Diez.

Genzo.

¿Qué debía decirle a Sanae? ¿Qué muy probablemente su esposo estaba enamorándose de otra mujer? Lo dudo mucho...

Y la conocía de sobra como para saber que su radar ya se había activado. Ella siempre había sido muy celosa en lo que a Tsubasa y otras mujeres se refiere, y nunca dudó en hacer escándalo hasta por la cosa más insignificante... Aunque, ya como mujer casada, sus celos disminuyeron en gran medida. Yo estaba seguro a que era porque Sanae ya no se atrevía a celar a Tsubasa después lo ocurrido entre ella y yo...

¿La salida más fácil? Mentir.

No sé de que me estés hablando, Sanae.- le dije.- Yo a Tsubasa lo he notado como siempre...

¿Estás seguro?.- ella me miró con mucho escepticismo.

Plenamente. ¿Qué crees que podría estarle pasando?

Pues no sé, por eso quería que tú me lo dijeras...

Pues yo te digo que no pasa nada, así que tranquila.

Bueno, si tú lo dices...

Sanae se despidió y comenzó a caminar; yo empezaba a suspirar de alivio cuando ella regresó.

Una última cosa.- pidió.

¿Qué se te ofrece?

¿Sabes si...?.- Sanae desvió la mirada y titubeó.- ¿Sabes si hay alguna mujer que esté detrás de Tsubasa?

¿Detrás de Tsubasa en el sentido dé...?.- traté de bromear.- ¿Detrás de él como mamá pollo o algo similar?

No estoy bromeando. Te estoy preguntando que si sabes de alguna mujer que esté intentando conquistar a Tsubasa.

Muchos me dicen que me equivoqué al dar mi respuesta. Otros me dicen que hice lo correcto. A mí no me importa lo que los demás piensen, no me arrepiento de haberle mentido a Sanae. Es cierto que ella es mi amiga desde la infancia pero yo nunca he sido un traidor. Jamás hubiera podido delatar a Lily ni a ninguna otra persona...

No.- negué, tratando de sonar lo más sincero posible.- Que yo sepa, no hay ninguna mujer que esté tratando de conquistar a Tsubasa.

Y, en el sentido estricto de la palabra, estaba diciendo la verdad. Lily no estaba tratando de conquistar a Tsubasa, a pesar de ella estaba enamorada de él.

Muchas gracias por tu sinceridad.- murmuró Sanae.- Supongo que... Supongo que no tengo derecho a preguntar eso...

Y con una mirada triste, Sanae volvió a despedirse.

Taro.

Líos por aquí, líos por allá. Cupido estaba dispuesto a hacer de las suyas... Azumi estaba contándome sobre Aquiles (jajajajaja, si KriTo leyera esto...) uno de los taaaaaaantos trabajadores del campamento. Al principio, el tipo le gustaba mucho y era evidente que ella le gustaba a él... Azumi estaba muy emocionada, esperaba que el tipo pronto la invitara a salir pero el tiempo pasaba y las cosas no avanzaban... Azumi comenzaba a desesperarse...

O sea, ¡es que el tipo es demasiado tímido!.- refunfuñaba.- No me gustan así de tímidos... Llevamos ya tres meses en Barcelona y él no ha sido para venir mínimo a invitarme un refresco...

Bueno, no todos son estilo Wakabayashi, que se lanzan a matar.- comenté yo.- Habemos algunos que somos más reservados...

¿Somos?.- Azumi soltó una carcajada un tanto hiriente.- Y luego tú...

¡Yo soy tímido!

Sí, como no...

En esos momentos, Lily entró con cara de zombie a la mipera.

¿Qué te pasó?.- pregunté, algo preocupado.- ¿Estás bien?

Te ves como si la persona a quien más detestaras te hubiese confesado que te ama.- comentó Azumi.

Pues más o menos eso fue lo que pasó... .- Lily habló en susurros.

¿Qué cosa?

Genzo Wakabayashi acaba de invitarme a salir.

¿En serio?.- inquirí, algo anonadado.

¿Y cómo le dijiste que no? ¿Le contestaste que primero muerta antes que salir con él?.- bromeó Azumi.

No. Le dije que quizás en un futuro aceptaría su invitación.- respondió Lily, como si tal cosa.

Con esta declaración, Azumi y yo casi nos ahogamos con el café que estábamos tomando.

¿Qué hiciste qué cosa? ¡Válgame! Ahora sí que se va a acabar el mundo.- Azumi miraba a Lily como si se hubiera vuelto loca.

¿Qué no se supone que lo detestabas.- pregunté.

Pues algo...

¿Y entonces por qué le diste esperanzas?

Porque quizás sea la salida fácil que he estado esperando.- Lily desvió la mirada.

¿Cómo dices?

Es que... Es que no sé qué hacer con respecto a Tsubasa. Ya no puedo ocultar que cada día me gusta más y pues... Pues no sé por qué creo que quizás a él le esté pasando lo mismo...

Azumi, quien obviamente aun no sabía nada de este asunto, se quedó mirando a Lily con la boca abierta, derramando un poco del café desde la taza que tenía en las manos.

A ver, a ver.- dijo Azumi, cuando se repuso de la sorpresa.- ¿Qué a ti te gusta Tsubasa?

Eh... Sí... .- Lily pareció recordar al fin que Azumi no sabía nada del asunto.

¡Pero si Tsubasa es casado! ¡Y tiene dos hijos!

Ya lo sé...

Ay, válgame. Sí que te gusta el desastre...

Pues por eso ya no sé ni que hacer...

Me parece que lo mejor sería aceptar la invitación de Wakabayashi y tratar de olvidarte de Tsubasa.- aconsejó Azumi.

Sí, quizás eso sea lo mejor pero... No quiero darle falsas esperanzas a Wakabayashi... .- murmuró Lily.

Y a mí no me gustaría que lo hicieras.- añadí.- No me gustaría que alguien jugara con mi amigo, aun así se tratara de ti...

¡No pienso jugar con él!.- gritó Lily, molesta.- Por eso le dije que por ahora no podía aceptar su invitación.

Bien hecho. Aunque la otra mitad del consejo de Azumi no es malo: trata de olvidarte de Tsubasa..- repliqué.

Lo peor del caso es que yo conocía de sobra a Tsubasa como para saber que Lily también causaba impacto en él. Los últimos días lo había visto sonreírse de oreja a oreja cada vez que ella aparecía, por no mencionar la cara de borrego enamorado que se lo notaba cada vez que él charlaba con ella... En fin...

Cambiando drásticamente el tema. ¿Adivinen qué me dijo Aranza?.- Azumi habló con voz confidencial

¿Qué cosa?.- preguntamos Lily y yo.

Que Mutsumi terminó con su novio.

¿En serio?.- me sorprendí.- ¿Y hace cuánto de eso?

Pues serán como unas dos semanas, más o menos...

¡Ah! ¿Qué piensas hacer, Tarito?.- Lily me miró con picardía.

Este... .- comencé a decir, pero Azumi no me dejó acabar.

No vayas a salir con tus babosadas de que no vas a hacer nada. Ahorita mismo vas e invitas a Mutsumi a salir.

Y sin dejarme replicar, Azumi me tomó por el brazo y, con la ayuda de Lily, me empujaron fuera de la mipera y cerraron la puerta. Yo tuve muchos deseos de tirar la puerta y golpearlas a las dos...

Pero después pensé que no sería mala idea hacer lo que Azumi me aconsejaba. Quizás era el momento para actuar... Me dirigí hacia el cubículo en donde trabajaba Mutsumi. Era seguro que a esa hora la encontraría ahí... Y efectivamente, allí estaba ella, leyendo una revista de sóccer, como siempre. Me acerqué lentamente, a pesar de que mis piernas amenazaban con convertirse en gelatina en cualquier instante. Me paré enfrente de ella y traté de decir alguna frase que no sonara demasiado estúpida... Quizás estaría bien empezar con un "hola".

Hola.- murmuré.- Buenas tardes...

Y entonces... No van a creer lo que ella hizo... ¡Se levanto sin contestarme, sin mirarme siquiera y se marchó! ¡Fue como si yo no hubiera estado presente, me ignoró completamente! Me sentí muy ridículo e ignorado... Comencé a pensar que Aranza estaba loca de remate y que solo veía moros con tranchete...

Afortunadamente, nadie vio mi patético intento de acercarme a una chica que parecía no saber de mi existencia...

Genzo.

Tsubasa se niega a hablar de esto, así que tendré que ser yo el que lo cuente.

Después de hablar con Sanae, me dirigí al campo de entrenamiento del Barcelona. Yo sabía que por las tardes los jugadores se reunían para practicar sus pases y siempre me dejaban practicar con ellos. Y como era de esperarse, allí me encontré a Tsubasa.

Sanae tenía razón: ya no era el de siempre. Es decir, seguía jugando al sóccer con la misma pasión pero su trato para conmigo cambió muchísimo. Se dirigía a mí con algo de frialdad y había marcado una distancia entre los dos. Yo no me iba a quedar de brazos cruzados e intenté averiguar qué había pasado.

¿Tsubasa?.- lo abordé durante un descanso.

¿Qué pasa?.- preguntó, secamente.

¿Te ocurre algo? Te noto distante.

No sé a qué te refieres...

Sí que sabes. Incluso Sanae te nota extraño. ¿Tienes algún problema con tu esposa?

No sé, dímelo tú. ¿Tengo motivos para tener problemas con mi esposa?

No empieces otra vez. ¡Eso pasó hace muchos años!

Si lo hiciste una vez puedes hacerlo de nuevo.- Tsubasa me miró con cierto odio.

¿No será que más bien eres tú el que deseas engañar a Sanae?.- le recriminé. No pude evitarlo, perdí el control.

¿Qué intentas decirme?

Sé de buenas fuentes que los últimos días has estado muy cerca de Lily Del Valle.- hablé tan bajo que solo Tsubasa me escuchó.- Niégame que no te ha pasado por la mente el querer tener un affair con ella...

Tsubasa apretó los puños. Estoy seguro de que en esos momentos tuvo muchas ganas de golpearme...

Cuidado con lo dices.- murmuró, entre dientes.- A Lily no la metas en esto. ¿Me oíste?

Vaya que eso te hizo enojar.- le hice notar.- ¿Te molestó tanto que te dijera las verdades en tu cara? Pues nada más quiero decirte que ni creas que te la vas a quedar. Lily va a ser mía, te lo aseguro.

Eso lo veremos.- me retó él.- ¿Qué no has notado que ella no te soporta? En cambio se lleva muy bien conmigo. No voy a permitir que juegues con ella así como has jugado con todas las demás. Lily no es cualquier chica y no permitiré que le pongas las manos encima.

Ambos nos miramos fijamente por varios minutos, en un reto. Las palabras de Tsubasa eran muy claras: evidentemente también estaba interesado en Lily. Debo reconocer que sentí un vacío en mi interior. Era esa sensación horrible que se tiene cuando sabes que la chica que te gusta está enamorada de otro y que, para acabarla, ese otro también está interesado en ella...

Tsubasa.- llamó Misaki. Justo a tiempo, unos cuantos segundos más y muy probablemente nos habríamos agarrado a golpes...

Ya estás advertido.- masculló Tsubasa, antes de alejarse.

Misaki me lanzó una mirada de advertencia. No se necesitaba ser muy inteligente para darse cuenta de que él se había dado cuenta del motivo de nuestra pelea.

En esos momentos, recordé cómo fue que Tsubasa se enteró de la aventura que tuvimos Sanae y yo...

- FLASH BACK-

Sanae, debemos terminar con esto.- le dije a mi amiga de toda la vida.- Tú estás por casarte y lo que estamos haciendo es una estupidez.

Sí, tienes razón.- murmuró ella, presa del remordimiento.- Lo que hicimos fue algo espantoso...

Fue algo que pasó y nada más.- la contradije.- No somos malas personas, simplemente nos dejamos llevar por el momento. Fuimos el producto de las circunstancias. Además, de cualquier manera no pasó gran cosa...

Eso es verdad... ¿Crees que en algún momento podremos decirle a Tsubasa la verdad?

Yo opino que lo mejor sería no decir nada... Que sea nuestro secreto...

De acuerdo...

Sanae me abrazó. Yo la besé como en señal de despedida. Craso error, en ese momento Tsubasa apareció frente a nosotros. Había estado escuchando todo desde la habitación contigua... Como bien dice Sanae, la mirada de dolor que vimos en sus ojos fue el peor castigo que pudimos recibir...

- FIN DEL FLASH BACK-

Y por supuesto, estábamos equivocados. El castigo vendría después, ya sabía yo que las cosas no podían quedarse así... Ahora, parecía que Tsubasa estaba más que dispuesto a hacer con Lily lo mismo que Sanae y yo le hicimos años atrás...