Dieciocho.
Sanae.
El día fatal llegó. Siempre supe en mi interior que tarde o temprano me darían esa noticia pero aun así no supe cómo reaccionar cuando sucedió...
Fue por la mañana. Yo estaba realizando mis labores domésticas, viendo cómo mis pequeños gemelitos jugaban felices en su corral cuando el teléfono sonó.
¿Hola?.- contesté.
¿Habla la señora Sanae Ozhora? ¿La esposa de Tsubasa Ozhora?.- era una voz de mujer desconocida para mí.
Sí, ella habla. ¿Quién es?
Una buena amiga.- respondió la mujer.- Solo le llamé para darle una información muy importante...
¿De qué se trata?.- mi corazón comenzó a latir como caballo desbocado.- ¿Pasó algo malo?
Pues todo depende de cómo lo vea usted. Su esposo la está engañando con otra mujer.
Me quedé sin habla. El corazón se me hizo añicos... Tenía que ser una broma. No podía ser cierto...
¿Qué está diciéndome?.- le grité a la mujer que me había revelado lo que yo ya me sospechaba.- ¿Quién es usted y por qué me dice eso con tanta seguridad?
Soy solo una buena amiga.- repitió la mujer, con una voz muy fría y ponzoñosa.- Solo me interesa su felicidad, señora Ozhora... Tenga cuidado con Lily Del Valle, ella es la mujer que ha estado engatusando a su esposo...
¡Eso no puede ser cierto!.- grité.- ¡Tsubasa no puede estar engañándome con otra mujer!
Por supuesto que es cierto, señora Ozhora.- continuó diciendo la mujer.- Sé que le cuesta trabajo creerlo pero es la verdad. Incluso su esposo amenazó con hacer que despidan al jefe de la Dra. Del Valle si éste intentara hacerle algo a ella... Y él le confesó ya a ella que le gusta y ella hizo lo mismo. Han estado reuniéndose a escondidas en el campamento del Barcelona para poder confesarse su amor...
Colgué el teléfono. No pude seguir escuchando más...
Tsubasa.
En el fondo me sentía miserable. No solo había traicionado a Sanae sino que también le había dado falsas esperanzas a Lily. No sé por qué me dejé llevar, no sé por qué le dije a Lily que ella me gustaba... O sea, esto último es cierto pero bien sabemos los dos que nunca vamos a tener nada más que una simple aventura. Y yo no quería darle eso a ella, Lily se merecía una relación seria y Sanae no se merecía que yo la engañara con otra mujer...
Lo peor del caso era que Genzo estaba enamorado de Lily. Y quizás por mi culpa ahora él no tendría ninguna oportunidad. Me dejé llevar por el momento y muy probablemente ahora habría tres corazones rotos... O incluso podría haber cuatro... Pero bueno, quizás no todo estaba perdido, quizás aun pudiera corregir las cosas antes de que fuera demasiado tarde...
Busqué a Lily por todo el campamento, deseando encontrarla sola. La encontré sentada a orillas de la cancha de fútbol de la primera división del Barcelona, en la misma cancha en donde yo hice mi debut en España.
¡Hola, Tsubasa!.- me saludó, muy sonriente y feliz. A mí me dolía tener que quitarle esa sonrisa.
Lily, tenemos que hablar.- le dije, un tanto serio.
¿Sobré qué?
¿Has reflexionado sobre lo último de lo que hablamos?
La sonrisa de Lily desapareció inmediatamente. Había entendido mi mensaje.
¿Lo hiciste tú ya?.- me preguntó, en voz muy baja.
Sí... Lily, perdóname... .- susurré, sin mirarla a los ojos.- Aun pienso que eres una persona muy sensible, muy tierna y muy dulce pero... Yo no quiero hacerle eso a mi esposa... No puedo engañarla... Y pienso que tú te mereces algo mejor de lo que yo te pueda ofrecer...
Lily no me respondió inmediatamente. Vi que parpadeó varias veces, quizás para contener las lágrimas.
Entiendo... .- murmuró.- No puedo responderte otra cosa más que respeto tu decisión. No puedo obligarte a hacer algo que no desees hacer...
De acuerdo... Gracias por comprender... .- deseaba decir algo que sonara menos estúpido.- ¿Siempre amaneces así de hermosa o nada más hoy?
Lily me sonrió con tristeza y melancolía, como queriendo decirme que no necesitaba decirle halagos vanos para hacerla sentir mejor. Ella iba a abrir la boca para responderme cuando de pronto sus ojos negros se clavaron por detrás de mí y se cubrieron de sorpresa. Lily se quedó con la boca abierta. Volteé a ver qué era lo que la había dejado así y yo también me quedé de una pieza. Sanae nos miraba fijamente a los dos, con los ojos llenos de lágrimas.
No puedo creerlo.- musitó.- En verdad era cierto...
Lily y yo nos quedamos sin saber qué decir.
Taro.
La desgracia nos estaba rondando a todos... Ya había alcanzado a Saki, a Lily, a Tsubasa y a Sanae. Y pronto me alcanzaría a mí también...
Había salido a comprarme un par de camisas a una conocida tienda departamental de la ciudad. Justo a un lado de la sección de galletas vi una visión que me dejó sembrado a medio pasillo: Mutsumi.
Se veía completamente diferente. Y no iba sola...
Mutsumi iba prendada del brazo de un muchacho de cabello rubio. No se parecía para nada a ella, así que no creí que fuera su hermano o su pariente... Muy probablemente era su novio... Ella se reía de una manera muy alegre, de una manera en como nunca la había visto reírse en el campamento... Se notaba que era muy feliz...
Mutsumi iba tan feliz con su "novio" que ella no me vio. Dio la vuelta en la esquina del pasillo y se perdió de mi vista. La busqué como loco por toda la tienda departamental esperando encontrarla de nuevo, pero no la volví a ver.
Sentí como mi corazón se rompía. Había sido un verdadero idiota por creer que Mutsumi sentía algo por mí. Me había dejado llevar... Ahora ella estaba en compañía del hombre que amaba y yo... Yo me había quedado solo...
Lily.
Triste y cruel destino...
Cuando Tsubasa me confesó que yo le gustaba me sentí muy feliz. Yo sabía que él no quería engañar a su esposa y él sabía que yo no quería interponerme entre ellos pero a pesar de eso pensé que quizás por una noche él y yo podríamos estar juntos... Por supuesto que no iba a ser así...
Lily, perdóname... .- susurró Tsubasa, sin mirarme a los ojos.- Aun pienso que eres una persona muy sensible, muy tierna y muy dulce pero... Yo no quiero hacerle eso a mi esposa... No puedo engañarla... Y pienso que tú te mereces algo mejor de lo que yo te pueda ofrecer...
Mi corazón se rompió en mil pedazos. Tuve que hacer un esfuerzo enorme para no soltarme a llorar. Acepté mi derrota, ¿qué más podía haber hecho?
Entiendo... .- murmuré.- No puedo responderte otra cosa más que respeto tu decisión. No puedo obligarte a hacer algo que no desees hacer...
De acuerdo... Gracias por comprender... .- respondió Tsubasa.- ¿Siempre amaneces así de hermosa o nada más hoy?
Era obvio que intentaba ser amable, pero ese piropo me hizo sentirme mucho peor. Quería decirle a Tsubasa que no necesitaba decirme halagos vanos para hacerme sentir mejor cuando de pronto me di cuenta de que detrás de él estaba parada su esposa y nos miraba fijamente, llorando como una magdalena. Tsubasa notó mi reacción y volteó a verla, para después quedarse tan petrificado como yo.
No puedo creerlo.- musitó su esposa.- En verdad era cierto...
Sanae, no es lo que tú crees... .- tartamudeó Tsubasa, bastante preocupado.- Por favor, déjame explicarte...
¿Cómo te atreves a negármelo? ¡Acabo de escuchar que le dijiste que se ve muy hermosa el día de hoy!
Por favor, Sanae, Lily es solo mi...
¡No te atrevas a decirme que solo es tu amiga!.- la muchacha estalló.- ¡Sé muy bien que han estado viéndose a escondidas para confesarse su amor!
Tsubasa se quedó callado, bastante sorprendido. Yo los miraba a los dos con ojos como platos...
O sea que es verdad... .- murmuró la esposa, con los ojos bañados en lágrimas.- No te atreves a negármelo porque bien sabes que es cierto...
Sanae, por favor, perdóname... .- musitó Tsubasa.
Entonces también es verdad eso de que amenazaste con correr al jefe de la chica si éste se atrevía a hacerle daño...
Ay, Dios... .- murmuré.
¿Cómo es que Sanae se había enterado de eso? ¡Tsubasa y yo estábamos solos cuando él pronunció esa amenaza! Y de pronto se me vino a la mente la respuesta...
Por supuesto. Solo Genzo sabía esa información. Él me había traicionado...
Azumi.
Quién sabe en dónde rayos se habían metido todos. No podía encontrar ni a Saki, ni a Lily ni a Taro. Estaba sin trabajo y me aburría como una ostra... Por uno de los pasillos me encontré vagabundeando a Genzo Wakabayashi.
Hola, Hayakawa.- me saludó.- ¿No has visto a Tsubasa?
Hola, Wakabayashi.- respondí.- No, no lo he visto. ¿Y tú no has visto a Saki, a Taro o a Lily?
No, a ninguno. Y por cierto que a mí también me interesa encontrar a esta última...
Vaya, es cierto. Te gusta mucho Lily, lo olvidaba...
¿Tan evidente es?.- Wakabayashi sonrió con algo de vergüenza.
Pues es que desde que ella llegó no has hecho otra cosa que intentar conquistarla. Al menos ya conseguiste que ella consiguiera aguantarte por más de 5 minutos...
¡Qué graciosa!.- gruñó Wakabayashi.- ¿Y tú ya conseguiste conquistar a Misaki?
¿Qué cosa?.- grité.- ¡No digas tonterías, Taro y yo somos amigos únicamente!
Sí, cómo no... .- se burló el portero.
Ya déjame en paz...
En esos momentos pasó González, uno de los jugadores del Barcelona.
Vaya, vaya.- gritó.- Voy a decirle al doctor Misaki que lo estás engañando con su mejor amigo, doctora Hayakawa.
¡Dejen de decir estupideces!.- grité.- ¡Ni estoy engañando a nadie con Wakabayashi ni Taro es mi novio! Taro es como mi hermano.
¿Ahora resulta que son hermanos?.- se burló González.- Vaya, vaya, los hermanitos Japón...
Wakabayashi soltó una carcajada. Me dieron ganas de patearlo en la espinilla...
Muy bien, doctora Hayakawa, siga con sus asuntos.- dijo González.- Y si veo a su "hermanito" le diré que se cuide porque quizás ya tiene un cuñado...
¡Deja de reírte!.- le grité a Wakabayashi, quien aun se carcajeaba con ganas.- También te afecta a ti.
Me tiene sin cuidado lo que piensen.- replicó Wakabayashi.- No me preocupo por los rumores.
De pronto, vimos que Lily apareció por el extremo del pasillo y que se acercaba a nosotros con rapidez. Vi que Wakabayashi sonreía de oreja a oreja... Yo también sonreí. Claro que se le notaba que la chica le gustaba...
Hola, Lily-chan.- la saludé.- ¿En dónde estabas?
Nos preguntábamos en dónde podrías... .- comenzó a decir Wakabayashi pero ella no lo dejó terminar.
Lily llegó hasta donde estábamos nosotros, se acercó a Wakabayashi y lo golpeó con fuerza en la mejilla. Él la miró con mucha sorpresa. Yo me quedé con la boca abierta.
¡Maldito traidor!.- gritó Lily, furiosa.- ¿Cómo pudiste traicionarme?
¿De qué hablas?.- preguntó Wakabayashi, cuando se recuperó de la impresión.
¿Y todavía me lo preguntas? ¿Cómo puedes ser tan cínico?.- Lily temblaba de la rabia que sentía.
De verdad, no sé de qué me estas hablando... .- Wakabayashi trataba de comprender.
¡La esposa de Tsubasa ya se enteró de que él y yo nos hemos estado viendo a escondidas!.- gritó Lily con tanta fuerza que sus palabras resonaron por el pasillo vacío.
Wakabayashi y yo la miramos con la boca abierta. Se avecinaban los problemas...
Notas:
Recuerden que cuando Tsubasa llegó al Barcelona tuvo que jugar en la primera división del equipo por órdenes del entrenador Vaan Sal (o como se escriba). Por lo tanto, se puede decir que su debut lo hizo con el equipo de la primera división.
Si todo sale bien y no me entusiasmo (como suele suceder) el siguiente capítulo será el último.
