Capitulo II: Visitas inesperadas

Le vendaban con celeridad la herida, con mucho cuidado de no causarle mas dolor del que ya debería estar sintiendo, era profunda, sin duda necesitó mas que una simple curación, si no hubiera sido por ellos quien sabe que le habría pasado, estaba recostado en la enfermería de la fortaleza volante, daba las gracias de que el oficial médico en jefe no estuviera ahí, si no, la persona que lo atendía estaría en serios problemas...

-Yo no debo estar aquí- dijo el hombre bestia muy preocupado- si alguien se llega a enterar......

-Nadie lo sabrá- le interrumpió el oficial-

-pero yo soy un esclavo y no debería...........

-¡Quieres dejar esa idea de una buena vez!- le respondió con enfado en su voz- para mi no hay diferencias entre oficiales, esclavos, reyes o lo que tu quieras, para mi todos son enfermos- le sonrió  haciéndole notar así que el enfado no era en serio-

Jajuka también sonrió, después comenzó a relatarle al oficial como inició el incidente, habían sido ya tres ocasiones en las que esto ocurría, no dejaba de repetirle lo afortunado que fue de que ambos estuvieran cerca, los chamanes ni siquiera prestaron atención a sus constantes peticiones de ayuda pero cuando se enteró de que el General Quimera había ido a vistar a Folken no dudo en ningún momento en que el si atendería a sus suplicas, no lo encontró solo, el oficial estaba con él, esto le causó cierto alivio, ellos eran los indicados para manejar esa situación.

 Iba caminando sobre sus pasos seguros en la fortaleza, hacía días que no veía esas enormes paredes lúgubres y frías, buscaba a una persona en especial, era importante encontrarlo ya que de no ser así ni siquiera se hubiera atrevido a entrar, odiaba ese lugar que mas le parecía un cementerio que otra cosa.

Al pasar por la enfermería  vio con ojos de incredulidad a 8 jóvenes vestidos con uniformes azul y negro la gran mayoría con la nariz rota, eran atendidos por el oficial médico en jefe, quien apenas se daba abasto y no daba crédito a tanta crueldad. Aunado esto a los varios  técnicos accidentados desde hacía mas de tres días cuando se colocaron los mantos de invisibilidad y la máquina de modificación del destino sufrió un grave desperfecto.

-Seguramente Lord Dilandau hizo alguna de las suyas- su voz  arrebató el silencio que gobernaba en la fortaleza-

Siguió caminando, sentía escalofríos al estar ahí, aceleró su marcha, al doblar a la derecha en un corredor se topó de frente con un soldado que usaba el mismo uniforme que acababa de ver en los jóvenes de la enfermería,  ni siquiera se digno a verle a la cara siguió caminando hasta que la voz del joven soldado le sorprendió.

-¿Pero que tenemos aquí?-  el tono de la pregunta no le agradó nada- ¿Qué hace  en esta parte de la fortaleza a tan elevadas horas de la noche?- le miraba detenidamente-

-¡Nada que le interese soldado!- respondió en tono enérgico y con mirada desafiante-

-¿Con que .... muy valiente eh?- el soldado se le enfrentó-

continuaba fulminándolo con la mirada-¡Hágase a un lado! – le ordenó-

Repentinamente la mirada del soldado se aterrorizó después se encuadró e hizo una amplia reverencia para finalmente quedarse inmóvil.

-¡Gracias General!- dijo al percatarse de una presencia a sus espaldas-

-¡Soldado!- la voz se escuchó por todo el lugar- ¡Que sea la última vez que le faltas al respeto a un superior!-

-¿Superior?-

-Sí, superior- reafirmó- ¡ahora retírate!-

-Si, si general- hizo una amplia reverencia y se perdió entre los oscuros corredores-

el joven General al salir de las sombras que lo ocultaban, le cuestionó sobre como se había dado cuenta de su presencia, era obvio, la imponente figura y mirada penetrante que le caracterizaban era la única que causaba una reacción semejante en los jóvenes reclutas, el general le miró extrañado, ¿Acaso tanto miedo inspiraba? Dejó esa idea de lado y después le comentó sobre su presencia en ese lugar pues tenía noticias de que estaba de vacaciones, la respuesta fue muy sencilla visitaría a alguien.

-Capitán- dijo el general- deberías ejercer mas ese título

Guardó silencio y después le contestó  que ese titulo no significaba nada, no tenía a ningún escuadrón a su mando, solo era un adorno regalado por su influyente padre, gran amigo del general Adelphos, la excusa de que por salvarle la vida merecía ese nombramiento, le molestaba,  siempre le había parecido falsa y aunque realizó todo el entrenamiento sentía que no tenía méritos suficientes para que ni siquiera le nombraran de esa forma.

El general lo sabía pero para el, si lo merecía, le había visto pilotear guymelefs de una manera espléndida, blandía la espada con valentía y determinación,  y tenia don de liderazgo, pero después de varios años decidió mejor dedicarse a la medicina, un campo que se le facilitaba y le agradaba mas, esto molestó muchísimo a su padre pero no le importó, y después de conseguir hacia unos pocos días su nombramiento de oficial médico se ganó por fin la aceptación y respeto no solo de su influyente padre, pues esta vez lo había conseguido por mérito propio.

Se encaminaron hacia los camarotes de los oficiales, El general Quimera le comentó que el también estaba en la fortaleza para visitar a alguien, para ser exactos al nuevo estratega, le dijo lo conocía desde hacía tiempo, le habló de sus habilidades y maravilloso ingenio, de que no podía creer como un hombre tan joven hubiera logrado tanto en tan poco tiempo. 

-usted es muy joven también- le respondió-

Trataba de hacerle ver que siendo el aún mas joven que el estratega había conseguido también grandes logros en poco tiempo.

-Tu también- le dijo- eres apenas un año mas joven que yo y podrías llegar aún mas lejos si lo desearás......

-Gosser!!!!- un hombre bestia se acercaba presuroso, el rostro del general se llenó de una preocupación enorme a medida que se iba acercando mas,  se detuvo frente a ellos y cuando pudo recuperar el aliento le suplicó lo siguiera pues necesitaba ayuda, al ver al nuevo oficial médico a su lado se alegró mucho mas y le pidió también le siguiera. Los tres salieron a toda velocidad perdiéndose entre los corredores que iban hacia los camarotes principales destinados para los miembros del escuadrón del dragón.

........ Salieron de los camarotes, el hombre bestia tenía una profunda herida en su brazo izquierdo, pero todo parecía estar ahora bajo control, decidieron llevarlo a la enfermería y para su suerte a pesar de haber tantos pacientes el oficial médico en jefe había sido llamado por el estratega.

 El oficial terminó con su trabajo y comenzó a guardar todos los materiales en los diferentes cajones y en los botiquines de la enfermería, Jajuka se levantó, sintió un leve mareo y el oficial lo alcanzó a sostener antes de caer.

-Deberías quedarte a descansar unas horas- le dijo ayudándolo a incorporarse- con el General rondando por aquí no creo que alguien tenga el valor para siquiera acercarse-señaló hacia la puerta, el general se había quedado tras ella-

-Es verdad no recordaba que Gosser se había quedado aquí- contestó Jajuka, mientras era ayudado a recostarse en la camilla nuevamente,  después se dirigió al oficial- he notado que lo llamas General- le hacía esta pregunta ya que consideraba que dos personas que se llevaban tan bien no se deberían hablar con tanta formalidad- ¿Por qué no lo llamas por su nombre? Así como el lo hace contigo-

-El es mi superior, acuérdate que trabajo todavía para la guardia imperial, si es que a eso se le puede llamar trabajo- dijo en un tono irónico que le arrancó una sonrisa a Jajuka-  y lo peor si lo llamara por su nombre seria como una falta de respeto, ya ves como son esas normas militares, nunca voy a alcanzar a comprenderlas, a veces se me olvida el saludo y no quiero imaginarme si le llegara a decir solo "Gosser " delante de sus subordinados es capaz que me manda una semana a algún frio calabozo y a base de pan y agua- Jajuka trató de contener una carcajada pero no pudo.

-No creo que el te seria capaz de hacerte eso- después le miró y notó una extraña mueca en su rostro- ¿o si?- le preguntó algo incrédulo.

-¿ Tu que crees? yo no estoy hablando por hablar-

Los recuerdos agolparon  a su memoria y le comenzó a relatar a Jajuka lo que ocurrió cuando conoció al general Quimera,  se encontraba en la academia de oficiales de élite tenía conocimiento de que el General Adelphos estaba de visita en el lugar y necesita entregarle un mensaje urgente, al pasar por uno de los hangares vio a dos estudiantes que practicaban con sus guymelefs, pero al acercarse mas se dio cuenta que no era una simple practica, era una pelea real, uno de los estudiantes aparentemente mucho mejor que el otro tenía sometido a su compañero, el guymelef de éste se encontraba en el suelo  y su rival amenazaba con destruir ya la cabina de mandos, rápidamente subió a un alesides colocado a su lado izquierdo y de un solo golpe mandó el guymelef del rebelde estudiante varios metros lejos,  el estudiante se levantó enfurecido y lo comenzó a maldecir por haber interferido

-¡¿Qué esta pasando aquí?! - Una potente voz se escuchó por todo el hangar, esta le distrajo y el estudiante le dio una fuerte embestida mandando su guymelef contra otros tantos que estaban ahí. Era el general Quimera, en ese entonces instructor del par de estudiantes, iba acompañado del sargento Marceus y un par de instructores mas, sin esperar a que le dieran una explicación pues parecía que no era la primera vez que ocurría un incidente como ese, los castigó mandándolos una semana a un calabozo  a base de pan y agua.

-¿A ti también?- le interrumpió Jajuka-

El oficial continúo con el relato

-El general solo dio la orden, y salió furioso del hangar dijo que después hablaría con nosotros tres personalmente, al anochecer el apareció, nos reunió en una sola celda, recuerdo que dijo que ninguna excusa nos salvaría y que por haber dañado también los guymelefs estaríamos suspendidos varios días, creo que me confundió con uno de sus estudiantes, pero cuando me vio mas de cerca lo hubieras visto, esa expresión de sorpresa en su rostro nunca se me va a olvidar- sonrió al recordar- por un momento pensé que se le saldrían los ojos y abrió la boca de una manera que.....- Jajuka soltó en carcajadas, pues podía imaginarse todo el cuadro y la forma en que relataba le parecía muy graciosa- interrogó a los estudiantes y finalmente se enteró de lo que realmente había pasado, estaba muy apenado pero aún así me dijo:

" Es una vergüenza  que te hayas distraído de esa manera "

-Así que me dijo que me quedaría a entrenar varios días con los demás instructores, y pues.... ¡¡Hay que barbaridad!!!- exclamó- en mi vida había tenido un entrenamiento mas duro que ese-

-Pero  lo del calabozo- volvía a hablar Jajuka- Todo fue un error-

-Si pero estuve todo el día ahí, no quiero ni imaginar como la habrán pasado los estudiantes, ellos se quedaron toda la semana, era un instructor muy estricto pero a la vez muy justo y eso me agradó en él-

-¿Sucede algo?- preguntó el general entrando a la enfermería- están tardando demasiado-

-Lo ves Jajuka, no debemos nombrar al diablo si no se nos aparecerá- Ambos sonrieron-

........

Las dos figuras altas se encaminaban hacia el ventanal de los aposentos del nuevo comandante de la fortaleza volante, tendrían ya mas de dos horas platicando sentados en unas cómodas sillas alrededor de una pequeña mesa redonda. La vista era impresionante desde ahí, la luna de las ilusiones se veía hermosa, mucho mas brillante que nunca aunándose a ella las luces de la ciudad, se formaba un paisaje digno de ser admirado, el General de la guardia imperial no pudo resistirse a tan hermoso espectáculo y propuso a su interlocutor continuar la conversación desde ahí. Tenía mas de un mes que no visitaba la fortaleza volante había regresado a Zaibach procedente de Bashram y tenía que presentar un reporte al emperador sobre sus incursiones en ese país, al escuchar los rumores del nombramiento de Folken no quiso perder la oportunidad de comprobarlos, quería escucharlo de los propios labios del nuevo estratega, era algo que el ya esperaba, conocía perfectamente el trabajo de Folken y sobre todo su enorme potencial y capacidad en todo a lo que tecnología se refería, el mismo por petición de Folken probó antes que nadie el manto de invisibilidad, necesitaba de un gran piloto de Guymelef y quien mejor que el joven General de los quimera, lo consideraba el  mejor de los guerreros en todo el país y porque no, tal vez de toda Gaea. La prueba había sido exitosa , el general no dudaba que seria reconocido pero no tanto como para ser nombrado el estratega y comandante de la fortaleza, además conocía al antiguo estratega, un hombre brillante, capaz, todo un experto también en tecnología,  pero carente de la visión y entusiasmo que Folken emprendía en cada proyecto.

Folken estaba intranquilo, el general lo notaba en la manera que sostenía la copa del vino rojo que ambos estaban degustando, la balanceaba de un lado a otro, se veía muy pensativo, por momentos creía que no estaba atento a la conversación, finalmente le preguntó que era lo que pasaba, éste le contó lo ocurrido en la fortaleza y con los chamanes, la conversación que escuchó de su antiguo mentor y sobre todo esa última frase que dijo y  le golpeteaba con frecuencia en su mente a pesar de que se había propuesto no darle importancia.........

El general esbozó una pequeña sonrisa esta reacción sorprendió a Folken– No tienes que preocuparte por ese comentario- le dijo- puedo asegurarte que Leigan no se refería a algo peligroso para ti-

-Lo dices con mucha seguridad ¿acaso sabes algo que yo no?- le preguntó, otra mueca parecida  a una sonrisa se formó en el rostro del general- dos sonrisas esto si que es algo extraño- pensó- ¿Hay algo de mi mentor que yo no sepa?- le volvió a preguntar-

-Solo te puedo decir que no corres ningún peligro, Joham siempre hace ese comentario, pero la verdad no creo que sea cierto-la seguridad con la que el general decía estas palabras tranquilizaba un poco a Folken, le daba la impresión de que si sabía a que se refería su mentor pero por alguna razón no quería decírselo y prefirió no insistirle.

Había otra cosa mas que le preocupaba, el incidente con los guymelefs había descubierto que fue una conspiración y además alguien estaba saboteado la construcción de la maquina de modificación del destino y creía saber quien era, pero aún no podía comprobarlo, además había aún mas problemas, 20 de sus técnicos había sido mandados a descansar por sufrir agotamientos y desmayos severos durante su trabajo, esto lo retrasaría aún mas y el emperador estaba ya muy impaciente.

El joven General se llevó la mano al mentón, "tenia razón" pensó, después le explicó a Folken la razón por la cual creía los soldados estaban enfermado, se estaban usando metales para aleación como el mercurio y el arsénico además de usar en exceso el benceno como disolvente, los técnicos necesitaban mas equipo de protección personal para manejar estos elementos pues se sabía que grandes tiempos y dosis de exposición podían causar efectos indeseables en la salud.

Folken se quedó impresionado con la explicación, le pareció estar escuchando a su oficial médico en jefe en lugar de  a un  reconocido general y así se lo hizo saber.

-Había leído algo sobre esos efectos por eso les exigí los elementos de protección personal- hablaba Folken- Pero jamás pensé que los efectos fueran de tanta magnitud- estaba preocupado, después pensó era una propuesta interesante, seria mucho mejor opción mejorar los sistemas de protección que estar contratando técnicos a cada rato- Gosser- regreso a su asiento al lado de la mesa redonda, el General le siguió-  Veo que dominas el tema a la perfección Tal vez podrías ayudarme con ese problema, se que te quedaras varios días en la ciudad-

-Yo no soy el indicado para ello- el general volvía a sentarse- tal vez debas hablar con el médico en jefe de la fortaleza el debe tener aún mas conocimientos que yo sobre el tema-

-Es una persona ya mayor, me gustaría mejor trabajar con alguien joven, alguien que traiga mejores propuestas- El general se quedó en silencio- Bien... ya que no deseas aceptar mi propuesta dime quien te ha hablado de estos temas, tal vez esa persona pueda ayudarme-

-Leigan- Respondió-

-No, eso es imposible- contestó molesto y se puso de pié- Sabes perfectamente que mi antiguo mentor y yo no nos llevamos nada bien y ahora sospecho que el fue quien causó el desperfecto en la máquina- No lo sospechaba, Folken estaba seguro que el había sido, y las ordenes del emperador eran tajantes, todo aquel que interfiriera en su gran proyecto debía se ejecutado, sin embargo Folken no poseía las pruebas para inculparlo y era su mentor, quien lo inspiró a ingresar en ese campo de la ingeniería, a pesar de todo le admiraba y respetaba en ese aspecto,  pero había decidido que si lo intentaba de nuevo esta vez seria mas consecuente con sus acciones.

-¿Y quien esta hablando de tu mentor?- la pregunta del General dejó helado a Folken, si no era su mentor entonces a quien se refería-

Tocaron inesperadamente a la puerta, era el sargento Marceus se exigía la presencia del General ante el jefe del consejo de Chamanes

-Folken olvida mi pregunta- le dijo antes de salir- creo que Leigan nunca te lo permitiría- este comentario dejó a Folken aún mas confundido- olvídalo- le dijo nuevamente antes de salir- Te veré después, todavía tenemos algo pendiente- el general colocó la mano en su espada y después se retiró.

.........

La puerta se abrió repentinamente

-¿y tu que haces aquí?- sus ojos se abrieron asombrados al ver quien estaba tras la puerta, ambos entraron a su camarote y después la puerta se cerró lentamente.

Estuvieron hablando largo y tendido durante horas, estaban sentados en la orilla de su cama.

-No se que estés tramando pero debes tener cuidado-le dijo con seriedad-

-No estoy tramando nada- se levantó furioso de la cama-

-Te conozco demasiado bien, se que planeas algo contra el estratega- se levantó también- Debes ser mas cuidadoso, lo que estás haciendo significa traición al imperio, Por qué no me vas a negar que fuiste tú quien causó esa explosión ¿o si?- el chamán le vio con miedo si se pudo dar cuenta, era obvio que el estratega también lo sabía- Tu ambición y sed de venganza te están cegando, deja esa actitud, si no lo haces te llevará a una muerte segura- se acercó a él y colocó una de sus manos sobre el hombro del chamán, éste tenia la mirada perdida, parecía no escucharle-

-¡NO!- gritó en un súbito arranque de ira- ¡¡ESE CHIQUILLO, NO PUEDE QUITARME LO QUE ES MIO, LO QUE POR DERECHO ME PERTENECE!!- sus ojos parecían relampaguear y por un momento creyó ver fuego en ellos-

-¡DEBES TRANQUILIZARTE!- levantó también su voz- Recuerda que estas enfermo del corazón y esos desplantes no te hacen nada bien, además.... míralo de ésta forma: ser el comandante te exigía muchísimo esfuerzo tarde o temprano ibas a dejar el cargo.....

-¡¿NO LO ENTIENDES?!- ¡¡ES HUMILLANTE Y.......

-¡ERES UN TONTO!- le interrumpió, el chamán guardó silencio, nunca le había hablado tan severamente- ¡Pareces un niño caprichoso que llora porque le han quitado un dulce, podría irte mejor si dejaras ese comportamiento tan estúpido y colaboraras con él....

-¡¡ESO NUNCA!!!-

-¡¡CLARO TU ORGULLO ESTA PRIMERO NO.....

-¡¡YA ESTOY HARTO DE TI!! ¡¡VETE NO QUIERO VERTE NUNCA MAS!!! ¡¡LARGATE!!! ¡¡NO VAS A VENIR A DECIRME  LO QUE TENGO QUE HACER!!!- sus gritos se escuchaban por toda la fortaleza, abrió la puerta y se la señaló a su visitante, éste se dirigió a él antes de salir....

Te digo todo esto porque eres muy importante para mí, y no quisiera que te ocurriera nada malo, pero tu mismo lo has decidido, yo ya cumplí con advertirte, Cuídate- salió de la habitación con su corazón lleno de preocupación, esperando que Leigan no hiciera algo de lo que después pudiera arrepentirse-