El hombre se frotaba las manos ansioso, caminaba de un lado para otro en la sala, de seguro si continuaba así haría un orificio en el suelo. No podía evitar mirar la enorme puerta de madera francesa.
La duda le quemaba las entrañas ¿sería posible que el heredero de aquella familia fuese un traidor? Quizás sólo fuesen rumores pero debía estar seguro antes de llevar a cabo la ceremonia.
Un fuerte golpe lo sobresaltó, la puerta se había abierto y de ella salía un hombre con un elegantísimo desplante y una melena rubia al extremo.
-buenas noches, Nott ¿qué se te ofrece?
-Buenas noches, verás, Lucius, mi hijo Theodore, me ha dicho que últimamente Draco habla con mucha frecuencia con una muggle.
-eso es imposible. Draco sabe muy bien que lo tiene prohibido. Es algo de lo que me he preocupado fomentar en él desde pequeño.
-lo sé, pero es extraño, yo te informo, porque como ya sabes se acerca el ensayo de la ceremonia, donde además elegiremos los que estarán en la real y no podemos correr riesgos.
-tranquilo, de Draco me encargo yo, no ocurrirá nada que no tengamos planeado.
-confío en ti, Malfoy, confío en ti.
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Hermione Granger mantenía sus ojos firmemente cerrados, mientras abrazaba por detrás a Draco Malfoy, quien a su vez sostenía su varita en lo alto amenazando a otros dos estudiantes que hacían lo mismo.
-Vamos, bajen las varitas, peleen como hombres!!- gritó el prefecto rubio.
-no estás en condiciones de pedir algo... fue un placer, Draco.
-petrificus totalus!!
Hermione abrió un ojo, pero luego abrió el otro de golpe, ahí tirados 3 sujetos totalmente tiesos, miró a todos lados y para su asombro su amigo Ron Weasley bajaba despacio la varita.
-Ron!- Hermione corrió a abrazarlo y rompió a llorar nuevamente.
-¿qué paso? ¿por qué abrazabas a Malfoy? ¿por qué te estaba defendiendo?
La chica tragó saliva- no soy la persona para explicártelo, tenemos que hablar con Dumbledore, Ron, por favor, ve a buscarlo.
-no te dejare sola... olvídalo
-estaré bien, lo prometo.. corre!
-pero cuando regrese me explicarás todo- el colorín se perdió en una esquina, y la joven aprovechó para ver el estado de Malfoy.
Éste tenía los ojos abiertos, dejando ver sus atrayentes pupilas azul-grisáceo, Hermione acarició con suavidad la mejilla, estaba fría, pero era sumamente tersa, la piel del chico parecía porcelana, posó uno de sus dedos en la boca, en aquellos labios que habían sido protagonistas de un tierno beso.
Su corazón aumentaba el ritmo en cada latido, inconscientemente fijó la vista en su anillo, en cierta forma todo había comenzado por esta joya.. ¿por qué demoraba tanto ron? ¿qué le diría?.. "sabes, Ron, me enamoré de Malfoy..." paró sus pensamientos en seco, primero, obviamente no podía decirle eso a Ron y tendría (para su horror) que mentirle.. y segundo.. acababa de aceptar que... se había enamorado!!
Pero que dile le ponía la vida en su camino, pues, seguro que Malfoy actuaba así para luego burlarse de ella... pero.. se había cambiado de "bando"... ¿cómo lo tomaría Lucius Malfoy? En cierta parte comenzaba a comprender al joven Slytherin', con un padre así.. cualquiera puede ser tan arrogante, frío, orgulloso, petulante, abusador, etc, pero al parecer el menor de esta familia podía ser "salvado"...
El ruido de unos pies corriendo la obligó a separarse del muchacho, juntó las agotadas fuerzas y tomó el valor necesario para encarar a su amigo; por fin ahí estaba Albus Dumbledore, Ron Weasley y.... Harry Potter.
-bien, Srta. Granger, vamos a tener una leve conversación los 5- el director levantó a Malfoy, a los otros dos los envió a enfermería- Sr. Malfoy, si me hace el favor de seguirme.
El mago comenzó su camino, el resto de las miradas se posaron en Hermione, quien pasaba de una en otra sin saber como responderle a cada una, para su fortuna, Ron y Harry la ayudaron a caminar, mientras el rubio los seguía desde más atrás.
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Jamás pensó en que las cosas se complicarían tanto, pero tanto esfuerzo estaba dando sus frutos, la chica de la que se había enamorado, poco a poco, le correspondía a su necesidad de querer y entregar cariño a un alguien en especial.
Ese alguien estaba en ese mismo despacho, escuchando con nerviosismo las palabras de Dumbledore, él no podía dejar de observar de reojo, tenía sus ojos hinchados y el cuerpo cansado...
-.... por eso es que necesitamos del señor Malfoy, pero para que este plan resulte, ustedes deben seguir siendo los "mismos de siempre" es decir actuar ante el resto del alumnado.
-¿que está queriendo decir?- interrumpió Harry
-que hagan las paces, por supuesto, los 4... o mejor dicho ustedes 3 y el señor Malfoy, espero que seáis lo suficientemente maduros para que esta misión no falle y todo no vuelva al comienzo otra vez.
Harry y Ron intercambiaron miradas cómplices, realmente Dumbledore había soltado su último tornillo, miraron a Hermione y al parecer estaba dispuesta a acatar la orden del profesor. Luego de minutos de intento erróneo de contradecir ambos le tendieron la mano a su máximo enemigo de escuela hasta ese entonces... Draco Malfoy.
-muy bien, bueno, ahora... debemos ver que haremos con Zabini y Nott, ellos aún no despiertan y he pensado en borrarles ciertos detalles de su memoria- Hermione hubiese jurado que le guiñaba el ojo a ella y a Malfoy- y Draco pronto irá a un "ensayo" de esta ceremonia, tengo entendido que ahí se nombraran los nombres que estarán en la real.. de todas formas usted señor Malfoy nos informará a su regreso, además.....
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Los exámenes ya llegaban para el fin del 1º semestre y antes de Navidad, todos los alumnos de 7º rendían los ensayos de los EXTASIS que serían para fines del segundo semestre.
Hermione Granger había conseguido estudiar lo suficiente como para sentirse segura al dar sus respuestas, aunque ella insistía que era muy poco, pero por el tiempo que pasaba hablando con Draco Malfoy se le había muy difícil concentrarse.
Hermi estaba descubriendo cada segundo algo nuevo del joven, y no podía evitar que le encantase más y más el chico, además ya no se batía en un duelo de miradas con Harry y Ron, bueno, no eran amigos, pero se guardaban su comentarios para si mismos.
Por otro lado, aún no lograba nada de información de la medalla, solo sabía que a Malfoy se le hacía muy familiar, pero no era la gran cosa.
Luego del difícil test de transformaciones, el último de todos, los alumnos abandonarían el colegio para ir a sus casa a pasar las vacaciones, Hermione también lo haría, así que subió a dejar sus libros para luego bajar a cenar.
Se sentó, como de costumbre, entre Ron y Harry, dándole la espalda a los Slytherins, no alcanzó a pasar un segundo para que se sintiera observaba, un temer acongojante invadió a la chica, luego de esta noche no vería a Malfoy hasta dos semanas más...
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Caminaba despacio entre los cientos de estudiantes hasta los carruajes, no quería abandonar el castillo sin decirle adiós, de pronto, no vio nada, unas suaves manos tibias ocultaban sus ojos, el aroma de Hermione llegó bailando al ritmo del silencio hasta sus oídos, se fueron moviendo hasta un carro vacío.
La chicha le permitió ver nuevamente, Draco se dio a vuelta y quedaron frente a frente, la joven tomó asiento, cerca de una ventanilla y el rubio se acomodó al lado contrario, manteniendo así la vista en los ojos del otro.
-pensé que no sería mala idea irme contigo, ron y Harry no irán a casa y pues...- las mejillas de la Gry se tornaron ligeramente rosadas.
-no hay problema- él le sonrió de lado.
La nieve caía, y los acompañó sin estorbar hasta la estación, donde tomaron el expreso de Hogwarts, se las arreglaron para estar nuevamente a solas, se pusieron a comentar, eso sí bajando la voz, sobre el ensayo de la ceremonia.
-espero que tu padre no sospeche más.
-dudo que no siga sospechando, cuando algo se le mete en la cabeza, no sale tan fácilmente.
-haz las cosas con cuidado, por favor...
Draco le sonrió con los ojos, y le confirmó con su vista que haría lo que ella decía, poco a poco fue moviendo su mano hasta alcanzar la de Hermione.
-hay algo que quiero que sepas- el muchacho tomó aire y cruzó su mirada una vez más con la de la chica, le transmitió así su miedo, un miedo muy singular- pero antes, prométeme que no te burlarás.
-está bien... ¿de que se trata?
-hace ya un buen tiempo he descubierto cosas que antes jamás me hubiera imaginado ocurrirían..
-¿a que te refieres? ¿que cosas?.. me estás asustando..
-me refiero a traicionar a mi padre, a ser amable con Potter y Weasley, a estar engañando todos mis principios, por una sola razón- los peculiares ojos de Malfoy tomaron un brillo especial- y esa razón.... eres tú.
Hermione Granger tuvo que poner una mano en su pecho para que su corazón no lo rompiera, una tímida sonrisa se asomó en su contradecido rostro.
-disculpa, sé que obviamente tú no sientes lo mismo, pero quería que lo supieras... yo...
no pude seguir hablando, pues de pronto, sus labios fueron cerrados y presionados por otros, era la segunda vez que probaba el sabor de aquellos besos amados. Él ubicó sus manos en la cintura de ella, era tan agradable sentirla en esa faceta.
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-bienvenido a casa querido, Draco, tu padre espera por ti en el escritorio como de costumbre, manteniendo ese elegante desplante salió de la habitación del joven con su lujosa túnica; por una extraña razón al rubio le pareció que la mujer escondía algo, pero decidió bajar pronto a ver que noticias tenía su progenitor.
El gran despacho de Lucius Malfoy estaba revestido en libros de toda clase, sobre muebles de una antiquísima madera, la chimenea tenía en su interior la cabeza de hombre, el cual miró al joven y se despidió apresurado de la persona con quien hablaba.
-puede comenzar a informarme- el patriarca de dirigió a su escritorio sin siquiera mirar a su hijo- ¿y bien?- se apresuró a agregar.
-no es mucho, Dumbledore como siempre apoyado por san Potter- simuló una mueca de profundo asco, como las que hacía cuando hablaba de Hermione con el resto de los Slytherins.
-al grano, Draco, ¿que ocurrió con Nott y Zabini?
El chico tomó una bocanada de aire y valor, debía mentir una vez más- no lo sé, padre, creo que se unieron y tienen un plan en mi contra, desconozco el por qué, pero es la verdad.
Lucius no parecía muy convencido, se acercó de forma amenazante hasta él, las negras perlas del hombre examinaron cada rincón del heredero de la familia, éste por su parte hacía hasta lo imposible por simular ser sincero; el duelo duró un par de segundos, sin victoria para el mayor.
El ex Sly retrocedió hasta atrás de su escritorio, juntó sus dedos y los entrelazó -está bien, cambiando de tema, el ensayo de la ceremonia es en dos días, confío en que no haz olvidado tus prácticas y quedarás seleccionado, ahora ve a tu cuarto, a las 9:00 en punto baja a cenar.
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Su cuarto estaba sin cambio alguno desde que lo dejo el 1º de septiembre. Encendió la radio y se recostó en su cama, por alguna razón el techo le pareció entretenido, juntó sus ojos e imaginó la gris mirada de Draco Malfoy.
Al ritmo de la lenta música la chica fue recordando la escena del tren, un joven arrogante y orgulloso le demostraba que poseía sentimientos y en especial hacia ella.
Su estómago brincó con solo recordarlo, ella le correspondía a esos sentimientos, pero no todo era felicidad, tenían que enfrentarse a un mar de problemas que se avecinaban a ellos como una gran ola.
Pero no quería pensar en problemas, los desecho todos a un basurero temporal y se concentró en el ice-berg que se estaba derritiendo, que era el corazón del propio Malfoy.
Unos golpecillos en el vidrio sobre su mesita le provocó sentarse de prisa, soltó un suspiro al ver que solo era una lechuza; era preciosa, negra como la noche, de ojos amarillos que simulaban dos lamparillas.
Hermione Granger abrió la ventana, con el presentimiento de saber quien era remitente, desdobló el pergamino y leyó sin poder reprimir una hermosa sonrisa, releyó varias veces hasta memorizar cada te quiero de la perfecta caligrafía de Malfoy. Sin muchos rodeos respondió con la misma lechuza.
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Mientras se llevaba el cubierto a la boca con un trozo de comida se le hizo imposible no notar el brillo en el cuello de su madre, un resplandor dorado iluminó de pronto sus pensamientos ¡como no lo había notado antes?.. pero...
-Draco, responde, es la tercera vez que tu madre te habla.
-lo siento, un terrible dolor de cabeza no me deja pensar.
-Draco, querido, te acabo de preguntar si tienes a alguien en especial para el baile luego del ensayo de la ceremonia.
El cerebro del rubio hacía todo lo humanamente posible para dar una respuesta rápida, si decía no, parkinson se le colgaría en un, dos por tres, pero no podía llevar a Hermione... a no ser que...
-Si, madre, tengo pensado invitar a alguien.
-me gustaría saber el nombre, la voz de Narcisa sonaba ansiosa.
-ya lo verán, ya lo verán...
Luego de las rutinas protocolares de la familia Malfoy, Draco regresó a su habitación, debía esperar a Mes para escribirle a Hermione, pero eran tantas cosas las que tenía que decir que se puso a escribir de inmediato.
"Querida Hermione: tengonuevas buenas acerca de la medalla,
pero me gustaría verte y decírtelas personalmente
¿te interesa venir pasado mañana a un baile?, te puedes hacer pasar por una extranjera y no tendríamos problemas con mis padres.
Además tengo otra cosa que decirte, por favor respondedme luego.
Con cariño Draco Malfoy."
Aunque no ocupaba ni medio pergamino, le tomo casi media hora escribirle a la chica, para ese entonces, Mes no regresaba aún.
Se sentó impaciente en uno de sus sofás de cuero negro y como un susurro la imagen de unos rizos castaños y una sonrisa perfecta comenzaron a vagar por su mente.
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Fin capitulo!!.. se declaro!!!! Wow, el final no me gusto musho pero les aseguro ke lo que se viene es musho mejor!! No se lo pueden perder.. a una cosita.. no olviden los reviews!!! besosssss
