Catorce.
Sanae.
Y Tsubasa volvió a ser el de siempre. Despreocupado, alegre, siempre pensando en el sóccer... Pero tenía esa mirada...
Una mirada que nunca le había visto.
Si no fuera porque estaba casado conmigo hubiera jurado que... Pero para qué hablar de eso, a esas alturas ya estaba casi segura de que había otra mujer de por medio. Y la verdad es que nunca me atreví a preguntarle a Tsubasa a quemarropa si eso era cierto. Simplemente me quedaba esperando con un nudo en el corazón a que él no llegara a la casa con esa mirada, con esa sonrisa... Yo sabía que cada vez que Tsubasa llegaba así era porque por la mañana había estado con Lily...
Y los rumores se comenzaron a correr. Cada vez que yo iba al campamento sentía cómo la gente me señalaba y hablaba a mis espaldas, pero cada vez que intentaba confrontarlas las personas daban media vuelta y se alejaban. Pero había alguien que no se alejaría, sabía que aun quedaban dos personas en el campamento que me responderían con sinceridad si les preguntaba directamente qué era lo que estaba ocurriendo con mi esposo.
Una de ellas era Misaki. Taro siempre había sido muy buen amigo de mi esposo, pero también era mi amigo. Incluso, cuando Genzo y yo le fuimos infieles a Tsubasa, fue Misaki el que puso orden en el caos. Desgraciadamente, Taro andaba perdido en quién sabe donde.
La otra persona era Wakabayashi. A pesar de que seguíamos siendo buenos amigos, ya rara vez me acercaba a preguntarle algo, a menos que él se cruzara específicamente en mi camino, de lo contrario prefería evitarlo por las razones obvias. No es que siguiera sintiendo atracción por Genzo sino que más bien me sentía mal por Tsubasa... En fin... En vista de que Taro no dejaba ver ni sus luces, opté por acercarme a Genzo. Tan desesperada estaba por saber la verdad que bien hubiera podido ir a hablar con Lily directamente...
Pero para mi gran desgracia, Genzo tenía la misma mirada que tenía Tsubasa... Evidentemente, también Lily Del Valle estaba obrando su magia en él. ¿Por qué rayos no se va con Genzo y deja a Tsubasa en paz? No sé que le pasaba a esa muchacha loca por su mentecita retorcida...
Hola, Genzo.- saludé a mi amigo, una de las tantas veces que fui al campamento.- ¿Estás ocupado?
No realmente.- respondió Genzo, al tiempo que dejaba a un lado la carta que tenía en las manos.- Solo estaba leyendo la carta que me envió mi entrenador en la cual me pide que regrese a Alemania cuanto antes...
¡Ah! Supongo que ha de pensar que ya llevas mucho tiempo en Barcelona...
Y tiene razón, ¿no te parece?.- Genzo sonrió con picardía.- Pero aun tengo asuntos pendientes que arreglar aquí...
¿Cómo cuales?
Luego te explico... En fin, ya veré qué pretexto le pongo para que no cancele mi contrato... Me parece que tendré que decir que mi padre ha convocado a una reunión familiar de un mes de duración y que tendré que estar presente, so pena de ser desheredado...
Jajaja. ¿Y desde cuando te interesa el dinero?
Ya ves. Es solo una excusa.- Genzo se encogió de hombros.- ¿Qué es lo que se te ofrece, Anego?
En primera, que dejes de llamarme Anego.- protesté.- Y en segunda, quiero preguntarte algo... Sobre Tsubasa...
Me lo sospechaba. ¿Qué pasa?
¿Sabes si él me está engañando con otra mujer?
No que yo sepa... .- Genzo me miró con sorpresa por unos instantes antes de responderme.- ¿De dónde te sacaste semejante idea?
Pues es que Tsubasa ya no es el mismo... Tiene en los ojos esa mirada extraña... .- susurré, cabizbaja.
¡Ja! Así ha sido Tsubasa siempre.- se burló Genzo.- La verdad es que sí te engaña con otra. Su nombre es "Pelota".
¡Deja de hacerte el gracioso!.- me enojé, y mucho.- ¡Yo sé que hay una mujer de carne y hueso que está sonsacando a Tsubasa!
¿Y te molestaría decirme en quién piensas?.- inquirió Genzo.- Digo, si dices eso con tanta seguridad es porque al menos sospechas de quién se trata.
Sí.- respondí.- Sospecho de Lily Del Valle.
Genzo siempre fue un hombre hermético que rara vez dejaba exteriorizar sus sentimientos. Si esta declaración le causó sorpresa, duda o incluso culpabilidad, me fue imposible descubrirlo.
Ella es solo su asistente médico y también su amiga.- respondió Genzo, sin titubear.- Me parece que la acusas sin justificación. Además, yo estoy intentando conquistarla.
Eso me parecía evidente.- refunfuñé.- Pero, sin ofender, me parece también que ella apenas y te soporta...
Lo sé... .- en los ojos de Genzo brilló por unos milisegundos un destello de dolor.- Pero no me doy por vencido.
Lo siento.- susurré.- No quise ser tan grosera...
Está bien, no te preocupes. Pero pienso que deberías sacarte esas ideas de la cabeza...
Ya después me dolió enterarme de que Genzo me había mentido. Pero no me sorprendió. Lily Del Valle era una verdadera hechicera y ya había logrado capturarlo en sus redes...
Genzo.
Me parece que Sanae es muy injusta, no solo conmigo sino también con Lily. Ella no es una mala persona, simplemente fue presa de sus sentimientos... Algo contra lo que algunas veces no se puede luchar. La propia Lily había dicho que lo último que quería era que Tsubasa dejara a Sanae por ella. Si Lily hubiera querido habrían podido pasar muchas cosas entre ella y Tsubasa pero no fue así, de manera que no entiendo por qué Sanae es tan dura al momento de juzgarla... Bueno, quizás debería de entenderla un poco más, después de todo era su marido el directamente involucrado en este lío. No sé qué se sentirá el estar en esa situación pero comprendo que no debe ser nada agradable...
Aunque siento que Sanae sí debió ser un poco más comprensiva conmigo. Sí, ella es mi amiga de años. Sí, le tengo mucho aprecio. Sí, ella puede confiar en mí. Pero yo nunca he sido un traidor. Nunca. No hubiera podido jamás traicionar a Lily y en esto Misaki está de acuerdo conmigo. No importaba qué tan grande se estuviera haciendo el lío, no hubiera servido de nada el ir a decirle a Sanae: "Sí, es Lily Del Valle, ella está enamorada de tu marido, ve y acaba con ella", porque ésa no era la mejor solución. O al menos eso pensamos Misaki y yo. La verdad es que yo pensaba que si lograba que Lily se enamorara de mí entonces ella dejaría a Tsubasa y se acabaría el problema. Y Tsubasa no vendría a hacernos ningún tipo de escándalo.
Lo malo fue que las cosas no sucedieron así. Pequé de ingenuo...
Taro.
Como que siento que mi narración va a estar fuera de sitio pero en fin...
Ya les había comentado que por razones del destino (jeje, no sé por qué siempre le echamos la culpa al destino de todo) me desaparecí unos cuantos días del campamento. La verdad era que había alguien que no había olvidado que yo antes también era un as del sóccer (cuando Azumi y Lily lean esto no van a dejar de llamarme "Don Modesto"...). Algunos directivos del Paris St. Germain, un famoso equipo de fútbol francés, estaban interesados en mí. Habían visto mis escasas actuaciones en el entrenamiento del Barcelona y habían quedado sorprendidos, por lo que inmediatamente fueron a hablar con mi jefe para que me permitieran ir con ellos a París a conocer las instalaciones Paris St. Germain. Debo decir que mi jefe dudaba mucho de mis habilidades como futbolista por lo que aceptó en dejarme marchar por una semana, aunque mucho tiempo después el entrenador del Barcelona habría de reclamarle esto...
En fin, me marché a París precipitadamente. Apenas y tuve tiempo de llamarle a Lily y pedirle que le dijera a Azumi que faltaría por una semana al trabajo. Lily no se sorprendió del motivo de mi partida, simplemente me deseó buena suerte. Al cortar la comunicación , lamenté el no poder despedirme también de Mutsumi... Pero muy seguramente, si lo hubiese intentado ella me habría cortado la comunicación sin decirme al menos media palabra...
París. Ya había olvidado lo bello que era vivir en esa ciudad... Francia me recibió con los brazos abiertos, parecía que solo estaba esperando mi regreso...
Cuando llegué al campamento del Paris St. Germain, mi sangre de futbolista volvió a correr por mis venas. En cuanto mis pies tocaron el balón, inmediatamente volví a experimentar el maravilloso sentimiento que surgía en mi interior cada vez que jugaba fútbol... Esquivé a todos los jugadores que se encontraban en el campo en ese momento y anoté un gol estupendo. Grité de la felicidad: estaba en mi elemento.
No estaba arrepentido de haber estudiado Medicina (bueno, quizás sí un poquito, pero hasta Lily y Azumi lo están) pero extrañaba con desesperación el jugar fútbol y no me había percatado de ello. El entrenador y los directivos sonrieron: sabían que yo ya había picado el anzuelo...
Después de una mañana agotadora e intensa, me senté a descansar a un lado de la cancha bastante satisfecho. Miraba con cierta melancolía el cielo despejado de París cuando una voz de mujer me sacó de mi ensueño.
Buenas tardes.- dijo la voz.- ¿Es usted Taro Misaki?
Volteé a ver quién me había hablado. Era una muchacha joven, de rasgos latinos, con cabello largo hasta media espalda muy negro y rizado y unos, debo reconocerlo, bellísimos ojos color verde esmeralda. La chica llevaba en la mano una libreta y un bolígrafo que estaba adornado con plumas rosas en la punta.
Sí, yo soy.- sonreí.- ¿Quién es usted?
Soy Esmeralda La Salle.- respondió la chica.- Y soy reportera independiente y me gustaría hacerle un par de preguntas, si no le molesta...
¿Reportera? ¿Y por qué quiere entrevistar a un humilde pasante de medicina como yo?
Quiero entrevistar a Taro Misaki, una de las grandes promesas, olvidadas por cierto, del sóccer japonés.- respondió la chica, con firmeza.
¿Cómo sabe usted que juego al sóccer?.- me sorprendí.
Aquí en Francia es usted muy reconocido por su labor en el Mundial Sub-l6 de hace algunos años.- respondió Esmeralda.
¿Y tú recuerdas todo eso? Hace ya tantos años que pensé que muchos lo habían olvidado...
¿Cómo olvidar las hazañas de un genio del sóccer como lo es usted?.- Esmeralda sonrió.- Si toda Francia, y estoy segura que también todo Japón, lamenta que no haya seguido los pasos de sus compatriotas, Tsubasa Ozhora, Genzo Wakabayashi y Kojiro Hyuga.
Vaya. Esta chica sabía mucho sobre el fútbol japonés. Esmeralda La Salle. Ya se encargaría ella (y Lily también) de no permitir que yo olvidara ese nombre...
Saki.
Bueno, pues mis compañeros no me permitieron contarles antes el desenlace de mi charla con Soujiro. Como los respeto mucho, no los contradigo ni los insulto, a diferencia de Lily y Azumi quienes ya hubieran hecho un escándalo si Misaki-kun y Wakabayashi-kun hubiesen hablado antes que ellas.
Como sea, ya les había contado que Soujiro me había llevado con él hacia un lugar apartado. Nos sentamos debajo de un árbol y yo esperé a que él comenzara a hablar.
Saki.- me dijo.- Tengo algo importante que decirte...
¿Qué pasa?.- traté de no ponerme nerviosa.
Todos estos días... Desde que te conocí... La verdad es que...
¿Sí?
No he podido dejar de pensar en ti.
Ahhh...
Me puse algo colorada. No podía evitarlo.
Ya no puedo seguirlo negando.- murmuró Soujiro, mirándome a los ojos.- Tú me gustas mucho, Saki...
Sonreí levemente. No podía creer lo que acababa de escuchar...
¿Es verdad lo que dices?.- murmuré.- ¿Es cierto eso?
Por supuesto que lo es.- Soujiro sonrió.- Me gustas muchísimo, me encanta tu manera de ser...
La verdad es que... La verdad es que tú también me gustas... .- confesé, en voz baja.- Mi corazón late muy aprisa cuando estás cerca...
Como bien dijo Lily-chan, me oí súper cursi, pero no me importaba. Ahora sabía que Soujiro sentía lo mismo que yo.
Saki, quería preguntarte algo.- murmuró Soujiro.
¿Qué cosa?
Me preguntaba si... Si quisieras ser mi novia...
¿Y ustedes qué creen que respondí? Cuando les platiqué a Lily-chan y Azumi-chan cómo fue que me hice novia de Soujiro, ellas comenzaron a cantar: Saki y Soujiro, sentados bajo un árbol, besándose...
Yo me reí al escucharlas. La verdad es que eso era lo que había pasado.
Ese día, al volver a mi departamento, me encontré agazapada debajo de un árbol a una pequeña gatita blanquinegra. Era muy chiquita y temblaba, no sabía si de miedo o de frío.
Pobre chiquita.- murmuré.- Te han abandonado.
La gatita me miró y comenzó a maullar débilmente. No pude resistirme.
Ven conmigo.- la tomé entre mis brazos.- Quizás puedas encontrar un nuevo hogar y yo a una nueva amiga.
El intrépido Ta-kun miró a la gata por unos instantes antes de acogerla como su protegida. Me di cuenta de que él había aceptado a la felina tan rápidamente como yo.
Bueno, pues ya tenemos una nueva compañera.- les sonreí a los gatos.- Ahora solo falta ponerte un nombre, pequeña.
No tuve que pensarlo mucho. El nombre había llegado a mi mente casi en el mismo instante en que tomé la decisión de adoptar a la gatita.
Bienvenida a tu nuevo hogar, pequeña Misaki.- anuncié.
Misaki-kun jamás comprendió el por qué yo escogí su apellido para el nombre de mi nueva gata. Pero yo sí.
Ése día había sido muy especial para mí. No solo tenía a mi lado al hombre al que quería sino que también me había conseguido una nueva amiga.
Notas:
Hoy por la mañana, mientras caía en los brazos de Morfeo en la mipera, me llegó la inspiración de crear a Esmeralda La Salle. Me costó un trabajo enorme el encontrar un nombre que me gustara lo suficiente... Obviamente, es un personaje que no existe en la vida real pero que voy a incluir para poder darle un final más o menos decente a esta trágica historia... Jajaja, Esmeralda La Salle rima con Lily Del Valle xD
