Capítulo 26

El camino al parque fue silencioso. Haruka dudaba en hablarle, pues no sabía realmente cuál era la intención de Serena. Llegaron a una banca cerca de un estanque y ahí se sentó la chica viendo al joven quien imitó su acción unos segundos después.

-¿Y de qué quieres hablar?- preguntó el corredor curioso.

-Quería contarte que Darien se ha portado muy bien últimamente conmigo- dijo la chica con una sonrisa de emoción.

-Aaah, que bueno, me parece muy bien- dijo el joven un poco desilusionado recargando los codos en sus piernas y tomándose las manos.

-Si, un día llegó muy tarde por mi y me pidió disculpas prácticamente de rodillas y me prometió que nunca más iba a suceder y que iba a venir todos los fines de semana a verme- dijo la chica muy feliz -fue un cambio bastante drástico.

Haruka asintió ligeramente con la cabeza viendo hacia el estanque, un tanto indiferente.

-Me alegro por ti- dijo el corredor suspirando.

-Gracias- respondió la niña abrazando el brazo de su amigo y apoyando la cabeza en su hombro. Haruka volteó ligeramente para verla y sonrió tristemente. -Oye- dijo la chica alzando la mirada para ver el rostro del joven.

-Dime- respondió simplemente el joven.

-Me enteré de que firmaste un contrato para correr en Italia- dijo la chica en un tono no muy animado.

-Si, es una gran oportunidad- respondió el joven con una sonrisa -Es un sueño hecho realidad, al fin voy a poder convertirme en piloto profesional y dedicarme de lleno a lo que más me gusta.

-Y vas a irte, verdad- dijo la chica un poco ingenua. Él asintió con la cabeza. -¿Mucho tiempo?

-Mínimo deben ser 6 años, es el tiempo para acabar la preparatoria y una carrera profesional- dijo el joven encogiendo los hombros. La chica abrazó con más fuerza el brazo del joven.

-No vas a volver- dijo Serena muy seria.

-Algún día regresaré- dijo Haruka tratando de animar a la chica con una sonrisa.

-No es verdad- respondió la niña soltando al joven -No vas a regresar.

El corredor volteó a ver a la chica todo sorprendido y bajó la mirada no sabiendo qué responder, ni él sabía cuál sería realmente su futuro. -No te vayas- dijo la chica en un tono de súplica. Haruka volteó a verla aún más sorprendido.

-¿Cómo?- preguntó el joven, incrédulo.

-Por favor, no te vayas, Haruka- dijo la chica tomando la mano de su acompañante. El corredor no sabía como reaccionar o qué decir. -Si te vas, me quedaré sola- dijo Serena bajando la mirada.

-¿Sola?- preguntó el joven incrédulo -Pero tu no has estado, ni estarás nunca sola. Acabas de decírmelo, Darien ya te prometió que vendría a verte todos los fines de semana y tienes a tus amigas que siempre están contigo- dijo el chico encogiendo un poco los hombros.

-Pero no voy a tenerte a ti- respondió la chica levantando la mirada. Haruka no creía lo que escuchaba.

-¿Y a mi para qué me quieres?- preguntó el joven intrigado y viéndola todo extrañado. La niña vio su rostro como examinándolo.

-Ya entiendo- dijo la chica en un tono molesto, levantándose de la banca -Lo que pasa es que no me quieres. Te vas porque Michiru te despreció y no eres capaz de quedarte por mi- la chica se volteó cruzándose de brazos.

-Pero, qué tonterías estás diciendo- dijo Haruka entre molesto y sorprendido -Tu sabes perfectamente lo que siento por ti. Sabes cuanto te quiero y lo que soy capaz de hacer por ti- dijo el chico muy serio.

-Pero no eres capaz de quedarte conmigo- dijo la niña muy enojada.

-¿Para qué quieres que me quede contigo?- preguntó molesto el corredor, levantándose de su lugar -Dime la verdad, ¿aún sientes algo por mi?- preguntó el joven volteando a la chica bruscamente. Ella lo vió a los ojos sorprendida, realmente no había pensado en ese punto. -Anda, dime...

La chica negó ligeramente con la cabeza.

-Me lo imaginaba- dijo el corredor con una sonrisa triste. Serena agachó la mirada avergonzada.

-Te quiero- dijo Serena tratando de acercarse al muchacho, pero este dio un paso hacia atrás.

-Si tu lo dices- dijo el joven con una sonrisa irónica. -Ya me cansé, Serena- dijo el corredor acercándose a la chica y levantando con un dedo su rostro para poder ver sus ojos -Estoy muy cansado de renunciar a mis sueños por otros- el joven negó ligeramente con la cabeza -No estoy dispuesto a dejar a un lado esta oportunidad por un incierto. El que me vaya no significa que no te quiera, pero si eso es lo que quieres creer, hazlo; yo estoy completamente seguro de lo que siento y de lo que hago- el joven se agachó hasta quedar a la altura del oído de la chica -Cuídate mucho y te deseo lo mejor. Te quiero...- dijo en un murmullo antes de darle un beso en la mejilla. Serena vio con tristeza como el joven se alejaba de ella, y sintió un gran dolor al darse cuenta de que él siempre había estado con ella a pesar de todo. Siempre le había aguantado toda clase de niñerías sin tener que hacerlo. Hasta esa última se la había perdonado.

Haruka volvió a su departamento y antes de entrar se encontró con Lita, quien lo estaba esperando.

-¡Hey! ¿Dónde te habías metido? ya no sabemos qué hacer con Mina, está como león enjaulado ahí dentro- dijo la chica algo desesperada. El joven se asomó y vio a la chica rubia dando vueltas por toda la sala, una gota de sudor apareció en su frente.

-Fuí a caminar un poco, me estaba asfixiando con tantas cajas- dijo el joven con una sonrisa un poco falsa.

-Algo me dice que no debería de creerte- dijo la chica levantando una ceja y cruzándose de brazos.

-No te preocupes, todo está perfectamente- respondió el corredor con una sonrisa más creíble. La niña aún no estaba muy convencida pero le dio el beneficio de la duda, así que encogió los hombros despreocupada.

-Ok- le guiñó un ojo y le dió una sonrisa. De pronto escucharon un gran estruendo.

-¿Qué fue eso?- preguntó Haruka entrando rápidamente a su sala donde vió a Mina entre vidrios, tirada en medio de la sala.

-¿Qué pasó?- preguntó Lita detrás de su amigo viendo a la chica tirada. Haruka corrió a ayudar a levantarse a la chica.

-Mina se tropezó con la esfera al tratar de salir corriendo a buscar a Haruka- dijo Rei hincándose y tomando la esfera que estaba cerca de ella -Y cayó encima de la mesa de vidrio.

-¡Ay ay ay!- se quejaba la rubia tratando de levantarse. El corredor la ayudó quitando algunos vidrios de encima de ella y la examinó. Tenía algunos rasguños en el brazo derecho que fue sobre el que cayó. Lita salió corriendo a su casa y en un segundo estaba de vuelta con su maletín de primeros auxilios. El joven agarró el maletín, sacó algunas cosas y tomó el brazo de la chica.

-Creo que no tienes nada serio- dijo el corredor sonriéndole, terminando de curar las heridas de su amiga. Los ojos de la chica se llenaron de lágrimas y se lanzó a los brazos del joven.

-Dame un besito para que se me quite el susto- dijo la chica viendo al joven con corazoncitos en los ojos.

-Yo creo que está perfectamente bien- dijo Rei levantando una ceja y cruzándose de brazos. Una gran gota de sudor apareció en la frente de Haruka quien trataba de safar su cuello de los brazos de Mina, pero ella estaba bien enganchada.

-Mina... tengo que recoger este reguero- dijo el joven para ver si así lograba que lo soltara.

-Que Rei lo levante- dijo la chica con una gran sonrisa. La sacerdotisa volteó a verla con una mirada poco amigable.

-¿Yo por qué tengo que recoger tu desastre?- preguntó la pelinegra furiosa.

-Tranquila, lo limpiaremos entre todos- dijo Amy colocándose frente a su amiga para tratar de calmarla.

-Yo no lo voy a limpiar- dijo la sacerdotisa cruzándose de brazos. Una gota apareció en la frente de la chica de cabello corto.

-Eres una gruñona, Rei- dijo Mina levantándose y parándose frente a su amiga.

-¿Gruñona yo?- preguntó la sacerdotisa en un tono incrédulo y colocando sus manos en su cintura.

-Tu, tu, tu, tu, tu y nadie más que tu- respondió la rubia apuntando a la otra chica. Amy decidió mejor hacerse a un lado antes de que esto fuera a ponerse feo.

-No sería tan gruñona si alguien no fuera TAN torpe- dijo la chica pelinegra con una sonrisa malévola y un tono sarcástico. Los ojos de Mina se abrieron en señal de admiración.

-¿Quién es torpe?- preguntó muy enojada la rubia viendo amenazadoramente a su amiga.

-No está Serena, así que... la siguiente en la lista eres tu- respondió Rei viendo a su amiga directamente a los ojos.

-Voy a hacer que te tragues esas palabras- dijo Mina arremangándose y preparándose para atacar.

-Tranquilas niñas, no es para tanto- dijo Amy parándose entre las chicas. Ambas voltearon a verla con fuego en los ojos y la niña se hizo hacia atrás unos pasos y después corrió atrás de Lita para protegerse. Haruka veía la escena muy divertido, esas niñas realmente lo hacían reír mucho. De pronto sintió un poco de nostalgia y bajó la mirada, pero Hotaru se dió cuenta de que algo le ocurría a su amigo.

-¿Qué tienes?- preguntó la niña de cabello negro viendo al joven con preocupación.

-Nada, sólo estaba pensando- respondió el joven con una sonrisa.

-¿Y en qué pensabas?- volvió a insistir la chica con una mirada curiosa.

-Pues... en lo mucho que voy a extrañar todo esto- respondió el corredor con una sonrisa triste -Siempre había estado solo y la verdad, no pensé que algún día encontraría a unas amigas tan geniales como ustedes- dió unas palmaditas en la cabeza a la niña con una sonrisa franca.

-No es lo único que te molesta, verdad- dijo la pelinegra examinando el rostro de su amigo.

-Me conoces muy bien, pequeña- dijo Haruka con una sonrisa triste.-Algo falta aquí, eso es definitivo- dijo volteando a ver una fotografía que se encontraba tirada entre los vidrios de la mesita. Hotaru levantó el marquito y le quitó los vidrios que tenía encima.

-Michiru...- dijo la niña dándole el portarretratos al joven, quien asintió con la cabeza -La extrañas mucho, verdad- preguntó sabiendo de antemano la respuesta. El joven asintió de nuevo con la cabeza viendo la fotografía donde se encontraban él y su antigua amiga después de una carrera que había ganado.

-Pero bueno... esto ya es parte del pasado y no debe afectar mi futuro- dijo Haruka haciendo a un lado el portarretrato, dejándolo boca abajo sobre el sillón. Hotaru no se convenció mucho con ese argumento, pues sabía que le seguía afectando a su amigo lo sucedido y sin importar lo que dijera, él seguía sintiendo algo muy fuerte por la chica. -Sólo debo preocuparme por la gente que realmente se lo merece, mis amigas- dijo Haruka con una gran sonrisa.

Las chicas que se encontraban peleando escucharon lo que dijo el muchacho y se detuvieron. Se vieron por un instante e intercambiaron una mirada de complicidad. Después se acercaron al joven rodeándolo.

-¡Nosotras también te queremos!- gritaron las cuatro chicas abrazando al joven, haciéndolo perder el equilibrio y cayendo todas encima de él.

-A esto es lo que llamo amor apache- dijo Haruka con una gran gota de sudor en la frente.

Michiru se encontraba en la escuela, caminando por el pasillo rumbo a su salón cuando escuchó a algunas chicas que platicaban cerca de la puerta.

-Si, parece que hoy se va a ir- dijo una de las niñas que sostenía una revista.

-Qué lástima, ya se nos acabó el atractivo visual de la escuela- dijo otra cruzándose de brazos y haciendo carita de puchero.

-Además era el único que realmente era un caballero. Los otros chicos parecen trogloditas o mastodontes- dijo otra chica señalando hacia dentro del salón. Las otras dos niñas vieron hacia adentro, donde dos chicos, con botes de basura en la cabeza se aventaban el uno contra el otro para ver quién resistía más los golpes. Una gota gigante apareció en las frentes de las tres chicas.

-Algunos rumores dicen que tomó la decisión porque le rompieron el corazón- dijo la tercer chica negando ligeramente con la cabeza y con una expresión de desaprobación en el rostro.

-Pues si yo hubiera sido la susodicha no lo hubiera dejado ir nunca- dijo la segunda chica riendo ligeramente y abrazando la revista.

-Pues yo lo hubiera consolado- dijo la primera arrebatándole la revista a su amiga. Las tres chicas empezaron a pelear por la revista y entre jaloneos, ésta cayó a los pies de Michiru, quien la recogió para entregársela a las chicas. Al momento de levantarla vió en la hoja en que la tenían abierta, una fotografía de toda la hoja de Haruka y en la siguiente página había un reportaje sobre su carrera y el rumbo que había tomado. La primer niña se acercó a la violinista y esta le entregó la revista.

-Veo que son admiradoras de Tenoh- dijo Michiru tratando de ser amigable. Las otras niñas asintieron con la cabeza y sus ojos empezaron a brillar al escuchar el nombre del corredor.

-Es una lástima que se vaya a ir tan pronto. Ni siquiera va a terminar el semestre- dijo la segunda chica suspirando.

-Yo tenía la esperanza de que lo veríamos pasar cuando viniera a presentar los exámenes finales, pero...- la primer chica dió un suspiro

-¿Cómo?- preguntó Michiru sorprendida -¿Haruka no va a presentar los exámenes?

-Nopo- dijo la tercer chica negando con la cabeza -Seguramente en estos momentos debe estar abordando un avión para nunca más volver- dijo la chica volteando a ver a sus amigas quienes suspiraron junto con ella. La violinista se quedó muy seria al escuchar que Haruka no volvería. Ella creía que lo vería un par de veces más antes de que se fuera.

-En serio que qué tonta la chica que lo haya despreciado- dijo la primer niña cruzándose de brazos.

-Si... lo que hubiera dado por una sonrisa- dijo la segunda chica soñando despierta.

-Pero bueno, ya qué podemos hacer- dijo la tercera encogiéndose de hombros -Ya se nos escapó el príncipe azul y no va a volver jamás. Sólo nos queda la resignación.

-Y rezar porque el próximo semestre entre otro chico tan guapo a la escuela- dijo la segunda chica con una sonrisa. Las otras niñas empezaron a reír. Michiru sintió un extraño dolor en el pecho y de pronto como si algo la estuviera asfixiando. Cerró los ojos y recordó la primera vez que se había encontrado con Haruka. Él era nuevo y ella sólo lo estaba molestando.

-¿Y ustedes saben cuándo se va y a qué horas?- preguntó Michiru tratando de no sonar muy interesada.

-Según esta revista- dijo la primer chica leyendo el artículo -Se va hoy a las doce del día- respondió con una sonrisa. Michiru vió su reloj y eran las diez.

-Gracias- la violinista dió media vuelta y corrió por el pasillo. Las chicas voltearon a verse todas extrañadas y encogieron los hombros todas confundidas.

Haruka se encontraba en el mostrador de la aerolínea haciendo los trámites necesarios para que le dieran su pase de abordar. Se notaba que la chica del mostrador estaba muy nerviosa por la presencia del corredor, pues cuando tomaba lo que él le entregaba lo tiraba. El muchacho sonrió ligeramente al darse cuenta del efecto que había tenido sobre la chica. Se dió cuenta de algo que ya había olvidado. Volteó y notó que todas las chicas que se encontraban en esa sala lo veían. Haruka rió ligeramente y sonrió.

El corredor se encontraba caminando por los pasillos del aeropuerto dirigiéndose a la revisión. Sólo llevaba un maletín con su computadora y un saco en el brazo. Estaba en la entrada para pasar por el detector de metales cuando escuchó que lo llamaban.

-¡Haruka!- el joven reconoció la voz y volteó rápidamente, sonriendo al reconocer a la chica que lo llamaba. Abrió los brazos y recibió a la niña en un abrazo.

-¡Hotaru! ¿qué estás haciendo aquí?- preguntó el joven con una sonrisa.

-Nos escapamos de la escuela para venir a verte- escuchó otra voz conocida y vió a sus amigas que se acercaban a él.

-¡Lita!- dijo el corredor sorprendido de verlas a todas ahí -Chicas, vaya sorpresa- dijo Haruka contento.

-¿Creíste que íbamos a dejar que nuestro amigo se fuera sin despedirnos de él?- preguntó Rei cruzándose de brazos. El joven negó con la cabeza.

-No podía dejar que mi Haruka se fuera sin darle su besito de despedida- dijo Mina tomando el brazo del joven y abrazándolo muy fuerte. Una gota de sudor apareció en la frente del joven y rió nerviosamente.

-Creo que nunca va a superarlo- dijo Amy riendo. A la rubia no le agradó mucho el comentario y le dió una mirada molesta a su amiga.

-Tranquila Mina, era una broma- dijo Lita poniendo una mano sobre el hombro de su amiga.

-Mina está tranquila, es sólo que a ustedes no comprenden el dolor de Mina- dijo la chica con lagrimitas formándose en sus ojos.

-No empieces- dijo Rei viendo a su amiga con una mirada de desaprobación.

-¿Lo ven?- dijo la rubia llorando -Rei nada más me molesta.

-No llores preciosa- dijo Haruka tratando de calmar a su amiga.

-Eres tan comprensivo- dijo Mina viendo al corredor con grandes ojos vidriosos -¿Qué voy a hacer sin ti?- la chica se colgó del cuello del joven.

-Lo sabía- dijo Rei cruzándose de brazos -Sólo estaba buscando una oportunidad para colgarse del cuello de Haruka- la sacerdotisa negó ligeramente con la cabeza. La rubia volteó a verla y le sacó la lengua. En eso escucharon que llamaban a los pasajeros del vuelo de Haruka y todas voltearon a verse con miradas tristes, hasta Mina soltó el brazo del corredor. El joven se dió cuenta de lo que pasaba y trató de hacer algo para cambiar esas caras largas.

-Oigan, no se preocupen, nos vamos a volver a ver- dijo el corredor con una sonrisa -Vamos a seguir comunicándonos por chat y les hablaré por teléfono seguido.

Las niñas suspiraron al mismo tiempo, bajando la mirada. Haruka se llevó una mano a la nuca nerviosamente, ya que no sabía qué hacer para animarlas.

-Oigan, les agradezco todo lo que han hecho por mi y lo que se preocupan. Nunca voy a olvidarlas, son mis mejores amigas- dijo el muchacho con una sonrisa triste -La quiero y las voy a extrañar mucho- terminó el joven sonriendo francamente. Las chicas voltearon a verse, intercambiaron miradas y sonrieron.

-¡Nosotras también te vamos a extrañar!- las cinco niñas se abalanzaron contra el joven y lo abrazaron. El corredor perdió el equilibrio y todos cayeron al suelo. Las chicas se sobaron la cabeza y Haruka se sentó llevándose una mano a la nuca. Mina lo abrazó del cuello, como ya era su buena costumbre y le dió un beso en la mejilla.

-Tú también nos vas a extrañar- dijo la chica con una sonrisa. El joven empezó a reir y las otras chicas se contagiaron con su risa.

Michiru corría por los pasillos del aeropuerto con la esperanza de llegar antes de que Haruka se fuera. Vió su reloj y eran las once y cuarto, sabía que si se apuraba aún lo alcanzaría en la revisión. La violinista vió a las chicas paradas en la entrada. Lita volteó y vió a la chica de cabello acuamarina acercarse rápidamente a ellas.

-¿Y Haruka?- preguntó Michiru muy agitada.

-Llegaste un poco tarde- respondió Lita viendo sorprendida a la chica.

-Mi Haruka acaba de irse- dijo Mina secándose las lagrimas con un pañuelo. Amy la abrazó tratando de consolarla. La violinista sintió un gran vacío en su corazón y agachó la cabeza sintiéndose derrotada. Lita se dió cuenta y puso una mano en su hombro. La violinista levantó la mirada y vió una sonrisa en el rostro de la otra niña.

-Haruka va a estar bien. Está feliz con esta oportunidad y lo único que nosotras podemos hacer es apoyarlo y estar felices por él- dijo Lita tratando de animar a Michiru, quien se notaba muy triste.

-Me hubiera gustado haberme despedido de él...- dijo la violinista en voz queda. -Que tonta soy- dijo negando ligeramente con la cabeza -El señor Tenoh y yo no tenemos ningún tipo de relación- terminó suspirando y sintiéndose el ser más miserable de la faz de la Tierra. Las chicas voltearon a verse entre ellas con expresiones de preocupación en sus rostros.

-Michiru...- dijo Hotaru en un tono triste, tomando la mano de la violinista.

-No me había dado cuenta- dijo la chica de cabello acuamarina viendo a la niña -pero realmente lo extraño mucho... soy una tonta- dijo cerrando los ojos muy fuerte para evitar que alguna lágrima escapara de ellos.

-Piensa positivamente- dijo Amy sonriendo.

-Si, lo bueno es que ya te diste cuenta- dijo Rei guiñándole un ojo. La violinista vió a cada una de las chicas quienes le sonreían para animarla.

-La próxima vez que venga Haruka lo recibirás con los brazos abiertos y una gran sonrisa- dijo Hotaru muy animada.

-No creo que él me perdone... está realmente muy lastimado y no lo culpo, lo traté muy mal- dijo la violinista abrazándose, con la cabeza agachada, viendo hacia otro lado, evitando las miradas de las chicas.

-Él te va a perdonar lo que sea- dijo Hotaru muy convencida de lo que decía. Michiru alzó la mirada y vió a todas las chicas asintiendo con la cabeza -Él te quiere.

-Sip, te quiere bastante- dijo Mina codeando a la violinista moviendo las cejas, tratando de animarla. -La diosa del amor, Mina Aino, reconoce esa mirada de borrego a medio morir que tiene Haruka cada vez que habla de ti- dijo la chica con una sonrisa confidente y llevándose una mano a la barbilla pensativa.

-Nosotras sabemos muy bien lo que siente Haruka por ti- dijo Amy acercándose a la violinista.

-Lo único que falta es saber lo que sientes tu por él- dijo Rei viendo a Michiru con una mirada curiosa, con los ojos entre cerrados y la mano en la barbilla, igual que Mina. Ambas chicas se juntaron y veían a la joven intensamente.

-¿Qué siento por Haruka?- preguntó Michiru en voz queda, como si se hiciera la pregunta a ella misma. Las otras chicas asintieron la cabeza para animarla a contestar -Es una excelente pregunta- dijo la violinista cayendo en cuenta que no había sido muy sincera con sus sentimientos.

El edificio era impresionante, un joven rubio se encontraba en el patio principal admirando el lugar con un brillo especial en sus ojos. El piso de mármol, las enormes columnas de piedra que sostenían el edificio se notaban muy antiguas, pero resistentes. El joven volteó al techo, un gran ventanal se encontraba sobre su cabeza y la luz que lo atravesaba se tornaba de colores. Realmente estaba maravillado con lo que estaba viendo y no pudo disimular su asombro en su rostro.

-Si no cierras la boca se te puede meter una mosca- escuchó el joven que alguien le decía desde atrás. Sus ojos se abrieron de la impresión al recordar cuando escuchó eso por primera vez. Rápidamente volteó y se quedó con la boca abierta al reconocer a la dueña de la voz.

-Micihru- dijo en una voz queda.

-En realidad, Haruka, aquí debías decir, que graciosa- dijo la chica con una sonrisa acercándose al joven quien la veía un poco serio.

-¿Qué haces aquí?- preguntó el muchacho viendo directamente a la chica a los ojos.

-Vaya, pero qué gruñón eres- dijo Michiru cruzándose de brazos y esbozando una sonrisa confidente -Deberías ser más gentil con la gente.

El joven la vió extrañado, levantando una ceja.

-Ok, discúlpame- dijo medio enfadado.

-Así está mejor- respondió la chica asintiendo con la cabeza. El joven dió un gran suspiro en señal de desesperación.

-Ahora si me vas a contestar qué haces aquí- preguntó el muchacho con una expresión de pocos amigos.

-Pues... estuve investigando sobre escuelas de arte y encontré que esta es la mejor del mundo para convertirse en profesional- dijo la chica dando algunos pasos junto al muchacho y parándose en el centro del lugar volteando a ver el vitral en el techo. Haruka siguió sus movimientos con la mirada.

-¿Sólo por eso?- preguntó el corredor bastante incrédulo. La violinista volteó a verlo y se acercó a él quedando frente a frente.

-Vine a buscar un sueño- dijo la chica levantando la mirada y viéndolo a los ojos.

-¿Qué sueño?- preguntó el joven viéndola un poco dudoso -Ya eres una violinista reconocida, al igual que una gran pintora... tienes todo lo que quieres.

-No todo- respondió la chica en un tono serio -Te dije que vine a buscar un sueño, Haruka, más no te dije de quién.

El corredor la vió extrañado y sorprendido, ahora si no entendía nada de lo que estaba hablando la chica.

-Estoy aquí por mi, eso es cierto, pero también estoy por ti- dijo la chica tomando las manos del joven quien la veía con los ojos muy abiertos por la impresión.

-¿Por mi?- preguntó sorprendido el corredor no sabiendo qué otra cosa decir. La chica asintió con la cabeza dándole una sonrisa tierna. -Es broma, verdad- preguntó el muchacho riendo ligeramente, no creyendo lo que estaba ocurriendo.

-No, no es ninguna broma- respondió la violinista muy segura de sí misma. El rostro de Haruka cambió a una expresión de seriedad. -Todo este tiempo que estuvimos distanciados me dí cuenta de que me acostumbré a ti, a tu presencia, a tu sentido del humor, a tu inocencia- la chica sonrió - a tus ojos y a tus manos- la violinista tomó una de las manos del joven y la colocó sobre su mejilla. Haruka se quedó boquiabierto de la impresión. -Te extraño mucho Haruka.

-Tu fuiste quien se alejó de mi- respondió fríamente el muchacho quitando su mano -Tu me pediste que nuestra amistad terminara y yo sólo te complací.

-Lo sé...- dijo Michiru quedamente, bajando el rostro y desviando su mirada para evitar la del joven, la cual ya se había vuelto demasiado intensa para soportarla. -Fui una tonta... pero por favor entiéndeme- la chica volteó a verlo con una mirada de súplica.

-¿Qué tengo que entender? me despreciaste porque no era lo suficientemente bueno para ti, ni para tu imagen- dijo el joven enojado con un tono un tanto irónico, un tanto sarcástico.

-¡Tenía miedo!- respondió la chica desesperada.

-¿Miedo?- preguntó el corredor levantando una ceja, con una expresión seria.

-Si… tenía miedo de que todos esos rumores pudieran ser ciertos, de alguna manera- respondió Michiru viendo el rostro inexpresivo del muchacho.

-No te entiendo- dijo el corredor cruzando los brazos -Me imagino que más bien tenías miedo de que te relacionaran conmigo. La inocente niña prodigio andaba con el infame don Juan- dijo el joven en tono sarcástico -Si lo ponemos de ese modo suena bastante tétrico. Ahora comprendo tu miedo.

-No, no- negó la chica con la cabeza repetidamente.

-No te entiendo nada- dijo Haruka con una expresión indiferente -Y la verdad, no tengo tiempo para explicaciones- el joven caminó junto a la chica, alejándose. Un gran temor invadió a la violinista e hizo lo primero que se le ocurrió para detenerlo.

-¡Te quiero!- gritó la chica lo más fuerte que pudo. El corredor se paró en seco al escucharla. Volteó y la vio sorprendido. La violinista dio algunos pasos hacia el muchacho, quedando frente a él. -La verdad es que tenía miedo de que todos esos rumores se hicieran realidad, de que tú y yo nos volviéramos una pareja de verdad- la chica levantó la mirada y vio al joven directamente a los ojos -Tenía miedo de enamorarme de ti.

Haruka vio a la chica con una mirada llena de confusión, su rostro no podía disimular el asombro. -Sé que me he portado de forma muy egoísta.

-Algo- dijo el muchacho en tono sarcástico. La chica sonrió ligeramente.

-Al menos no pierdes el sentido del humor- dijo la chica con una sonrisa triste.

-Algo me tiene que quedar después de todo, ¿no lo crees?- dijo Haruka con media sonrisa. Michiru asintió con la cabeza agachando la mirada sintiéndose avergonzada.

-Lo siento mucho- dijo la violinista dando un suspiro -Yo soy en parte culpable del cómo te sientes.

-Michiru, dime qué es lo que quieres- preguntó el joven algo impaciente.

-Vine aquí para... pedirte perdón- respondió la chica levantando la mirada y encontrándose con un par de ojos azules que reflejaban una gran confusión -Por favor, perdóname por todo lo que te hice y lo que te dije. Jamás debí haberte rechazado de esa forma.

-Tal vez era lo mejor- respondió el corredor encogiendo un poco los hombros -Somos muy diferentes, en muchos sentidos, y al final tal vez nos hubiéramos lastimado más.

-No lo creo así- respondió la violinista con una expresión seria -Vine hasta aquí porque creo en ti. Me comporté de una forma egoísta y cobarde y lastimé a la única persona que realmente se ha preocupado por mi- la chica tomó la mano del joven con sus dos manos. -Te quiero, en verdad. Yo sé que ahora no debes de creerme porque estás lastimado, pero en el fondo sabes que es verdad lo que te estoy diciendo.

-Michiru...- dijo el joven en voz queda sin saber realmente qué pensar o qué decir, esto lo había tomado de sorpresa. Pensó por unos momentos, tratando de poner orden a sus ideas y negó ligeramente con la cabeza. -Esto es una locura- dijo el corredor riendo ligeramente -¿Crees que soy tonto?

La violinista lo vió decepcionada y negó ligeramente con la cabeza.

-Vamos Michiru, ¿Sólo viniste hasta acá a decirme todo eso?- preguntó el joven sin creer nada de lo que la chica le había dicho -ahora resulta que súbitamente te diste cuenta de que me querías y estás muy arrepentida de todo, mira nada más- dijo el corredor en un tono sarcástico. -Sé sincera, ¿qué es lo que realmente quieres, ¿en serio creíste que iba a caer con eso?- preguntó el joven todo incrédulo -Está bien que sea un idiota, pero no es para tanto.

-No digas eso- respondió Michiru sintiéndose el ser más miserable del mundo -Estoy siendo totalmente sincera contigo. Desde que te fuiste sentí un gran vacío en mi interior, como si parte de mi se hubiera muerto. Para ti tal vez sea una tontería, pero estoy completamente segura de lo que siento por tí.- la violinista fijó su mirada en los ojos del joven para que se diera cuenta de que era sincera.

-Mira, yo no soy un juguete y ya no voy a dejar que nadie se aproveche de mi- dijo el joven en un tono serio y un poquito molesto -Si lo que quieres es recuperar a tu amigo y no sentirte tan sola, ok, podemos ser amigos nuevamente. Te perdono si eso es lo que te hace feliz, solo ten en cuenta que ya nada va a ser igual- dijo el corredor con una mirada triste -Pero por favor, no me inventes un cuento de que de pronto te enamoraste de mi y ahora me necesitas porque no puedes vivir sin mi- dijo Haruka con una sonrisa triste. Michiru soltó la mano del joven sintiéndose muy decepcionada, ella creía que había sido completamente sincera, pero se dió cuenta de que el daño que le hizo era demasiado grande. -Perdóname si soné muy duro pero es la verdad.

-No te preocupes, me lo merezco- negó la chica ligeramente con la cabeza -Fuí muy ingenua al pensar que con sólo venir y abrirte mi corazón tu olvidarías todo lo que te hice sufrir- la chica cerró los ojos al sentir que algunas lágrimas empezaban a formarse -La verdad, nunca esperé que me correspondieras, después de todo no me lo merezco. Además, para estas alturas, tu decepción debía ser más grande que lo que pudiste haber sentido por mi alguna vez- la violinista levantó el rostro y lo vió directamente a los ojos -Sólo te pido que me perdones, no estoy esperando que volvamos a ser amigos como antes o que me digas que me quieres. Lo único que necesito es tu perdón- no aguantó más y un par de lágrimas escaparon de sus grandes ojos azules. Al notarlo, Haruka sintió un dolor inexplicable en su corazón.

-Lo siento Michiru, tengo que irme- dijo el joven tratando de terminar con esa conversación sin sentido que solamente lo lastimaba. -Suerte- dijo el corredor dándole una sonrisa ligera a la chica, quien asintió con la cabeza. Haruka dió media vuelta y comenzó a caminar alejándose de la violinista, quien no soportó ver como se marchaba y empezó a llorar. La chica también dio media vuelta y empezó a caminar al sentido contrario que el joven, secándose las lágrimas con la parte posterior de la mano, pero era inútil, seguían saliendo sin un final aparente.

El muchacho dió algunos pasos más y se detuvo. Sintió algo muy extraño en su interior, algo que hacía mucho tiempo no sentía. Colocó su mano sobre su pecho, a la altura de su corazón y se dió cuenta de que estaba muy acelerado, y todo por culpa de esa chica. Haruka lo meditó por unos momentos y de pronto se volteó y corrió hacia donde había dejado a la chica. Ella ya no estaba, volteó para todos lados buscando alguna opción para donde se pudo haber ido y vió a lo lejos, frente a él, una chica de cabello acuamarina que se alejaba. El joven comenzó a correr hacia ella para alcanzarla.

-¡Michiru!- la chica escuchó que alguien la llamaba y volteó. Para su sorpresa, era Haruka quien la llamaba y se acercaba rápidamente a ella. El joven se detuvo frente a ella, la abrazó por la cintura y la besó. La violinista al principio se quedó inmóvil de la impresión, pero al darse cuenta de lo que pasaba, rodeó el cuello del muchacho con sus brazos y correspondió su beso. Cuando se separaron, Michiru no pudo disimular su asombro y su felicidad.

-Tal vez sea un imbécil por admitir esto pero, la verdad es que te perdoné desde el momento en que volví a verte- dijo el corredor con una sonrisa sincera. La violinista lo abrazó muy fuerte.

-Gracias- dijo la chica en un murmullo y empezó a llorar nuevamente. El corredor secó sus lágrimas con su pulgar.

-¿Qué ocurre? ¿Estás bien?- preguntó el muchacho preocupado.

-Estoy de maravilla- contestó la violinista con una gran sonrisa en el rostro, guiñándole un ojo.

-Sirena, te extrañé mucho- dijo el muchacho sonrojándose un poco. Ella lo notó y rió ligeramente.

-Yo también te extrañé- respondió la chica con una gran sonrisa, colocando una mano sobre la mejilla del joven. -¿Cómo no iba a extrañar a mi loco gruñón favorito?

-¡Oye!- dijo Haruka en un tono molesto, pero con una linda sonrisa. Michiru se rió por unos momentos y después lo quedó viendo fijamente. El joven se quedó un poco desconcertado -¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?- preguntó levantando las cejas repetidamente.

-Sólo me preguntaba… ¿por qué?- dijo la chica dándole una mirada curiosa.

-Por qué…. Soy tan adorable, tan guapo, tan lindo, tan gracioso, tan caballeroso- preguntó el corredor bromeando, dándole su mejor sonrisa de casanova.

-No, sólo me preguntaba por qué me perdonaste… por qué me aceptaste- comentó la violinista un tanto incrédula.

-¿El beso no lo dijo todo?- preguntó el joven con cara de sorpresa. La chica negó con la cabeza -¡Ou!- se quejó Haruka como si hubiera recibido un golpe –Eso dolió.

-Estoy bromeando- dijo Michiru riendo ligeramente –Tengo una ligera impresión de por qué, pero me gustaría que me lo dijeras y no quedarme con un tal vez- dijo la chica dando una mirada seductora al corredor.

-A ver, déjame busco una buena excusa- dijo el muchacho llevándose una mano a la barbilla y poniendo una cara de pensativo. La violinista le dio un ligero golpe en el brazo, molesta y él empezó a reír. –¡Caíste!- dijo Haruka con una sonrisa. La chica puso cara de ofendida y se cruzó de brazos. –Vamos Sirena, no te enojes- dijo el corredor poniendo carita de perrito regañado, pero ella no dijo nada y acentuó su expresión. –Tu sabes lo que siento, no me obligues a decirlo- suplicó el joven acercándose a la chica. La chica dio un paso lejos de él, y el muchacho dio un suspiro en señal de rendición –Está bien, pero conste- dijo el joven sonriendo confidentemente. Se aclaró la garganta y abriendo los brazos gritó -¡Señores, mi nombre es Tenoh Haruka y estoy completamente loco por esta chica, Kaioh Michiru!.

Michiru se quedó con la boca abierta y rápidamente puso una mano sobre la boca del joven para callarlo.

-¡¿Estás loco!- preguntó la chica toda asustada.

-Si, estoy bien loco- respondió el chico con una sonrisa –por ti.

Michiru sonrió y negó ligeramente con la cabeza. Después lo abrazó y le dio un beso en la mejilla. –Yo también te quiero.

Escucharon un gran barullo y se dieron cuenta de que acababa de ser el cambio de horario.

-Creo que nos perdimos la primer clase- dijo el corredor viendo a los alumnos correr por los pasillos. –Pero bueno, qué le podemos hacer- preguntó viendo a Michiru con una mirada cómplice. Ella lo vio extrañada. –Una clase, un día entero, ¿cuál es la diferencia?- preguntó el joven con una sonrisa maliciosa. La violinista comprendió lo que pretendía y asintió con la cabeza, sonriendo. Haruka colocó su mano en la cintura de Michiru y la guió hacia la salida. El joven sintió un gran alivio al ver a la chica que se encontraba a su lado, ahora estaba seguro de que no volvería a estar solo y que al fin había encontrado lo que había estado buscando, al fin podía estar seguro que había hecho realidad todos sus sueños.

Inicio: Domingo 17 julio de 2005

Fin: Viernes 22 de Julio de 2005

Este es el tan esperado final de este fanfic. Tal vez algunos estén felices, tal vez otros decepcionados, pero siento que así es como debe terminar. Después de todo, no siempre tiene que irte tan mal en la vida, creo yo. Quiero agradecer a todos los que han seguido esta historia y me han echado porras para seguirla hasta el final, también agradezco sus críticas y elogios, siempre fueron bien recibidos; también agradezco su paciencia, sé que en ocasiones me tardaba mucho en actualizar y ustedes siempre tuvieron fe en mi, me animaron . ¡Este wampiro está feliz! Y no tiene palabras para expresar todo el agradecimiento que tengo para con ustedes, los lectores.