Capítulo 2
Haruka se encontraba dentro del salón esperando que el profesor apareciera, estaba extremadamente cansada y aburrida, esa escuela era un martirio y apenas era el primer día de clases. Mientras esperaba se recostó sobre sus brazos en la banca y cerró los ojos para descansar un poco. Se estaba quedando dormida cuando sintió que una mano tocaba su brazo y levantó el rostro al escuchar una voz familiar.
-Un caballero no debe dormirse en clases
- ¡Sirena!- dijo sorprendida al ver a su nueva amiga parada junto a ella.
-Veo que también llevas ésta clase, me alegra- dijo con esa cálida sonrisa que desde el primer momento había cautivado la atención de Haruka.
-¡Qué bien!, ahora sí tendré quien me pase las tareas- apareció una gran gota de sudor en la frente de la chica de cabello acuamarina.
-Ni creas que voy a hacerte tu tarea, gracioso- dijo la chica volteándose ofendida.
-Pero qué gruñona eres, no aguantas una broma- Haruka remedó lo que la chica le había dicho en la mañana con todo y ademanes. La chica lo vió con ojos de pistola y le dió un golpe ligero en el brazo. Haruka hizo un gesto como de dolor y se sobó el brazo, luego empezó a reirse.
-Realmente estás bien loco.
-Apenas llevas unas horas de conocerme y ya me haz tachado de payaso, mimo y loco, serías buena haciendo de esos exámenes psicométricos para encontrar profesión a la gente.
-Y ya te dije, tu serías muy bueno en un circo- la chica dijo poniendo cara de ofendida y cruzando los brazos. Depronto hubo un gran silencio entre los dos, se vieron momentáneamente a los ojos y comenzaron a reir a carcajadas. -Dios! qué infantiles somos!- dijo la chica tapándose la boca con una mano. En eso apareció el profesor y todos los alumnos tomaron asiento, ella junto a su nuevo amigo. Durante la clase se comenzaron a comunicar por mensajitos escritos en las libretas, Haruka le envió una donde decía "ya me vas a decir tu nombre?" y ella contestó "aún no haz hecho ningún mérito para que te lo dé", entonces Haruka dibujó un intento de rosa y se la mandó, "si me dices tu nombre puede volverse real", al ver el recado, la chica se sonrojó e iba a escribir otro mensaje cuando el profesor los cachó de reojo y les llamó la atención.
-Señorita Kaioh, Señor Tenoh, si tienen algo que comunicarse pueden hacerlo fuera del salón- ambos se quedaron quietecitos en sus asientos con caras de perritos regañados y una enorme gota de sudor en la frente.
-No señor Okuda, todo listo y arreglado- dijo Haruka con una flamante sonrisa. El profesor hizo un gesto de mal humor y volvió a su clase. Cuando terminó, la chica se levantó de su asiento e hizo una reverencia para despedirse de su amigo antes de salir corriendo. La chica rubia quería salir tras de ella para ver si todo estaba bien pero el profesor la llamó antes de salir del salón.
-Escuche señor Tenoh, usted es nuevo en ésta escuela y no conoce muy bien el reglamento interno, así que voy a pasar por alto el percanse del día de hoy- Haruka agachó la cabeza como en señal de perdón - También quiero decirle que hemos revisado su expediente y no tiene muy buenas referencias- el joven levantó la cabeza y vió con sorpresa al hombre frente a él - Lo siento, pero ésta es una institución muy prestigiosa que debe conocer todo acerca de sus alumnos y sobretodo de los que puedan ser brote de alguna insurreción.
-Ah?- Haruka se quedó con cara de "what?" -Disculpe pero sólo estaba comunicándome con la señorita, además era una pregunta sobre la clase y...
-Escuche, no quiero que esas malas mañas se dispersen por este salón y sobretodo que afecten el comportamiento de la señorita Kaioh. Michiru es una de nuestras alumnas más destacadas y no es justo que un bándalo como usted empiece a mal influenciarla.
-Oiga, pero yo no he hecho na...
-¿Entendido señor Tenoh? - interrumpió al joven antes que pudiera defenderse
-Si, entendido señor- solo respondió agachando la cabeza como señal de respeto y de derrota.
-Bien, entonces puede retirarse jóven- el profesor se dispuso a guardar sus cosas mientras Haruka salía del salón aún atónito de lo que acababa de pasar. Era la primera vez que le hablaban en ese tono, claro fuera de su padre, la primera vez que no podía defenderse y lo peor, la primera vez que le decían bándalo!.
Al fin había llegado la hora de escoger las actividades deportivas, Haruka ya estaba harta de esa escuela de lunáticos esclavizadores y esperaba que al menos en esas clases no le dejaran tarea. Llegó al gimnasio, que como el resto de la escuela, era impresionante. Se dirigió a un escritorio que tenía un letrero de información y se acercó para preguntar por equipo de atletismo. La chica, al momento de ver al joven apuesto quedó como ida.
-Disculpa, podrías darme información sobre el equipo de atletismo?- preguntó Haruka con una flamante sonrisa. La chica estaba con la boca abierta y unos enormes corazones en los ojos. Como veía que no reaccionaba la sacudió un poco del hombro.-Oye! ¿estás bien?
- Si padre, acepto... ¿Ah?!- la chica sacudió un poco la cabeza para reaccionar mientras aparecía una gota gigante en la frente del muchacho y sonrió divertido.-Perdón, ¿qué me preguntaste?- dijo toda apenada la pobre niña.
-jeje, sólo si podrías darme alguna información sobre el equipo de atletismo- respondió el joven con una sonrisa. La chica volvió a quedarse ida en el limbo por el gesto y reaccionó hasta que Haruka chasqueó los dedos frente a ella.
-perdón, perdón... no sé qué me pasa- dijo toda ruborizada la chica que ya no sabía dónde meterse. El joven rubio rió ligeramente al darse cuenta de lo que estaba pasando, así que decidió aprovechar la oportunidad.
-Entonces dime preciosa, ¿crees que tenga oportunidad de entrar al equipo de atletismo?- dijo acercándose peligrosamente a la chica. Ella sólo asintió con la cabeza quedando perdida en los ojos azules del joven.
-¿Tu estás en algún equipo? - preguntó Haruka colocando su mano sobre la de la chica.
-No... pero me meto al que tu quieras...- la chica respondía como zombie. Haruka se seguía acercando cada vez más a la chica..
-Ejem...- ambos jóvenes voltearon a ver a un hombre corpulento parado frente a ellos con las manos en la cintura y cara de molesto.
-Si quieres entrar al equipo de atletismo esa actitud no te va a servir de nada para la prueba- dijo el hombre en tono molesto.
-Este es el entrenador Kaede, él puede darte la información que quieres- dijo la chica tartamudeando.
-Mucho gusto, me llamo Tenoh Haruka- dijo el joven extendiendo su mano. El entrenador la estrechó e hizo un movimiento con la mano para que lo siguiera.
-Ven muchacho, la prueba es en la pista- Haruka siguió al señor, pero antes de retirarse le le dió gracias a la chica, tomó su mano y le guiñó un ojo antes de salir corriendo.
Ya en la pista, Haruka vió a unos muchachos acomodándose en sus casillas para comenzar una carrera.
-Estos son los mejores velocistas de la escuela, tienes suerte porque podrás ver su capacidad antes de hacer la prueba- dijo el entrenador Kaede no apartando la mirada de los jóvenes en la pista. Haruka vió a los chicos un poco intrigado, esto parecía interesante.
Los muchachos ya estaban en posición, y al momento del disparo corrieron lo más rápido posible. Haruka se encontraba atento a cada movimiento en la pista, y cuando terminó observó en el tablero los tiempos que habían hecho, el más rápido 11 segundos y el del último lugar doce y medio.
-¿Qué te pareció chico?- dijo el entrenador con una sonrisa en la boca, se notaba que estaba sumamente orgulloso de su trabajo con esos muchachos -¿Crees que algún día puedas ser tan bueno como ellos?.
-Tal vez- respondió el joven con una sonrisa confidente y determinación en los ojos. Los chicos estaban colocándose nuevamente en posición para iniciar otra carrera, Haruka los vió, se quitó la chaqueta del uniforme y la corbata. -¿Me detiene?- dijo al entrenador quien recibió las cosas y levantó una ceja extrañado.
-Oye niño!, ¿qué piensas hacer?- el señor Kaede preguntó todo desconcertado al ver al muchacho colocarse en una de las casillas vacías y prespararse para correr al escuchar el disparo. Antes de que alguien lo notara o pudiera hacer algo, la carrera comenzó y Haruka sin ningún esfuerzo se adelantó a sus demás competidores y ganó la carrera. Todos los presentes en la pista, algunos metiches que no tenían que hacer, chicas que gustaban de ver a los atletas, el entrenador y los corredores se quedaron con la boca abierta. Haruka regresó donde el entrenador y le pidió de vuelta sus cosas, el pobre hombre seguía con la boca abierta de la impresión.
-¿Co...co... cómo hiciste eso?- preguntó asombrado.
-Sólo corrí- respondió el joven en tono un poco ingenuo. - En una carrera creo que para ganar se debe correr.
-Si, claro, pero... pero...- el hombre no sabía qué decir, el muchacho no había derramado ni una gota de sudor.
-Rayos! hice 10 segundos, creo que me retrasaron un poco los zapatos, no son muy cómodos para correr- dijo Haruka viendo la pantalla con los resultados de la carrera y haciendo una mueca de frustración. El comentario provocó que apareciera una gota de sudor en la frente del entrenador.-Bueno, ¿entonces ahora si puedo hacer la prueba?- preguntó Haruka con una gran sonrisa.
-¡¿Estás loco?!- preguntó exaltado el entrenador.
-¿Entonces no puedo?- Haruka preguntó todo desilusionado.
-Tu no necesitas prueba muchacho, eres lo mejor que haya visto en mi vida.
-¿Y eso quiere decir que...
-¡Estás dentro!- dijo el entrenador Kaede con una gran sonrisa en los labios, dándole una palmada en la espalda al joven que se tambaleó un poco por lo fuerte del golpe.
-Entonces ¿qué hago? no traigo ropa para entrenar ni nada.
-No te preocupes, mañana comienzan los entrenamientos. Sólo trae tu ropa deportiva.
-Muchas gracias- respondió Haruka haciendo una pequeña reverensia.-Entonces mañana nos vemos entrenador.
-Hasta mañana muchacho- Devolvió el gesto de la reverencia y el joven dió media vuelta y se dirigió de nueva cuenta al gimnasio para buscar a la linda niña de la información.
Cuando entró al gimnasio la chica de la mesa ya no estaba.
-Rayos! y yo que la pensaba invitar al cine o algo así- se dijo a si misma frustrada. Así dió un fuerte suspiro y salió del lugar descepcionada de la vida. Cuando salió se percató que al lado del gimnasio había otra puerta grande y escuchaba ruidos extraños, como salpicadas. La curiosidad fue demasiada, así que abrió la puerta y se asomó. Dentro se llevó una gran sorpresa, se encontraba el equipo de natación entrenando en la piscina, pero de todas las chicas en traje de baño, sólo una llamó su atención, una de cabello acuamarina. Entró silenciosamente y se sentó en una de las gradas junto a la alberca para observar el entrenamiento, pero para su mala suerte ya había acabado y las chicas estaban retirándose al vestidor. Haruka apoyó la cabeza sobre su mano y volvió a suspirar, pensó que esto no era tan grandioso como había pensado cuando sintió que lo salpicaron de agua.
-Pero qué... - dijo levantándose rápidamente. Volteó hacia la alberca de donde provenían unas risas y vió a su nueva amiga riendo.
-Hubieras visto tu cara, te veías tan gracioso asustado- dijo la chica entre carcajadas.
-¡Sirena!- dijo Haruka tratando de parecer molesto -¿Por qué me mojaste?- se sacudía el agua con las manos.
-Es que no podía perder la oportunidad, te veías demasiado concentrado- la chica salió del agua y se acercó al joven parado a la orilla de la alberca. El pobre quedó impactado al verla parada junto a él. - ¿qué pasa?- preguntó un poco incrédula.
-Nada... este... no sabía que te gustara nadar... mucho menos que estuvieras en el equipo de natación- dijo tratando de recuperar su compostura y también evitando que se diera cuenta de cómo se había puesto.
-jeje, bueno, llevamos escasas horas de conocernos, no se supone que debas saber todo de mi en tan escaso tiempo. Recuerda, nisiquiera sabes mi nombre.
-Ah ah...- dijo Haruka negando con la cabeza- si sé tu nombre- sonrió - Kaioh Michiru.
-Creo que el destino al fin permitió que lo supieras jeje.
-Bueno, el destino y el profesor ese...- Michiru notó un poco de enfado en las palabras del joven.
-¿Qué pasó con él?- preguntó un poco angustiada.
-¡Me regañó!, no quiere que me acerque a ti porque dice que soy mala influencia...me dijo bándalo!- dijo todo exaltado el muchacho. La chica lo observó un segundo como tratando de procesar lo que le acababa de decir.
-¿Bándalo?- preguntó ingenuamente y después comenzó a carcajearse.
-No le veo la gracia, nadie me había llamado así antes- dijo Haruka con una gran gota de sudor en la frente y un gesto de indignación en el rostro.
-Uy qué genio- dijo la nadadora sarcásticamente.-Existe gente con carácter pero tu te pasas de gruñón.
-Jaja, ¿tu crees?- dijo un poco más relajado. Por alguna extraña razón esa niña lograba hacerlo sonreir aún estando furioso.
-Oye, ¿por qué traes la chaqueta y la corbata en la mano? te pueden regañar por desaliñado- dijo Michiru un poco intrigada.
-Ah, jeje, es que fui a hacer la prueba para entrar al equipo de atletismo- dijo con una gran sonrisa.
-¿Pasaste la prueba?- preguntó la chica asombrada.
-Pues ya no me la hizo, creo que porque le gané a todos sus discípulos jeje- Haruka rió malévolamente recordando la cara de todos cuando terminó la carrera.
-¿Y corriste con uniforme?
-Si- dijo tranquilamente. La chica estaba bastante impresionada.
-Vaya, veo que tu también tienes tus secretitos.
-¿Te gustaría conocerlos?- preguntó Haruka acercándose a la chica un poco.
- Tal vez - respondió con una mirada seductora. El chico sólo sonrió. Derrepente ella se dió media vuelta y comenzó a caminar a la puerta.
-¿A dónde vas?- dijo un poco asustado de que se fuera a escapar.
-A cambiarme, te invitaría al vestidor, pero creo que las otras chicas podrían matarte- dijo burlonamente. Haruka puso cara de "rayos!" y Michiru empezó a reirse.
-¿Y... te vas a tardar mucho?- preguntó tratando de no sonar muy desesperado.
-¿Por qué? ¿piensas esperarme o algo así?- la chica preguntó un poco ingenua.
-Bueno, si tu quieres, no sé... tal vez... podría... quién sabe...- el pobre empezó a sentirse nervioso y tartamudear.-Este... podría invitarte un café o algo así- terminó al fin de hablar con una sonrisa nerviosa, en su interior rogaba que dijera que si.
-Mmmm... no sé... hay mucha tarea...- la chica trataba de hacerse la difícil, pero cuando vió la desilusión en los ojos del muchacho decició aceptar - está bien, un café no hace daño, además podemos platicar un poco más- dijo guiñándole un ojo.-Espérame aquí, ahora regreso- y corrió hacia los vestidores. Haruka sonrió y cuando ella había desaparecido, dijo un ligero "SI!" triunfal.
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Fecha: Miércoles 17 de Marzo del 2004
Haruka se encontraba dentro del salón esperando que el profesor apareciera, estaba extremadamente cansada y aburrida, esa escuela era un martirio y apenas era el primer día de clases. Mientras esperaba se recostó sobre sus brazos en la banca y cerró los ojos para descansar un poco. Se estaba quedando dormida cuando sintió que una mano tocaba su brazo y levantó el rostro al escuchar una voz familiar.
-Un caballero no debe dormirse en clases
- ¡Sirena!- dijo sorprendida al ver a su nueva amiga parada junto a ella.
-Veo que también llevas ésta clase, me alegra- dijo con esa cálida sonrisa que desde el primer momento había cautivado la atención de Haruka.
-¡Qué bien!, ahora sí tendré quien me pase las tareas- apareció una gran gota de sudor en la frente de la chica de cabello acuamarina.
-Ni creas que voy a hacerte tu tarea, gracioso- dijo la chica volteándose ofendida.
-Pero qué gruñona eres, no aguantas una broma- Haruka remedó lo que la chica le había dicho en la mañana con todo y ademanes. La chica lo vió con ojos de pistola y le dió un golpe ligero en el brazo. Haruka hizo un gesto como de dolor y se sobó el brazo, luego empezó a reirse.
-Realmente estás bien loco.
-Apenas llevas unas horas de conocerme y ya me haz tachado de payaso, mimo y loco, serías buena haciendo de esos exámenes psicométricos para encontrar profesión a la gente.
-Y ya te dije, tu serías muy bueno en un circo- la chica dijo poniendo cara de ofendida y cruzando los brazos. Depronto hubo un gran silencio entre los dos, se vieron momentáneamente a los ojos y comenzaron a reir a carcajadas. -Dios! qué infantiles somos!- dijo la chica tapándose la boca con una mano. En eso apareció el profesor y todos los alumnos tomaron asiento, ella junto a su nuevo amigo. Durante la clase se comenzaron a comunicar por mensajitos escritos en las libretas, Haruka le envió una donde decía "ya me vas a decir tu nombre?" y ella contestó "aún no haz hecho ningún mérito para que te lo dé", entonces Haruka dibujó un intento de rosa y se la mandó, "si me dices tu nombre puede volverse real", al ver el recado, la chica se sonrojó e iba a escribir otro mensaje cuando el profesor los cachó de reojo y les llamó la atención.
-Señorita Kaioh, Señor Tenoh, si tienen algo que comunicarse pueden hacerlo fuera del salón- ambos se quedaron quietecitos en sus asientos con caras de perritos regañados y una enorme gota de sudor en la frente.
-No señor Okuda, todo listo y arreglado- dijo Haruka con una flamante sonrisa. El profesor hizo un gesto de mal humor y volvió a su clase. Cuando terminó, la chica se levantó de su asiento e hizo una reverencia para despedirse de su amigo antes de salir corriendo. La chica rubia quería salir tras de ella para ver si todo estaba bien pero el profesor la llamó antes de salir del salón.
-Escuche señor Tenoh, usted es nuevo en ésta escuela y no conoce muy bien el reglamento interno, así que voy a pasar por alto el percanse del día de hoy- Haruka agachó la cabeza como en señal de perdón - También quiero decirle que hemos revisado su expediente y no tiene muy buenas referencias- el joven levantó la cabeza y vió con sorpresa al hombre frente a él - Lo siento, pero ésta es una institución muy prestigiosa que debe conocer todo acerca de sus alumnos y sobretodo de los que puedan ser brote de alguna insurreción.
-Ah?- Haruka se quedó con cara de "what?" -Disculpe pero sólo estaba comunicándome con la señorita, además era una pregunta sobre la clase y...
-Escuche, no quiero que esas malas mañas se dispersen por este salón y sobretodo que afecten el comportamiento de la señorita Kaioh. Michiru es una de nuestras alumnas más destacadas y no es justo que un bándalo como usted empiece a mal influenciarla.
-Oiga, pero yo no he hecho na...
-¿Entendido señor Tenoh? - interrumpió al joven antes que pudiera defenderse
-Si, entendido señor- solo respondió agachando la cabeza como señal de respeto y de derrota.
-Bien, entonces puede retirarse jóven- el profesor se dispuso a guardar sus cosas mientras Haruka salía del salón aún atónito de lo que acababa de pasar. Era la primera vez que le hablaban en ese tono, claro fuera de su padre, la primera vez que no podía defenderse y lo peor, la primera vez que le decían bándalo!.
Al fin había llegado la hora de escoger las actividades deportivas, Haruka ya estaba harta de esa escuela de lunáticos esclavizadores y esperaba que al menos en esas clases no le dejaran tarea. Llegó al gimnasio, que como el resto de la escuela, era impresionante. Se dirigió a un escritorio que tenía un letrero de información y se acercó para preguntar por equipo de atletismo. La chica, al momento de ver al joven apuesto quedó como ida.
-Disculpa, podrías darme información sobre el equipo de atletismo?- preguntó Haruka con una flamante sonrisa. La chica estaba con la boca abierta y unos enormes corazones en los ojos. Como veía que no reaccionaba la sacudió un poco del hombro.-Oye! ¿estás bien?
- Si padre, acepto... ¿Ah?!- la chica sacudió un poco la cabeza para reaccionar mientras aparecía una gota gigante en la frente del muchacho y sonrió divertido.-Perdón, ¿qué me preguntaste?- dijo toda apenada la pobre niña.
-jeje, sólo si podrías darme alguna información sobre el equipo de atletismo- respondió el joven con una sonrisa. La chica volvió a quedarse ida en el limbo por el gesto y reaccionó hasta que Haruka chasqueó los dedos frente a ella.
-perdón, perdón... no sé qué me pasa- dijo toda ruborizada la chica que ya no sabía dónde meterse. El joven rubio rió ligeramente al darse cuenta de lo que estaba pasando, así que decidió aprovechar la oportunidad.
-Entonces dime preciosa, ¿crees que tenga oportunidad de entrar al equipo de atletismo?- dijo acercándose peligrosamente a la chica. Ella sólo asintió con la cabeza quedando perdida en los ojos azules del joven.
-¿Tu estás en algún equipo? - preguntó Haruka colocando su mano sobre la de la chica.
-No... pero me meto al que tu quieras...- la chica respondía como zombie. Haruka se seguía acercando cada vez más a la chica..
-Ejem...- ambos jóvenes voltearon a ver a un hombre corpulento parado frente a ellos con las manos en la cintura y cara de molesto.
-Si quieres entrar al equipo de atletismo esa actitud no te va a servir de nada para la prueba- dijo el hombre en tono molesto.
-Este es el entrenador Kaede, él puede darte la información que quieres- dijo la chica tartamudeando.
-Mucho gusto, me llamo Tenoh Haruka- dijo el joven extendiendo su mano. El entrenador la estrechó e hizo un movimiento con la mano para que lo siguiera.
-Ven muchacho, la prueba es en la pista- Haruka siguió al señor, pero antes de retirarse le le dió gracias a la chica, tomó su mano y le guiñó un ojo antes de salir corriendo.
Ya en la pista, Haruka vió a unos muchachos acomodándose en sus casillas para comenzar una carrera.
-Estos son los mejores velocistas de la escuela, tienes suerte porque podrás ver su capacidad antes de hacer la prueba- dijo el entrenador Kaede no apartando la mirada de los jóvenes en la pista. Haruka vió a los chicos un poco intrigado, esto parecía interesante.
Los muchachos ya estaban en posición, y al momento del disparo corrieron lo más rápido posible. Haruka se encontraba atento a cada movimiento en la pista, y cuando terminó observó en el tablero los tiempos que habían hecho, el más rápido 11 segundos y el del último lugar doce y medio.
-¿Qué te pareció chico?- dijo el entrenador con una sonrisa en la boca, se notaba que estaba sumamente orgulloso de su trabajo con esos muchachos -¿Crees que algún día puedas ser tan bueno como ellos?.
-Tal vez- respondió el joven con una sonrisa confidente y determinación en los ojos. Los chicos estaban colocándose nuevamente en posición para iniciar otra carrera, Haruka los vió, se quitó la chaqueta del uniforme y la corbata. -¿Me detiene?- dijo al entrenador quien recibió las cosas y levantó una ceja extrañado.
-Oye niño!, ¿qué piensas hacer?- el señor Kaede preguntó todo desconcertado al ver al muchacho colocarse en una de las casillas vacías y prespararse para correr al escuchar el disparo. Antes de que alguien lo notara o pudiera hacer algo, la carrera comenzó y Haruka sin ningún esfuerzo se adelantó a sus demás competidores y ganó la carrera. Todos los presentes en la pista, algunos metiches que no tenían que hacer, chicas que gustaban de ver a los atletas, el entrenador y los corredores se quedaron con la boca abierta. Haruka regresó donde el entrenador y le pidió de vuelta sus cosas, el pobre hombre seguía con la boca abierta de la impresión.
-¿Co...co... cómo hiciste eso?- preguntó asombrado.
-Sólo corrí- respondió el joven en tono un poco ingenuo. - En una carrera creo que para ganar se debe correr.
-Si, claro, pero... pero...- el hombre no sabía qué decir, el muchacho no había derramado ni una gota de sudor.
-Rayos! hice 10 segundos, creo que me retrasaron un poco los zapatos, no son muy cómodos para correr- dijo Haruka viendo la pantalla con los resultados de la carrera y haciendo una mueca de frustración. El comentario provocó que apareciera una gota de sudor en la frente del entrenador.-Bueno, ¿entonces ahora si puedo hacer la prueba?- preguntó Haruka con una gran sonrisa.
-¡¿Estás loco?!- preguntó exaltado el entrenador.
-¿Entonces no puedo?- Haruka preguntó todo desilusionado.
-Tu no necesitas prueba muchacho, eres lo mejor que haya visto en mi vida.
-¿Y eso quiere decir que...
-¡Estás dentro!- dijo el entrenador Kaede con una gran sonrisa en los labios, dándole una palmada en la espalda al joven que se tambaleó un poco por lo fuerte del golpe.
-Entonces ¿qué hago? no traigo ropa para entrenar ni nada.
-No te preocupes, mañana comienzan los entrenamientos. Sólo trae tu ropa deportiva.
-Muchas gracias- respondió Haruka haciendo una pequeña reverensia.-Entonces mañana nos vemos entrenador.
-Hasta mañana muchacho- Devolvió el gesto de la reverencia y el joven dió media vuelta y se dirigió de nueva cuenta al gimnasio para buscar a la linda niña de la información.
Cuando entró al gimnasio la chica de la mesa ya no estaba.
-Rayos! y yo que la pensaba invitar al cine o algo así- se dijo a si misma frustrada. Así dió un fuerte suspiro y salió del lugar descepcionada de la vida. Cuando salió se percató que al lado del gimnasio había otra puerta grande y escuchaba ruidos extraños, como salpicadas. La curiosidad fue demasiada, así que abrió la puerta y se asomó. Dentro se llevó una gran sorpresa, se encontraba el equipo de natación entrenando en la piscina, pero de todas las chicas en traje de baño, sólo una llamó su atención, una de cabello acuamarina. Entró silenciosamente y se sentó en una de las gradas junto a la alberca para observar el entrenamiento, pero para su mala suerte ya había acabado y las chicas estaban retirándose al vestidor. Haruka apoyó la cabeza sobre su mano y volvió a suspirar, pensó que esto no era tan grandioso como había pensado cuando sintió que lo salpicaron de agua.
-Pero qué... - dijo levantándose rápidamente. Volteó hacia la alberca de donde provenían unas risas y vió a su nueva amiga riendo.
-Hubieras visto tu cara, te veías tan gracioso asustado- dijo la chica entre carcajadas.
-¡Sirena!- dijo Haruka tratando de parecer molesto -¿Por qué me mojaste?- se sacudía el agua con las manos.
-Es que no podía perder la oportunidad, te veías demasiado concentrado- la chica salió del agua y se acercó al joven parado a la orilla de la alberca. El pobre quedó impactado al verla parada junto a él. - ¿qué pasa?- preguntó un poco incrédula.
-Nada... este... no sabía que te gustara nadar... mucho menos que estuvieras en el equipo de natación- dijo tratando de recuperar su compostura y también evitando que se diera cuenta de cómo se había puesto.
-jeje, bueno, llevamos escasas horas de conocernos, no se supone que debas saber todo de mi en tan escaso tiempo. Recuerda, nisiquiera sabes mi nombre.
-Ah ah...- dijo Haruka negando con la cabeza- si sé tu nombre- sonrió - Kaioh Michiru.
-Creo que el destino al fin permitió que lo supieras jeje.
-Bueno, el destino y el profesor ese...- Michiru notó un poco de enfado en las palabras del joven.
-¿Qué pasó con él?- preguntó un poco angustiada.
-¡Me regañó!, no quiere que me acerque a ti porque dice que soy mala influencia...me dijo bándalo!- dijo todo exaltado el muchacho. La chica lo observó un segundo como tratando de procesar lo que le acababa de decir.
-¿Bándalo?- preguntó ingenuamente y después comenzó a carcajearse.
-No le veo la gracia, nadie me había llamado así antes- dijo Haruka con una gran gota de sudor en la frente y un gesto de indignación en el rostro.
-Uy qué genio- dijo la nadadora sarcásticamente.-Existe gente con carácter pero tu te pasas de gruñón.
-Jaja, ¿tu crees?- dijo un poco más relajado. Por alguna extraña razón esa niña lograba hacerlo sonreir aún estando furioso.
-Oye, ¿por qué traes la chaqueta y la corbata en la mano? te pueden regañar por desaliñado- dijo Michiru un poco intrigada.
-Ah, jeje, es que fui a hacer la prueba para entrar al equipo de atletismo- dijo con una gran sonrisa.
-¿Pasaste la prueba?- preguntó la chica asombrada.
-Pues ya no me la hizo, creo que porque le gané a todos sus discípulos jeje- Haruka rió malévolamente recordando la cara de todos cuando terminó la carrera.
-¿Y corriste con uniforme?
-Si- dijo tranquilamente. La chica estaba bastante impresionada.
-Vaya, veo que tu también tienes tus secretitos.
-¿Te gustaría conocerlos?- preguntó Haruka acercándose a la chica un poco.
- Tal vez - respondió con una mirada seductora. El chico sólo sonrió. Derrepente ella se dió media vuelta y comenzó a caminar a la puerta.
-¿A dónde vas?- dijo un poco asustado de que se fuera a escapar.
-A cambiarme, te invitaría al vestidor, pero creo que las otras chicas podrían matarte- dijo burlonamente. Haruka puso cara de "rayos!" y Michiru empezó a reirse.
-¿Y... te vas a tardar mucho?- preguntó tratando de no sonar muy desesperado.
-¿Por qué? ¿piensas esperarme o algo así?- la chica preguntó un poco ingenua.
-Bueno, si tu quieres, no sé... tal vez... podría... quién sabe...- el pobre empezó a sentirse nervioso y tartamudear.-Este... podría invitarte un café o algo así- terminó al fin de hablar con una sonrisa nerviosa, en su interior rogaba que dijera que si.
-Mmmm... no sé... hay mucha tarea...- la chica trataba de hacerse la difícil, pero cuando vió la desilusión en los ojos del muchacho decició aceptar - está bien, un café no hace daño, además podemos platicar un poco más- dijo guiñándole un ojo.-Espérame aquí, ahora regreso- y corrió hacia los vestidores. Haruka sonrió y cuando ella había desaparecido, dijo un ligero "SI!" triunfal.
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Fecha: Miércoles 17 de Marzo del 2004
