Capítulo 24

Haruka entró al edificio de la alberca y se dirigió a las gradas para ver desde ahí el entrenamiento. Ya se encontraban algunos jóvenes calentando y con la mirada trató de buscar a su amiga pero no la localizaba. De pronto aparecieron de los vestidores un grupo de niñas, bajó corriendo y se acercó a ellas.
-Hola chicas¿no han visto a Michiru?- preguntó el joven dándoles una gran sonrisa.
-Hola Haruka, no la hemos visto- contestó una de las chicas un poco intimidada por el chico apuesto que tenía en frente. -Yo la ví hace rato- dijo otra chica acercándose al muchacho -Veníamos a la alberca cuando recibió una llamada, se puso muy seria y dijo que tenía que ir a su casa inmediatamente.
-Que raro- dijo Haruka llevándose la mano a la barbilla, pensativo. -Bueno... voy a buscarla a su casa. Gracias Kai- dijo el joven corriendo a la puerta.

Michiru se encontraba en su habitación dando vueltas como león enjaulado, tenía en las manos una revista enrollada. Escuchó el timbre pero no cambió su actitud, seguía dando vueltas por toda la habitación muy tensa. Tocaron a la puerta y la chica indicó que pasara. Se abrió la puerta y Haruka apareció bajo el marco con una sonrisa y una flor en la mano.
-Hey!- dijo el joven saludando con una mano.
-Hola- contestó la chica muy seria, esto preocupó al corredor y dió unos pasos dentro de la habitación.
-¿Te encuentras bien?- preguntó el muchacho acercándose a ella, pero cuando extendió su mano para tocar a la chica, ella dió un par de pasos atrás. -Oye, tranquila- dijo el corredor sorprendido de la reacción.
-No me encuentro bien y no puedo estar tranquila, Haruka- dijo la chica en un tono molesto. -Pero dime qué ocurre¿puedo ayudarte en algo?- dijo el muchacho preocupado.
-Ya haz hecho suficiente- contestó la violinista dándole brúscamente la revista al joven, quien la tomó y al ver la portada casi se le salieron los ojos de la impresión y hasta soltó la flor. -¡Esto es una locura!- dijo exaltado el corredor al ver la fotografía de ambos con el título "La nueva conquista de Haruka Tenoh". Abrió la revista rápidamente y buscó las páginas del reportaje. -El corredor de autos Haruka Tenoh tiene una nueva conquista en puerta, la violinista prodigio Michiru Kaioh- leyó en voz alto y volteó a ver a Michiru todo confundido y sorprendido.
-Continúa, aún te falta lo mejor- dijo Michiru en un tono sarcástico, cruzando los brazos y viendo intensamente a Haruka, quien sentía que en cualquier momento iba a atravesarlo con esa mirada.
-Se les ha visto juntos en conciertos de beneficiencia, saliendo de restaurantes y cafeterías y hasta comparten el mismo salón de clases- siguió leyendo el corredor sin dar crédito a toda la sarta de locuras que decía esa revista sensacionalista. -Testigos han afirmado que esta pareja está muy enamorada y tal vez, próximamente, tengan planes de boda. Aunque la reputación de casanova que precede a Haruka nos podría hacer dudar sobre la seriedad de la relación, los encantos de la violinista Kaioh pueden ser suficientes para hacer centar cabeza al apuesto corredor.- al terminar de leer, Haruka volteó a ver a Michiru impresionado, realmente. -Esto es un chisme barato. ¡Es una estupidez! Ni siquiera tienen pruebas.
-Voltea la hoja- ordenó Michiru. El joven obedeció y su boca casi azotó el suelo de la impresión. Había una fotografía de media hoja donde se encontraban abrazados en el salón de clases. La posición daba la impresión de que estaban besándose. Abajo habían fotografías de ellos en restaurantes y otra del concierto que habían dado algunos meses antes. -Ahí están las pruebas que necesitaban- dijo la violinista extremadamente molesta.
-Esta foto... debió haber sido alguien del salón- dijo Haruka viendo la foto principal de la página. -Cuando descubra al traidor...- dijo furioso el joven estrujando la revista con sus manos.
-Eso ya no importa- dijo Michiru muy molesta. Haruka volteó a verla intrigado. -Mi padre fue quien me enteró de esto. Me llamó furioso y lo único que hice fue negar todo- dijo la violinista dando un fuerte suspiro. -Esa es la verdad, entre nosotros no hay nada- dijo el joven encogiendo los hombros. -Según esa revista yo soy tu nueva conquista- dijo la violinista muy enfadada señalando los papeles arrugados entre las manos del chico. -Es una revista de chismes, nadie cree en esas cosas- respondió el corredor un poco más relajado. -Pero todo el mundo la lee- dijo Michiru nada convencida del argumento de su amigo -Y no es la única que sacó un reporataje... mira esto- fue a su tocador y tomó otra revista que estaba ahí y se la dió al chico en las páginas donde hablaba de ellos. -¿Qué diablos es esto!- fue la reacción de Haruka al leer el encabezado -Michiru Kaioh embarazada del corredor Haruka Tenoh- leyó en voz alta y aún así no creía lo que estaba escrito. -¡Esto es aún más estúpido!- dijo Haruka agitando la revista en el aire.
-También hay artículos publicados en internet- dijo Michiru señalando hacia su laptop que se encontraba en su escritorio. Haruka se acercó y leyó los artículos que se encontraban en varias páginas de noticias. -Esto es increible- el chico seguía impresionado por el gran escándalo que se había armado.
-Para estos momentos no debe existir una sola persona en Japón que no sepa de esto- dijo Michiru sentándose en la cama llevándose las manos a la boca en señal de preocupación. -Oye, no te pongas así- dijo Haruka con una sonrisa acercándose a su amiga. Se incó frente a ella y trató de buscar sus ojos -Vamos a encontrar una solución para todo esto. Sólo son chismes y fácilmente los podemos negar- dijo muy sereno el joven. -Ya encontré una solución a todo esto- dijo Michiru viendo al corredor a los ojos.
-¿Y cuál es?- preguntó curioso el joven. La chica se levantó y se dirigió a la puerta de cristal del balcón. Haruka se levantó y la vió desde su lugar sin perder detalle de lo que la chica hiciera.
-Con esto me dí cuenta de que tu reputación no ayuda en nada a la mía- dijo la violinista fijando su mirada al atardecer. Haruka la vió extrañado. -Ni tampoco nos ayuda el incidente que ocurrió hace poco.
-¿Llamas incidente al haberte dicho que me gustabas?- preguntó Haruka sorprendido y dolido. -Lo siento Haruka, pero no sé de qué otra forma llamarlo- respondió Michiru muy seria. Un silencio incómodo se apoderó súbitamente de la habitación por unos momentos. La chica volteó y vió al muchacho directamente a los ojos -Tenoh, lo mejor es que terminemos nuestra amistad en este momento- dijo muy segura. Haruka se quedó sin habla de la impresión. Estaba tratando de asimilar lo que acababa de escuchar.
-¿Qué?- preguntó el corredor algo incrédulo -Creo que escuché mal.
-No Tenoh, escuchaste perfectamente. Ya no quiero seguir con esta amistad- volvió a decir la chica, pero ahora en un tono molesto.
-Pero por qué... es una decisión muy drástica- dijo el corredor sintiendo un nudo en el estómago.
-No, no lo es- dijo Michiru negando ligeramente con la cabeza -Nosotros no podemos seguir viéndonos. No podemos tener ninguna clase de relación o contacto que permita a los medios sustentar lo que están diciendo. Además, esa declaración que me hiciste cambió muchas cosas entre nosotros, por más que digamos que no- dijo Michiru cerrando los ojos sintiendo que se formaban algunas lágrimas en sus ojos. -Pero realmente nada cambió- dijo Haruka desesperado por convencer a su amiga pero ella seguía en la misma postura. -Ya veo... si cambió- dijo el corredor sintiéndose descepcionado. -Aunque no lo creas, también lo estoy haciendo por ti. Esta separación va a ayudarte a despejar tu mente y olvidar esa locura de que sientes algo por mi- dijo Michiru acercándose al joven con una expresión de preocupación. Haruka negó ligeramente con la cabeza sintiendo una mezcla de sentimientos que iban desde el enojo, la descepción, hasta la tristeza. -Michiru, en verdad pensé que había algo especial entre nosotros- dijo Haruka en un tono de descepción -Cuando estaba en casa de mi padre me sentía totalmente solo y desubicado. Tenía unas ganas inmensas de terminar con todo, así que tomé la pistola de mi padre y me la coloqué en la sien. Estaba a punto de disparar pero escuché tu voz que me pedía que me cuidara, que no hiciera locuras y me detuve- dijo el corredor con los ojos llorosos viendo directamente a los ojos de la chica. -Sin exagerar, llegué a pensar que eras como mi ángel de la guarda... pero ya veo que otra vez volví a sacar congeturas e imaginar cosas que no debía.
Michiru agachó la cabeza para evitar la mirada del joven, ella notenía idea de lo que le acababa de decir y ahora se sentía un poco culpable pero ella sabía que si no era así tendrían muchos problemas. -Haruka, por favor, no hagas esto más difícil- fue la respuesta de la chica -Quiero que estes bien, que estes tranquilo y hagas una vida más sencilla.
-Vaya- dijo el joven con un poco de sarcasmo -Hasta el último momento de nuestra amistad te preocupas por mi. Eres increíble.
La chica no supo como tomar esas palabras y simplemente se quedó callada con la mirada fija en el suelo.
-Que te vaya muy bien Michiru, ojalá algún día encuentres lo que realmente necesitas para ser feliz y lo sepas conservar- fueron las últimas palabras del joven antes de salir de la habitación, pisando la flor en el piso. Cuando desapareció por la puerta, la chica corrió hacia ella para ver si lo alcanzaba en el pasillo pero había desaparecido. Dió un gran suspiro, entró al cuarto y vió la flor en el piso con algunos pétalos maltratados y otros tirados. Se incó y la tomó entre sus manos.
-Haruka- dijo en voz queda la violinista llevando la flor a su pecho y sintiendo un gran vacío en su interior. Hasta ese momento se dió cuenta realmente de lo que había hecho pero sabía también que no había vuelta atrás y era lo mejor para ambos.

Haruka se encontraba en el elevador de su edificio esperando a llegar a su piso. La mezcla de sentimientos no lo dejaban en paz. Sentía que se asfixiaba en ese lugar tan cerrado y se impacientaba al ver que los números cambiaban muy lentamente. -¿Por qué no te apuras?- preguntó el joven desesperado. Cuando al fin se abrió la puerta se dirigió rápidamente hacia su departamento.
-¡Haruka!- alguien gritó llamándolo pero el joven ni se preocupó por voltear. Abrió la puerta de su hogar y entró dejando abierto para que la persona detrás de él entrara. El joven dejó las llaves sobre la mesita de cristal de la sala y se sentó dejándose caer sobre el sofá. Unos momentos después apareció una chica de cabello castaño por la puerta.-¿No me escuchabas?
-Lo siento Lita, no estoy de humor- dijo el joven moviendo un poco la cabeza para ver a la chica que estaba parada detrás del sillón. La chica se preocupó y se dirigió al otro sillón para sentarse.
-Ya te enteraste de los chismes verdad- dijo Lita comprendiendo por qué se encontraba así su amigo, o al menos eso era lo que sospechaba.
-Michiru me mandó a la fregada- fue la respuesta del joven. La chica lo vió extrañada por un momento, como si no hubiera entendido lo que decía y cuando captó lo que acababa de decirle se sorprendió.
-¿Pero por qué?- preguntó la chica toda confundida.
-Dijo que mi reputación y la de ella, su papá estaba furioso, que teníamos que separarnos para que la gente ya no dijera nada... no sé... una bola de tarugadas que ni ella se creyó- dijo el muchacho molesto. -Ay Haruka...- dijo Lita quedamente sintiéndose mal por su amigo.
-Ya estoy harto Lita- dijo Haruka retirando algunos mechones de su frente -Esto ya fue el colmo.
-Tranquilízate, vas a ver que todo tiene una solución y al rato van a volver a ser amigos y todos felices y contentos- dijo la chica con una sonrisa para tratar de animar a su amigo, quien no cambió su expresión de descepción y enojo. Tenía los ojos fijos y las manos cerradas fuertemente. -¡No... ya basta del idiota de Haruka Tenoh que se deja mangonear por todos!- dijo furioso el corredor -¡Ya basta del imbécil que deja que todos lo pisoteen y se burlen de él!
-No digas eso, por favor- dijo la niña preocupada y asustada. -¡Se acabó!- levantó la voz muy decidido golpeando el sillón con ambos puños -¡Si a esa niña le importa más lo que diga la gente que nuestra amistad o que mi cariño que haga lo que se le pegue la maldita gana, yo ya no voy a preocuparme por ella nunca más!- terminó de hablar muy agitado y sintiendo como las lágrimas de impotencia, de dolor y de enojo se formaban en sus ojos. Lita se sentó junto a él y lo abrazó, sin saber qué otra cosa más hacer. -¿Por qué?- preguntó desesperado el chico -¿Por qué no puedo hacer nada bien¿Por qué no puedo lograr aún que la gente que quiero se sientan orgullosos de lo que hago?... estoy harto- dijo el joven secándose con la mano una lágrima que logró escapar.
-Tranquilo amigo. Yo estoy orgullosa de ti y de nuestra amistad- respondió Lita con una sonrisa -Vas a salir adelante y vas a ver que esto a la larga pudo haber sido lo mejor. Eres muy fuerte y admirable, y vas a lograr lo que tu quieras- dijo la chica muy orgullosa.
-Tienes razón... esto no me va a detener, al contrario... - dijo el joven con una voz queda y baja.

Michiru se dirigía a su salón de clases. Caminaba viendo hacia el suelo, abrazando sus libros y algo distraida. De pronto levantó la mirada y frente a la puerta se encontraba Haruka recargado sobre el barandal, viendo a los chicos que corrían apurados para llegar a sus salones antes que los profesores. Ella dió un suspiro y siguió adelante, si tenía suerte podría pasar sin que él se diera cuenta. El joven volteó y vió a la chica caminar hacia él, su rostro se tornó tenso y se incorporó quedando exactamente en frente de la chica. La violinista siguió caminando a pesar de ver que el joven se había puesto frente a ella. Cuando se encontraron cerca, ella levantó la mirada y notó un cambio en su rostro, ahora era más duro. Haruka no perdió ningún movimiento de la violinista y por un instante sus miradas se cruzaron, él creyó que por lo menos habría el intercambio de alguna palabra, pero al momento en que ella se encontraba frente a él, la chica lo esquivó sin decir nada, dejándolo ahí, parado, con el corazón destrozado y la certeza de que ahora sólo eran un par de desconocidos.

Haruka se encontraba en su departamento checando algunas páginas en internet sobre la próxima carrera de autos que se efectuaría en Tokio. Desde algunos días atrás había retomado sus entrenamientos y se sentía preparado para volver a las pistas. De pronto escuchó que tocaban el timbre y fue a abrir la puerta. -¡Hola!- bajó la mirada y se encontró con una niña de cabello negro que lo saludaba con una gran sonrisa.
-Hola pequeña, qué milagro que vienes a visitarme- dijo el corredor dejando pasar a la niña. Detrás de ella estaba otra chica mayor de cabello castaño.
-¿Cómo estás Haruka?- preguntó la joven curiosa.
-Bien, se podría decir, Lita- respondió el muchacho invitando a la chica a pasar.
-Nada de estar triste- dijo Lita sentándose en el sillón. Haruka cerró la puerta y se dirigió a la sala, sentándose en el lugar donde se encontraba antes. Hotaru se sentó junto a su amigo y vió la pantalla.
-¿Buscas carreras?- preguntó la niña curiosa, sin apartar la mirada de la pantalla.
-Si, estoy viendo si tengo oportunidad de competir en el campeonato- respondió Haruka dando algunos teclazos.
-¿Estás loco!- preguntó Lita toda exaltada -Aún no estás recuperado. El doctor no te ha dado de alta. ¡Te puedes lastimar.
-Tranquila, mamá- respondió Haruka en un tono irónico -Te preocupas demasiado.
-¿Yo me preocupo demasiado?- preguntó la chica un poco histérica -¡Tu eres el loco, inconciente, maniático de los autos, suicida!
-Si, si, si- dijo el chico sarcásticamente -Digas lo que digas voy a correr- dijo el muchacho con una sonrisa confidente. Hotaru sólo se rió del pleito entre sus amigos, ella sabía que pasara lo que pasara, Haruka iba a ganar.
-Eres malo conmigo- empezó la chica a hacer un drama como si estuviera llorando -Me preocupo tanto por ti y tu me pagas de esta forma. Una gota de sudor apareció en la frente de Haruka.
-Dios... está bien, está bien- dijo el chico tratando de calmar a su amiga -Mira, si te tranquilizas las invito a comer un pastel.
-¿Crees que puedes comprarme con un pastel?- preguntó Lita haciéndose la ofendida.
-Bueno, el pastel, un helado y boletos de primera fila para la carrera- dijo Haruka con una sonrisa. Los ojos de Lita se iluminaron.
-Voy a avisarle a las chicas- dijo Lita saliendo del departamento corriendo. Haruka se quedó todo confundido y volteó a ver a Hotaru.
-Es que las otras chicas están en el departamento de Lita esperándonos- dijo la niña pelinegra con una gota de sudor -Lita hizo una apuesta de que te convencería de invitarlas a salir.
Haruka levantó una ceja en señal de extrañeza y cuando su cerebro carburó lo que había pasado se levantó de su lugar rápidamente.
-¡LITA!- el chico salió corriendo a detener a su amiga, pero era demasiado tarde, las chicas ya estaban enteradas de que su amigo les invitaría un pastel, un helado y los pases de primera fila para la próxima carrera de autos en la que participara.

Cuatro chicas iban muy contentas caminando por la calle seguidas de cerca por un joven de cabello castaño claro y una niña de cabello negro corto. Las primeras se preguntaban entre ellas de qué sabores pedirían sus helados y sus pasteles, mientras una gota gigante aparecía en la frente del joven con un semblande ensombrecido.
-Yo pediré uno de fresas- dijo una chica de cabello negro largo.
-Buena elección, Rei- dijo otra de cabello azul, corto -Creo que yo también pediré uno.
-Pero qué poca imaginación, Amy- dijo una rubia rodeando los hombros de la otra chica con su brazo -Cada una debemos pedir uno distinto para que probemos de varios- dijo la joven imaginándose muchos pasteles volando frente a ella.
-Eso no es imaginación, eso es ser abusivo- dijo una chica castaña desaprobando la propuesta de su amiga.
-¿Mina es abusiva?- preguntó la rubia señalándose -Lita, tu fuiste la que engañó a Haruka para que nos invitara jajajajajajaja- empezó a reir como maniática mientras una gota de sudor aparecía en la frente de Lita. Haruka sólo podía escuchar resignado todo lo que las chicas decían.
-Vaya, vaya, miren nada más qué me encuentro aquí. ¿No deberías de estar en casa con tu novia embarazada planeando una boda en lugar de estar coqueteando con tantas niñas?- escucharon una voz familiar detrás de ellos. Haruka volteó y su sonrisa inmediatamente se borró al reconocer al dueño de la voz.
-Darien¿no deberías de estar con Serena ahorita?- preguntó Rei señalando su reloj de pulso. -Voy en camino, pero no podía perder la oportunidad de saludar a mi viejo amigo- respondió el joven de cabello negro viendo al joven rubio quien no tenía una expresión precisamente de alegría por verlo.
-Ya lo saludaste, ya lo viste, ahora vete y no molestes- dijo Hotaru parándose en frente de Haruka, quien puso sus manos sobre los hombros de la chica.
-¿Ahora tu noviecita te defiende? Te haz vuelto un mandilón- dijo Darien de forma burlona.
-¿Qué quieres Chiba?- preguntó Haruka en un tono muy serio.
-Ya lo dije, saludar a un viejo amigo. ¿Ya no se puede?- dijo el joven pelinegro con una sonrisa sarcástica.
-Entonces busca a tu amigo y salúdalo. Nosotros nos vamos- dijo Haruka dando media vuelta junto con Hotaru y empezaron a caminar.
-Sabes, por mucho tiempo creí que ese sentimiento de culpa que tenía era justificado porque había defraudado a una gran persona, a mi mejor amigo, pero me doy cuenta que todo te lo haz merecido por cobarde- dijo el pelinegro con saña. El rubio se detuvo, las chicas lo vieron asustadas cuando dió media vuelta y se acercó al otro chico quedando frente a frente. El corredor levantó la mirada para ver los ojos de su, ahora, enemigo. -Soy un cobarde- dijo con una expresión seria -pero al menos tengo respeto por los sentimientos de los demás y por el significado de la amistad- dijo el corredor en una voz grave y serena. -Definitivamente eres un idiota- dijo Darien dándole un fuerte golpe al otro chico en el estómago. Haruka se dobló un poco por el dolor. -¡Déjalo en paz!- gritó Hotaru corriendo donde su amigo para ver como se encontraba. -Haruka está lastimado- dijo Lita enojada parándose frente al joven alto de ojos azules -Le rompieron las costillas por defender a Michiru. -¿Crees que no lo sé?- dijo Darien con una sonrisa ligera en los labios -Serena me cuenta todo. Las chicas se quedaron con la boca abierta por la respuesta.
-Eres un cobarde- dijo Rei señalando al chico alto. -¿Yo? ja- dijo sarcásticamente Darien -Si este infeliz sigue acosando a mi novia- dijo señalando a Haruka quien ya se había recuperado del golpe. -Anda, niega que el otro día la besaste afuera del templo. Ella me lo confesó todo- dijo el joven pelinegro furioso. Las chicas se quedaron con la boca abierta y voltearon a ver a su amigo quien agachó la mirada. -Dijo que ella te besó pero estoy seguro que fuiste tu quien lo hizo. No soportas la idea de idea de que ella este conmigo pero ahora mismo voy a meterte en la cabeza, de una vez por todas, que ella es MÍA- terminó de decir enfatizando la última palabra muy enojado. Darien se abalanzó contra Haruka, quien quitó a Hotaru del camino para evitar que el otro joven la lastimara y recibió un fuerte golpe en la mandíbula que lo hizo retroceder un poco.
-Creo que esto si me lo merecía- dijo el corredor llevándose la mano al labio y viendo que estaba sangrando. -Todo lo que te pasa te lo haz merecido- dijo Darien empujando al otro joven con una mano. Haruka sintió como la sangre le enerbaba -¿Por qué crees que Serena te cambió por mi? Ella estaba buscando a un hombre de verdad, a una persona exitosa, que no sintiera lástima de sí misma y que no tuviera que estar escondiéndose- dijo el joven con un tono irónico y burlón. -Tu sólo eres pura apariencia. No eres capaz siquiera de defenderte- dijo Darien dando otro empujón a Haruka que lo hizo dar otro paso atrás. Cuando se dió cuenta, el corredor ya se encontraba contra la pared. El pelinegro se tronó los nudillos -No te preocupes mucho, esto te dolerá más a ti que a mi- dijo con una sonrisa malévola y arrojó un golpe. Haruka movió la cabeza para esquivarlo y el puño se estrelló contra la pared.
-Aún no me duele nada- dijo burlonamente el corredor. Tomó el brazo del joven y se lo dobló, llevándolo hacia su espalda. Empezó a ejercer presión y el dolor hizo que el alto se incara. -Sabes, después de escuchar todas tus estupideces, creo que el golpe no me lo merecía tanto como tu- dijo Haruka riendo ligeramente. -Ahora ha llegado mi turno de hablar y vas a escucharme muy atentamente- dijo el corredor en una voz queda pero amenazante acercándose al oído del otro joven -No me había atrevido a defenderme de tus insultos, tus amenazas y tus golpes por respeto a Serena y la amistad que alguna vez existió entre nosotros dos. Yo sé cuanto sufriría ella si algo te pasara y jamás me perdonaría si una lágrima escapara de sus hermosos ojos por mi culpa- dijo Haruka ejerciendo más presión en el brazo de Darien, lo que lo hizo quejarse -Y mucho menos te perdonaría a ti, si llorara por tu culpa.- una sonrisa se dibujó en el rostro del corredor. -Ya estoy harto de sacrificarme por los demás, de dejar que todos sean felices a costa mía, que se burlen de mi y sentirme culpable por no haber sido suficiente para esas personas. Rebasaste el límite, amigo- Haruka soltó el brazo del pelinegro y lo empujó hacia delante, probocando que el muchacho cayera. Se levantó sobándose la mano que la tenía inchada. -¡Ya verás!- dijo furioso Darien abalanzándote contra Haruka,nuevamente. El rubio esquivó el golpe y tomó a Darien por el cuello de la camisa, estampándolo contra la pared. -Lo siento mucho, pero se te ocurrió esta gracia cuando al bueno de Haruka se le ocurrió la gracia de no ser tan bueno- dijo el corredor con una sonrisa malévola -Va a ser mejor que empieces a comportarte como una persona decente. De preferencia que dejes de estar probocándome- le dió otro azotón a Darien contra la pared que lo hizo quejarse. El joven vió a su antiguo amigo muy sorprendido, esta era una reacción que jamás antes había tenido, por un momento llegó a sentir miedo de que perdiera el control. -Si me entero de que vuelves a lastimar a Serena, voy a buscarte hasta el último rincón del planeta y voy a hacer que te arrepientes por el resto de tu miserable vida.- dijo Haruka con una voz muy amenazante -Ahora lárgate y no vuelvas a molestarme a mi o a mis amigas. Después de eso aventó al joven a un lado, este se levantó dando algunos tropezones y se fue corriendo asustado. -¡Jaja! miren ahora quien ríe- dijo Mina carcajeándose. -Cuando le digamos a Serena... - dijo furiosa Rei quien apretaba fuertemente sus puños. Haruka negó con la cabeza.
-No le digan nada, esto es mejor que quede entre nosotros- dijo Haruka con una sonrisa ligera.
-Pero ese loco sólo vino a probocarte y a lastimarte- dijo Mina abrazando a Haruka y levantando el rostro, dándole una expresión de perrito regañado. -Lo sé, pero creo que después de esto va a dejar de portarse tan patán- respondió el corredor guiñándole un ojo. La chica lo abrazó más fuerte.
-Después de ese sustote creo que ya no le van a quedar ganas para molestar a nadie- dijo Lita viendo hacia donde Darien había desaparecido.
-Y espero que ahora si trate a Serena como es debido- dijo Amy asintiendo con la cabeza.
-Pues la próxima vez nosotras defenderemos a Haruka, verdad Mina- dijo Rei golpeando su palma izquierda con su otro puño. Mina asintió con la cabeza e hizo unos movimientos extraños con los brazos que trataban de imitar alguna posición de karate. -No se preocupen, creo que puedo defenderme solo- dijo el corredor con una gota de sudor en la frente y llevándose una mano a la nuca. -No importa, yo te defiendo- dijo Mina acercándose a Haruka y pestañeando rápidamente. El chico sonrió y sinrió un dolor en su boca, se llevó la mano al labio y recordó que lo tenía lastimado.
-Hay que buscar hielo para esa herida- dijo Hotaru viendo preocupada a su amigo.
-Podemos pedirlo en la cafetería- dijo Haruka tomando la mano de la niña pelinegra.
-Si es cierto, con tanta conmosión ya se me había olvidado- dijo Lita golpeándose ligeramente la frente con la palma de su mano. Las otras chicas hicieron lo mismo.
-Creo que no debiste recordarles- dijo Hotaru sonriendo. -Bueno, tendré que resignarme y aceptar mi costoso castigo- dijo el corredor encogiéndose de hombros y sonriendo. De pronto sintió que tomaban su mano y antes de que se diera cuenta, Mina lo llevaba corriendo hacia la cafetería.
-Yo quiero pedir primreo- dijo la chica mientras se llevaba al chico. Las otras niñas vieron la escena con gotas de sudor en sus frentes y después siguieron sus pasos.

Inicio: Domingo 10 de julio de 2005 Fin: Lunes 11 de julio de 2005