Capitulo 10

A tu lado... para ganarme tu corazón.

Yami dudó muchísimo en contarle la verdad sobre su abuelo a Yugi, pero el chico le había insistido tanto que no tuvo otra opción más que hacerlo… pero como lo esperaba esa verdad tuvo sus consecuencias, claro no fue tan grave como él imaginó pero si contrajo un mar de lágrimas que el pequeño derramaba desconsoladamente. Yami no supo que hacer, quería consolarlo pero el pequeño se encerró en su habitación y le negó la entrada, quería estar a solas con su dolor…

Yugi ábreme por favor –toca la puerta repetidas veces- Yo no quería decírtelo pero tu…

Déjame, quiero estar solo –le gritó entre sollozos al levantar su cara que tenía hundida entre la almohada.

Yugi –a Yami le partía el corazón escuchar el llanto de su amado, era como si mil dagas se incrustaran en el- Por favor déjame entrar quiero… quiero consolarte, no me gusta oírte llorar… Yugi yo… te quiero mucho –susurró al notar que el chico no abría la puerta-

Me quiere? –murmuró extrañado, se puso de pie y se acerco a la puerta iba a abrirla pero se dio media vuelta y se recargo sobre ella- Por qué dices que me quieres mucho? –le preguntó finalmente, ahogando su llanto, Yami se sorprendió por la pregunta-

Porque tiene mucho que nos conocemos, antes de que perdieras tus recuerdos… los dos vivimos grandes aventuras… pasamos tanto tiempo juntos que yo… -dudó aun no se atrevía a decirle la verdad- que yo te he llegado a querer mucho.

En serio? –preguntó incrédulo, no sabía por qué pero esas palabras le hacían sentir extraño- Que tanto me quieres?

Nani? –Yami estaba fuera de si, por qué le insistía tanto sobre sus sentimientos no lo sabía pero presentía que podía significar algo- Mucho… "mucho, como no tienes idea" –respondió primero y luego pensó en lo último provocándole un ligero rubor en sus mejillas-

Que voy hacer

Para decirle que lo quiero;

Como le haré

Sí cuando esta cerca de mi tiemblo de miedo.

No sé porque,

Pero desde que lo conozco soy feliz;

Todo en mi cambio,

Y a todo el mundo solo le hablo de este amor.

De acuerdo, te creo –aceptó Yugi al momento de abrir la puerta, en esos momentos necesitaba que alguien le dijera esas palabras- Arigato, no sabes lo feliz que me hace escuchar eso. Mi abuelito es el único que me quería y… ahora tu… –abrazó efusivamente a Yami hundiendo su rostro entre el pecho del antiguo faraón-

Je, no… no es nada –tartamudeó por la reacción del chico- y recuerda que ya no estas solo –le soltó un poco del abrazo y con una mano levanto el rostro de Yugi por la barbilla para poder mirar tan bellos e hipnotizantes ojos color violeta que en ese momento lucían rojos e hinchados por las tantas lagrimas derramadas, tiernamente Yami paso sus dedos sobre sus mejillas y así poder limpiar las huellas que las lágrimas habían dejado- Tienes a tus amigos y me tienes a mi… que siempre voy a estar a tu lado

Arigato –le abrazo con más fuerza-

"Ra… que bien se sienten sus abrazos" –pensó mirando hacia arriba con un gran rubor sobre sus mejillas. Se escucha a alguien tocar la puerta principal- Ra… ¿quién será? –preguntó enfadado porque le interrumpieran tan bello momento mientras bajaba las escaleras para ir a abrir la puerta-

Buuu –dijo un chico de cabellos cenizos y ojos color lila haciendo una mueca de espanto-

¿Qué se te ofrece? –preguntó enfadado-

Ra y yo que quería asustarte –dijo desanimado-

Ohaiyo yaa! –le saludó con alegría otro chico idéntico a anterior con rostro más amable- Hemos venido a visitar a Yugi, desde el hospital que no le veíamos y decidimos venir

Ohaiyo –le respondió Yami-

Querrás decir… decidiste –le corrigió Malik- porque yo ni loco de querer ver al patético faraoncito y al mocoso ese –repuso haciendo una mueca en desagrado-

Lo mismo digo de ti estúpido Cuida Tumbas –se defendió Yami-

Jejeje, nunca cambia eh –rió nerviosamente Marik- Puedo pasar a verle?

Claro, está allá arriba –respondió mientras miraba de mala gana al acompañante del joven Marik-

Vamos quita esa cara de tonto… oh no puedes verdad? La tienes por naturaleza –se burló Malik-

Cállate… o te envío ahora mismo al Reino de las Sombras –le amenazó Yami al levantar su mano contra Malik-

Huy si… mira como tiemblo –continuó burlándose-

Te lo advertí –Yami concentró todas sus energías pero nada sucedió- Nani? –intentó de nuevo, una y otra vez, obteniendo el mismo resultado- Ra, pero qué demonios pasa?

Ja, ja ja –rió a carcajadas Malik- El patético faraón ya no puede usar sus poderes ja ja ja ja ja –sosteniéndose del estomago que empezaba a dolerle de tanta risa-

Masaka! Por qué no puedo usar mis poderes –preguntó asustado-

Ja ja ja, te lo tienes bien merecido por patético y presumido.

Grrr… cállate –soltándole un puñetazo- No me caen en gracia tus burlas

Yami! –dijeron sorprendidos Yugi y Marik que habían bajado al escuchar las risas de Malik-

Grrr… maldito faraón esto no se quedará así –tomándolo por el cuello de su camisa- Seré yo quien de verdad te envíe al reino de las sombras –Yami ni se inmutó-

Malik, detente! No hemos venido a pelear así que contrólate –le regañó Marik-

Reino de las sombras? –preguntó Yugi al momento de sentir un escalofrío recorrer su cuerpo-

Te asusté no es así faraón?

En tus sueños –masculló entre dientes- Marik si ya terminaste… llevate a tú patético yami que me ha colmado el día.

Hai, gomen Yami –se disculpó el chico- Yugi fue un placer venir a visitarte –se despidió llevándose consigo a rastras al pobre Malik quien a pesar de las apariencias solo su hikari podía controlarlo-

Bien –repuso Yami restándole importancia a la forma tan graciosa en la que se llevaban al chico-

Yami –le llamó el pequeño, el volteó a verlo completamente apenado por haber sido testigo de su furia-

Hai? –dijo desviando la mirada-

Y me volví un romántico,

Un soñador eterno;

Que mira las estrellas,

Te juro las pondría en tus manos si pudiera.

Y me volví un romántico,

Un soñador eterno

Que para ver que las horas se hacen eternas,

Cuando te quiero hablar me gana la vergüenza.

Me paso todo el día pensando

Que te voy a decir;

Te miro y muero en el intento y sigo siendo

un soñador eterno.

No te llevas bien con él, verdad? –inquirió con una tierna sonrisa-

Iie… nunca me ha caído bien –respondió con un gracioso puchero, Yugi volvió a sonreír divertido provocando un sonrojo en el faraón- Ra…

De eso me he dado cuenta… -le dijo ampliando más su sonrisa-

Era noche ya y el cielo se miraba completamente despejado, brillantes y hermosas estrellas brillaban en el firmamento, y la luna en todo su esplendor iluminaba las solitarias calles de ciudad Domino, una que otra nubecilla celosa y traviesa se atravesaba en el camino de la luna para cubrir su hermosa luz… la mayoría de los habitantes descansaba a excepción de los que trabajaran de noche o perdieran su tiempo en algún lugar de vida nocturna. Yami descansaba tranquilamente aunque un poco incomodo sobre el sofá de la sala, aunque Yugi le había ofrecido la cama en la habitación de su abuelo, él alegó diciendo que no quería importunar el recinto de su abuelo, comenzaba a dormirse cuando sintió una mano posarse sobre su hombro para luego escuchar su nombre… era Yugi quien le llamaba… él se volteó y pudo ver un gran temor en los ojos del pequeño, preocupado se incorporó de inmediato…

Yugi… ¿Qué sucede?... ¿te sientes mal?... ¿te duele algo? –preguntó presuroso--

Iie –negó a todas las preguntas- Yo… yo… es que yo… -tartamudeo, sentía un poco de vergüenza para decirle la razón por la que se encontraba ahí y lo había despertado-

Por favor Yugi… me asustas… dime ¿qué tienes? –coloca sus manos sobre los hombros del chico para mirarlo a los ojos preocupado-

Tuve un mal sueño… estaba solo… tuve miedo y… recordé que aquí estabas y…–dejó decir aun apenado-

Ahh eso, no te preocupes solo fue eso… un mal sueño… no tengas miedo que aquí estoy para acompañarte –le dijo con una tierna sonrisa-

Hai… lo sé… pero… no quiero dormir solo –dudó un momento-… ¿podrías dormir conmigo? –le preguntó abrazando un pequeño y viejo osito que traía consigo-

Nani? –exclamó sorprendido-

Onegai… solo por esta noche –le pidió nuevamente con ojitos y cara de cachorro suplicante-

Bue… bueno… -aceptó nervioso-

Arigato! –agregó festivamente-

No sé porque,

Pero desde que lo conozco soy feliz;

Todo en mi cambio,

Y a todo el mundo solo le hablo de este amor.

Ambos subieron a la habitación de Yugi, el chico se dirigió hacia su cama y volvió a acomodarse en ella, Yami se acercó para arroparlo y luego tomó la silla que estaba junto al escritorio para sentarse…

Cómo, piensas dormir toda la noche sentado en esa silla? –reparó sorprendido porque el chico no lo acompañara-

Nani? –abrió los ojos de par en par- Etto… Ha-hai… bueno, n-no creo poder dormir p-pero puedo pasar la noche en vela por tus sueños –repuso exaltado-

Demo… onegai… yo quiero que duermas conmigo –Yami lo miraba perplejo-… No tengas miedo no te voy a comer –rió divertido por la cara de Yami- Anda, prometo no golpearte ni patearte… -se destapó haciéndose a un lado pues estaba en medio de la cama-

P-pero… "Ra que voy a hacer nunca he estado tan cerca de Yugi y mucho menos en una cama… Ra… se ve tan tierno cuando me mira y sonríe así… que es como una invitación para robarle un beso y probar esa dulce miel que tiene en ellos… Ra… Pero qué estoy pensando… no estoy seguro de poder controlarme si siento su cuerpo tan cerca al mío…" –pensó agitando la cabeza negativamente para alejar esos pensamientos- Je je je –una risita nerviosa fue su única respuesta-

Onegai… aquí podrás dormir más cómodo y así podré sentirme más protegido por ti ¿Haiiiiii? –le suplicó usando esa tierna mirada que solo a él le caracterizaba cada que quería algo-

"No esa cara noooo…" –pensó frustrado- Ra… de acuerdo –aceptó derrotado. Yugi rió como niño y Yami levemente sonrió rodeando la cama, se sentó y miró como Yugi se volvía a acostar y cubrir, volvió a arroparlo e imitó al pequeño- Oyasumi

Arigato… oyasumi nasai –sin que su acompañante se lo esperara Yugi se volteó a ver a Yami- ¿me abrazas?

mh? –otra vez sorprendido sintió una fría gota de sudor resbalar por su frente, no se esperaba esa petición pero que más podía hacer? Ahora que estaba junto al ser que más amaba en este mundo y este le miraba de una forma tan encantadora no podía negarse a sus peticiones, estaba a su merced y cualquier cosa que el chico deseara se convertían en órdenes para él, sonrió complacido y lo abrazó- claro lo que mi lindo koi pida –susurró para si sin que Yugi lo escuchará-

Arigato –volvió a agradecer sonriendo complacido, se acomodó entre los brazos de Yami y sintiéndose protegido se dejó llevar por el cansancio y el sueño-

Y me volví un romántico,

Un soñador eterno;

Que mira las estrellas,

Te juro las pondría en tus manos si pudiera.

Y me volví un romántico,

Un soñador eterno;

Que para ver que las horas se hacen eternas,

Cuando te quiero hablar me gana la vergüenza.

Me paso todo el día pensando

Que te voy a decir;

Te miro y muero en el intento y sigo siendo

Un soñador eterno.

Si tan solo pudieras recordarme y me volvieras a decir lo que sientes por mi… yo sería tan feliz. Estuve tanto tiempo lejos de ti que creí que jamás te volvería a ver… pero Ra fue tan piadoso conmigo y me permitió regresar… sucedió el accidente y nuevamente tuve que acudir a Ra… pensé que te apartaría de mi lado… pero no fue así, algo hizo no sé que pero me ha dejado a tu lado y me ha dado otra oportunidad… haré todo por ganarme tu corazón mi querido Koi… -fueron las palabras que Yami susurró queriendo que Yugi las escuchara pero él ahora dormía, lentamente se acercó a él y beso su mejilla para luego abrazarlo con más fuerza como no queriendo perderlo nunca más y se dejó caer en los laureles de un hermoso sueño-