Un siglo después....

Como saben, guiones: pasado a presente o viceversa, los 0 son cambio de personaje o de lugar.


Capítulo 19

Al día siguiente la mujer que había estado llorando por la noche se levantó lentamente de la cama, miró la cadena que estaba enredada en su mano. Le dolía haber dejado a Draco, pero ¿por qué? Él había sido capaz de lanzarle una maldición para controlarla y aun así no le importaba. Quería estar con él.

La noche anterior recordó el día en que lo volvió a ver. Todo su ser se había paralizado al observar la imagen de alguien que se supone debería estar muerto.

Había sufrido demasiado por la muerte de Draco, no quería ni pensar, tan solo quería dormirse y nunca más volver a despertar.

Recordaba la mirada del rubio cuando ella escapaba de la mansión. Desesperación, era lo que había en sus ojos grises, él no poder hacer nada para evitar que se fuera lo estaba matando y ella lo sabía y lo lamentaba.

Pero no podía quedarse ahí, Draco quería que estuviera con él queriéndolo o no. Ella no quería eso.

Aun amaba a Draco, fue su primer amor, su primer beso, su primer todo. Lo necesitaba y quería ayudarlo. Ella sabía que ahora los aurores ya debían haber registrado totalmente la mansión, pero estaba segura de que Draco ya no estaría ahí, lo conocía demasiado bien.

Hermione se preguntaba donde estaba Draco cuando unos toques en la puerta la hicieron voltear su atención hacia una muchacha pelirroja que entraba en la habitación.

Hermione se limpió las lágrimas, había empezado a llorar nuevamente y no se había dado cuenta.

"Hola Herm, ¿cómo estas?" preguntó Ginny mientras se sentaba junto a ella y la abrazaba,

"Bien, supongo" dijo Hermione

Ginny la conocía demasiado bien "Vamos Hermione, he sido tu amiga durante muchos años, te conozco aun más que tu misma. Dime que es lo que sucede"

Hermione sonrió, era cierto, a Ginny no se le escapaba una. "Es solo que cuando lo volví a ver, yo me descontrolé, quería estar con él nuevamente"

"Todavía lo quieres" dijo Ginny

"Si" dijo Hermione tímidamente.

"Eso es comprensible, pero yo pensé que Ron y tú…"

"Lo quiero mucho pero al volver a ver a Draco todo lo que sentía se revolvió y ahora no se que hacer" dijo Hermione

"No te preocupes Herm, todo estará bien. Estaré para lo que me necesites" dijo Ginny mientras se levantaba "Pero ahora vamos a desayunar"

"Gracias Gin" dijo Hermione mientras se levantaba y guardaba el dije bajo una almohada.

Cuando bajaron a desayunar toda la cocina estaba hechizada para que hiciera el desayuno.

"Yo hechicé todo esto, fue un consejo de mi mamá" dijo Ginny orgullosa mientras se sentaba.

Hermione se sentó junto a ella. "Es perfecto, Ginny"

"Gracias, ahora dime que quieres desayunar"

"La verdad no tengo mucha hambre" dijo Hermione

"Entonces creo que con un huevo, jamón y tostadas estará bien" dijo Ginny burlonamente. Siempre la quería bien alimentada.

Hermione asintió y muy pronto su desayuno estaba frente a ella. Ginny comió lo mismo. Justo cuando ya iban a terminar Ron entró a la cocina. Se dirigió directamente a la refrigeradora y se tomó todo el jugo que había. Obviamente la noche no le había caído bien.

"Hola chicas" dijo mientras se sentaba junto a Hermione y le daba un beso en la mejilla.

"Hola" dijo Hermione.

Ron se acercó más para besarla pero en ese momento Harry entró a la cocina, tenía un brazo herido.

Ginny se levantó rápidamente a ver que le había pasado, cubrió la herida con una venda.

"Harry, ¿qué sucedió?" preguntó la pelirroja mientras lo sentaba en una silla frente a la mesa.

Todos esperaban expectantes la respuesta, Hermione aprovechó para alejarse de Ron, y se acercó a Harry.

"Como saben, fui junto con otros aurores a registrar la mansión de Malfoy, pero esos malditos dragones nos causaron problemas" dijo mientras miraba su herida. "No hubo mucho alboroto, pero no pudimos registrar totalmente la casa. Mientras algunos aurores distraíamos a los dragones, otros investigaban, no descubrieron nada, solamente encontraron a una elfina de ojos verdes que estaba bastante asustada"

Todos quedaron en silencio, especialmente Hermione, conocía a la elfina.

"¿Ni siquiera una pista de dónde esta el maldito hurón?" dijo Ron casi gritando

"No, nadie sabe dónde esta. Claramente escapó luego de que sacamos a Hermione de ahí, quien sabe a donde habrá ido. Tratamos de interrogar a la elfina pero estaba muy asustada por lo sucedido, cuando se calme quizás hable" dijo Harry

Hermione no decía nada.

"¿Seguro que estás bien?" preguntó una vez más Ginny a su malherido novio.

"Si, amor no te preocupes" dijo Harry con una sonrisa. "Herm, ¿estas bien?" preguntó cuando notó a su amiga totalmente agobiada.

"Si…este…me iré a dar una baño" dijo mientras se levantaba y salía de la cocina.

Hermione entró a su habitación y se dirigió directamente al baño a darse una ducha. Se desvistió. Abrió el tubo y las gotas de agua empezaron a recorrer su cuerpo. Lágrimas se colaban por entre sus ojos. Debía dejar de llorar, tenía que ser fuerte.

De repente escuchó la puerta del baño abriéndose, se asomó para ver quien era.

"Ron, ¿qué haces aquí?" dijo Hermione.


A la mañana siguiente Hermione se levantó un poco más animada, pero no quiso ir a desayunar, quería evitar a toda costa cruzarse con el idiota de Ron, porque eso es lo que era, un verdadero idiota por hacerla sufrir de esa manera. Cuando se terminó de alistar decidió bajar a la sala común de los premios anuales. Se encontró a Draco acostado en un sillón, probablemente se había quedado dormido mientras esperaba a Hermione.

La muchacha caminó silenciosamente hasta Draco y le dio un beso en los labios que lo despertó de una vez.

"Eso es lo único que verdaderamente me despierta" dijo Draco mientras se sentaba, "deberías ser mi reloj despertador"

"Muy gracioso Draco, pero ya me lo habías dicho antes" dijo Hermione mientras se sentaba a su lado.

"Si, lo sé, pero es que es cierto. ¿Cómo te sientes amor?" preguntó Draco mientras entrelazaba sus dedos con los de Hermione.

"Mejor, supongo" dijo Hermione mientras se acurrucaba con Draco. "Pero sabes, ahora la verdad no tengo muchas ganas de hablar de eso"

"De acuerdo, entonces hablemos de, ya se, dentro de poco saldremos del colegio. ¿Qué quieres que hagamos para celebrarlo?"

Hermione se le había olvidado por completo, dentro de pocos días sus estudios en Hogwarts terminarían.

"No sé Draco, lo que tu quieras". Los ánimos de Hermione estaban totalmente bajos y Draco sabía perfectamente porque.

"Hermione, vamos, anímate, olvídate de ese idiota, no tienes que dejar que estropee tu vida"

"Tienes razón, pero no puedo evitar afligirme" dijo Hermione mientras se levantaba. "Vamos es hora de ir a clases".

"Maldita comadreja" pensó Draco.

Tenían la misma clase al principio del día, Pociones. Draco y Hermione llegaron a tiempo a la clase y se sentaron. Draco no pudo evitar las miradas de odio por parte de Ron.

Draco se sentó junto a Hermione y ella junto a Harry. Ron estaba a la par de Harry pero ni siquiera se fijó en los que habían llegado. Pasó ignorándolos toda la clase que transcurrió normalmente, menos puntos para Gryffindor y una que otra mirada de odio por parte de Snape cuando veía a Draco hablarle al oído a Hermione.

La siguiente clase de Hermione era Transformaciones y la de Draco, Herbología por lo que se despidieron y acordaron que se verían en el almuerzo.

Hermione caminaba tranquilamente hacia su clase cuando de pronto un chico alto y de cejas espesas se acercó a ella.

"Hola Herm, ¿cómo estas?" le preguntó Víctor mientras se recostaba contra la pared.

"Muy bien Víctor" respondió la muchacha, que ahora se sentía incómoda con la cercanía de él, la había sorprendido varias veces los últimos días.

"¿Te encuentras bien? Lo pregunto por lo sucedido aquella noche durante la comida" dijo Víctor.

Hermione tan solo asintió y recordó todo lo que Ron le había gritado, no pudo evitar volver a sentirse mal.

"Sabes Hermione, estoy resentido" dijo el muchacho mientras miraba el piso.

"¿Y eso por qué?" dijo Hermione evitando llorar en frente de él.

"Me tienes abandonado y solo andas con ese rubio" dijo Víctor dejando salir sus celos.

"Pues Víctor, para tu información ese rubio es mi novio" dijo Hermione mientras empezaba a caminar.

"¿Qué tiene el que no tenga yo, Hermione?, dímelo" el muchacho ahora miraba a Hermione directamente a los ojos.

"No tengo porque darte explicaciones Víctor. Te he dicho muchas veces que yo solo puedo ofrecerte mi amistad, nada más. Así que si me disculpas tengo que apurarme de lo contrario llegaré tarde a clases" dijo Hermione mientras se alejaba de él.

"Adiós Hermione" dijo Víctor un poco avergonzado. ¿Por qué tenía que haberse enamorado de ella?, tenía cientos de chicas tras de él pero la que le interesaba era la que no le hacía caso.

Todo transcurrió normal, después de almorzar, Draco y Hermione acordaron salir un rato a caminar.

Víctor los siguió, ninguno de ellos se dio cuenta. Los enamorados se sentaron bajo un sauce cerca del lago, ese era el lugar favorito de ambos. Draco bañaba a besos a Hermione mientras ella se reía y le daban cosquillas.

"Basta Draco, basta, me haces cosquillas" dijo Hermione entre risas.

"No te salvarás de esta preciosa" dijo Draco mientras la seguía besando.

Víctor se acercó y aclaró su garganta. Ambos enamorados dejaron el jueguito y volvieron a ver al jugador de Quidditch.

"¿Qué quieres?" le preguntó Draco

"Necesito hablar con Hermione" dijo Víctor evitando la mirada de Draco.

"¿Qué quieres decirme?" preguntó Hermione.

"Es privado" dijo Víctor

"No importa lo que quieras decirme Draco lo puede escuchar"

Víctor miró con desagrado al rubio y le dijo a Hermione "Es verdaderamente privado"

Draco decidió dejarlos solos, muy a su pesar, se levantó y Hermione lo detuvo. "¿Adónde vas?"

"Ya lo escuchaste, es privado. Es algo entre ustedes dos" dijo Draco. Hermione estaba sorprendida con la reacción de Draco que se dirigió al castillo.

"Hermione, tú ya sabes lo que yo siento por ti" dijo Víctor cuando Draco estaba lejos.

"Si lo sé. Lamento decirte que yo no te correspondo" dijo Hermione mientras se levantaba del césped y sacudiéndose la túnica. "Ahora tengo a Draco"

"Lo sé, y eso es lo que me pudre" dijo Victo mientras golpeaba el árbol. "Pero Hermione, no podría tener una sola muestra de cariño tuya, tan sola una"

"¿De qué hablas?" preguntó la castaña mientras miraba a Victor con desconfianza.

"Un beso, tan solo uno" dijo Victor acercándose a ella.

Hermione se negó rotundamente, no podía besarlo. En ese momento empezó a pensar fuertemente en Draco.

"No Víctor, ni lo sueñes, eso te haría más daño. Olvídate de mí, eso es lo mejor que puedes hacer" dijo Hermione mientras se encaminaba hacía el castillo.

Víctor la agarró del brazo y la atrajo hacia él. Hermione trató se zafarse pero Víctor era mucho más fuerte que ella, trató que usar su varita pero la había dejado con sus libros. Casi le iba a dar el beso cuando de pronto un rayo apareció de la nada dejando a Víctor inconsciente en el piso.

"¿Estás bien?" preguntó Draco mientras la abrazaba.

"Si, gracias Draco. Siempre estás cuando te necesito. Este pervertido trató de aprovecharse de mí. Por dicha llegaste a tiempo"

"A este maldito debería haberle hecho algo más que un simple hechizo" dijo Draco mientras lo miraba en el piso.

"Tenemos que llevarlo a la enfermería" dijo Hermione

"Por mi lo dejo aquí" dijo Draco

"Draco" dijo Hermione mirándolo seriamente porque aunque Victor había tratado de besarla sin su consentimiento no podía dejarlo ahí tirado e inconsciente, ¿verdad?

"Esta bien, esta bien" dijo Draco tras sucumbir ante la mirada de Hermione. Apareció una camilla y llevó a Victor flotando hasta la enfermería. Haciendo que la cabeza del jugador de Quidditch chocara unas cuantas veces contra la pared o las puertas.

Muchos todavía estaban comiendo por lo que nadie se dio cuenta. Cuando finalmente llegaron a la enfermería Madam Pomfrey lo atendió.

"Dios mío, ¿pero que le sucedió?"

"Trató de besarme sin que yo quisiera" dijo Hermione

"Y lo la defendí" dijo Draco

"Bueno, merecido se lo tiene" dijo Madam Pomfrey "Pero aún así tengo que curarlo. No se preocupen, no le diré nada a nadie, después de todo no creo que este jugador quiera echar su reputación por la borda".

Draco y Hermione salieron de la enfermería y ambos corrieron hacia su próxima clase. Cuando terminaron todas las clases del día, Hermione estaba sentada en la sala común de los premios anuales. Sobre sus piernas tenía un libro pero su mirada estaba perdida en el fuego de la chimenea. Se había quedado sorprendida de la actitud de Víctor, ¿por qué había actuado tan extraño?

Un leve golpe en la puerta la hizo salir de sus pensamientos.

"¿Quién es?" preguntó Hermione

"Soy yo"

Hermione reconoció la voz de Ron, se quedó helada no sabía que hacer.

"Hermione, ¿me vas a dejar entrar?" dijo el muchacho.

Hermione reaccionó y pronunció la contraseña. Ron entró.

"Hermione, necesito hablar contigo" dijo Ron un poco avergonzado.

"Muy bien" dijo Hermione mientras se sentaba en el sillón.

"Yo… me porté muy mal contigo, Hermione. No quise insultarte así, la verdad lo lamento mucho" dijo el pelirrojo mientras miraba fijamente al piso.

"Tus razones debiste de tener. Lo que me molestó fue que no te alegraras por mí. Estoy feliz, ¿no lo haz notado?"

Claro que Ron lo había notado, si Hermione era lo único en que pensaba día y noche.

"Un poco" mintió Ron Lo que no puedo digerir es que ese hurón te haga feliz y no yo

"Deberías haberte alegrado por mí. Sé que es difícil, pero por lo menos debiste tratar" dijo Hermione mientras fijaba nuevamente su mirada en el fuego.

"Lo sé Hermione, fue muy egoísta de mi parte, por eso quiero que me perdones" dijo el pelirrojo acercándose a Hermione.

"Claro que te perdono" dijo Hermione mientras abrazaba a su amigo, lo había extrañado tanto.

"Eso si, no esperes que aguante al hurón todo el tiempo. Si el me provoca yo le respondo"

"De acuerdo Ron" dijo Hermione mientras soltaba a Ron. "Vamos a cenar"

"Perfecto, me muero de hambre" dijo el pelirrojo mientras ambos se dirigían al comedor.

0

Hermione y Ron llegaron muy contentos al comedor y se sentaron en la mesa de Gryffindor. Harry y Ginny se quedaron anonadados al ver que llegaban juntos.

"¿Ya se arreglaron?" preguntó Ginny mientras se servía puré de papas.

"Si" contestó Ron que empezaba a comer.

"Gracias a Dios" dijo Harry. "Ya estaba harto de que estuvieran peleados"

Mientras tanto en la mesa de Slytherin, Draco miró rápidamente a la mesa de Gryffindor y recordó la conversación que había tenido anteriormente con Ron.

"Weasley, necesito hablar contigo"

Ron escuchó una voz desde un pasillo que lo llamaba, al acercarse supo quién era.

"¿Qué quieres Malfoy? ¿Una nueva paliza?" dijo Ron de mala gana.

"La última vez fue porque me agarraste desprevenido, además como dije, necesito hablar contigo" dijo Draco secamente.

"Yo no tengo nada de que hablar contigo, hurón" dijo Ron mientras empezaba a caminar de nuevo.

"Weasley, espera, no es sobre mí, es sobre Hermione". Ese nombre congeló a Ron e impidió que diera un paso más. Ron todavía se sentía culpable por lo que le había gritado a Hermione.

"De acuerdo, pero que sea rápido" dijo Ron mientras se quedaba en el pasillo.

Draco ordenó un momento lo que iba a decir.

"Weasley, Hermione está muy afectada por como reaccionaste el otro día. Y yo no quiero verla así" dijo Draco mientras se recostaba a la pared.

"¡¿Cómo quieres que me sienta si mi mejor amiga está saliendo con uno de mis peores enemigos?! ¿Qué querías que saltara de felicidad? Le gritó Ron

"Claro que no, pero Hermione es tu amiga deberías respetar lo que ella siente por mí" dijo Draco. Ron lo miró lleno de odio.

"¿Lo qué siente por ti?, ¿tan seguro estas de eso?"

"Claro que lo estoy, ella me lo ha dicho, me lo ha demostrado" dijo Draco

"Te lo ha demostrado, ¿de qué manera?, porque te juro que si le has puesto un solo dedo encima yo te…" dijo Ron amenazando a Malfoy.

"No, no ha pasado nada, además yo la respeto, la quiero mucho" dijo Draco un tanto avergonzado confesándole a la comadreja lo que él sentía por Hermione.

"¿Y cómo se que la quieres de verdad? ¿Cómo puedo estar seguro que Hermione no corre peligro mientras está en tus garras? ¡Yo no puedo aceptar esa relación y nunca podré porque yo quiero a Hermione!" Ron se tapo la boca inmediatamente. Draco no se alteró mucho al escuchar al pelirrojo, después de todo él ya lo sabía.

"Ya lo sé, Weasley. Además no te pido que aceptes la relación que Hermione tiene conmigo, sino que te pido que por lo menos te alegres por ella. Ella te quiere mucho y este asunto la esta matando. Y por ese cariño que le tienes deberías permitirle que sea feliz con alguien más" dijo Draco mientras se entristecía "Quiero verla sonreír de nuevo"

Ron lo pensó un rato. Draco ya sabía que lo que él sentía por Hermione. Ron no quería perder a su amiga, no quería.

"Muy bien, Malfoy. Pero recuerda que hago esto por Hermione, no por ti" dijo Ron mientras se alejaba de él y alcanzaba a Harry que iba conversando muy animadamente con Ginny.

Draco sonrió.

Draco miró a su novia, vio que ahora que se había contentado con la comadreja y estaba feliz. Se concentró nuevamente en su comida mientras evitaba las miradas asesinas por parte de Pansy, pero en ese momento una lechuza voló hacia él, dejando una carta en sus manos. La guardó en su ropa, la leería más tarde.

Hermione también recibió una carta y la guardó en túnica. Cuando la cena terminó se dirigió a su habitación, dejando atrás a Draco que todavía debería estar comiendo. Al entrar a su habitación se quitó la túnica y se puso su pijama que consistía en un pantalón corto que se ajustaba a su cintura y una camisa sin mangas, todo de color verde.

Se sentó en su cama y abrió la carta, reconoció inmediatamente la letra, era de Víctor. Empezó a leerla.

Querida Hermione

Talvez te preguntes la razón por la cual te escribo esta carta y no te digo lo que quiero decirte personalmente, pero se que ahora no quieres verme ni en pintura. Te escribo para disculparme por mi comportamiento el día anterior, la verdad no se que me sucedió, me cegué totalmente por mis deseos y lo siento mucho.

No quería causarte daño, tan solo quería besarte para que así, talvez, tu pudieras ver que verdaderamente sentías algo por mí, ahora se que la verdad estaba equivocado.

Tengo que admitir que ese novio tuyo verdaderamente sabe como dejar inconsciente a alguien, por lo menos se que te dejo en manos de alguien que verdaderamente sabe como cuidarte, por lo que no me preocuparé de que estés con él. Espero sinceramente que algún día llegues a perdonarme y que los pasados acontecimientos no influyan negativamente en nuestra amistad.

Entenderás la razón por la cual he partido antes de tiempo del castillo, no quiero causarte daño, espero que me perdones.

Víctor Krum

Hermione sonrió cuando terminó de leer la carta. Finalmente Víctor había entendido. En ese instante Draco entró en la habitación de Hermione, ya tenía puesta su pijama, unos pantalones largos negros y una camisa blanca.

"Hola amor" dijo el rubio mientras se sentaba junto a Hermione, dándole un profundo beso en los labios.

"Hola a ti también" dijo Hermione con una sonrisa.

"¿Qué es lo que tienes ahí?" preguntó Draco al notar la carta que Hermione tenía en sus manos.

"Toma, léela, te interesará" dijo Hermione mientras le daba la carta.

Draco la leyó, al terminar volvió a ver incrédulo a su novia. "Parece que finalmente entendió lo que querías decirle. Además ahora sabe que estas bien protegida" dijo mientras abrazaba a Hermione y ella apoyaba su cabeza en el pecho de su novio.

"Gracias por protegerme, Draco" dijo Hermione

"De nada, preciosa" dijo mientras le daba un beso a Hermione y aspiraba el dulce olor a vainilla que emanaba el cabello de la chica. Puso la carta de Víctor en una pequeña mesa a la par de la cama.

"Draco" dijo levemente Hermione

"¿Qué sucede?" preguntó Draco mientras acariciaba el cabello de ella.

"No me dejarás nunca, ¿verdad?" preguntó Hermione mientras lo miraba a los ojos.

Draco sonrió "No, nunca te dejaré, siempre estaré para cuidarte, después de todo soy tu caballero de brillante armadura" dijo el rubio haciendo que su novia sonriera.

Draco debía disfrutar estos últimos momentos con ella, porque luego de leer la carta que había recibido en la cena, podría ser la última vez que la vería.

"¿Te quedarás esta noche?" preguntó Hermione susurrándole al oído.

"Claro que si" dijo Draco mientras abrazaba nuevamente a su novia y la besaba. "Buenas noches"

"Buenas noches" dijo Hermione mientras se acurrucaba en los brazos de su novio.


A la vista de Draco, Nueva Zelanda era uno de lo lugares más hermosos del planeta, y apreciaba su estadía en ese lugar sobretodo por la tranquilidad.

La casa en la que se encontraba era más pequeña que su mansión, pero nunca le habían gustado las casas grandes, siempre lo hacían sentirse más solo de lo que verdaderamente estaba.

Miró por una ventana y pudo apreciar el majestuoso paisaje que tenía ante sus ojos. Un bosque estaba cerca de su casa, más allá, en el centro del bosque había un lago que él solía visitar anteriormente, y a lo lejos, las montañas se veían imponentes. Un cielo azul adornaba todo haciéndolo parecer un sueño.

En ese momento quiso desistir de gobernar el mundo, tal solo quería estar ahí, junto a Hermione, pero una voz en su cabeza empezó a recordarle que el gobernar el mundo era su destino, nadie más podría hacerlo si no era él.

Draco no había escuchado esas voces durante el tiempo que estuvo con Hermione. Nuevamente las voces empezaron a confundir.

"¿Qué demonios crees que haces? Eres Draco Malfoy, tu no tienes que desviarte de tu objetivo, y menos porque una asquerosa sangre sucia se ponga en tu camino" dijo una voz muy grave.

"Si, ¿qué demonios te sucede? Hasta ahora podemos comunicarnos contigo, ¿qué diablos crees que haces? Echarás a perder todo lo que hemos planeado tan minuciosamente" dijo una segunda voz

"¡Ya déjenme en paz!" gritó Draco mientras agarraba su cabeza y se sentaba en un sillón.

"Ya deberías estar acostumbrado, después de todo hemos estado mucho tiempo contigo" dijo la voz grave.

"Es cierto, te estas haciendo débil" dijo la segunda voz

"¡No me estoy haciendo débil! ¿Cómo quieren que piense si ustedes no me dejan de molestar? Ahora lárguense" dijo Draco

"No nos iremos hasta que llames a Zabini y termines de hacer el plan para conseguir el amuleto de Lake, es lo único que nos falta, así podré ser el dueño del mundo" dijo la voz grave.

"¿Qué crees que dices? Yo seré el que gobierne el mundo, solo yo tengo las suficiente inteligencia para…."

"¡Ya cállense! Ninguno de ustedes gobernará nada ya que están muertos, solo yo puedo controlar el mundo. ¡Así que dejen de gritar y por una vez en toda mi miserable vida como el señor tenebroso déjenme en paz!" dijo Draco furioso. Y por primera vez las voces desistieron, Draco empezaba a ganar control sobre ellos.

Chasqueó sus dedos y apareció fuego en la chimenea, la sala en donde se encontraba empezó a calentarse, la sala pero no su corazón, cada vez que escuchaba esas voces, por alguna extraña razón se sentía frío, como si ya nada valiera la pena.

Empezó a jugar con el Encanto Guardián que colgaba de su cuello. El solo hecho de recordar que había tenido tan cerca de Hermione lo hacía sentirse miserable.

Sin darse cuenta cayó en un profundo sueño y la mujer que amaba apareció.

"Gracias por protegerme, Draco" dijo Hermione

"De nada, preciosa" dijo mientras le daba un beso a Hermione y aspiraba el dulce olor a vainilla que emanaba el cabello de la chica. Puso la carta de Víctor en una pequeña mesa a la par de la cama.

"Draco" dijo levemente Hermione

"¿Qué sucede?" preguntó Draco mientras acariciaba el cabello de ella.

"No me dejarás nunca, ¿verdad?" preguntó Hermione mientras lo miraba a los ojos.

Draco sonrió "No, nunca te dejaré, siempre estaré para cuidarte, después de todo soy tu caballero de brillante armadura" dijo el rubio haciendo que su novia sonriera.

Draco debía disfrutar estos últimos momentos con ella, porque luego de leer la carta que había recibido en la cena, podría ser la última vez que la vería.

"¿Te quedarás esta noche?" preguntó Hermione susurrádole al oído.

"Claro que si" dijo Draco mientras abrazaba nuevamente a su novia y la besaba. "Buenas noches"

"Buenas noches" dijo Hermione mientras se acurrucaba en los brazos de su novio.

Draco se levantó sobresaltado, esa había sido la noche en que había recibido la carta de su padre en donde lo citaba para su iniciación como mortífago, no podría negarse, de lo contrario Hermione sufriría.

Draco no pudo conciliar más el sueño esa noche.


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