Capítulo 20

Haruka y Michiru se encontraban en el pasillo fuera de su salón de clases. El corredor, recargado sobre el barandal, veía los alumnos que disfrutaban su receso sentados en la fuente del área central de la escuela un tanto indiferente.
-Así que apareció el señor- dijo Michiru un poco seria. El corredor sólo asintió con la cabeza sin apartar la mirada de la fuente. -¿Y qué quería? supongo que no vino a ver cómo estabas de tus heridas.
-Vino a "advertirme" que dejara en paz a su novia- respondió el joven con un tono un poco irónico. Michiru alzó una ceja y vio a Haruka incrédula. -Estás bromeando, verdad.
-No... y para colmo el espectáculo se dio frente a Hotaru- añadió Haruka molesto, volteando a ver a su amiga. -Me preguntó burlonamente si era mi novia. Está loco.
-Cuanto tacto tiene Darien- dijo Michiru negando ligeramente con la cabeza en señal de desaprobación. -Lo bueno es que ya le habías contado los detalles oscuros de tu pasado- bromeó un poco Michiru para tranquilizar a su amigo.
-Si, Hotaru ya sabe que soy mujer y medio le conté un poco de mi relación con Serena.
-Entonces no tienes de qué preocuparte- dijo Michiru colocando una mano sobre el hombro del corredor. -Hotaru es una linda niña y comprenderá que lo que pasó fue algo que no sabías que ocurriría.
-Lo sé... pero aún así no dejo de sentirme apenado. Debí de haber mentenido la cabeza fría e ignorarlo- Haruka agachó la mirada avergonzado. -Tu si que estás bien loco- dijo Michiru con una sonrisa y después entró al salón. Haruka la vio sorprendido y tardó unos segundos en reaccionar que la chica se había ido. Después entró corriendo al salón persiguiéndola. -¿Loco¿y ahora qué hice?- preguntó el joven siguiendo a la chica.
-Si, loco y de atar- respondió Michiru sentándose en su lugar. Haruka se sentó en la mesa junto a la de su amiga y la quedó viendo un gran rato esperando a que le diera una mejor respuesta. -¿Y bien?- preguntó impaciente el joven.
-¿Y bien qué?- respondió la chica con una pregunta, lo que sacó un poco de quisio al chico.
-OOHHH, contigo no se puede- dijo Haruka levantando los brazos en señal de rendición. Michiru empezó a reir.
-Eres muy gracioso cuando te enojas- dijo Michiru con una sonrisa.
-Ahora soy tu payaso- dijo el joven sarcasticamente. -No te enojes Ruka, estoy bromeando- la chica le guiñó el ojo y él chico no sabía si enojarse, reir o qué -Yo me refería a que te preocupas más por lo que los demás puedan pensar que en lo que tu sientes. A veces creo que pecas de noble.
-Vaya... no lo había pensado de esa forma...-dijo Haruka llavándose una mano a la nuca -Tal vez tengas un poco de razón, Sirena.
-¿Un poco?- preguntó la chica con un tono de ofendida -Tienes un par de costillas rotas por ahí que me dan TODA la razón- dijo Michiru señalando al abdomen del corredor, quien instintivamente volteó a ver su estómago.
-Ya no están tan rotas- respondió Haruka con una sonrisa. Una gota gigante apareció en la frente de Michiru. Se vieron por unos instantes y comenzaron a reir por la respuesta tan tonta y en lo que concluyó la conversación.

Pasó un mes aproximadamente, Haruka ya se encontraba muy bien en todos los aspectos. Había tenido una conversación con Serena para aclarar las cosas y ahora eran amigos. Platicaban de todo, se llevaban bien, aunque al corredor aún no se sentía muy cómodo cuando la chica le contaba acerca de su novio. El simple hecho de escuchar su nombre le causaba siempre una punzada en el corazón que disimulaba cuando estaba con ella, para que no se sintiera culpable. Lo más importante para Haruka era la felicidad de Serena y no iba a causar nada que puediera lastimarla. Su amistad con Hotaru iba creciendo. Pasaban mucho tiempo juntos, Haruka iba por ella diario a la escuela, hacian la tarea juntos, Hotaru acompañaba al muchacho a sus entrenamientos en las tardes y cada vez se llevaban mejor. La llegada de la niña a la vida de Haruka fue como un milagro, ambos se hacían compañía y eran el complemento perfecto para llenar esa vida solitaria y triste que tenían. Un día llegaron al departamento de Haruka y tenían una interesante discusión.
-No, no y no- repetía constantemente el corredor mientras abría la puerta. -Claro que si, se nota a mil leguas- dijo Hotaru con una sonrisa de pilla. Lita se asomó desde su departamento al escucharlos llegar y fue hacia ellos.
-Hay cosas que son, cosas que no, aunque parezcan- hizo un razonamiento Haruka que dejó a la niña pensando un poco. -Hola chicos¿qué discuten?- preguntó Lita viendo que la discusión parecía interesante.
-Hola Lita- saludó la niña a la recién llegada. -Lo que pasa es que Ruka es un necio, dice que no pero todos sabemos que si- respondió Hotaru muy convensida. Lita se quedó igual, sólo supo rascarse la cabeza en señal de duda. -Y dale- dijo Haruka con un tono un poco molesto -Pequeña, lo siento pero no. -Ahmm... oigan, no es por nada, pero aún no paso mi curso de decifrar claves de si y no- dijo Lita con una gota en la frente.
-Lo siento Lita. Es que en el capítulo de ayer de Candy Candy conoció a un tipo en su escuela y estamos discutiendo si a Candy Candy le gustaba. No sé como se llama...- dijo Haruka llevándose la mano a la barbilla pensativo, tratando de recordar el nombre.
-Terry- dijo Hotaru con una sonrisa.
-¿Ah?- Lita se quedó un poco confundida, estaba un poco incrédula también. -¿Por eso tanto escándalo.
-¡Oye! Es un tema muy importante, aposté un helado con Hotaru- respondió Haruka un poco molesto. -Ahm... Haruka, temo informarte que ese anime pasó antes de que nacieras y todos ya sabemos el final- respondió Lita colocando una mano en el hombro de su amigo -Y efectivamente... a ella le gustaba Terry.
-¡Ou¡Rayos!- dijo Haruka un poco molesto -Espera un momento... ¡Hotaru me dijo que era nueva y no sabía que iba a pasar!- los ojos de Haruka se abrieron en sorpresa. Después volteó a ver a la niña, a quien le apareció una gota de sudor en la frente.
-¿Cómo puedes pensar que sea nueva? Casi está en blanco y negro- dijo Lita toda sorprendida. Haruka se encogió de hombros. -Espera un momento... ¡TU VES CANDY CANDY!- gritó Lita al darse cuenta de lo que estaba pasando. De pronto salieron del departamento de Lita, Rei, Mina y Ami, quienes en menos de un pestañeo aparecieron frente a Haruka.
-¿TU VES CANDY CANDY?- preguntaron las tres chicas sorprendidas. Una enorme gota de sudor apareció en la frente de Haruka. -¡Nadie ve eso!- dijo Rei impresonada -Ni Mina se atreve a verlo, y eso es mucho decir.
-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó la chica a la sacerdotisa, con unas miradas poco amigables. -A ti sólo te gustan puras cosas cursis- respondió Rei sacándole la lengua. La chica hizo la mímica de que se arremangaba y después se aventó contra la otra joven. Pero antes de que la tocara, Lita la agarró de la cintura para detenerla. Rei, al verla, corrió haca atrás de Haruka y se escudó con el chico quien sólo supo quedarse inmóbil y esperar a que un milagro las tranquilizara. -Que buena fiesta se traen en el pasillo- todos voltearon al escuchar la voz y vieron a Michiru parada junto a ellos con una sonrisa. -Hola Michiru- Hotaru fue a saludar a la chica y le dio una gran sonrisa de bienvenida. -¿Cómo estás princesa?- preguntó la chica dando una palmadita en la cabeza de la niña. -Muy bien. Adivina, me gané un helado gracias a los tips que me diste- dijo Hotaru muy feliz. Haruka volteó a ver a la violinista con una mirada de "ya te caché" y ella hizo como que no se había dado cuenta. -¿Por qué no entramos todos a ver la televisión?- dijo Mina emocionada.
-¡SI!- respondieron las chicas y entraron corriendo al departamento. Una gota gigante apareció en la frente de Haruka y Michiru colocó una mano sobre el hombro de su amigo para darle apoyo. -Bueno, al menos no se mataron- dijo la violinista riendo ligeramente.
-Llegaste justo a tiempo. Un minuto más y quién sabe qué podría haber ocurrido- dijo el corredor dando un suspiro de alivio. -¿Qué harías sin mi?- preguntó la chica dando una mirada coqueta al joven antes de entrar al departamento. -No tendría que pagar un helado- dijo el rubio entrando corriendo tras de la chica, cerrando la puerta tras de él. Pasaron la tarde viendo caricaturas, cuando empezó Candy Candy las niñas le hicieron burla a Haruka quien se puso rojo de la pena.
-Sólo lo veo porque a Hotaru le gusta- dijo el joven molesto cruzándose de brazos. -Eso me recuerda, que le debes algo a la pequeña- dijo Michiru sonriendo. Haruka la vio no muy contento.
-Eso no es justo, tu le contaste todo lo que iba a pasar- dijo el corredor viendo a la chica enojado. -Vamos, es sólo un helado. No seas codo.
-Yo no soy codo- respondió Haruka viendo a su amiga a los ojos. Ambos estaban frente a frente retándose con las miradas. -Demuéstralo- respondió Michiru con una sonrisa malévola -Invita a todos. -¡ESCUCHEN¡HARUKA NOS VA A INVITAR HELADO A TODAS!- gritó Mina señalando al corredor quien se puso pálido.
-¡SSIII!- gritaron las demás y salieron corriendo a la calle. Una gota gigante apareció en la frente de Haruka y su semblante se ensombreció. -Te encanta hacerme sufrir, verdad- le dijo a Michiru con una voz queda. -Eres muy gracioso cuando te enojas- respondió la violinista tocando la punta de la nariz del joven con su índice. Esto sorprendió al corredor, quien quedó, prácticamente, desarmado. -Será mejor apurarnos o esas niñas se van a impacientar- Michiru se levantó del sillón y se dirigió a la puerta. -¿Qué harías sin mi?- preguntó la chica dándole una sonrisa a su amigo quien selevantó rápidamente y fue hacia ella.
-Creo que ... aburrirme mucho- respondió el joven sonriéndole. Así, ambos salieron, sin darse cuenta que desde el pasillo un par de ojos púrpura los veía y una sonrisa se dibujó en el rostro de una niña.

El siguiente día, Hotaru volvió a casa de Haruka a visitarlo. Era ya costumbre de los sábados que fuera a ayudarlo con algunas tareas de su casa, al igual que Lita. Todos se encontraban en la sala limpiando. Haruka estaba con la escoba barriendo, Lita sacudía los pocos cuadros colgados en las paredes y Hotaru estaba limpiando el reguero que habían hecho el día anterior sus amigas en la sala.
-Dios... como odio hacer estas cosas- dijo Haruka llevándose la mano al hombro y tronándose el cuello. -Me imagino- dijo Hotaru limpiando la mesita de cristal del centro de la sala -Pero todo sería diferente si estuviera aquí Michiru, verdad- volteó a ver a su amigo con una sonrisa pícara. El chico levantó una ceja extrañado por el comentario.
-¿A qué te refieres pequeña?- preguntó el corredor dejando la escoba apoyada en la pared y sentándose en el sofá. -Pues que te sería más agradable la tarea si Michiru estuviera aquí- respondió sencillamente la niña quien no dejaba de limpiar una mancha muy difícil. -Que locura- respondió Haruka riendo un poco.
-No es una locura, es la verdad- dijo la niña retirando el trapo para examinar su trabajo -Si se nota que te encanta.
-¿Qué?- el corredor estaba sorprendido por lo que dijo su amiga. -Dijo que te encanta Michiru- respondió Lita recargándose en el respaldo del sillón donde estaba Haruka sentado. -Eso pensé que dijo- respondió sarcásticamente el corredor. -Yo creo que Hotaru tiene razón. A ti te encanta, siempre te ha gustado, deberías de hacer la luchita- dijo la chica de ojos verdes con una sonrisa. -¡No, no, no!- fue la respuesta del corredor, negando rápidamente con la cabeza -Ustedes están total y absolutamente chifladas. Ambas chicas voltearon a verse y se sonrieron con complicidad. -Entonces... ¿por qué te pones tan nervioso?- preguntó Lita insistente.
-Yo... yo no me pongo nervioso- respondió Haruka viendo para el otro lado. Hotaru rió ligeramente y se sentó junto a su amigo.
-¿Ya intentaste las flores? eso les encanta a todas las chicas- dijo la niña viendo la reacción de su amigo.
-No... ya había pensado en eso pero Michiru es muy...- Haruka se dio cuenta de lo que estaba diciendo a tiempo -¿Pero qué diablos estoy diciendo?- dijo todo nervioso y sorprendido.
-Lo que necesitábamos para comprobar que te gusta- dijo Lita poniendo una mano sobre el hombro de Haruka quien la vio alzando una ceja. -Ok, me gusta... ¿y eso qué?- preguntó el joven encogiendo los hombros -Ella tiene novio y se lleva muy bien con él- apoyó la cabeza en su mano y su codo sobre el brazo del sillón -Y aún si ella fuera libre... no creo que tenga esa clase de gustos... y en caso de que los tuviera, lo último en lo que se fijaría sería en mi- concluyó el corredor con un gran suspiro. -Qué poca fé tienes, hombre- dijo Lita negando con la cabeza -Siendo sinceros, aunque seas una chica eres muy guapo- al escuchar eso Haruka se puso como tomate.
-Lita tiene razón- Hotaru apoyó a su amiga y afirmó repetidamente con la cabeza.
-No te preocupes, nosotras vamos a ayudarte- dijo la chica de ojos verdes sacando una pluma y una libretita de la nada, pues Haruka nunca supo de dónde aparecieron. -Primero hay que decifrar el perfil psicológico de nuestra víctima.
-Oye... esto parece más capítulo de serie policiaca gringa- dijo Haruka cruzando los brazos -Además aún no he dicho que si.
-Eso es lo que menos importa en esta situación. Aquí lo que necesitamos es armar una buena estrategia- dijo Lita llevándose la mano a la barbilla pensativa. Apareció una gota de sudor en la frente de Haruka quien veía aterrado a Lita, esto no iba a ser nada bueno.
-Tienes que ser atento, formal, simpático aunque te cueste- dijo Hotaru con una sonrisa. Haruka la vio no muy contento -bueno, bueno, simpático no se te da.
-Gracias- respondió el joven sarcásticamente.
-Debes regalarle flores, chocolates...mmmm...- Lita pensó de nuevo un momento -más flores y más chocolates.
-¡Cuerdas para violín!- gritó triunfante Hotaru. Los otros dos jóvenes voltearon a verla extrañados. -¿qué tiene? algún día se le van a desgastar¿no?- dijo la niña un poco ofendida por las miradas de sus amigos.
-No puedo creer que esten hablando en serio- dijo Haruka viendo aterrado a las dos chicas quienes no lo tomaban en cuenta para nada. Se percató que para ellas era nula su opinión en esos momentos. Se preguntó qué pasaría si Michiru estuviera ahí, viendo todo ese espectáulo. ¿En verdad sus amigas habían visto algo que él no¿Tenía una oportunidad con la violinista? Él sabía que de repente su amiga era muy coqueta y le gustaba mucho bromear con él, pero siempre había tomado todo ese coqueteo como un juego. ¿Era posible que Michiru lo viera como más que un amigo? Las dudas empezaron a surgir. -¡Ahora vamos a ver su guardarropa!- la voz de Lita volvió al corredor de nuevo a la realidad y cuando se dio cuenta, las chicas se dirigían apresuradas a su recamara.
-¡Oigan, dejen eso!- Haruka se levantó inmediatamente de su lugar y fue a detener a las chicas antes de que decidieran tirar toda su ropa y quisieran hacerle un cambio total de imagen.

La tarde del domingo, Michiru se encontraba en su habitación escuchando música, buscando alguna inspiración para su nuevo disco. Recopilando ritmos, armonías y sentimientos para empezar a componer. De pronto escuchó que llamaban a su puerta. Abrió y era el mayordomo quien le avisaba que la estaban buscando. Ella le agradeció y bajó inmediatamente para ver de quién se trataba. Era raro para ella recibir visitas los domingos en la tarde. Se dirigió a la sala y ahí había una figura parada, esperándola.
-¡Haruka! qué sorpresa- dijo la violinista acercándose a su amigo.
-Hola... ahmmm...- el joven se puso un poco nervioso -eh.. te traje flores- dijo el chico sacando de atrás de su espalda una docena de rosas blancas. La chica estaba sorprendida por el detalle.
-¡Vaya! qué galante eres- dijo Michiru tomando el ramo. Después Haruka buscó en el bolsillo de su pantalón.
-Casi se me olvidaban- el joven sacó un paquetito de plástico cuadrado -también te traje cuerdas para el violín- dijo sonriendo amablemente. La chica lo vio extrañada y después se sonrió. -Gracias, eres muy amable- dijo la violinista tomando el paquetito. Después le hizo una señal de que podía sentarse y el joven obedeció. Ella fue a poner las flores en agua y regresó con ellas en un florero hermoso que colocó en la mesita central de la sala. -¿Y a qué debo ésta sorpresa? Pensé que ibas a salir con Hotaru- dijo Michiru sentándose junto a su amigo.
-Bueno, ella salió con su papá y yo...- Haruka se puso nervioso y recordó que Lita y Hotaru le dijeron que debía invitarla a salir -pensé que tal vez...- el joven empezó a dudar un poco. La chica lo vio curiosa y esa mirada lo hipnotizó, no podía apartar sus ojos de los de ella. -¿Y tu...?- preguntó la chica insistente, esto trajo de nuevo al corredor a la realidad.
-Yo pensé que tal vez tu no tendrías planes y podíamos salir a algún lugar que tu quisieras- terminó agachando la cabeza apenado. -Me encantaría- respondió la chica con una sonrisa -Es agradable salir con los amigos de vez en cuando, no lo crees.
-Si- dijo el chico sintiendo un gran alivio. Él temía que ella malinterpretara las cosas y lo tomara como una cita o algo así. Él tenía razón, lo único que veía la violinista en él era a un amigo, cuando les contara a Lita y Hotaru seguramente lo dejarían de molestar.

Haruka y Michiru iban caminando por una de las calles de Ginza cuando vieron acercarse dos figuras conocidas. Era un joven alto, de cabello negro y la otra era una chica bajita, de cabello rubio que iba tomada del brazo del primero. Pasaron junto a ellos, el muchacho vio a Haruka con una mirada de superioridad y una sonrisa irónica. El corredor se percató de la burla y se enfadó, iba a decirle algo pero sintió que apretaban su mano, era Michiru quien trató de calmarlo. La chica rubia volteó a verlo sobre su hombro y le dio una sonrisa rápida. La pareja de amigos se detuvo.
-Darien es un tonto- dijo Michiru volteando a ver hacia donde la pareja había caminado, sin soltar la mano de su amigo quien teniá la mirada triste y fija al suelo. -¿Estás bien?- preguntó la violinista preocupada.
-Sabes... nunca pensé que algún día llegaría a sentir esto y mucho menos por Darien.
-¿Qué cosa?- preguntó Michiru colocando su mano en la mejilla de su amigo para levantar un poco su rostro y pudiera verlo a los ojos. -Jamás pensé que podría odiar a una persona- el joven dio un suspiro y volteó el rostro para que su amiga no lo viera. Su amiga lo abrazó para confortarlo. -Perdóname- dijo el corredor en una voz queda.
-No tengo nada qué perdonarte. Te entiendo perfectamente- respondió la chica sonriéndole. Él volteó a verla y devolvió el gesto -Además, yo no creo que tu puedas llegar a una persona. Tienes un corazón hermoso y jamás se podría opacar con ese sentimiento- La chica colocó su mano sobre el corazón del chico -Está herido pero no contaminado.
-No lo sé... él me robó lo que más quería Michiru. Se burló de mi confianza, de mi amistad y ahora de mi persona- rió sarcasticamente al terminar la frase.
-Tranquilo. Ya estás superándolo, poco a poco. No dejes que estas cosas derrumben todo lo que haz construido- dijo Michiru sonriéndole. Haruka asintió con la cabeza y dio un suspiro. Michiru lo volvió a abrazar, se quedaron así por unos momentos y cuando se separaron, se vieron directamente a los ojos, y se observaron por unos segundos que parecían la eternidad. Lentamente empezaron a acercarse, quedando separados a unos escasos centímetros. Sus respiraciones se detuvieron.
-Este... creo que debemos apurarnos o se nos va a hacer muy tarde y el café se va a llenar- dijo Michiru viendo su reloj y después caminando hacia el café que se encontraba a unos pasos de ellos. Haruka vio un segundo como se alejaba, negó ligeramente con la cabeza sonriendo, dio un suspiro y corrió un poco para alcanzarla.

Inicio: Lunes 13 de junio de 2005.
Fin: Martes 14 de junio de 2005.