Capítulo 5
Era lunes, la clase que llevaba con Michiru estaba a punto de terminar y Haruka estaba muy nerviosa, nunca se había sentido así en su vida y era bastante incómodo para ella. No habían podido cruzar palabra en todo el día y cuando entraron al salón tuvieron que sentarse separadas porque el profesor ya tenía amenazada a Haruka de que debía dejar de ser una mala influencia para la violinista. Haruka veía el reloj, golpeteaba la mesa con el lápiz, realmente se le notaba muy nerviosa. Veía su cuaderno donde tenía algunas frases escritas, palabras que quería decir a su amiga pero tuvo que escribirlas porque no confiaba que cuando la tuviera en frente pudiera decirlas con fluides. "Así o más nerviosa, Tenoh?" se decía a si misma tratando de calmarse "Si me vieran los del equipo se burlarían de mi" suspiró imaginando a sus amigos riéndose de ella. Al fin terminó la clase, para colmo el profesor se tomó 10 minutos extras. Cuando los alumnos comenzaron a salir, Haruka no perdía de vista a Michiru mientras se abría camino entre los estudiantes para alcanzarla, cuando estaba a punto de tomar su brazo una chica se puso en frente de ella.
-Hola Tenoh- dijo la chica un poco sonrrojada.
-Este... hola- respondió Haruka no prestando mucha atención a la niña, trataba de ver sobre ella buscando a su sirena.
-Me preguntaba si ... bueno... si quisieras... - la niña abrazó sus libros fuertemente viendo hacia el piso.
-Si, claro, lo que quieras- Haruka sólo quería que lo dejara para salir corriendo tras su amiga quien vió que salía del salón. La niña no decía nada coerente, estaba muy nerviosa y como acto de desesperación, el corredor agarró los brazos de la chica, se inclinó y plantó un beso sobre su mejilla dejando a la niña ida -Cuídate, nos vemos luego- dijo saliendo corriendo. La chica casi se desmayó.
Haruka salió del salón, volteó para todos lados y no encontró a Michiru "Rayos!" dijo en su mente enojada. Se paró frente al barandal y lo golpeó con los dos puños.
-Deberías dejar de ser tan gruñón- el corredor escuchó una voz conocida detrás de él. Volteó y ahí estaba la mujer que había mantenido sus nervios de punta durante todo el día.
-Michiru!- dijo sorprendido, feliz, nervioso, realmente era una mezcla de sentimientos que no comprendía.
-¿Qué ocurre? parece que hubieras visto un fantasma- dijo la chica algo divertida por la expresión de su amigo.
-No... es que... este... ay ay ay- el corredor estaba muy nervioso, trataba de generar frases congruentes en su cabeza pero la chica lo tomó totalmente desprevenido.
-¿Qué pasa?- ahora si la violinista se estaba preocupando, no era normal tanto balbuceo de parte de su amigo.
-Es que... necesito... bueno... quiero... no... bueno... si... - Haruka seguía diciendo cosas sin sentido y Michiru ya estaba aburrida de eso, así que se paró de puntitas frene a él, tomó su cara entre sus manos y lo hizo agacharse.
-Te me calmas en este instante, respiras profundo, piensas lo que vas a decir,abres tu boca y empiezas a hablar con claridad- Haruka asintió con la cabeza después de escuchar a su amiga con tan amenazante voz, respiró profundo y ordenó sus ideas.
-Lo que pasa es que necesito hablar contigo.
-¿Ves? no fue tan difícil decirlo, además siempre hablamos, no tienes que pedirlo, ni ponerte nervioso- dijo la niña con una sonrisa.
-Pero... a solas...- el corredor dijo agachando la cabeza un poco, como un poco apenado.
-Está bien- respondió la chica intrigada. Su amigo tomó su mano y la guió detrás del edificio del auditorio, un lugar que siempre estaba solo. Cuando llegaron, Michiru observó al muchacho muy intrigada, esperando alguna explicación de tanto misterio, pero él no decía nada.
-Dime qué pasa, me estás asustando- dijo la chica impaciente. El chico cerró un segundo los ojos, suspiró y se armó de valor para empezar a hablar.
-Michiru- comenzó hablando con un tono muy serio, tanto que la chica se asustó y su expresión se tornó preocupada -Hay algo que tengo que decirte, algo muy importante que tal vez te moleste mucho- Michiru ahora si estaba totalmente asustada -Es que... no soy lo que aparento... en realidad no soy un chico...
-No me digas que eres un extraterrestre que se apoderó del cuerpo de Haruka- dijo la chica bromeando. Haruka puso cara de "perdón?" y luego rió ligeramente.
-No, ¿cómo crees? jejeje...- sonrió tristemente - tal vez eso sería mucho mejor- Michiru se preocupó, se acercó a su amigo y tomó su mano para darle fuerzas para hablar.
-¿Qué pasa? dime, puedes confiar en mi.
-Es que... en realidad... soy una chica...- dijo Haruka sonrrojándose y agachando la cabeza, esperando que la chica comenzara a gritarle, esperó un tiempo que se le hizo eterno pero los gritos nunca llegaron, así que alzó la cabeza y vió a la chica al rostro - sirena, ¿no vas a decir nada?- preguntó preocupado.
-¿Eso era todo? ¿por eso tanto misterio?- Haruka la vió levantando una ceja y con una expresión de extrañesa en el rostro - Yo pensé que ibas a decirme que eras un asesino en serie y te habían descubierto, o que andabas con alguna profesora, algo más escandaloso- la chica dijo en un tono descepcionado. Haruka seguía pasmado por la reacción de su amiga, pensó que lo iba a golpear o gritar o algo parecido por haberla engañado.
-Entonces, ¿no te sorprendes? ¿no estás enojada conmigo?- preguntó el chico confundido.
-¿Sorprendida? mmmm... la verdad no, porque ya lo sabía- dijo Michiru con una sonrisa malévola en los labios - ¿Enojada? si, porque no me lo habías dicho antes.
-¿ya... ya lo sabías?- preguntó asustado.
-pues si, la verdad al principio me engañaste, realmente pareces un chico muy guapo: tu forma de hablar, de caminar y tu actitud- respondió con una sonrisa -pero a pesar de todo, algo me decía que eras una chica, tal vez sea el ojo crítico del pintor o una corazonada, no sé- Michiru estaba muy calmada, lo había tomado excelentemente, pero Haruka aún no se sentía satisfecho pues faltaba algo muy importante que aclarar.
- Pero tu sabes también lo que esto significa... - dijo Haruka en tono triste.
-¿A qué te refieres?- preguntó la violinista ahora si desconcertada.
- Si soy una mujer que viste como hombre y coquetea con chicas, quiere decir que... pues... me gustan las niñas- terminó la frase en un susurro.
-¿Y eso tiene alguna importancia?- preguntó la chica muy seria. Luego se acercó a la otra chica, colocó una mano sobre su mejilla y movió su cabeza para que la viera directo a los ojos. - A mi no me interesan tus gustos, no voy a juzgarte por eso, yo te quiero por quien eres, no por lo que eres- respondió con una sonrisa muy tierna, tanto que Haruka sintió que el corazón se le detenía un segundo de la impresión.
-¿Se... seguimos siendo amigos?- preguntó el corredor crédulamente.
- Por supuesto- respondió la violinista con una gran sonrisa y después dió un abrazo a su amiga quien dudó un poco en responderlo. Cuando se separaron Michiru se sonrojó un poco.
- ¿Qué ocurre?- preguntó Haruka algo extrañado.
- Muchas gracias- respondió la chica. El corredor la observó extrañada.
-¿Por qué? no he hecho nada...
- Claro que si... confiaste en mi y te lo agradezco infinitamente- sus grandes ojos azules se volvieron vidriosos. Haruka sonrió y colocó una mano sobre su nuca.
- Por alguna extraña razón siento que puedo confiar en ti plenamente, a pesar de que tenemos tan poco tiempo de conocernos, me haz demostrado que eres una persona de confiar y tu amistad es sincera- después de esas palabras, Michiru se puso tan roja como un tomate. -Je, je, te sonrrojaste- se rió Haruka.
- Este.. aah...- Michiru no sabía qué decir o dónde meterse para que no la viera así - ¿y ya tienes a alguien en la mira?- preguntó tratando de desviar la conversación.
-Pues creo que si hay alguien que me gusta.
-¿Crees?- preguntó la chica sorprendida.
-Es que... la verdad ... no sé si me gusta gusta, jejejeje- respondió el chico con una gran gota de sudor. Su amiga lo vió levantando una ceja.
-¿Cómo es posible que no sepas si te gusta una persona o no?
-Pues no sé, eso de gustar, querer y amar no es lo mío - respondió Haruka rascándose la cabeza. Michiru cruzó los brazos y lo vió de pies a cabeza extrañada.
-Realmente eres un caso.
-Lo mismo piensa mi padre, me pregunto por qué- dijo burlonamente el corredor. Ambos se vieron un segundo y empezaron a reir.
-Ruka- dijo Michiru calmándose de la risa y tornándose un poco seria.
-Dime, sirena.
- En verdad te agradezco la confianza y espero pronto poder corresponder este acto. Para mi siempre ha sido difícil confiar en alguien, pero algo dentro de mi me decía, desde la primera vez que te vi, que tu eras diferente, que realmente podía acercarme sin temor.
-Gracias- respondió el corredor un poco sonrrojado.
-¡Te sonrrojaste!- gritó la chica apuntando a su rostro, empezando a reir.
-¡¿Y qué?!- contestó el muchacho ofendido. Como su amiga no dejaba de reir se enojó más -te informo que ya acabó el chiste.
- Perdón... es que no pensé que algún día te vería así jajajajaja...- apareció una gota gigante en la frente de Haruka- bueno, ya está bien, ya no me río- pasó sus dedos sobre su boca haciendo la mímica de que cerraba un zipper.
-Qué amable- dijo Haruka sarcásticamente. Michiru volteó a ver su reloj y luego a su amigo.
-Dios! es tardísimo!, el entrenador va a asesinarme!- dijo asustada la chica -Tengo que irme Ruka, nos vemos al rato- tomó su mochila, y antes de irse se acercó a Haruka - después me tienes que contar sobre esa chica que no sabes si te gusta- le guiñó un ojo, dió un pequeño apretón a su brazo, sonrió y después salió corriendo a la piscina. Haruka sonrió sintiendo que se había quitado un gran peso de encima, vió como su sirena se alejaba y se dijo a si mismo "pronto tengo que resolver ese asunto, y en cuanto lo haga, serás la primera en saberlo".
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Inicio: Domingo 4 de Abril del 2004
Fin: Lunes 5 de Abril del 2004
Era lunes, la clase que llevaba con Michiru estaba a punto de terminar y Haruka estaba muy nerviosa, nunca se había sentido así en su vida y era bastante incómodo para ella. No habían podido cruzar palabra en todo el día y cuando entraron al salón tuvieron que sentarse separadas porque el profesor ya tenía amenazada a Haruka de que debía dejar de ser una mala influencia para la violinista. Haruka veía el reloj, golpeteaba la mesa con el lápiz, realmente se le notaba muy nerviosa. Veía su cuaderno donde tenía algunas frases escritas, palabras que quería decir a su amiga pero tuvo que escribirlas porque no confiaba que cuando la tuviera en frente pudiera decirlas con fluides. "Así o más nerviosa, Tenoh?" se decía a si misma tratando de calmarse "Si me vieran los del equipo se burlarían de mi" suspiró imaginando a sus amigos riéndose de ella. Al fin terminó la clase, para colmo el profesor se tomó 10 minutos extras. Cuando los alumnos comenzaron a salir, Haruka no perdía de vista a Michiru mientras se abría camino entre los estudiantes para alcanzarla, cuando estaba a punto de tomar su brazo una chica se puso en frente de ella.
-Hola Tenoh- dijo la chica un poco sonrrojada.
-Este... hola- respondió Haruka no prestando mucha atención a la niña, trataba de ver sobre ella buscando a su sirena.
-Me preguntaba si ... bueno... si quisieras... - la niña abrazó sus libros fuertemente viendo hacia el piso.
-Si, claro, lo que quieras- Haruka sólo quería que lo dejara para salir corriendo tras su amiga quien vió que salía del salón. La niña no decía nada coerente, estaba muy nerviosa y como acto de desesperación, el corredor agarró los brazos de la chica, se inclinó y plantó un beso sobre su mejilla dejando a la niña ida -Cuídate, nos vemos luego- dijo saliendo corriendo. La chica casi se desmayó.
Haruka salió del salón, volteó para todos lados y no encontró a Michiru "Rayos!" dijo en su mente enojada. Se paró frente al barandal y lo golpeó con los dos puños.
-Deberías dejar de ser tan gruñón- el corredor escuchó una voz conocida detrás de él. Volteó y ahí estaba la mujer que había mantenido sus nervios de punta durante todo el día.
-Michiru!- dijo sorprendido, feliz, nervioso, realmente era una mezcla de sentimientos que no comprendía.
-¿Qué ocurre? parece que hubieras visto un fantasma- dijo la chica algo divertida por la expresión de su amigo.
-No... es que... este... ay ay ay- el corredor estaba muy nervioso, trataba de generar frases congruentes en su cabeza pero la chica lo tomó totalmente desprevenido.
-¿Qué pasa?- ahora si la violinista se estaba preocupando, no era normal tanto balbuceo de parte de su amigo.
-Es que... necesito... bueno... quiero... no... bueno... si... - Haruka seguía diciendo cosas sin sentido y Michiru ya estaba aburrida de eso, así que se paró de puntitas frene a él, tomó su cara entre sus manos y lo hizo agacharse.
-Te me calmas en este instante, respiras profundo, piensas lo que vas a decir,abres tu boca y empiezas a hablar con claridad- Haruka asintió con la cabeza después de escuchar a su amiga con tan amenazante voz, respiró profundo y ordenó sus ideas.
-Lo que pasa es que necesito hablar contigo.
-¿Ves? no fue tan difícil decirlo, además siempre hablamos, no tienes que pedirlo, ni ponerte nervioso- dijo la niña con una sonrisa.
-Pero... a solas...- el corredor dijo agachando la cabeza un poco, como un poco apenado.
-Está bien- respondió la chica intrigada. Su amigo tomó su mano y la guió detrás del edificio del auditorio, un lugar que siempre estaba solo. Cuando llegaron, Michiru observó al muchacho muy intrigada, esperando alguna explicación de tanto misterio, pero él no decía nada.
-Dime qué pasa, me estás asustando- dijo la chica impaciente. El chico cerró un segundo los ojos, suspiró y se armó de valor para empezar a hablar.
-Michiru- comenzó hablando con un tono muy serio, tanto que la chica se asustó y su expresión se tornó preocupada -Hay algo que tengo que decirte, algo muy importante que tal vez te moleste mucho- Michiru ahora si estaba totalmente asustada -Es que... no soy lo que aparento... en realidad no soy un chico...
-No me digas que eres un extraterrestre que se apoderó del cuerpo de Haruka- dijo la chica bromeando. Haruka puso cara de "perdón?" y luego rió ligeramente.
-No, ¿cómo crees? jejeje...- sonrió tristemente - tal vez eso sería mucho mejor- Michiru se preocupó, se acercó a su amigo y tomó su mano para darle fuerzas para hablar.
-¿Qué pasa? dime, puedes confiar en mi.
-Es que... en realidad... soy una chica...- dijo Haruka sonrrojándose y agachando la cabeza, esperando que la chica comenzara a gritarle, esperó un tiempo que se le hizo eterno pero los gritos nunca llegaron, así que alzó la cabeza y vió a la chica al rostro - sirena, ¿no vas a decir nada?- preguntó preocupado.
-¿Eso era todo? ¿por eso tanto misterio?- Haruka la vió levantando una ceja y con una expresión de extrañesa en el rostro - Yo pensé que ibas a decirme que eras un asesino en serie y te habían descubierto, o que andabas con alguna profesora, algo más escandaloso- la chica dijo en un tono descepcionado. Haruka seguía pasmado por la reacción de su amiga, pensó que lo iba a golpear o gritar o algo parecido por haberla engañado.
-Entonces, ¿no te sorprendes? ¿no estás enojada conmigo?- preguntó el chico confundido.
-¿Sorprendida? mmmm... la verdad no, porque ya lo sabía- dijo Michiru con una sonrisa malévola en los labios - ¿Enojada? si, porque no me lo habías dicho antes.
-¿ya... ya lo sabías?- preguntó asustado.
-pues si, la verdad al principio me engañaste, realmente pareces un chico muy guapo: tu forma de hablar, de caminar y tu actitud- respondió con una sonrisa -pero a pesar de todo, algo me decía que eras una chica, tal vez sea el ojo crítico del pintor o una corazonada, no sé- Michiru estaba muy calmada, lo había tomado excelentemente, pero Haruka aún no se sentía satisfecho pues faltaba algo muy importante que aclarar.
- Pero tu sabes también lo que esto significa... - dijo Haruka en tono triste.
-¿A qué te refieres?- preguntó la violinista ahora si desconcertada.
- Si soy una mujer que viste como hombre y coquetea con chicas, quiere decir que... pues... me gustan las niñas- terminó la frase en un susurro.
-¿Y eso tiene alguna importancia?- preguntó la chica muy seria. Luego se acercó a la otra chica, colocó una mano sobre su mejilla y movió su cabeza para que la viera directo a los ojos. - A mi no me interesan tus gustos, no voy a juzgarte por eso, yo te quiero por quien eres, no por lo que eres- respondió con una sonrisa muy tierna, tanto que Haruka sintió que el corazón se le detenía un segundo de la impresión.
-¿Se... seguimos siendo amigos?- preguntó el corredor crédulamente.
- Por supuesto- respondió la violinista con una gran sonrisa y después dió un abrazo a su amiga quien dudó un poco en responderlo. Cuando se separaron Michiru se sonrojó un poco.
- ¿Qué ocurre?- preguntó Haruka algo extrañado.
- Muchas gracias- respondió la chica. El corredor la observó extrañada.
-¿Por qué? no he hecho nada...
- Claro que si... confiaste en mi y te lo agradezco infinitamente- sus grandes ojos azules se volvieron vidriosos. Haruka sonrió y colocó una mano sobre su nuca.
- Por alguna extraña razón siento que puedo confiar en ti plenamente, a pesar de que tenemos tan poco tiempo de conocernos, me haz demostrado que eres una persona de confiar y tu amistad es sincera- después de esas palabras, Michiru se puso tan roja como un tomate. -Je, je, te sonrrojaste- se rió Haruka.
- Este.. aah...- Michiru no sabía qué decir o dónde meterse para que no la viera así - ¿y ya tienes a alguien en la mira?- preguntó tratando de desviar la conversación.
-Pues creo que si hay alguien que me gusta.
-¿Crees?- preguntó la chica sorprendida.
-Es que... la verdad ... no sé si me gusta gusta, jejejeje- respondió el chico con una gran gota de sudor. Su amiga lo vió levantando una ceja.
-¿Cómo es posible que no sepas si te gusta una persona o no?
-Pues no sé, eso de gustar, querer y amar no es lo mío - respondió Haruka rascándose la cabeza. Michiru cruzó los brazos y lo vió de pies a cabeza extrañada.
-Realmente eres un caso.
-Lo mismo piensa mi padre, me pregunto por qué- dijo burlonamente el corredor. Ambos se vieron un segundo y empezaron a reir.
-Ruka- dijo Michiru calmándose de la risa y tornándose un poco seria.
-Dime, sirena.
- En verdad te agradezco la confianza y espero pronto poder corresponder este acto. Para mi siempre ha sido difícil confiar en alguien, pero algo dentro de mi me decía, desde la primera vez que te vi, que tu eras diferente, que realmente podía acercarme sin temor.
-Gracias- respondió el corredor un poco sonrrojado.
-¡Te sonrrojaste!- gritó la chica apuntando a su rostro, empezando a reir.
-¡¿Y qué?!- contestó el muchacho ofendido. Como su amiga no dejaba de reir se enojó más -te informo que ya acabó el chiste.
- Perdón... es que no pensé que algún día te vería así jajajajaja...- apareció una gota gigante en la frente de Haruka- bueno, ya está bien, ya no me río- pasó sus dedos sobre su boca haciendo la mímica de que cerraba un zipper.
-Qué amable- dijo Haruka sarcásticamente. Michiru volteó a ver su reloj y luego a su amigo.
-Dios! es tardísimo!, el entrenador va a asesinarme!- dijo asustada la chica -Tengo que irme Ruka, nos vemos al rato- tomó su mochila, y antes de irse se acercó a Haruka - después me tienes que contar sobre esa chica que no sabes si te gusta- le guiñó un ojo, dió un pequeño apretón a su brazo, sonrió y después salió corriendo a la piscina. Haruka sonrió sintiendo que se había quitado un gran peso de encima, vió como su sirena se alejaba y se dijo a si mismo "pronto tengo que resolver ese asunto, y en cuanto lo haga, serás la primera en saberlo".
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Inicio: Domingo 4 de Abril del 2004
Fin: Lunes 5 de Abril del 2004
