Once.

Saki.

Todos los días veía a Soujiro trabajar, cada vez que iba al comedor a ingerir mis preciados y escasos alimentos. Me habían dicho que era un experto en comida japonesa y era cierto, pero habían omitido que también era un excelente repostero. El comedor se llenaba los días que él cocinaba, todos iban con el único propósito de probar sus deliciosos postres...

Un día fui a comer mucho más tarde que de costumbre, así que prácticamente estaba sola. Soujiro lo notó y se acercó para acompañarme.

Hola.- me saludó.- ¿Te molesta si me siento?

Para nada.- dije yo.- Adelante.

Te haré compañía para que no te sientas sola.

Muchas gracias, aunque en realidad no me molesta estar sola...

Bueno, de todas maneras me quedaré aquí...

Por cierto, déjame decirte que cocinas muy bien... Esto está delicioso.

Muchas gracias.- Soujiro sonrió y desvió la mirada. Me di cuenta de que era una persona muy humilde.

Durante unos momentos no dijimos nada. Él jugueteaba con un llavero de perro que tenía en la mano.

¿Te gustan los perros?.- pregunté, curiosa.

Sí, me encantan.- él sonrió.- Tengo incluso una husky siberiana llamada Saskya. ¿Te gustan los perros también?

En realidad les tengo pavor.- reconocí.- Yo prefiero los gatos.

Uh, y yo le tengo pavor a los gatos...

Ambos reímos. Me agradaba conversar con él.

Y supongo que has de tener un gato... .- comentó Soujiro.

Sí, tengo un gatito negro llamado Ta-kun.- contesté.

Bueno, pues no me lo vayas a presentar...

Claro, siempre y cuando tú no me presentes a Saskya...

Jajaja, por supuesto. ¿Y desde cuando eres amiga de Gustavo?.- Soujiro hizo una mueca leve, pero perceptible.

En realidad, no soy su amiga.- negué.- No lo tolero por mucho tiempo...

¿De verdad? ¡Yo tampoco lo aguanto! Es demasiado... .- comenzó a decir Soujiro.

Pesado.- completé.- Enfadoso. Encajoso.

Exactamente.

Mira, ya tenemos algo en común.

Sí. Quizás incluso podamos aliarnos en su contra y hacerle algunas maldades... .- Soujiro sonrió con picardía.

Yo asentí con la cabeza, sonriendo levemente. Era curioso, pero había sonreído muchas más veces en los 20 minutos que llevaba platicando con Soujiro que en los tres meses que llevaba en Barcelona...

Lily.

Tsubasa y yo cada día nos llevábamos mejor. Nos habíamos vuelto muy buenos amigos, incluso él había comenzado a contarme los secretos de su vida pasada...

Como por ejemplo, que su esposa lo había engañado hacía mucho tiempo con Genzo Wakabayashi.

Sanae siempre me ha apoyado desde que éramos niños.- me platicaba en una ocasión. Ambos descansábamos sobre una suave colina a la sombra de un árbol.- Y siempre supe que ella sería la mujer con quien pasaría el resto de mi vida.

Ya veo.- comenté. Aunque no lo crean, esta revelación no me hería. Sí, me gustaba Tsubasa pero desde un principio le había puesto un control a mi corazón para que no se encelara de su esposa.- Pero según comentan, tú nunca diste señales de estar interesado en ella.

Pues es que estaba tan metido en el sóccer que no tenía mente para nada más...

Uhm, pues no has cambiado gran cosa, eh...

Jaja, tienes razón.- Tsubasa se rascó la cabeza y sonrió con cierta vergüenza. Yo me reí.- Sin embargo, antes de irme a Brasil le confesé lo que sentía pero si te he de ser sincero durante un momento dudé que ella me esperara tanto tiempo...

Pero lo hizo.

Sí, lo hizo. Aunque... .- Tsubasa de repente se puso muy serio.- Creo que no podía esperar que mi aparente desinterés no tuviera consecuencias...

¿Qué quieres decir?

Bueno, es que... .- Tsubasa suspiró y clavó la mirada en el horizonte.- Sanae me engañó una vez...

¿En verdad?

... Con mi mejor amigo...

¿Qué cosa?.- grité.- ¿En serio? ¿Con quién? ¿Con Taro?

No. Con Genzo.

Me quedé con la boca abierta. Eso sí que no me lo esperaba...

Pero... ¿Cómo fue qué...? ¿Qué pasó?.- tartamudeé.

En realidad, no fue gran cosa.- Tsubasa habló cabizbajo.- Solo se vieron unas cuatro o cinco veces y no pasó entre ellos algo íntimo pero aun así...

Lo que cuenta es la intención.- dije yo.- Aunque haya sido algo leve, ellos te engañaron...

Exactamente. Pero no soy rencoroso, decidí perdonarlos a ambos en vez de perder a un amigo y a una esposa...

Ya veo... .- me quedé mirando las agujetas de mis tenis, sin saber qué decir.- Pensaba que Wakabayashi era mujeriego pero no pensé que llegara a tanto...

La verdad, Genzo es del tipo que nada más está buscando a ver qué gorda puede echarse al comal... .- Tsubasa murmuró entre dientes.

Yo me hubiera echado a reír de no ser porque había cierto enojo en su tono de voz. Tsubasa me miró con cierta preocupación.

Ten cuidado con él.- me advirtió.- No me gustaría que terminaras por caer en sus redes.

La verdad es... Que ya me invitó a salir... .- susurré.

¿Cómo? ¿Y qué le dijiste?.- me pareció que el interés de Tsubasa era algo excesivo.

Le dije que por ahora no, pero quizás en un futuro muy lejano...

¿Pero por qué le contestaste eso? ¿Acaso te gusta?.- me di cuenta de que Tsubasa comenzaba a molestarse.

No, pero es el único soltero que está rondándome y pues no voy a salir con un casado... .- respondí, desviando la mirada.

Uhm, entonces no tengo ninguna oportunidad... .- Tsubasa habló en voz baja.

¿Cómo dices?.- lo volteé a ver, algo sorprendida.

Sí. Como no quieres salir con casados, pues entonces yo ya no tengo oportunidad contigo.

Ya te pedí que no juegues así conmigo, Tsubasa.

¿Y quién dice que estoy jugando?

Tsubasa y yo nos miramos a los ojos. Y fue cuando supe que en realidad estaba hablando en serio...

Sabes.- continuó Tsubasa, después de un largo silencio.- A pesar de todo, yo amo mucho a Sanae y la perdoné por su traición. He tenido un matrimonio feliz y estable pero...

¿Pero?.- no sabía con qué cosa iba a salir Tsubasa esta vez.

Pero de vez en cuando llega a mi vida alguna chica que me mueve el tapete y entonces no sé que hacer...

Tsubasa me miró de reojo. Yo fingí no entender de qué me estaba hablando.

Tsubasa.

Tarde o temprano tendría que decírselo a Lily. Este sentimiento crecía cada vez más y ya no hallaba yo cómo sacármelo. Tal vez, si le confesaba a Lily lo que sentía, mis sentimientos se controlarían un poco...

La cosa sería cómo decírselo. Todos los días estábamos rodeados por gente que sabía que yo estaba casado. Era muy difícil platicar con Lily a solas sin que los demás comenzaran a sospechar. Pero de alguna o de otra manera buscaría mi oportunidad.

Y sin buscarla tanto, esa oportunidad llegó.

Una mañana, nos enviaron a todos los jugadores al chequeo médico anual. El destino quiso que Lily fuera la pasante de medicina que me revisara a mí. Confieso que me dio algo de pena que ella me viera sin camiseta y con short, pero algo me dice que ella se sintió igual de cohibida que yo...

Como sea, Lily y yo nos quedamos en uno de los cubículos de la enfermería, con la única compañía de Rosalba, una de las enfermeras. Desde el inicio, Rosalba sospechó que algo me traía entre manos, porque a cada momento buscaba pretextos para dejarnos solos...

En una de esas veces que Rosalba salió (me pareció que en esa ocasión fue en busca de abatelenguas), comencé a bromear a Lily, como se me había hecho costumbre los últimos días. Ya tantas veces le había hecho el comentario de que, por ser casado, no tendría ninguna oportunidad con ella que Lily ya no se avergonzaba por eso. Incluso, Lily me replicaba que ella no aceptaba salir conmigo porque sabía que al final yo me arrepentiría. Pero en esa ocasión, no iba a arrepentirme...

Bueno, ¿y qué harías tú estando en mi lugar?.- le contesté esa vez, sentándome en la silla que estaba enfrente de su escritorio.

¿Hacer qué cosa en caso de qué?.- Lily pareció no entenderme.

¿Qué harías en el caso de que estuvieras casada y conocieras a otro hombre que te gustara muchísimo?

¡Ah!.- la pregunta la tomó por sorpresa.- La verdad... No sabría qué hacer, quizás tendría que estar en esa situación para tomar alguna decisión...

No, de verdad, quiero que me digas.- insistí.- Tú te burlas diciendo que no aceptas salir conmigo porque luego yo me arrepentiría. Pero, ¿qué esperas que haga, cuando sé que en mi casa me esperan mi esposa y mis dos hijos?

Tsubasa, no tenemos que hablar de esto... .- murmuró Lily, débilmente, clavando sus pupilas negras en la nota médica que tenía en la mano.

Sí, yo creo que sí hay que hablar de esto.- insistí.- Porque es estar haciéndome el tonto. Mejor dicho, es estarte haciendo tonta a ti... Porque no se trata de que no quiera, sino de que no puedo...

Se hizo un silencio profundo. Estaba seguro de que Lily había entendido la indirecta.

Uhm, creo que ya la regué.- murmuré.- No debí de haber dicho eso...

Vamos, Tsubasa.- replicó Lily.- Si bien que sabíamos de qué estábamos hablando...

Ninguno de los dos dijo nada por algunos minutos.

¿Sabes? Había algo que te quería preguntar la otra vez, cuando me contaste que tu esposa te engañó con Wakabayashi.- ella me miró con cierta duda.

¿Qué cosa? Puedes preguntarme lo que quieras.- la animé.

Dijiste que de vez en cuando había chicas que te movían el tapete. ¿Qué haces cuando te pasa algo así?

Pues aguantarme. ¿Qué otra cosa?.- murmuré, resignado.- ¿O tú qué piensas?

No lo sé. Eso es decisión tuya...

En ese momento, Lily se levantó y trató de irse. Yo la tomé por el brazo.

Espera, que aun no termino.- la detuve.- He tratado de adivinar qué es lo que puedo hacer con este sentimiento pero no consigo obtener respuesta. Estoy contra la espada y la pared, porque no es que no quiera, sino que no puedo... Estoy muy confundido...

Pues... Debes saber que... .- Lily puso su mano libre sobre mi brazo.- Tú no eres el único... Yo también estoy muy confundida...

Ahí estaba. Su mirada me lo decía todo...

Genzo.

Las cosas no me estaban saliendo como lo esperaba... Empeoraban cada día más...

Una tarde, Lily me vio descansando a las orillas de la cancha. Por la manera en cómo se acercó a mí, me di cuenta de que ella tenía algo importante que decirme...

Hola, Wakabayashi.- saludó, débilmente.- ¿Cómo estás?

Muy bien, gracias.- sonreí.- ¿Pero cuando vas a dejar de decirme Wakabayashi?

Cuando dejes de apellidarte así.- bromeó ella. Noté que ya no le era yo tan desagradable.

Me refiero a que por qué no me llamas simplemente Genzo.- reí.- No tienes por qué ser tan formal conmigo...

Es que normalmente suelo tratar a las personas por su apellido hasta que ellas me permiten llamarlas por su nombre de pila...

Pues ya te doy permiso. Llámame Genzo.

Muy bien... .- Lily esbozó una sonrisa bellísima.- Genzo.

Sonreí para mis adentros. Sentí que había obtenido un pequeño triunfo. ¡Ja! Esa sensación de triunfo no me duraría mucho...

Tengo algo que confesar.- murmuró Lily.- Necesito decírselo a alguien o voy a estallar...

Sabes que puedes confiar en mí.- dije, con firmeza.- No le he contado a nadie sobre... Bueno, tú sabes. ¿Es sobre eso mismo?

Sí.- susurró ella.- Y la cosa va peor... Hace unas cuantas horas Tsubasa me confesó que siente algo más por mi que una simple amistad...

¿Cómo?.- grité, sorprendido.

Sí. Bueno, me lo dio a entender.- Lily suspiró.- Me dijo algo así de que no se trata de que él no quiera estar conmigo sino que no puede porque está casado... Me dijo que está muy confundido... Y yo me siento igual...

Otra vez sentí en mi interior cómo crecía esa maldita sensación de derrota...

Notas:

Había olvidado agradecerle a Soujiro Shioda por permitirme incluirlo en este fic y por las ideas que me dio

Saki, iba a hacer que tuvieras dos gatos, Misaki y Ta-kun, pero olvidé cómo es físicamente Misaki por eso no la incluí, sorry P

Eso de "ver qué gorda puede echarse al comal" significa que un hombre nomás anda viendo a ver qué chica cae en sus redes. Frase dicha por mi ángel negro...

Yelitza, Tsubasa NO ESTÁ USANDO A LILY. Ésta es una historia de la vida real, las cosas están ocurriendo más o menos como las estoy contando.