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Capítulo 33
Harry Potter se sentó sobre la cama, su respiración agitada mientras que varias gotas de sudor frío recorrían su rostro. Un dolor prominente en su frente lo hacía sospechar lo peor.
"Harry¿estás bien¿Qué sucede?" preguntó Ginny que se encontraba a su lado. La pelirroja puso una mano sobre el hombro descubierto de Harry.
"Un sueño, tan…tan solo eso" dijo mientras cerraba los ojos nuevamente.
"Harry estás muy sobresaltado… ¿era solo un sueño¿Estás seguro?" preguntó Ginny preocupada por su futuro esposo.
Harry no respondió.
"Harry¿me estás escuchando?"
Ginny tocó del rostro de Harry para darse cuenta de que estaba ardiendo en fiebre. "Harry, estás ardiendo¿te sientes bien?" preguntó mientras ponía la mano sobre la frente de él. A lo cual Harry reaccionó al sentir presión sobre la cicatriz.
Ginny miró su mano para darse cuenta de que ahora estaba manchada de sangre, alarmada miró la frente de Harry para darse cuenta de que de la cicatriz brotaba un líquido carmesí. "Por Merlín, Harry¿qué fue lo que sucedió?"
Harry seguía respirando agitadamente, apoyó su cabeza en el regazo de Ginny mientras que está acariciaba su rebelde cabello, evitando que las lágrimas empezaran a brotar. Muchas veces Harry se había levantado a la media noche, agitado, desorientado. La pelirroja sabía perfectamente que el recuerdo de la batalla lo perseguía, pero aún así no podía evitar preocuparse por él.
"Shh, todo está bien, Harry, no te preocupes, estoy aquí contigo, tranquilo…" dijo mientras trataba de calmarlo.
"No…algo no está bien, no estaremos bien…" dijo Harry mientras se levantaba del regazo de Ginny y la miraba fijamente "Ha vuelto…él ha vuelto" dijo con voz distante.
"H-Harry¿de qué hablas¿Quién ha vuelto?" preguntó preocupada.
Harry tomó el rostro de Ginny entre sus manos "El…él ha vuelto…no quiero perderte, Ginny, no quiero perderlos…" dijo mientras abrazaba a Ginny por la cintura y se volvía a recostar en su regazo.
"Harry¿quién es él?" preguntó Ginny levantándolo de su regazo y mirándolo fijamente.
"Voldemort ha vuelto…más fuerte que nunca…" dijo mientras que abrazaba a Ginny, la cual ya no podía evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.
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"Nos quedaremos aquí ésta noche, debo…debo descansar" dijo Draco cuando llegaron a la antigua mansión.
Hermione se abrazó a si misma mientras que pensaba en lo que le deparaba su estadía junto con Draco, o con lo que quedaba de él.
"Vamos, niña, no creo que quieras dormir de pie¿cierto?" le dijo Draco mientras la volvía a ver y le sonreía.
Hermione caminó lentamente hacía él, temblando ligeramente.
"Bien, ahora veamos¿dónde podemos ponerte a dormir¿Tú qué piensas, Salazar?" se preguntó a si mismo mientras que mantenía la vista fija en Hermione. "Me parece bien" contestó Draco mientras sonreía. "Creo que es mejor que duermas con nosotros, no creo que pueda confiar mucho en ti, además que tenemos que discutir algunos temas contigo…" acto seguido tomó a Hermione de la mano y la llevó hacia la habitación de Draco.
Hermione se preparó para ver la habitación más ostentosa de la casa, pero lo que encontró la dejó boquiabierta. Cierto, la habitación era la más grande, pero sin embargo su majestuosidad se veía opacada por los recortes de periódico tirados en el piso y apilados en el escritorio, el papel tapiz arrancado en algunas partes de la pared, las cortinas desgarradas, el piso sucio, las ventanas quebradas, los pequeños pedazos de vidrio regados por doquier. Hermione supuso que la mayoría del desastre se debía a la búsqueda de los aurores días atrás.
"Los aurores…" dijo casi inconscientemente, mientras empezaba a pensar en Harry, en Ginny y en Ron…debían de estar preocupados…
"No, no fueron los aurores, ésta habitación se mantiene escondida gracias a una magia muy antigua, solamente aparece al ser llamada por su verdadero amo…"
Hermione le puso atención a sus palabras, si solo obedecía a su verdadero amo¿acaso eso quería decir que algo del verdadero Draco todavía estaba en ese cuerpo?
Draco continuó hablando "…así como la ves, así es como nuestro pulcro Slytherin ha mantenido su habitación por estos años, lo único inmaculado es la cama y el baño, las únicas cosas que dejaba que los elfos tocaran, sin embargo, lo que ves alrededor no es más que los retratos de la mente de un confundido joven, perseguido por los recuerdos de una bella muchacha de ojos miel…" Draco la volvió a ver maliciosamente "Tú…"
"Yo…" Hermione notó la forma en que Draco la miraba, bajó la vista, pero lo que le llamó la atención fue un pedazo de pergamino en el piso, se arrodilló junto al papel y lo tomó delicadamente en sus manos, se quedó casi hipnotizada mirando el dibujo que había en el papel. Con uno de sus dedos trazó ligeramente los contornos del retrato, era un dibujo de ella, mucho más joven, sin embargo ella en realidad. Un poco asustada levantó la mirada para ver que estaba haciendo Draco, pero lo que la sorprendió más fue cuando se fijó realmente en lo que había en las paredes.
Retratos, recortes…suyos…decenas de ellos.
"Bueno, veo que el joven Draco se entretuvo durante un buen tiempo" dijo el rubio sonriendo mientras arrancaba una foto de la pared, "Si, se mantuvo ocupado…contigo…" la volvió a ver sonriendo de medio lado. "Dime, Hermione¿qué fue lo que le hiciste para que desarrollara esa obsesión, hmm?" preguntó tranquilamente.
"Yo…" Hermione levantó la vista para ver a Draco de pie junto a ella, mirando hacia abajo como si estuviera viendo a la tierra misma. "Yo no hice nada" contestó ella poniéndose de pie, su retrato aún en su mano.
"¿Nada, dices? Bueno, aparentemente ese nada mantuvo a Draco ocupado algún tiempo…bastante tiempo, haciendo que mi ascenso al poder tuviera sus…dificultades…por ese nada ésta habitación es lo que es…retratos de un pasado, la realidad de un presente y sueños de un futuro…" Draco arrugó el papel en su mano convirtiéndolo en una simple bola e incendiándolo sin pensarlo dos veces, las pocas cenizas cayeron lentamente hacia el piso.
"¿Pero dónde están mis modales? Hermione, querida, siéntate" dijo haciendo un ademán logrando que una silla se moviera tras la castaña y que ella cayera sentada en la inesperada silla. Draco se acercó hacia ella rápidamente, colocando cada una de sus manos sobre los lados de la silla mientras miraba fijamente a Hermione. "Niña insolente, me has estado mintiendo…algo le tuviste que haber hecho…lo puedo ver en tus ojos… ¿qué hiciste para que él joven más prometedor de Slytherin se derritiera ante ti?"
"No sé de que hablas" contestó ella desviando su cara.
"Claro que lo sabes, algo tienes, sangre sucia…" Hermione tembló ante la palabra, hacia tiempo que no la llamaban así "…algo le diste al joven Draco que causó que me traicionara…" dijo hablándole al oído "…y no me cansaré hasta averiguarlo"
Hermione cerró los ojos deseando que todo desapareciera. Draco continuó hablando "Incluso fue mucho más fácil conseguir la sangre de Salazar que lograr que el chico nos obedeciera"
"¿C-cómo la consiguieron?" preguntó Hermione.
Draco la miró fijamente analizándola. "Supongo que no importa si lo sabes…Salazar Slytherin, uno de los mejores magos de los cuatro fundadores…el mejor mago de los cuatro fundadores… vendió su alma al mismo diablo antes de morir por lo que muchas personas pensaron que eran causas desconocidas. Sin embargo, como debes saber, Salazar nunca estuvo de acuerdo con la mezcla de sangre, la simple presencia de alguien como tú le causaba repulsión. Por eso, un día decidió guardar su sangre junto con un hechizo que reviviría incluso al más débil de las personas. Su sueño era poder otorgarle ese poder a alguien que lograra exterminar a toda la sangre impura del mundo mágico. Sin embargo, en el hechizo, se ocupaba la sangre de un mago de linaje puro, por eso escogí a Draco, él sería nuestro 'contenedor' por decirlo así, de esa manera la poción reaccionaría correctamente, agregué mi sangre para hacer el hechizo aún más poderoso. Mi sangre, la de Voldemort, y la que Draco mantenía en su cuerpo combinadas junto con gran cantidad de magia negra formaron lo que ves ahora…" dijo mientras sonreía. "…el mago más poderoso de todos los tiempos"
Hermione lo miraba asustada "Eso es horrible…es un monstruo… ¿cómo pudo hacerle eso a Draco?"
"¿Monstruo¿Monstruo, dices?" Draco la golpeó en la cara fuertemente. "No, niña estúpida, aquí té eres el monstruo, tú eres la aberración…todos ustedes, los sangre sucias…todos deben desaparecer…por eso retomo el tema anterior… ¿qué le diste a Draco¿Qué le hiciste¿Fue un hechizo, una poción?"
"No le di nada que no se mereciera" dijo la chica evitando temblar sin desviar la vista.
"¿Qué no se mereciera? No me digas sangre sucia¿qué tú te crees merecedora de alguien como Draco Malfoy?" preguntó él mientras se acercaba más a ella.
"Dije que nada que él no se mereciera, en todo caso, las diferencias de sangre ya no son importantes en estos días" dijo Hermione.
Draco rió ampliamente "Pero lo volverán a ser, ya verás, le abriré los ojos a todos, se darán cuenta de la clase de basura que son todos ustedes…muggles…sangre sucias"
"Usted mismo es un sangre sucia, no entiendo porque nos odia tanto, pero al hacerlo está odiando parte de usted mismo" dijo sabiamente la Gryffindor.
Draco la volvió a ver despectivamente, sin hacer muchos ademanes, Hermione fue levantada de la silla y golpeada brutalmente contra la pared provocando que la chica profiriera un pequeño grito. El rubio se acercó peligrosamente a la castaña que se mantenía inmóvil mientras que permanecía firmemente pegada a la pared, "No me vengas a dar clases de moral...no creo que quieras entrar en los verdaderos términos de moralidad"
"¿De qué habla?" preguntó Hermione mientras cerraba los ojos ante el dolor de su espalda.
"Fácil, ya sé lo que hizo que Draco me traicionara, tú y tus peligrosas relaciones" dijo mientras empezaba a examinar el vestido de Hermione.
"¿Esta implicando qué…?"
"Si, el hecho de que te acostaras con Draco lo dominó por completo, alguna poción o encantamiento tuviste que haberle dado¿qué le diste, niña¿Acaso el viejo y decrepito Dumbledore te dijo que era mejor que estuviera de su lado¿Te dijo que lo enredarás¿Cómo lo hechizaste?" preguntó el rubio mientras separaba las piernas de la castaña fácilmente.
"¡No lo hechicé!" dijo Hermione ante la indignación mientras luchaba por moverse, pero era inútil.
"¿Qué le diste?" insistía el rubio mientras empezaba a subir sus manos por los muslos de la chica, Hermione no podía hacer más que cerrar los ojos ante la violación que estaba sufriendo.
"¡No le di nada más que mi amor!" gritó la muchacha.
Draco sonrió amargamente, le quitó las manos de encima, le dio la espalda mientras miraba por la ventana y cruzó sus manos por detrás "Amor…jaja…amor, el amor, además de ser lo más falso de este mundo, es también una clase de hechizo…pero aparentemente Draco se ha librado de eso…" el rubio se volvió hacia Hermione.
"¿Por qué?" preguntó la castaña intrigada.
"Ya no hay espacio para tantas personas en este cuerpo..." dijo Draco sonriendo "Ahora yo soy el que comando, yo soy el que digo que hacer y que no…ningún rastro hay de ti en este cuerpo, más que las huellas fantasmas de tus dedos en su piel…" Draco cerró los ojos un momento "No, yo también estoy al mando" "No, soy yo" "No"
"¡Basta!" gritó Draco en voz alta, deteniendo el solitario argumento. "Mucho mejor" dijo parpadeando algunas veces.
"Estás loco" dijo Hermione casi en un susurro.
"¿Loco¿Loco, dices? No, niña, esto no es locura…esto es tan solo querer alcanzar algo que he querido desde que tengo memoria…"
"¿Arruinar la vida de los demás?" pregunté ella con cierta amargura.
Draco la miró fijamente unos segundos. "No…" dijo mientras se acercaba más a ella disfrutando como temblaba. "Lograr esto…" dijo mientras acariciaba la cintura de Hermione y luego su rostro, causando que la chica desviara la cabeza. "Que tiembles con solo verme…"
"No te tengo miedo" dijo firmemente la muchacha. Pero inmediatamente lamentó haberlo dicho porque en ese momento sintió los labios de Draco en su boca mientras que sus manos empezaban a subir su vestido.
"Dime si ahora no me tienes miedo" le susurró al oído mientras le besaba el cuello "Dime si no tienes miedo de lo que pueda hacerte…"
"Detente, déjame…" suplicaba la chica mientras temblaba y empezaba a llorar, sintiéndose asqueada por la manera en que la estaba tocando.
Pero el rubio no se detuvo.
"Detente¡eres un maldito!"
"Si, lo sé" dijo él sin dejar de tocarla.
"Déjame"
"No, me está gustando este juego"
"Detente" suplicó la castaña una vez más mientras lloraba. "¡Draco, detente!"
Draco
En ese momento el rubio se separó de ella como si se estuviera quemando. Se le quedó viendo unos segundos y luego negó con la cabeza. Miró sus manos y hundió su rostro en ellas.
Hermione lo miraba fijamente mientras que su respiración se aceleraba.
"Es mejor que te vayas a dar un baño" dijo el rubio mientras se sentaba en uno de los sillones, sentía que la cabeza le daba vueltas.
Hermione cayó al piso al ser soltada de la pared inesperadamente. Se puso de pie, pero no se movió.
"Niña, anda, no seas tonta, no te haré nada, solo…solo sal de la habitación…" dijo Draco mientras hundía su rostro en sus manos, cerrando los ojos fuertemente.
Hermione caminó lentamente hacia el baño y cerró la puerta. Ya sola pudo dejar salir un suspiro que ni siquiera sabía que estaba reteniendo.
Se miró al espejo. Las sombras bajo sus ojos le daban a conocer que en realidad estaba cansada, miró su cuello, un leve raspón rojizo se dejaba ver sobre la inmaculada piel blanca de la chica. Limpió las lágrimas de su rostro y mientras hacía esto pudo notar como sus manos no dejaban de temblar.
Siguió mirándose al espejo y entonces notó la marca que le había quedado luego de que Draco…bueno, Voldemort/Salazar, le arrebatara la cadena que mantuvo a su lado tantos años. La cadena que abría de vez en cuando para escuchar la suave melodía de la canción de Draco, la canción que la ayudaba a dormir algunas noches.
Desató su cabello y lo dejó caer en suaves ondas en su espalda. Miró su vestido, aquella tela carísima estaba empapada, lo más seguro por la nieve. Lentamente se despojó de el.
Caminó hacia la tina, estaba a punto de abrir la llave, pero ésta se abrió sola. Sorprendida se quedó mirando, la tina incluso manejaba la temperatura del agua, y hasta el olor de las burbujas. Contenta, sonrió al ver que la tina estaba lista. Se quitó lo que le quedaba de ropa y se sumergió en la tibia agua de la majestuosa tina.
Definitivamente éste era el punto alto de su día, ni siquiera sabía si era de día o de noche.
Cerró los ojos. Estaba atrapada. Draco estaba loco, poseído, Harry y Ron no sabían nada de ella, la debían estar buscando, sus padres, tenía tanto tiempo de no pensar en ellos, también debían de estar preocupados, aunque no se hablaban desde que Hermione salió del colegio, al parecer no tomaron muy bien el hecho de que ella decidiera quedarse en el mundo mágico.
Se trató de relajar lo más que podría alguien en esta situación, estos segundos de paz eran totalmente irreales. El dulce olor a fresas del baño la hacía sentirse contenta, muy contenta, y extrañamente la hacía pensar que todo iba a estar bien.
Salió de la tina cuando el agua empezó a ponerse fría, algo raro, pero no se preocupó en cuestionárselo. Secó su cuerpo, se puso un camisón que encontró, al igual que una bata sobre éste y se calzó unas zapatillas. Sonriendo, salió del baño.
Dio unos pasos alrededor de la habitación, no había nadie. Estaba intrigada, pero aún así le quitó importancia. Se fijó en la cama, perfecto, pensó, era justo lo que necesitaba.
Sin vacilar caminó hacia la gran cama, se quitó la bata y se quedó en su camisón blanco, se sentó en el suave colchón, se quitó las zapatillas. Trató de mantenerse despierta, pero sus párpados se estaban cerrando. No pasó mucho tiempo cuando había caído rendida sobre la cama, sus cabellos esparcidos por las sábanas.
Draco sonrió desde la ventana del balcón. Caminó seguro hacia ella. Delicadamente la acomodó correctamente sobre la cama, conteniéndose de tocarla mucho más.
Se sentó en el borde de la cama. Tomó el único amuleto que colgaba de su cuello. Lo alzó a la altura de sus ojos. Tomó la mano de Hermione, la mano que tenía el anillo que hacía tiempo Draco le había dado. Sostuvo la mano de la castaña bajo el amuleto. Pronunció unas cuantas palabras en un lenguaje ya olvidado.
Lentamente del amuleto se escurrió una gota de un líquido transparente, el cual, al caer sobre la sortija de Hermione, hizo que el anillo brillara unos segundos, para luego dejar de resplandecer. Aquella extraña gota se convirtió en un simple diamante sobre la sortija, ocupando un agujero de los tres que se habían hecho en el anillo.
Draco sonrió complacido, iba a ser demasiado fácil. Ella no correría peligro.
"Mi niña" le susurró mientras acariciaba el rostro de la muchacha, dejando la mano de Hermione sobre la cama. "Es mejor que descanses…todo se aclarará…después…" dijo muy bajo mientras la besaba dulcemente en los labios.
Se acostó junto a ella mientras que la miraba dormir. Era raro estar así junto a ella. Delicadamente tomó uno de los colochos de Hermione y lo enrollaba y desenrollaba en sus dedos, una y otra vez. De verdad que extrañaba esto. Hermione se movió inconscientemente en el sueño, cosa que hizo que Draco se alertara, no era conveniente que ella despertara y lo encontrara así junto a ella, sería demasiado sospechoso.
Decidió levantarse de la cama, no sin antes dedicarle un vistazo más. Caminó hacia un viejo sofá frente a la ahora encendida chimenea. Tronó los dedos una vez y en su mano apareció un vaso con un líquido café transparente. Tomó un sorbo y cerró los ojos. No estaba seguro de lo que estaba haciendo, pero¿qué otra opción había?
Ella le amaba, le necesita, cierto, muy cierto, él también la necesitaba, la amaba en realidad. Sin embargo nunca podrían ser felices¿qué futuro podría ofrecerle? Solo escapes y escondites sin sentido, se ocuparía de un milagro para que todo saliera como ellos querían.
"Un milagro…tan solo un milagro" suspiró el rubio mientras bebía otro trago.
"Sabes que eso no ocurrirá"
"Lo sé¿por qué crees que me preocupo?"
"Deberías dejar todo atrás"
"Sabes que no puedo, no puedo dejarla atrás, ella es dueña de mi pasado y mi presente…"
"¿Y qué hay de tu futuro?"
"¿Mi futuro? Mi futuro no existe, no me preocuparé por el mañana cuando ni siquiera estoy seguro del hoy"
"El tiempo se acaba"
"Lo sé, no se me ha olvidado…sin embargo tan solo desearía dejar todo atrás, regresar en el tiempo, ir hacia Dumbledore, solo por ella"
"No haces nada con pensar en el pasado, no se puede hacer nada para arreglarlo"
"Eso no es totalmente cierto y lo sabes"
"Si, pero…"
"Pero nada, no quiero seguir hablando de eso"
"Entonces¿de qué quieres hablar? Tienes tiempo de no consultarme"
"No le veía la necesidad con tantas voces en mi cabeza"
"Cierto, a todo esto¿qué a pasado con ellos?"
"Están ahí todavía, no saldrán tan fácilmente…lo sé, me lo han dicho…puedo controlarlas la mayor parte del tiempo, pero cuando tomo el amuleto entre mis manos, pierdo la conciencia y no estoy seguro de lo que hago…pero cuando la miro a ella…" Draco volteó su cara hacia la chica en la cama, "…todo desaparece, todo se aclara y yo…yo…"
"La amas, me siento orgullosa de ti…pensé que nunca lograrías salir de las enseñanzas de Lucius"
"Yo también estoy agradecido…no sé que haría sin ella…no sé…"
"Draco, debes descansar, sabes que el amuleto…"
"Lo sé, no necesitas recordármelo…pero me siento raro, como si parte de mi se estuviera perdiendo poco a poco…"
"Sabes que eso es lo que está pasando…lo de hace rato fue parte de eso, perdiste la conciencia y él se encargó de lo demás…"
"Si, pero cuando miré a Hermione preocupada, cuando me gritó que me detuviera, supe…supe…que debía de hacer algo para protegerla…para que no sufriera…"
"¿Estás seguro de esto?"
Draco asintió "No tengo duda, tan solo lamento no poder habérselo dicho…supongo que hubiera hecho las cosas más fáciles…pero ya me conoces, nunca busco la manera más fácil de hacer las cosas…"
"Si, lo sé"
"Tengo sueño…"
"Descansa, sabes que se apoderarán de ti, pase lo que pase…"
"Lo sé…tan solo quisiera tiempo…más tiempo…"
"No lo hay, por eso estás tomando esta decisión…"
"Si…por ella…será mejor dormir un rato…" dijo mientras se acomodaba en el sillón. "Buenas noches"
"Buenas noches…hijo…"
Todo se aclarará lo prometo...jeje...
