Capítulo 22

Habían pasado algunos días desde la última vez que Haruka y Michiru habían platicado. El joven corredor se encontraba en su departamento haciendo algunas cosas en su computadora cuando escuchó el timbre de la puerta. Se dirigió a abrirla y se encontró con un grupo de niñas escandalosas.

-Hola Haruka¿qué estás haciendo?- preguntaron cinco chicas en coro. Otra niña de cabello negro nada más sonrió. -Nada en realidad, estaba en la computadora- dijo el joven sonriendo -Veo que han estado ensayando sus presentaciones. Las chicas se voltearon a ver entre ellas y se dieron cuenta que habían hablado al unísono. -Creo que ya nos afectó estar tanto tiempo juntas- dijo Lita con una gota de sudor en la frente. -Creo que afectadas ya estaban un poquito- dijo Haruka riendo ligeramente y agachándose para saludar a la niña más chica que también rió. Las otras cinco niñas pusieron cara de ofendidas y cruzaron los brazos enfadadas. -Qué gracioso- dijeron nuevamente en coro. La niña pelinegra y el joven rubio voltearon a verse y empezaron a reir. -Mejor ya no digan nada y entren- dijo el joven invitándolas a pasar a su casa.

Trataron de acomodarse en la sala, pero como siempre todo terminó en pleito. -Ese es mi lugar, Rei- dijo Serena señalando a donde se encontraba sentada la sacerdotisa.
-No veo que tenga tu nombre por ningún lado- respondió la chica sacándole la lengua.
-¡Yo siempre me siento ahí!- dijo la rubia sacándole la lengua en respuesta a su agresión.
-El lugar es de quien llega primero- dijo la chica cruzándose de brazos -Y hazle como puedas- empezó a reirse burlonamente. Serena se enfadó, así que fue donde Rei, la tomó de las piernas y empezó a jalarla para sacarla de su lugar. La pelinegra al instante se agarró de lo primero que encontró que era Mina, quien estaba sentada a su lado en el sillón. Se tomó de su cuello y la chica del moño rojo empezó a tornarse de un tono azulado. Serena cerró los ojos por el esfuerzo y jalaba más fuerte a Rei quien se sujetaba muy bien de la pobre chica rubia que ya, más bien, era morada. -Chicas tranquilícense- dijo Amy tratando de poner orden pero Serena y Rei voltearon a verla con ojos llenos de fuego. La chica de cabello corto se sentó en su lugar calladita después del regaño visual. En eso aparecieron Lita, Haruka y Hotaru, quienes se encontraban en la cocina y vieron el pleito en el sillón. -¡REI, SERENA!- gritó Lita muy enojada -¿Qué rayos están haciendo?- preguntó la chica parándose detrás del sillón, en medio de las dos niñas. -¡Rei se apoderó de mi lugar!- dijo Serena jalando más a la pelinegra.
-¡No me apoderé de nada!- respondió la otra chica agarrándose más fuerte del cuello de Mina -¡Yo llegué primero.
-Pero ese siempre ha sido mi lugar.
-¡Pero hoy no.
-¡Salte.
-¡No quiero.
-¡MINA ESTÁ MORADA!- gritó Hotaru al notar que la pobre chica estaba al borde de la asfixia con tantos jaloneos de Rei. Haruka actuó rápidamente y corrió a la cocina.
-¿Quién quiere helado?- preguntó el joven cargando un bote de plástico lleno de helado, en la entrada de la sala. Serena y Rei voltearon a verlo, sus expresiones de enojo se tornaron en grandes sonrisas y sus ojos se iluminaron. -¡YO!- gritaron las chicas y corrieron donde estaba Haruka tomando el bote de helado entre las dos. Haruka prefirió soltarlo y se dirigió donde estaba Mina. La chica, al ser soltada, se desvaneció, cayendo sobre el asiento del sofá. El corredor rápidamente se colocó junto a ella para ver si estaba bien.

-Al parecer no reacciona- dijo dándole unas palmaditas en la mejilla. La recostó boca arriba. -¿Qué hacemos?- preguntó Amy preocupada. Mientras tanto, en la entrada de la sala, Rei y Serena se jaloneaban el bote de helado porque ambas querían ser las primeras en servirse.
-¡Es mío!- dijo Serena llevándose el bote de su lado.
-¡En tus sueños¡Es mío!- respondió Rei, jalándolo a su lado. Unas gotas de sudor gigante aparecieron en la frente de las otras chicas al verlas y después volvieron su atención a la joven desmayada.
-Creo que debemos llamar a un médico- dijo Lita viendo que el color morado de la chica no se quitaba. -Mina necesita respiración de boca a boca- escucharon una voz. Voltearon a verse entre ellos y parecía que nadie había hecho el comentario. Amy y Hotaru negaron con la cabeza con expresión de "yo no fui", y Lita encogió los hombros.
-¿Dijiste algo Mina?- preguntó Haruka hincándose junto a ella y acercándose un poco a la niña.
-Mina desmayada, respiración de boca a boca- volvieron a escuchar, pero la chica no parecía mover los labios. Nuevamente voltearon a verse alzando una ceja en señal de extrañesa. Haruka se acercó a la chica para ver si estaba respirando y cuando estaba cerca, sintió en su cuello un par de brazos que lo empujaban a ella. Las otras chicas se quedaron con la boca abierta al ver la escena. Cuando se separaron, Haruka se quedó perplejo, sentado junto a la chica, quien se sentó también y abrazó del cuello al joven.
-Al fin dieron frutos las clases de ventriloquía por correspondencia- dijo Mina con una gran sonrisa y formando una V de la victoria con sus dedos. -¿Nada más nos asustaste para esto?- dijo sorprendido el joven quien no podía creer lo que había pasado.
-Vale la pena cualquier cosa por un beso de mi querido Haruka- dijo la chica abrazando fuertemente al joven. -¿Eso crees?- preguntó el joven con una sonrisa melévola -Eso no fue un beso bien dado. Mina lo vio extrañada. De pronto el corredor la abrazó, la recostó nuevamente en el sillón y le plantó un beso en los labios a la rubia. Todo fue tan rápido que las chicas se quedaron con la boca más abierta aún, los ojos parecían que se les iban a salir. Hasta Serena y Rei se percataron de lo que pasaba y también se sorprendieron. Después de unos segundos, Haruka se levantó y Mina estaba con estrellitas en los ojos. -¡Haruka me ama!- gritó la chica al volver en sí. Una gota gigante de sudor apareció en la frente de Haruka. Las otras chicas seguían en shock después de la escena sorprendente que habían presenciado. -Sólo fue un beso, Mina, si querías uno, me lo hubieras pedido- dijo el corredor encogiendo los hombros. -Haruka, cásate conmigo- dijo la rubia abrazando al joven del cuello. -Mina, no es para tanto, sólo fue un beso- dijo Lita acercándose a su amiga y tratando de safarle los brazos del cuello del rubio. -Haruka me ama y se va a casar conmigo- repetía la chica constantemente como en trance. -Mina, no me voy a casar contigo, sólo fue un beso y ya- dijo Haruka sintiendo que el aire empezaba a escasear para él.
-Mina, si no sueltas a Haruka no vas a ver la telenovela de las seis- dijo Amy mostrándole a su amiga el control remoto de la tele que se encontraba en la sala. La chica, como por arte de magia, soltó inmediatamente al joven y se quedó sentadita como niña buena. El pobre muchacho se llevó la mano al cuello y dio un gran respiro. -Amy... yo no quiero ver la telenovela de las seis...- dijo Haruka con expresión de perrito regañado. Lita inmediatamente después de que soltó Mina a su amigo, se sentó entre él y la rubia para evitar que ocurriera algún incidente semejante en cualquier momento.
-Cualquier novio mío tiene que ver mi telenovela- dijo Mina viendo al corredor con ojos de corazoncito.
-Pero yo no soy tu no...- decía Haruka cuando Lita puso una mano sobre su boca.
-Mejor déjalo así... no querrás que empiece otro drama- dijo la chica advirtiendo a su amigo, quien negó con la cabeza resignado.

Después de pasar la tarde con sus amigas, aventarse un capítulo de la telenovela que no le gustaba, soportar los constantes pleitos entre Serena y Rei y divertirse mucho con su compañía, las chicas se marcharon. Solo quedaron Lita y Hotaru. Haruka se ofreció a llevar a la niña a su casa y Lita los acompañó. En el camino se generó un tema de conversación que al corredor no le era muy grato.
-Oye, Haruka, hace muchos días que no vemos a Michiru- dijo Hotaru curiosa desde el asiento trasero del auto. Una expresión de tristeza se presentó en el rostro de Haruka y Lita lo notó inmediatamente.
-¿Ocurre algo malo?- preguntó la chica de aretes de rosa preocupada.
-No sé si sea malo... pero creo que Michiru seguramente ya no quiere verme- dijo el joven no apartando la vista del camino.
-¿En serio¿Qué pasó?- preguntó Hotaru colocándose entre los dos asientos delanteros.
-Pues... la última vez que platicamos, ella estaba muy triste por lo de su exnovio, decía que ella no tenía suerte con esas cosas del amor y pues...- el joven se detuvo un momento, dio un gran suspiro. Las dos chicas voltearon a verse por un segundo y después prestaron atención a su amigo. -metí la pata y le dije que me gustaba...- dijo el joven en un tono triste. Hotaru y Lita se sorprendieron por lo que acababan de escuchar.
-¿Y qué pasó¿Qué te dijo?- preguntó la chica de cabello castaño emocionada e intrigada. -No dijo nada realmente... que no sabía qué decir... pero ya sé cual es su respuesta- dijo el joven en tono resignado.
-¿Y cuál supones que es?- preguntó nuevamente Lita un poquito seria.
-Pues que no la vuelva a molestar... que es una locura, etece, etece- respondió el joven encogiendo los hombros en señal de resignación. -¿Y cómo lo sabes si ella no te lo dijo?- preguntó Hotaru un poco preocupada.
-No necesitó decírmelo, pude verlo en sus ojos... se notaba a mil leguas que la idea no le agradó en lo más mínimo- respondió el joven estacionando el auto. -Lo siento mucho- dijo la niña pelinegra un tanto descepcionada. -Pensé que eran la pareja perfecta.
-No te preocupes pequeña, yo voy a estar bien- dijo el corredor con una sonrisa. Después salió del auto y le abrió la puerta a la niña y a su amiga para dirigirse a la entrada de la casa. La niña tocó el timbre y esperaron a que abrieran la puerta. Se despidió de sus amigos y entró a su casa. El regreso al edificio pudo haber sido muy silencioso de no ser porque llevaban la radio prendida. Al llegar al departamento de Lita, la chica ya no soportó más el ver a su amigo triste.
-Sabes, debes de hablar con ella- dijo la chica sonriéndole a su amigo para animarlo -No te quedes con tus suposiciones. Quién sabe y tal vez sólo son ideas tuyas.
-La verdad, yo no tengo muchas esperanzas de que ella me corresponda- dijo el joven resginado.
-Si te corresponde o no creo que no debería ser lo importante, sino el no perder la amistad que tienen- respondió la chica muy seria -Ustedes dos se llevan muy bien, son amigos, se apoyan, se ayudan, siempre están el uno para el otro. No es justo que todo termine por una suposición- la chica puso una mano sobre el hombro de su amigo.
-Tienes razón- dijo el joven con una sonrisa -Debo hablar con ella y olvidarme de todas esas estúpidas especulaciones. Ella es mi amiga- dijo el chico animado. Lita asintió con la cabeza dándole una sonrisa franca.

Michiru se encontraba en la alberca de la escuela dando las últimas vueltas para relajarse del árduo entrenamiento. Próximamente sería la competencia nacional y debía estar en óptimas condiciones para salir triunfal de ellas. Se dirigió a las escaleras y al salir de la alberca le ofrecieron una toalla. Ella la tomó sin darse cuenta de quién se la había dado.

-Gracias Kai- dijo la chica secándose el rostro.
-Creo que mis papás no me pusieron Kari pero de nada- reconoció la voz inmediatamente y bajó la toalla rápidamente para ver a un chico algo y rubio junto a ella.
-Haruka¿qué estás haciendo aquí?- preguntó la nadadora sorprendida de su presencia.
-Pasaba por aquí y me preguntaba si habría alguna sirena nadando- dijo el joven un poco bromista. La chica le dio una mirada un poco incrédula. Él notó que el chiste no había sido muy bueno y se tornó un poco serio -En realidad vine para hablar contigo.
-Soy toda oídos¿hay algo en específico de lo que quieras hablar?- preguntó la chica también seria. -Mira, lo que te dije en tu casa fue algo que no debí decir nunca- dijo el joven un poco apenado.
-¿Por qué lo hiciste?- preguntó la chica viendo atentamente el rostro del joven. Él fijó su mirada en los ojos azules de la joven.
-Porque es la verdad- respondió simplemente el chico. -Michiru, no podía seguir soportando que dijeras esas tonterías. Eres una chica increíble, inteligente, talentosa, considerada e infinitamente hermosa. Lo hice para que te dieras cuenta de que las posibilidades existen, que existe gente en este mundo a la que le agradas, y existe un loco al que le gustas y como él pueden existir otro millar de chicos a los que les puedes gustar- la chica lo vió sorprendida.
-Gracias por esas cosas tan lindas que dices- dijo la chica un poco sonrojada. El joven sonrió ligeramente -Pero tu sabes que yo no te correspondo y no puedo corresponderte- el rostro de la chica se tornó triste.
-Yo siempre lo he sabido pero quise arriesgarme- dijo el joven llevándose las manos a los bolsillos -Admito que por un momento creí en la posibilidad de que tu... bueno... tu sabes... - dijo Haruka encogiendo los hombros -pero ya sabía que tu no ibas a saltar a mis brazos al momento en que te lo dijera. En realidad eran Lita y Hotaru quienes me insistían en cortejarte pero yo les dije una y mil veces que no iba a llegar a nada- sonrió ligeramente el joven. -¿Por eso las flores y las cuerdas de violín?- preguntó la chica acordándose del extraño regalo con una sonrisa.
-Si, fueron idea de Hotaru- respondió el joven con una sonrisa. -Qué locura verdad.
-Fue ingenioso.
-Michiru, no te molestes conmigo por favor- dijo el joven muy serio.
-No me molesta lo que me dijiste- respondió la chica negando con la cabeza -Lo que si me molestó fue la actitud que tomaste. Te marchaste sin dejarme decir nada, y por lo que veo sacaste una serie de conclusiones sobre lo que pensaba y lo que sentía que no venían ni al caso.- dijo la violinista un poco enojada.
-Pensé que no querrías verme más- admitió Haruka agachando la cabeza avergonzado.
-Me conoces más que eso Haruka. -Lo sé y lo siento mucho... he sido un imbécil- respondió molesto el corredor consigo mismo.
-En esta ocasión si voy a tomarte la palabra- dijo la chica asintiendo con la cabeza y cruzándose de brazos. -Me lo merezco- dijo el joven con una sonrisa triste.
-Te quiero, no como tu esperas, pero te quiero- dijo la chica acercándose al joven y colocando una mano sobre la mejilla de su amigo. -Eres mi amigo y siempre lo seresmos.
-Gracias- respondió el joven sonrojándose. -Yo también soy tu amigo y sería capaz de hacer cualquier cosa por ti- dijo Haruka con una sonrisa franca. -¿En serio serías capaz de hacer cualquier cosa por mi?- preguntó Michiru con unos ojos seductores y dando unos pasos hacia Haruka. El chico la vio un poco extrañado y hasta nervioso. Dio unos pasos atrás al sentir como se iba acercando la chica.
-Michiru... yo...- el joven estaba muy nervioso.
-¿Serías capaz de perdonarme cualquier cosa?- preguntó la chica con una voz seductora y recorriendo con su dedo desde la mejilla de Haruka hasta el pecho -¿Qué?- preguntó el joven sorprendido antes de sentir un empujón y perder el equilibrio, cayendo a la alberca. Salió del agua y vio desde la alberca como su amiga se reía. -Eres muy gracioso- dijo Michiru entre risas. -¡Ahora verás!- Haruka se acercó a la orilla, salió de la alberca y abrazó a Michiru.
-¡Estás mojado!- dijo la chica tratando de liberarse de los brazos de su amigo pero fue inútil, era más fuerte que ella.
-Y así vas a estar en unos segundos- se agachó para agarrar sus piernas y la cargó hasta la orilla de la alberca, donde la dejó caer al agua. Después se aventó a la alberca y empezaron una guerra de agua.

Inicio: Martes 28 de junio de 2005 Fin: Miércoles 29 de junio de 2005