa satisfecha salió de sus labios cuando terminó de escribir y cerró el sobre. Aquello tendría que convencerles a la fuerza, era conocedora de lo mucho que importaba para el matrimonio el honor de la familia, y que los De Chagny siguieran una línea continua a lo largo de todas las generaciones.

Era precisamente esa insaciable ambición lo que tocaba sus nervios. Al igual que el egoísmo que Aurora había demostrado para con ella. Con tal de mantener a su familia y orgullo intactos la había prácticamente forzado a casarse cuando ella estaba demasiado llena de confusión, pena y arrepentimiento como para dar tal paso.

Phillip ,sin embargo, había sido algo más amable con ella. Pero eso no importaba.

Su mujer siempre impondría su vara de mando

Abandonó el cuarto

Quedaba rogar porque accedieran, por tener a Erik de nuevo a su lado pronto una vez sucediera todo

Iba a ser difícil, extremadamente difícil

Avanzando sus pasos hasta la salita y le vio. Sentado, concentrado en algo que no sabía exactamente lo que era, pero sin trabajar en nada.

Fue hasta la cómoda silla, colocándose ante él.

Apoyó las manos en sus hombros-"¿Interrumpía algo?"

Inmediatamente alzó su mirada, sonriéndola—"Sólo mis pensamientos-Con esto la atrajo hacia él hasta que quedó sentada en su regazo. La abrazó, depositando un beso suave en su cuello- ¿Te encuentras mejor?"

Su mirada estaba relajada mientras se acomodaba sutilmente a su cuerpo-"Sí-pasó sus dos brazos por su nuca tiernamente- No podía descansar más tiempo y…simplemente quería conversar. Ha sido un día muy intenso"

Estuvo pensativo durante unos segundos.

Cierto. Durante esa hora en la que había estado solo no había dejado de darle vueltas a la cabeza

Un nuevo modo de vida. Fuera de la ciudad y…con un hijo

Un hijo

Sonaba totalmente increíble, y siempre que pensaba en ello cantidad de sensaciones recorrían su cuerpo

Felicidad. Por el hecho de traer al mundo algo de él, de ella, de ambos. Resultado de todo lo que compartían. Por otra parte…tenía miedo.

El recorrido de su vida había sido arduo, horrible y agotador. Todo por su aspecto.

Podía suceder. Que esa criatura inocente nacida del amor no encontrara más que odio, mofa y dolor fuera del nido familiar.

"Lo ha sido sin duda-miró algo inquieto- Estaba pensando en bastantes cosas"-No la soltaba ni un segundo. Desplazó una de sus manos a su espalda proporcionando intermitentes caricias

Detectó en seguida la preocupación en su tono

Cómo quisiera tranquilizarle, hacerle saber que todo esto no era más que otro paso…

Pero no podía convencerse ni a sí misma de ello

Sonrió levemente- "¿Cómo crees que será todo, Erik? Una vez salgamos de aquí, se acaben los tiempos de revolución…"

Correspondió- "No lo sé. Todo cambiará, se nos presentará un futuro diferente-Apoyó su mano libre con cuidado en su vientre- Es…extraño. Por más que me lo planteo, parece que algo me impidiera terminar el cuadro"

Y ella conocía perfectamente cuál era ese miedo subconsciente que se cernía sobre sus pensamientos

Desplazó sus manos de su nuca hasta que lentamente tomaron su cara. Le miró tranquilizadoramente-"Pasará lo que el destino quiera que pase, y nosotros estaremos dispuestos a recibirlo-Medio sonrió- Alguien me enseñó la importancia del ahora"

Era una gran verdad.

En ese momento. Teniéndola entre sus brazos, mirándose en sus ojos, observando cada uno de los gestos que hacía...

Como olvidarse de lo demás y pensar que sólo existía aquello. Sin nada, ni nadie, que pudiera interponerse. Ni siquiera la distancia que tan cercana se aproximaba

La miró. Sus ojos llenos de admiración, respeto, amistad...

Simplemente la de un hombre enamorado

Asintió, viendo cómo ella se acercaba con delicadeza a sus labios.

Posiblemente una de las últimas ocasiones en las que podría estar tan cerca suyo antes de marcharse.Antes de que comenzara la eterna espera por la calma final.

Aquellos pensamientos eran tan tristes que la hicieron atraerse más hacia él, profundizando en el beso y deslizando sus manos hasta posarse sobre la simple camisa algo desabrochada que lucía en ese momento acompañada por sus pantalones oscuros de costumbre.

Correspondía de la misma manera y con la misma urgencia

Siempre que se besaban tenia la misma sensación La de estar en el lugar más apartado del mundo

Xxx

"Es lo máximo que puedo decirle, Monsieur. Siento mucho no haber podido acudir con más anterioridad, pero afortunadamente aún estamos a tiempo de hacer algo por Mademoiselle Daaé"

Erik observaba con detenimiento al doctor Terrierè. Había logrado conocerle por su trabajo, y fue la primera persona que cruzó su mente ante tal situación

"¿Sabe cuál es exactamente la causa de su estado?"-Dirigió una breve mirada hacia ella que yacía semi dormida en la cama

Buscando las palabras exactas, decidió responder- " Lamento decirle...que no se trata de lo que ustedes sospechaban"

Frunció el ceño, extrañado-"Entonces¿no se trata de...?"

Suspiró inquieto- "La señorita Christine no está embarazada-No supo cómo reaccionar a esas palabras que hicieron palidecer su rostro- El estado de su salud ahora mismo es grave, no voy a engañarle"

Comenzaba a temblar. Lo que menos hubiera querido oír salía por la boca del doctor

"¿Qué quiere decir?"-Su voz era el fiel reflejo de sus sentimientos

"Lo que quiero decir-Tomó aire, preparando el terreno- Es que después de haberla observado con detenimiento durante éste tiempo, he sacado la conclusión de que su estado se debe al estrés...producido seguramente por una situación muy tensa. Cosa nada sorprendente en estos días.Aparte, sería imposible que pudiera soportar un embarazo- le miró con tristeza- porque lo más probable es que muriera durante el parto. Las posibilidades de que saliera de el mismo de modo natural y sano son prácticamente nulas"

No...no podría soportar eso.

Una parte de él se sentía tremendamente triste.Habían estado jugando con la idea. Aceptándola, asumiéndola incluso.

Pero por la otra, sintió un extraño alivio

Cerró sus ojos momentáneamente, tragando con dificultad- "¿Y cuál es su recomendación para ella, para su salud?"

Le miró amable. Quitando el hecho de las rarezas que componían parte de su carácter y esa máscara de porcelana, siempre había sido educado con él. Ya anteriormente le ayudó con las reformas para su consulta. No vio mejor manera de devolverle el favor que esa.

"Descanso, mucho descanso. Y un cambio de ambiente- Cogió su ajada chaqueta, poniéndosela. Era el típico hombre de facciones cansadas y llenas de edad- Si ocurriera algo más, sabrá donde localizarme"

Movió ligeramente su cabeza en gesto ausente mientras notó que se marchaba

Poco a poco se acercó a donde Christine descansaba. Sentado junto a ella, acarició su mejilla suavemente Despertó,moviendo la cabeza hasta que dio con su presencia y sonrió.

Fue incorporándose- "¿Qué te dijo el médico?- Su tono aún era somnoliento

Entonces vio sus ojos oscurecerse con tristeza

Acarició su larga melena cuidadosamente, intentando suavizar la situación-"Me ha dicho...-Resultaba duro, increíblemente duro- que tu salud se encuentra en estado grave- Escuchaba atenta, sin dejarse llevar por el pánico aún- También-suspiró, agarrando fuertemente su mano- que no esperas ningún niño y por lo visto...tu cuerpo no podría soportarlo"

Su ritmo respiratorio comenzaba a alterarse con fuerza.

Ella tampoco sabía cómo reaccionar. Representaba que aquello que tanto tiempo les había costado asumir...

No existía.Más aún, jamás sería posible

Dos inocentes lágrimas cayeron casi sin darse cuenta.

Sentía rabia. Rabia por saber que jamás será capaz de darle algo que tanto se merecía, que tanto merecían ambos

Él también se sentía apunto de verter lágrimas mientras la miraba atento. Por ver su sufrimiento, por frustración...porque no soportaba ver su llanto.

Sus dos brazos se colgaron a su cuello como si la vida fuera en ese pequeño gesto. En silencio, derramó más lágrimas.

"Lo siento,mucho..."- Esas palabras susurrantes mezcladas con la angustia de sus sollozos le rompían.

Besó su cabeza tiernamente primero, dejando sentir la suavidad de sus cabellos bajo sus labios. Después los desplazó a su frente y a su mejilla, correspondiendo al abrazo.

¿Por qué decir lo siento¿Acaso no sabía toda la felicidad que había traído a su vida, que es lo único que alegra su existencia?

Ella importaba más, mucho más que todo eso. De ningún modo iba a perderla.

"No, no- tomó sus hombros con gentileza- Christine, escúchame- Centró su mirada en la de ella, aún humedecida por las lágrimas- No tienes necesidad de disculparte¿de acuerdo?- Ella asentía al tiempo que secaba su mejilla con una de sus manos- Me...importa que tú estés bien, sólo eso"

Creía que iba a morir al terminar de escucharle.

Y es que estaba en lo cierto. No podrían formar una familia, ni componer el prototipo de matrimonio perfecto...

Pero estaban ellos dos. Sin necesidad de más, sobrándose el uno con el otro.

"Lo sé, lo sé-suspiró, sonriendo levemente- Pero pensé que...Dios, te mereces tantas cosas que sentí haberte decepcionado"

Rió débilmente, tomando una de sus manos-"Eso nunca- su mirada era tierna- Me conformo con lo que tengo, es más de lo que puedo pedir"

No pudo evitar abrazarle de nuevo. Sintiendo sus fuertes brazos rodeándola, su perfume. Una mueca feliz se formó en sus facciones al tiempo que caía una última lágrima al cerrar los ojos.

Se separó de él lentamente- " Es en ocasiones como esta en las que me pregunto cómo voy a poder estar sola en el extranjero tanto tiempo"

"Podrás-Iba proporcionando suaves caricias a lo largo de su brazo- Has pasado por bastantes cosas y como era de esperar ha tenido sus consecuencias en ti. Allí te recuperarás, que es lo que importa"

Asintió, con algo de tristeza y resignación en su mirada.

Sí, iba a ser dificil no tenerla a su lado a diario. Echaría de menos escuchar su voz, verla sonreír,sus miradas, sus besos...

Pero todo tendría compensación. Su bienestar

Medio sonrió, tomando su barbilla y volviendo su atención de nuevo a él-"Cuando menos lo esperes, podré ir contigo-Abandonó su lugar a su lado despacio, retirando un rizo de su frente-Necesitas descansar"

Sabiendo que esas palabras la habían tranquilizado, avanzó sus pasos fuera del cuarto.

Christine volvió a tumbarse recostada a un lado con expresión ya no tan tensa.

Tenía esa magnífica cualidad de dar tranquilidad, de envolverla en paz con cada gesto o mirada. Sólo con aquel mensaje esperanzador la había devuelto algo de fuerzas para dar ese gran paso.

Bostezó. El sueño de nuevo entrando en ella...

Xxx

"Mira por donde va nuestro Romeo"-Jacques observaba con gesto sarcástico a ´Édmond que se disponía a entrar en su apartamento

"¿Crees que aún sigue actuando a nuestras espaldas?"-Su compañero también tenía sus ojos centrados en lo que sucedía

"¿Qué si lo creo? Me apuesto cualquier cosa a que tiene entre sus manos la forma de salvar a la Vizcondesa"

Una medio sonrisa escapó a los labios de Maurice-"Entonces nos moveremos más allá de las fronteras de Francia si es preciso"

Ambos se perdieron en el callejón. Mejor no decir nada, hacer parecer que se mantienen al margen, antes que arriesgar...el plan maestro.


"Aurora,

Soy consciente de que no habéis tenido noticias mías desde la desgraciada muerte de Raoul, y debo disculparme tremendamente por ello. Pero las cosas no han sido, ni son, fáciles para mí y me ha sido imposible escribir hasta ahora.

Aún no encuentro el modo de describir exactamente el motivo por el que os mando esta carta. Uno de ellos es una noticia que he recibido con sorpresa y felicidad difíciles de contener. Creí que lo más apropiado sería hacerte conocedora, y también a Phillip, de la misma.

Estoy esperando un hijo de Raoul, y no sabéis cuánto me entristece que él no esté para saberlo. Le hubiera hecho muy feliz.

Con esto mi miedo a incrementado. Durante estos meses no me ha quedado más remedio que irme refugiando aquí y allá siempre por cortos espacios de tiempo. Por fortuna, ahora he conseguido alojarme en un discreto lugar.

Lo malo es que los comuneros no tardarán en saber de mí.No han cesado de buscarme y temo que no estarán satisfechos hasta ver mi cuerpo y el de mi futuro hijo sin vida.

Necesito salir de París. Lo único que os pido es ayuda. Por mí y el pequeño De Chagny. Carezco de dinero para un pasaje y creo que el único sitio en el que podría estar a salvo sería en el extranjero.

Sólo eso, por favor. La forma de salvarme...de salvarnos.

Suplico desde mi corazón una respuesta rápida

Afectuosamente,

Christine"

La carta yacía en su escritorio al tiempo que la observaba por última vez pasando una temblorosa mano por encima del papel.

"No sé qué pensar de todo esto, Phillip"

Su marido se hallaba justo tras su silla,apoyando sus dos manos en el respaldo de la misma.

Era demasiada información en una sola carta. A la muchacha no la habían visto desde el día del funeral en el que, sin que nadie lo esperara, salió del cementerio corriendo despavorida y con lágrimas en los ojos.

"Querida, parece una carta bastante sincera. No la subestimes. Sé que tuviste tus diferencias con ella, pero..."

Aquellos ojos que un día fueron intensamente azules miraron hacia la ventana. Movió su cuerpo ya no tan joven aunque sin haber perdido forma alguna a su lado, pasando una mano por su pelo entre castaño y cano.

Algo la llevaba a pensar lo contrario...a acceder a su petición

Era ese crío. Lo único que quedaba de Raoul, la única posibilidad de un heredero con pura sangre familiar.

Y que los mataran los mismos indeseables que habían hecho lo mismo con su hijo.

Todavía recordaba esa tarde de Julio, cuando su pelo era rubio, largo y brillante y sus facciones carecían de las arrugas que hoy día se reflejaban en ella...

Una época en la que estaba enamorada de su marido, en la que pensaba que no existirían infidelidades ni tiempos agrios para aquella familia tan extremadamente perfecta.

-"¡Madre!- Un hombrecito de pelo corto castaño claro de 13 años se situaba ante ella. Una gran sonrisa dibujada en su rostro- Hace un día precioso¿por qué no vienes conmigo a dar un paseo?"-Se acercó a ella tomando su brazo amable

Aquel pequeño paraje natural había sido parte de su vida desde su misma infancia, pero era una costumbre que jamás consiguió quitarse.

-Sonrió paciente, dejando el libro que leía a un lado-"Raoul hijo, tengo mucho que hacer en breve y tu padre debe estar al llegar.Ya puedes ir perfectamente tú solo"

Con un suspiro de resignación decidió marcharse

La villa a las afueras era realmente preciosa. Había constituído prácticamente su vida. Desde niño había vivido entre todos esos verdes paisajes que con el tiempo veraniego se resaltaban aún más. Un sitio en el que no tenía lugar más que la tranquilidad.El único que lamentaba que estuviera tan lejos de la gran cuidad era su padre que siempre tenía varios negocios que atender allí.

Mientras seguía caminando por entre los pequeños caminos trazados de aquel enorme sitio y las agradables sombras que proporcionaban los árboles sentía que sólo había algo que echaba de menos.

Amistades. Sus padres siempre le andaban presentando a los hijos de gente muy importante de aquí y allá, pero la verdad era que se veían de temporada en temporada y cuando lo hacían resultaba extremadamente monótono.

Se sentó delicadamente sobre el césped, observando el mar limpio y el efecto que la luz del mediodía le daba con sus dos brazos apoyados en sus rodillas, extendidos hacia adelante.

Observó la tierna escena que tenía lugar unos metros más allá. Una adorable niña de diez años miraba con admiración a su padre que tocaba el violín con una maestría inmejorable. Una vez la hermosa melodía dejó de sonar ella fue dando pequeños pasos rápidos que hacían que sus rizos se alborotaran y se sentó en su regazo.

-"¡Papá!-le abrazó con fuerza haciendo sonreír al no muy mayor pero visiblemente agotado Gustave- Adoro tus canciones¿volverás a tocar para mí ésta noche? Por favor..."

Lentamente se fue levantando.Sabía que la mejora que había sufrido desde su última crisis no era una buena señal ni mucho menos. Cada día se sentía con menos fuerzas, más enfermo y más débil

Quizás el motivo por el que estaba resistiendo tanto era esa preciosa niña que tenía a su lado. Era todo su mundo...y sabía lo horrible que sería para ella saber que la iba a abandonar definitivamente, que una enfermedad horrible estaba consumiéndole por dentro poco a poco.

-Un pequeño ataque de tos le sobrevino.Su hija fue en seguida hacia él con expresión preocupada-"Tranquila, estoy bien, mi pequeña- sonrió amable- Será mejor que nos vayamos a casa¿no crees? Empieza a refrescar y supongo que querrás que vuelva a tocar para ti esta noche"

Se calmó. Al ir a darle la mano a su padre para comenzar el camino de vuelta la brisa se hizo notablemente más intensa haciendo que la bonita bufanda roja que él con tanto esmero había conseguido fuera a parar al agua.

Hizo lo posible por recogerla yendo hasta la orilla. Pero fue demasiado tarde, la corriente ya se la llevaba.

Por un momento miró a su padre con ojos vidriosos antes de sumerger un poco sus piececillos para intentar de nuevo alcanzarla.

-Gustave se aproximó a ella-"¡Christine! No hagas eso¿de acuerdo?-tomó su brazo con calma- Te conseguiré una nueva, lo prometo"

No quiso moverse.Por más que intentaba que se apartara era incapaz de lograrlo.

Cuando vio lo que ocurría en seguida se puso en pie dispuesto a ayudar. Por alguna razón,no soportaba ver así a esa encantadora niña de largos rizos.

Sintió una mano gentil apartándola de la orilla. Al mirar hacia el frente de nuevo captó la presencia de el chico de apariencia más mayor que ella que se adentraba sin preocuparse por mojar sus ropas.Ambos observaban sorprendidos

Le vio salir del agua dirigiendo una sonrisa hacia ella.

No supo hacer nada, sólo fijarse con detenimiento en el bonito, amable aspecto que presentaba.

-¿Mademoiselle?-La miró divertido entregando la prenda entre sus manos- Creo que esto es suyo"

-"Gracias"- Con una tímida, quizás algo infantil reacción, fue de nuevo al lado de su padre.

-Raoul dirigió su atención hacia él-"Discúlpeme, Monsieur. Estaba cerca y no he podido evitar querer ayudar"

-Emitió una suave risa ante su gran cortesía-"No hay de qué, chico. Por Dios estás empapado,espero que vivas cerca"

Él sintió los pasos cercanos y agotados de su madre volviendo su mirada hacia ella.

-"Hijo¿puedo saber qué te entretiene tanto aquí? Llevas más de una hora fuera y tu padre quiere verte-Frunció el ceño al ver su aspecto y la gente que le acompañaba- Oh señor¿qué ha ocurrido?-Miró al hombre que estaba a su lado- Discúlpeme, si mi hijo les ha causado algún problema, yo..."

-Sorprendentemente, Christine se decidió a hablar-"No, ninguno Ma..Madame-se sintió ligeramente intimidada, parecía gente muy adinerada- Él sólo quiso coger mi bufanda"-Lo dijo en un susurro.

Aurora volvió su atención a la niña que estaba agarrada a la chaqueta de su padre.

-Agachó ligeramente su cuerpo hasta ver con claridad su cara. Sonrió- "Bueno, no me extraña que Raoul quisiera ayudarte. Su carácter es así- Volvió a donde estaba inicialmente- Me temo que hemos de irnos, pero si quieren pasar a tomar algo caliente..."

-"No, gracias por la oferta pero...mucho me temo que Christine está agotada, y yo también lo estoy"

Estando de acuerdo comenzaron a andar. Ella sonrió de nuevo al chico que la miró por última vez antes de que definitivamente le perdiera la pista.

Suspiró, con lágrimas apunto de brotar en sus ojos. Aquel fue el inicio de la gran amistad entre ellos. Cada día se marchaba a hablar con ella, incluso alguna que otra vez la trajo a merendar a casa.

Era adorable,él tenía gran aprecio por ella. La quería incluso, pero nunca pensó en ella como esposa de su hijo.

Quizás, por eso, palideció cuando años más tarde vio a su hijo de vuelta después de mucho tiempo sin verle...con ella de su brazo.

Christine terminaba de retocarse el pelo frente al espejo.Intentaba parecer feliz, una novia enamorada, pero esa no era la imagen que devolvía el espejo

Sus ojos no se mostraban radiantes, sino vacíos. A veces sentía que sus sonrisas, las románticas palabras de amor que dirigía a Raoul no eran más que un guión pre-establecido.

¿Qué estaba pasando, por qué no se sentía increíblemente afortunada por casarse con un apuesto Vizconde que la llenaría de seguridad, tranquilidad y miles de bienes?

Cerró sus ojos, dejando el cepillo a un lado.

Sabía de lo que se trataba. No había conseguido olvidarse de él, de pensar en su cuerpo sin vida entre la ruína que dejaría toda aquella gente

Que aún tenía sentimientos hacia él.

¿Todavía? Jamás se habían ido.

Pero claro, ni siquiera tuvo la oportunidad de hablar o rectificar. Sentía miedo de decírselo

-"Querida¿estás lista?"

Las mano de el hombre con el que se iba a casar la semana próxima se apoyó gentilmente en su hombro

No lo hacía más que por él...por no hacerle daño...

-Se incorporó, sonriendo-"Sí, sí lo estoy Raoul-lo miró preocupada- Estoy un poco nerviosa"

-Él tomó su barbilla,besándola brevemente- "¿Por qué? Mis padres estarán encantados de saber la noticia"

-Miró ausente hacia otro punto de la preciosa habitación de aquel hotel céntrico-"¿Tú crees?"

-Tomó su mano, calmándola-"Por supuesto que sí-suspiró, acariciando su mejilla- el carruaje nos está esperando"

Resignada, le siguió

Una hora después ya estaban frente a la gran villa De Chagny

Por Dios...aún no la había visto y ya resultaba demasiado grande para ella.

La ayudó a bajar y fueron hasta la puerta. Él tomando su brazo y sonriéndola. Ella correspondiendo como podía

Al llamar al timbre la puerta se abrió al instante. Una de las sirvientas les atendía

-"En seguida avisaré a los señores"-cortésmente dejó que pasaran a la entrada principal.

Cuando Aurora apareció ante los ojos de ambos se volvió a sentir como si tuviera de nuevo diez años.Phillip la siguió a los pocos segundos

-"Madre,padre- fue hasta ella, abrazándola, repitiendo el proceso con su padre- Seguro que recordáis a Christine...- Ambos la miraron amables desde su posición mientras él volvía a su lado- Ella es la mujer con la que me voy a casar, tal y como os comenté de forma breve en mi carta-sonrió- Estamos prometidos"

"¿Te ocurre algo, Aurora?"

Aquello la devolvió a la realidad de lo que era ahora su matrimonio. Si es que se le podía llamar así. Estaban uno junto al otro por obligación, después de ser conocedora de su infidelidad todo cambió a un mundo de rutina y frialdad.

"Sólo pensaba-su tono era frío- Quizás sea lo mejor, que la ayudemos. Hay que tener en cuenta que está embarazada"

Phillip tomó sus hombros con cariño- "Lo ha pasaso muy mal. Quieras o no ha formado parte de nosotros, es lo justo, dale una oportunidad a la chica- Fue hasta la ventana, mirando pensativo a través de la misma- Aunque me viene a la mente otra idea"

Suspiró exhausta-"¿Y qué magnífica idea es esa?"

La miró con rudeza-"Aún no me he explicado y ya pones pegas-intentó relajarse, pausándose por un momento- Quizás sea mejor que yo mismo viaje a París"

Hizo un gesto de incredulidad-"No puedes dejar la casa así como así sabiendo cómo están las cosas"

"Ten un poco de compasión por la muchacha¿quieres?-alzó ligeramente el tono de voz- Está sola, embarazada y con comuneros tras ella. Necesita protección y no veo otra forma de dársela. Y si no te lo permite tu amor propio, al menos piensa en ese niño"

Emitió un pequeño gruñido de frustración-"Haz lo que creas conveniente entonces"

Una sonrisa de satisfacción cruzó sus facciones-" Saldré al amanecer"

Cuando se retiró, pequeñas lágrimas invadían sus mejillas

A pesar de todo, era su marido, los sentimientos por él no habían cambiado aunque no quisiera reconocerlo.