Perdón, me tarde mucho. Es que estoy en exámenes. Bueno, gracias por los reviews y sigan leyendo.

Capítulo 4

Hermione se levantó con los ánimos renovados. Había decidido que Malfoy ya no la molestaría más, lo ignoraría y lograría que se quedara sin palabras.

Se dio un baño, se arregló el cabello en una cola alta, se maquilló un poco y se perfumó, se puso el uniforme y bajó a la sala común, Draco aparentemente ya se había ido.

Cuando entró al gran comedor inmediatamente localizó a Harry y a Ron que ya habían empezado a desayunar.

"Gracias por esperarme" dijo mientras se sentaba.

"Lo siehto, Herhgmione, pergo teníahmogs mugcha hambreg" dijo Ron atragantándose

Harry asintió mientras engullía un pedazo de pan.

"No importa chicos" Hermione no se molesto, más bien le dio gracia ver a sus amigos comiendo tanto y además ellos lo necesitaban. Hace tiempo que ambos eran jugadores de Quidditch y necesitaban la energía. Además gracias a ese deporte, ambos muchachos tenían un cuerpo del que no se podían quejar, al igual que cierto rubio.

Hermione se acordó de Malfoy y lo buscó en la mesa de Slytherin. Estaba ahí sentado entre su pandilla y Pansy como siempre colgándosele del cuello. Odiaba a Pansy, pero ¿por qué?, nunca le había hecho nada.

"¡Herm, Hermione!" le dijo Ron sacándola de sus pensamientos. La muchacha volvió a ver. "Hasta que pones atención. Te estaba preguntando cual era la primer clase del día" dijo Ron mientras le hablaba despacio como si no le entendiera.

"Defensa Contra las Artes Oscuras" dijo Hermione mientras sonreía

"Perfecto, nos tendremos que aguantar a ese profesor" dijo Harry

"Pero ni siquiera lo conocen. ¿Cómo saben que les va a caer mal?" preguntó Hermione mientras agarraba un panecillo.

"Bueno tu tampoco lo conoces y ya te estas babeando por él" le dijo Ron

Hermione se sonrojó. Cierto el profesor era guapo pero nada más. "No es cierto, además no me interesa quién enseñe mientras enseñe bien"

"En eso tienes razón" dijo Harry, pero su mirada se concentró en cierta chica pelirroja y de ojos azules que se sentaba junto a ellos.

"Hola chicos" dijo Ginny mientras se sentaba junto a Hermione.

"Hola" respondió Hermione. "¿Qué hay de nuevo?"

"Nada" dijo la pelirroja "¿Cuál es su primera clase?"

"DCAO" dijo Ron mientras jugaba con la comida

"¿En serio? Herm que suerte tienes, ese profesor está muy guapo" le dijo un poco bajo para que nadie escuchara. Pero Harry si la escuchó.

"¿Qué es lo que todo el mundo le ve?" dijo enojado mientras tomaba jugo de calabaza.

Hermione y Ginny rieron por lo bajo.

Cuando todos terminaron de comer el trío se dirigió a la clase de Defensa y Ginny se fue a los invernaderos.

"Bueno, bienvenidos, permítanme presentarme, yo soy Thomas Merfang y seré su nuevo profesor"

Muchas chicas suspiraron. Los muchachos hicieron cara de asco.

"Hoy veremos contra hechizos para diferentes maldiciones, así que empecemos".

Merfang dio la clase muy práctica, talvez por ser la primera vez pero a muchos le agradó la clase y ni siquiera Harry y Ron pudieron negarlo, la verdad es que era un hombre bastante capacitado aunque fuera tan joven.

"Y entonces, ¿qué les pareció la clase?" le preguntó a sus amigos.

"No estuvo mal" admitió Ron. Harry tan solo asintió.

El día pasó sin ninguna novedad hasta que Hermione fue llamada a la oficina de McGonagall para una pequeña reunión. "Perfecto tendré que ver al hurón" dijo en voz alta mientras se dirigía a la oficina de la profesora.

"Yo también me alegro de volverte a ver" dijo una voz tras de ella.

"Pues yo no" dijo Hermione mientras volvía a ver a Malfoy.

Malfoy la ignoró y tocó la puerta. "Pasen" La profesora McGonagall estaba sentada en su escritorio escribiendo unas cuantas cartas.

Malfoy abrió la puerta y se hizo a un lado como todo un caballero para que Hermione entrara primero, se miraron con odio y ella decidió entrar y sentarse en una de las sillas enfrente del escritorio. Draco sonrió, le encantaba verla furiosa, se sentó en una silla junto a la de Hermione.

"Bueno, se preguntarán la razón por la cual los he llamado" dijo la profesora mientras sellaba una carta y se la daba a un lechuza. Ambos estudiantes asintieron.

"Quería decirles que deben organizar un baile para el próximo 31 de octubre. Celebrando un año más de clases, además de la noche de brujas, el baile será de los de quinto para arriba. Así que espero que se luzcan, no esperaría menos de los dos mejores alumnos de Hogwarts" dijo con una sonrisa.

"Ahora, pueden organizarse como quieran y pueden pedir ayuda a los prefectos. Cualquier cosa me avisan, ¿de acuerdo?"

"De acuerdo" respondieron Draco y Hermione al mismo tiempo.

"En ese caso, pueden retirarse"

Draco y Hermione salieron de la oficina. Hermione fue la primera en hablar.

"Y bien, ¿cuándo te parece que nos reunamos?" preguntó la chica mientras se cruzaba de brazos frente al Slytherin.

"No sé, la verdad es que no me interesa" dijo el rubio sin darle importancia mientras se acomodaba la túnica.

"Ni creas que yo voy a hacer todo el trabajo sola. Tu también estás en esto" dijo Hermione lanzando miradas de odio.

"No te preocupes Granger, después de todos falta mucho tiempo" dijo el rubio mientras se recostaba a la pared.

"Pues si, pero...bueno no importa" dijo Hermione mientras caminaba hacia el gran comedor.

"Me encanta hacerte enojar, Granger" dijo Malfoy mientras volvía a su habitación, no tenía hambre, la verdad es que estaba triste.

Estos pensamientos pasaban por la cabeza de Draco mientras trataba de dormir pero le costaba trabajo, en su mente podía escuchar la voz de su padre diciéndole: "Como que necesitas de alguien, eso es de débiles". Pero Draco no podía evitarlo necesitaba alguien con quien hablar y eso era lo que importaba.

Maldita sea la hora que había nacido hijo de Lucius Malfoy... ¡Maldito sea el día que nació para ser mortifago!
No había recordado un día en que su padre no le haya dicho "Tú seguirás mi camino" y siempre pensó que entrando a Hogwarts podría alejarse de todo eso. Que podría dejar de pensar en lo que pasaría apenas estuviese en séptimo curso.
Odiaba lo que era. Odiaba a su padre y también a su madre. Solo era una maldita familia postiza. Una familia que era todo, menos la palabra en la que se definía. Su padre siempre interesado en sus "negocios" y sirviendo como un perro a Voldemort. Su madre dedicándose a sus amigas y a su vida glamorosa.
¿Dónde estaba él para ellos? Su madre estaba siempre ocupada al igual que su padre, varias veces le había expresado cariño pero su padre se lo había prohibido. Pero claro esta, su padre siempre estaba para regañarlo. Para hacerle ver lo inútil que era. Para recordarle para que había venido al mundo.
"Serás un mortifago y servirás a nuestro señor cuando tengas la edad. Tal cual lo hice yo" le decía Lucius al menos una vez al día.
Estaba harto de ese sermón. Ya se lo sabia de memoria. Solo era una razón más para odiar que llegasen los veranos en Hogwarts. Siempre odió estar en su casa y oír a su padre.
Pero es que para su padre el jamás hacia algo bien. En especial porque se dejaba ganar tan fácil en el quidditch, porque una sangre sucia sacaba mejores notas, porque no había podido capturar a Harry Potter.
Tuvo tantas ganas de huir y volver a comenzar su vida. Alejarse de sus padres. De los mortífagos. De los estúpidos que tenían que ser sus amigos. De todo. Porque estaba harto de vivir así. Harto de no poder tomar una sola decisión en su vida.

Sin darse cuenta cayo en un profundo sueño.

AN:

¿Quién lo diría? Después de todo Draco tiene preocupaciones.