Cuatro.

Lily.

Iba yo caminando algo distraídamente, pensando en la inmortalidad del cangrejo, cuando una voz masculina me detuvo:

Bienvenida de vuelta a Barcelona.

Detuve mi marcha. A pocos metros de mí estaba parado Genzo Wakabayashi, mirándome con una sonrisa en los ojos.

¿Cómo estás? ¿Qué tal te fue?.- me preguntó, muy solícito.- ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Qué tal te fue en tu operación?

No es para tanto.- repuse yo, algo avergonzada.- Y me encuentro muy bien, gracias... Todo salió de maravilla... Por cierto, ¿cómo supiste que me operaron?

¡Ja! Recuerda que los rumores suelen correrse como reguero de pólvora, además, casi siempre me entero de todo lo que ocurre por aquí...

Ya veo...

Tremendo susto que no diste. Cuando supe que te habían operado de urgencia recé por ti...

Jeje.- solté una risilla nerviosa.- ¿En serio? Pues si es cierto, muchas gracias...

No tendría por qué mentirte...

Pues gracias, aunque la operación no era nada serio. Únicamente me quitaron la vesícula, puedo vivir sin ella perfectamente bien...

Ya me di cuenta... De todas maneras me da mucho gusto que todo haya salido bien.

Yo sonrío. Wakabayashi es un tipo muy, pero muy atractivo, pero hay algo en él que me hace tenerle cierto recelo... Bueno, no recelo, sino más bien... Uh, no sé cómo explicarlo...

Bueno, será mejor que me vaya.- digo yo.- Tengo asuntos pendientes...

Por supuesto, doctora Del Valle.- Genzo sonríe.- Cuídate mucho.

Lo haré, gracias.

Sonrío y me doy la vuelta. Inmediatamente siento que los ojos de Wakabayashi me siguen en todo mi recorrido... Me estremezco, no estoy acostumbrada a que me miren de esa manera... Y para empezar, ¿qué estaba haciendo Genzo Wakabayashi en Barcelona? Según me había enterado, él era jugador profesional en Alemania, en el equipo del Bayern Munich, aunque se encontraba de vacaciones en España... Pero se comportaba como si ya fuera dueño del equipo del Barca... Creo que era eso lo que no terminaba de caerme del todo bien de su personalidad, Genzo se comportaba de una manera un tanto engreída... En fin...

Al dar la vuelta por el pasillo, me doy cuenta de que Tsubasa Ozhora se acerca. Me pongo algo nerviosa y trato de caminar lo más erguida posible...

Cuando él pasa a mi lado, me mira y me sonríe. Yo le correspondo al gesto. Inmediatamente, se establece entre nosotros una conexión...

¡Ahhhh! Tsubasa Ozhora...

Para qué negarlo, era un chico muy lindo...

Genzo.

No soy idiota. Bien que me di cuenta de que no le era del todo agradable a Lily. Su manera de mirarme y de hablarme me hicieron darme cuenta de que ella no me aceptaba del todo... Pero no me desanimé, no estoy acostumbrado a darme por vencido tan fácilmente...

Obviamente, ella ya tenía algunos pretendientes. Una chica tan linda, y profesionista además, no podía estar sin admiradores. Pero ninguno de ésos admiradores podría competir conmigo, yo les llevaba mucha ventaja... Jaja, por algo Lily me dice que soy un engreído...

Sin embargo, había una persona contra la cual no podía competir porque estaba a mi mismo nivel... Y ése era Tsubasa...

Después de que Lily se despidió, Tsubasa apareció por el pasillo por el que ella había desaparecido pocos minutos después. Vi su sonrisa y su mirada y me sorprendí: nunca le había visto esa mirada de soñador en los ojos...

Sino fuera porque te conozco juraría que acabas de ver a alguien que te gusta.- le comenté.

¿Eh?.- Tsubasa se sorprendió.- ¿De qué hablas?

De que traes cara de borrego ilusionado. Muy seguramente, ha de haber habido una pelota de fútbol rodando por ahí...

Gracioso. ¿Qué andas haciendo aquí tú solo?

Lanzando mis redes para ver si puedo atrapar a cierta linda chica que amenaza con escapárseme...

Tú tan mujeriego como siempre. No se te escapa ninguna.

Y de pronto, la situación se pone tensa. Tsubasa nunca me reclamó que lo engañara con su prometida y futura esposa, pero frases como ésta nos hacía recordar la traición de la cual Sanae y yo lo hicimos víctima hace casi 6 años...

Ya vez.- murmuré, tratando de fingir demencia.- Pero esta chica es diferente. Ella sí me gusta en verdad...

¿O sea que las demás solo fueron una especie de pasatiempo para ti?.- Tsubasa habla con un tono extremadamente frío.

Ahora sí. Ya es imposible el fingir que no sé de qué me está hablando Tsubasa...

No fueron solo pasatiempos.- intento mantenerme firme y controlado.- Pero ninguna de las anteriores era la chica adecuada para mí...

Eso es evidente... Lo que aun no sé es si vas a repasarte a todas las chicas del planeta para encontrar a la adecuada... .- Tsubasa me mira con enojo.

Nunca me vas a perdonar que haya tenido una aventura con Sanae, ¿verdad?

¿Alguna vez te lo he reclamado?

¿Y qué es lo que estás haciendo ahora?

¡Ja! ¿Y ahora te haces el ofendido? ¿No se supone que fui yo el traicionado por su mejor amigo y su prometida?

Tsubasa.- traté de no enojarme. Después de todo, él estaba en su derecho de enojarse.- Sé que quizás nunca pueda compensarte por ese error... Y jamás terminaré de decirte lo mal que me siento por haberte traicionado de esa manera... Pero Sanae se casó contigo. Ella te ama. Vamos, hasta tienes dos hijos con ella. Y entre nosotros no pasó nada de importancia y bien lo sabes, cometimos un error imperdonable pero no vayas a dejar que eso destruya tu matrimonio...

O nuestra amistad.- me responde Tsubasa, un poco más calmado.- Lo siento, amigo. Me dejé llevar...

Y no te culpo por ello...

Tsubasa me da una palmada en el hombro y yo sonrío. La amistad entre nosotros es tan fuerte que ni siquiera una traición tan grande pudo destruirla... Y esa traición tampoco pudo acabar con el matrimonio de Tsubasa y Sanae.

No, mi affair con Sanae no acabó con la relación entre ella y Tsubasa. Fue ahí cuando nos dimos cuenta de que el amor entre ellos era indestructible.

O al menos, eso pensábamos todos hasta que Lily Del Valle hizo acto de presencia...

Sanae.

Ya ni siquiera lo recordaba. Habían pasado tantos años de eso y había tratado de olvidarlo con tantas ganas que al final ya ni lo recordaba...

Ya había olvidado que le había sido infiel a mi querido Tsubasa.

Fue un gravísimo error que Genzo y yo lamentamos por mucho tiempo. Estoy segura de que aun nos seguimos lamentando... Es solo que... Fue producto del momento, yo que sé... Genzo siempre fue uno de nuestros mejores amigos, es cierto que al principio yo lo odiaba porque jugaba en el equipo rival pero después de que él y Tsubasa se hicieron amigos la cosa cambió. Genzo comenzó a caerme muy bien y pronto comencé a admirar su determinación y su manera de jugar. Pero después de que él volvió de Alemania para jugar con la selección de Japón para el World Youth me di cuenta de que se había convertido en un hombre muy apuesto. Secretamente, comenzó a gustarme aunque por supuesto jamás me enamoré de él, ya que mi corazón siempre estuvo ocupado por Tsubasa... Después de que éste me pidió matrimonio, las dudas comenzaron a invadirme. Era normal, el matrimonio es un paso muy grande... Por aquellos días, mientras preparaba mi ajuar, Genzo me visitó para desearme suerte. Él acababa de terminar con su novia de aquel entonces, Umi Ryozaki (Jajaja, no se me ocurrió otro nombre P), y se encontraba al borde de la depresión. Y pues yo tampoco estaba en mis mejores momentos...

Así pues, cuando él me besó aquella tarde, yo le correspondí. Fue así como iniciamos nuestra aventura. Nos veíamos a escondidas, aunque en realidad lo único que cada uno de nosotros hacía era refugiarnos en el contacto físico que el otro podía ofrecer. Sin embargo, nunca llegamos tan lejos... Tengo que decir que yo llegué virgen al matrimonio. Sin embargo, y a pesar de nuestros cuidados, Tsubasa se enteró. Él no hizo ningún escándalo, vamos, ni siquiera nos reclamó, pero la mirada de dolor que Genzo y yo vimos en sus ojos fue el peor castigo que pudimos tener...

Ahora me doy cuenta de que las cosas nos habían salido demasiado fáciles. Tsubasa nos perdonó a ambos, se casó conmigo y siguió considerando a Genzo uno de sus mejores amigos. Éste y yo creímos que el trago amargo había pasado pero ninguno de los dos sabía que el destino estaba preparando una cruel venganza...

Tsubasa.

Nunca, en todos estos años, le he reclamado a mi mujer que me haya engañado con mi mejor amigo. Ni tampoco se lo he reclamado a éste. No soy un hombre celoso. Sí, me dolió enterarme de que Genzo y Sanae se habían estado viendo a mis espaldas, pero me di cuenta de que en realidad ninguno de los dos se amaba. Yo sabía que Sanae me quería, no tenía dudas de ello, y sabía también que Genzo había estado pasando por una etapa difícil debido a la ruptura de su última relación. Muchos podían pensar que eso no justifica sus actos traicioneros pero yo no soy un hombre rencoroso, así que los perdoné a ambos. Quizás lo que me ayudó fue el comprobar que Genzo y Sanae no habían dormido juntos...

Así que me casé, valiéndome cacahuates todo lo demás. Y en ese momento, no me arrepentí. Ni después. Cuando Hayate y Daibu nacieron, le pedí a Genzo que fuera el padrino del primero como una muestra de que no le guardaba rencor. Y las cosas parecían al fin tomar el rumbo que debían tener. Sinceramente, yo no deseaba vengarme; únicamente quería que la vida volviera a la normalidad lo más pronto posible...

Pero luego apareció Lily y entonces ya no supe qué hacer...

Una buena mañana, al llegar al entrenamiento, me di cuenta de que los asistentes médicos ya habían cambiado. En vez de Misaki y Hayakawa estaban Saki Aiza y Lily Del Valle. Lo primero que pensé fue que por fin se me haría el poder conocer a esta última...

Muchachos.- dijo el entrenador, dando palmadas para captar nuestra atención.- A partir de hoy trabajaremos con dos nuevos médicos: la doctora Saki Aiza y la doctora Lily Del Valle. Espero que las traten con el respeto que se merecen.

¡Bienvenidas!.- gritó alguien.- Ojalá que pronto me lastime para que alguna de las dos me cure...

¿Qué les dije del respeto?.- rugió el entrenador.

Todos soltamos una carcajada.

Me quité el pantalón y la chamarra de mi traje deportivo y comencé a amarrarme las agujetas. Lily estaba sentada a pocos metros de mí, tomando notas. De pronto, su pluma salió volando de su mano y cayó en el suelo, muy cerca de mi pie derecho.

Lo lamento.- se disculpó.- Creo que estoy algo nerviosa...

No te preocupes.- sonreí, al tiempo que tomaba su pluma y se la entregaba.- ¿Y por qué los nervios?

No sé, quizás se deba a que es mi primer día en el entrenamiento del equipo mayor...

Vamos, no te pongas nerviosa... Verás que todo irá bien.

Gracias.- ella me sonrió y yo me sentí algo cohibido. Nunca me había pasado eso.-Y por cierto... Creo que eres de los pocos que aun no conozco... Soy Lily Del Valle, mucho gusto.

Tsubasa Ozhora. El placer es mío.

Ambos nos dimos la mano. Estoy segura que ella también sintió la misma descarga que yo sentí cuando la toqué...

Saki.

Lily se acercó a mí, muy feliz. Yo me pregunté que qué era lo que le había pasado que la había puesto tan alegre...

¡Qué lindo día! ¿No te parece?.- me dijo.

Claro... .- musité.- ¿Qué te pasó?

¿Cómo que qué me pasó? ¿Por qué me preguntas?

Porque te ves extremadamente alegre...

¡Ah! Creo que me pone de muy buen humor el estar al aire libre...

Lily se puso a bailar y a cantar a todo pulmón. Yo la miré con extrañeza. En eso sí diferíamos ella y yo, yo no era tan escandalosa... Mi mirada captó entonces un movimiento que se había producido a mi izquierda: Tsubasa Ozhora seguía muy atentamente cada uno de los locos movimientos de mi amiga...

No soy idiota ni despistada. Sé muy bien cuando un hombre muestra interés en una mujer y era bastante evidente que Lily despertaba muchísimo interés en Tsubasa...

Me encogí de hombros. Allá ellos...