Capítulo 34

Una mujer se encontraba sentada en una mecedora frente a una sola ventana. Los suaves rayos del sol se escabullían hacia dentro asoleando a la muchacha y al bebé en sus brazos mientras le cantaba suaves canciones de cuna al compás de sus latidos.

El bebé sonrió ampliamente, le encantaba escuchar a su madre cantar, abrió sus grandes ojos grises para apreciar el dulce rostro de su mamá mientras ésta le sonreía tras las letras de las canciones.

"Siente como te amo,

toma mi mano,

ven a soñar,

deja todo lo malo,

porque te pesa para volar.

Mírame, una vez, una más,

ahora duérmete,

aquí estoy, no me iré,

mi lugar es aquí cuidándote"

El pequeño bebé se durmió bajo el cariñoso arrullo de su madre. La mujer se meció algunas veces más mientras miraba hacia el horizonte, todo parecía estar rodeado de un aura de extraña tranquilidad.

Luego se escucharon unos pasos en la habitación, la muchacha no se volvió, sabía perfectamente quien era.

El extraño caminó hacia la madre y su hijo, lentamente colocó su mano sobre el hombro de la mujer y susurró "Hermione…"

"Hermione"

La castaña se movió en la cama mientras se negaba a abrir los ojos, la cama era demasiado cómoda como para levantarse y olía a él, extrañamente olía a Draco.

Draco…

Rápidamente todo volvió a su mente, los gritos, la angustia, los ojos rojos…todo. Abrió los ojos y se sentó en la cama asustada.

Draco se encontraba sentado en el borde de la cama, vestido en ropa diferente mientras que la miraba fijamente, él era quien había pronunciado su nombre. La castaña se fijó en los ojos del rubio, al ser recibida con una roja mirada desvió la vista y se fijó en el lugar que se encontraba. Percatándose de cómo se encontraba vestida, se cubrió con las sábanas.

Draco rió suavemente al ver a la castaña reaccionar de esa manera. Aplaudió dos veces y Kilen apareció al lado de la cama de Hermione con el desayuno en una bandeja. El elfo le puso el desayuno en la cama a la castaña y luego desapareció. La chica no se quedó pensando en cómo el elfo había vuelto ahí, Draco debió haberlo llamado.

Hermione miró fijamente el desayuno, y luego miró a Draco que no le había quitado la vista de encima.

"No está envenenado, si eso es lo que crees" le dijo el rubio al notar la indecisión de Hermione.

La castaña lo volvió a mirar sin creerle una palabra, rápidamente alejó el desayuno de sus regazos y cruzó sus brazos.

Draco pudo notar el brillo que ahora poseía el anillo en su mano, una pequeña piedra roja se le había unido a la piedra transparente que le había agregado apenas se durmiera.

La piedra roja había sido agregada minutos antes de que Draco la despertara, la cual había sido añadida durante los unos segundos en los cuales el verdadero Draco de ojos grises tomó el control.

"¿No quieres comer? Bien, no soy yo el que se morirá de hambre" dijo mientras se levantaba de la cama y se alejaba de ella.

"¿Qué piensas hacer conmigo?" preguntó Hermione una vez más mientras se ponía de pie, el frío de la mañana la obligó a ponerse la bata que había utilizado anoche antes de que ese extraño sueño la envolviera.

"No te voy a matar" dijo Draco aún dándole la espalda y mirando al horizonte. "No te debería importar nada más"

"¿Nada más? Claro que me importa lo que harás conmigo, no puedo quedarme aquí esperando que cualquier cosa pase, tengo que irme…"

"Draco te dio la oportunidad de alejarte de todo esto, y tú la rechazaste por creer que podías…salvarlo…" dijo mientras se volvía hacia ella. El brillo de sus ojos rojos aún presente.

Hermione se aferró aún más a la bata y bajó la mirada. "Eso fue antes de…"

"Antes de que te dieras cuenta de que no tenía salvación alguna…"

Hermione no contestó, él estaba en lo cierto. Se quedaría con Draco tratando de salvarlo, pero ahora, Voldemort había tomado el control, ahora…ahora no sabía que haría, no sabía que hacer, ni que pensar…ni que sentir…pero si de algo estaba segura es que no se rendiría fácilmente. Sabía que su Draco se encontraba dentro de aquel cuerpo, y que de alguna forma debía sacarlo, pero no tenía idea de cómo…

Draco caminó hacia ella mientras que la chica se encontraba concentrada pensando. No se percató de la cercanía del rubio hasta que estaba frente a ella. Lentamente alzó una de sus manos acariciando la mejilla de la castaña, toque que hizo que Hermione se alejara instintivamente de él.

"¿Qué haces?" preguntó mientras se cubría más con su bata.

"Quería comprobar algo" dijo tranquilamente el rubio.

"¿Q-qué cosa?" preguntó mientras retrocedía.

"Si de verdad me eres útil" dijo Draco aún avanzando hacia ella.

"¿Útil?" preguntó Hermione mirándola extrañamente.

"Si…" dijo él mientras volvía a alzar una mano hacia ella tratando de volver a tocarla.

"No me toques" dijo Hermione mientras alejaba la mano de su rostro.

Pero Draco no escuchó y trató nuevamente de volver a tocarla, rodeó la cintura de la chica con una de sus manos, mientras que con la otra soltó la bata que la cubría. Hermione se soltó de su agarre mientras que seguía caminando hacia atrás.

"Vamos, acércate y has…haznos las cosas más fáciles" dijo mientras se acercaba a ella.

Recibiendo una cachetada por parte de la castaña, Draco llevó una mano hacia su rostro y sonrió levemente ante la frustrada cara de Hermione quien ahora poseía un brillo extraño en sus ojos, un fuego, fuego de furia.

Hermione trató de volver a pegarle al ver que Draco no se alejaba, pero el rubio fue mucho más rápido y la agarró de la muñeca mientras que viraba haciendo que la espalda de la castaña se recostara sobre su pecho, mientras que su mano seguía torcida dolorosamente tras ella.

"Sabes que no me vas a poder ganar…" le susurró al oído mientras que acariciaba la cintura de la castaña.

Hermione trataba de soltarse pero su agarre era demasiado fuerte, y claramente estaba cansada, no tenía la suficiente energía, empezó a sentir algo extraño en su estómago, el anillo en su mano empezó a brillar ligeramente, cosa que pasó desapercibida por ella, pero Draco lo notó inmediatamente y la soltó de manera brusca causando que la chica cayera al piso. Hermione levantó la vista y lo miró con odio mientras se acariciaba su lastimado brazo.

Draco la miró asustado. No sabía la razón por la que el anillo había brillado de esa manera, ni la razón por la que sintió que se estaba quemando cuando la tocó, un extraño brillo en los ojos de la castaña lo hizo comprobar lo que ya sospechaba. "¿Qué demonios…?"

Pero el rubio fue interrumpido por un "pop" a su lado, volvió a ver que era y fue recibido con unos grandes ojos y unas largas orejas.

"Mi amo, hay…hay problemas…" dijo quedadamente mientras bajaba la cabeza.

"¿Problemas?"

"Si, mi amo, los dragones, los dragones han vuelto…" le dijo Kilen aún sin levantar la cabeza.

Hermione miró al elfo unos segundos, se veía preocupado.

"Bueno…" dijo Draco tranquilamente, "…parece que nuestra estadía será mucho más corta de lo que pensaba…"

Se movió rápidamente mientras se ponía un abrigo y se aseguraba que el amuleto estuviera todavía en su poder. Sonrió ante la cadena alrededor de su cuello. Giró hacia Hermione que no había movido un músculo desde que Kilen había entrado. Draco tomó otro abrigo negro y se lo puso a la castaña.

"Parece que tus amigos todavía te buscan, sin embargo te buscaron en el lugar equivocado…fue buena idea venir aquí en lugar de Nueva Zelanda…" dijo mientras que la tomaba de los hombros.

Juntos caminaron hacia fuera de la mansión, para encontrarse a los dragones dando vueltas en el cielo, tratando de alertar a su amo, o a lo que quedaba de él.

Draco arrastraba a Hermione tras él mientras que mantenía un brazo de la castaña aprisionado en su mano.

Finalmente salieron hacia el jardín de la mansión. Hermione no podía creer lo que habían hecho los aurores con el hermoso jardín que había conocido no hace mucho. La mayoría de las flores habían sido destrozadas o quemadas por los dragones en un intento de protegerse de los ataques de los magos.

Los dragones no lo pensaron dos veces y huyeron al darse cuenta de que aquel a quién habían ido a alertar no era más su amo. Dando un rugido dieron media vuelta y se perdieron en el horizonte. Hermione pudo notar al pequeño dragón blanco, Tiamat. El cual también dio media vuelta y siguió a su madre, no sin antes dar un pequeño resoplido como despedida.

La castaña los miró irse pensativa, de cierta forma también quería alejarse como ellos, sin embargo tenía algo que la hacía quedarse. Una presión por parte del rubio devolvió a Hermione a la realidad, lastimada lo volvió a ver con repugnancia, luego se soltó de Draco y se agachó hacia una de las rosas que se había salvado. La tomó delicadamente entre sus manos y aspiró el perfume de la flor mientras que cerraba los ojos evitando llorar. Qué daría por poder devolver el tiempo y traer de vuelta al dulce Draco del cual se había enamorado.

El rubio la miraba estupefacto al verla aspirar la flor, de alguna manera aquella dulce acción le traía recuerdos de cosas que él nunca había vivido. Sacudió su cabeza para alejar aquellos pensamientos y poco a poco se acercó a la castaña, atraído por la manera tan fascinante con que acariciaba los pétalos de la rosa.

"¡Hermione!"

Una voz diferente alertó a Hermione, quién levantó la mirada buscando quien la había llamado, una sonrisa recorrió su rostro al reconocer al dueño de aquellos ojos verdes esmeraldas.

"Harry…" dijo casi en un suspiro mientras caminaba hacia él. "Ron…" expresó mientras reconocía al pelirrojo junto a él. Siguió caminando pero un brazo alrededor de su cintura la hizo detenerse.

"No creas que vas a ir a ningún lado" le susurró Draco al oído mientras que se aferraba más a ella, logrando que Hermione soltara la rosa por la inesperada acción. El rubio colocó su mano derecha sobre el cuello de Hermione amenazando con utilizar los poderes de los amuletos.

"Potter nos encontramos después de tanto tiempo…" dijo Draco mirando al hombre de anteojos fijamente mientras que mantenía a Hermione muy cerca de él, respirando muy cerca de su oído.

"Voldemort…" dijo Harry mientras reconocía los ojos rojos que lo miraban con odio. Reconociendo que sus sospechas eran ciertas y apretando sus puños por no haber actuado mucho antes.

"Bien, Potter, muy bien…ahora, si no te importa nos estábamos yendo" dijo mientras retrocedía junto con Hermione.

"No te irás con Hermione" le aseguró Ron mientras le apuntaba con la varita "No mientras yo pueda evitarlo" dijo firmemente mientras le miraba con odio, no aceptaba la forma en que tomaba a Hermione como si fuera suya, no dejaría que lastimaran a su amiga.

"Tonto Weasley…" dijo Draco mientras arrastraba las palabras "No querrás enfrentarte a mí…" masculló con una sonrisa "…no puedes vencerme…no puedes hacer nada en realidad…" movió una de sus manos al cuello de Hermione mientras otra rondaba la cintura y las caderas de la chica.

"¡No te atrevas a tocarla!" gritó el pelirrojo enfurecido mientras le apuntaba la varita y se acercaba a él.

"Ron, no seas tonto¡quédate en dónde estás!" le gritó Harry deteniendo al pelirrojo. "No es tan vulnerable como parece…" le susurró.

Ron se detuvo pero no bajó la varita. El rubio sonrió siniestramente mientras que seguía rondando el cuerpo de Hermione, la chica trataba de zafarse pero era inútil, ella era mucho más débil.

"¿Por qué hacerle caso a Potter, Weasley?" preguntó Draco "Parece ser que eso es lo único que has hecho toda tu vida…"

Ante esto la cara de Ron se puso roja y nuevamente se adelantó hacia el rubio.

"¡No, Ron, no le hagas caso, solo está tratando de lastimarte!" le gritó Hermione al pelirrojo.

"Te va a lastimar a ti, Hermione…" dijo Ron mirando a la castaña sin esperanza alguna.

"No me lastimará, me ha dicho que le soy útil, solo que no sé para que…" Hermione fue callada mientras Draco colocaba una mano sobre su boca.

"Calla, niña tonta, no deben saber más de lo que les interesa…" le susurró Draco al oído.

Harry miró fijamente a Hermione unos segundos, entendió perfectamente lo que podía hacer, se concentró en la castaña e hizo aquello que había aprendido hace tanto…

"Hermione"

"¿Harry?"

"Si¿qué sucede?"

"Draco está poseído, no es malo, Harry, no le hagan daño, por favor, no sabe lo que está haciendo. Voldemort lo está controlando…los amuletos, Harry, reunió todos los amuletos…"

"Pero faltaba uno…"

"Mi collar era el otro, nunca lo sospeché, hay que hacer algo para detenerlo, pero por favor no lo lastimes, tenemos que encontrar la manera de hacer que Draco vuelva…Harry, por favor…"

"Haremos lo que podamos, Hermione, pero si te lastima, no responderé por mis acciones…"

Harry miró una vez más a la castaña, asegurándole con su mirada lo que acaba de decirle en su mente, luego volvió su mirada hacia el rubio "¿Qué es lo que quieres¿La quieres a ella¿Por qué?"

"No te importa, Potter, lo que debes saber es que ella se va conmigo…" se acercó al cuello de Hermione "…lo quiera o no…" dijo susurrándole al oído de la castaña.

"¿Y qué hay de ella¿No te importa lo que ella quiera?" le preguntó Harry.

Draco rió "Eso no se discute, ella se irá conmigo, todavía se siente atada a éste cuerpo…"

"¿Por qué no le preguntas qué es lo que quiere¿O acaso temes la respuesta?" le preguntó Harry tratando de enredarlo.

"Yo no le temo a nada" aseguró el rubio con una sonrisa y sin un rastro de miedo en su mirada.

"Déjala contestar, entonces" dijo Harry mientras que intercambiaba frías miradas con Draco.

"No tengo porque hacerles caso alguno…" dijo soltando el cuello de Hermione y dirigiendo su mano hacia Harry, logrando envolverlo en un aura transparente, igual que como a Blaise, consiguiendo que Harry botara su varita al haber sido sorprendido con una acción tan rápida.

"No…" dijo Hermione mientras trataba de soltarse de Draco, pero el rubio la agarró aún más fuerte por la cintura, la castaña rasguñaba el brazo que la mantenía atrapada pero el rubio ni protestaba ante su desesperada acción.

Rápidamente el aura que envolvía a Harry se volvió de un azul más intenso. Harry empezó a tiritar mientras que trababa de gritar o de decir algo, pero el frío era intenso, sin embargo aún se mantenía fuerte.

"No eres tan valiente ahora¿verdad Potter?" preguntó Draco mientras mantenía a Hermione junto a él.

"N-no c-creas q-que m-me d-derrotaste, e-esto no s-se ha t-terminado..." dijo a como pudo Harry mientras que acercaba sus brazos a su cuerpo en busca de calor.

"Pues parece que eso es lo que estoy haciendo" dijo Draco.

"Suéltalo" expresó Ron Weasley mientras le apuntaba con la varita.

"Déjame pensarlo…No…" dijo Draco con una sonrisa.

Ron le lanzó un hechizo a Draco para el cual el rubio utilizó su otra mano para desviarlo, soltando así a Hermione.

"No, Weasley, esto no será tan fácil…" dijo mientras que usando solo su mano mandó volando a Ron hasta pegar con una de las estatuas que adornaban el jardín, consiguiendo que el pelirrojo perdiera la conciencia y que se derrumbara al pie de la estatua, dejando caer su varita.

"¡Ron!" gritó Hermione mientras corría hacia él. Draco se encontraba ocupado congelando a Harry.

"Ron...Ron, escúchame...Ron..." le susurraba Hermione al pelirrojo mientras tomaba su mano entre sus manos. "Vamos, Ron…despierta…" le dijo la castaña mientras le acariciaba el rostro. No podía permitir que sus amigos murieran a causa de un lunático.

No muy lejos, Harry Potter luchaba por su vida, el frío se había intensificado, no tenía su varita y no se podía comunicar con Hermione, la burbuja alrededor de él se lo impedía. Cerró los ojos deseando que todo acabara. Habían llegado ahí siguiendo a los dragones, no había sido fácil, pero lo habían logrado. Finalmente habían encontrado donde estaba Hermione.

Cuál fue su sorpresa al encontrarse con Hermione y Draco saliendo de la mansión cuando ellos acababan de llegar. No pudo resistirse a llamar a su amiga viendo como ella ansiaba alejarse de aquel lugar. Miró a Draco, se encontró con unos ojos rojos. Su sueño no se había equivocado. Fue buena idea actuar lo antes posible, sin pensarlo dos veces se reunió con su amigo y le contó lo sucedido, ambos se embarcaron en el rescate de su mejor amiga, dejando a Ginny y a Lavender hechas un mar de lágrimas por el peligro que correrían sus parejas.

"Mira a lo que has llegado, Potter…" decía Draco mientras disfrutaba como Harry se congelaba poco a poco "…ahora estás a mi merced…no falta mucho para que mueras…"

"No…" dijo Hermione levantándose, vencida al ver que Ron no se despertaba. Tomó la varita de Ron entre sus manos y la apuntó a Draco, logrando que el rubio riera abiertamente.

"¿Qué haces, niña tonta¿Piensas que puedes vencerme?" preguntó Draco mirándola fijamente.

"No…pero puedo quitarte algo que tú quieres…" dijo mientras apuntaba la varita a su propio cuello, disfrutando como los ojos de Draco se llenaban de aprensión.

"No lo harías…"

"¿Quieres ponerme a prueba?" preguntó ella mientras hundía un poco más la varita en su propia garganta.

Draco sonrió levemente como sabiendo algo que ella no sabía "No lo harás…no si sabes lo que tienes dentro de ti…" dijo aumentando la curiosidad de la castaña.

"¿De qué hablas?" preguntó ella intrigada.

Draco rió "Como la noble y compasiva mujer que eres no se te ocurría quitarte la vida si supieras lo que yo sé…"

Hermione se quitó el abrigo dejando ver el camisón con el que había dormido, corrió su largo cabello hacia un lado y apuntó con más firmeza hacia su cuello para demostrar que hablaba en serio. "Déjalos ir…te lo advierto…"

"No los dejaré ir, niña tonta, porque no te vas a quitar la vida sabiendo que una vida nueva crece en tu interior…"

En ese momento, Hermione sintió que su mundo se detenía. ¿A qué se estaba refiriendo? No…era una mentira, una vil mentira…no podía ser cierto, estaba equivocado, tan solo lo estaba haciendo para asustarla, si, eso es, solo era para asustarla, para que ellos no escaparan, solo eso…

¿Pero que pasaba si era cierto? Estaría matando a una criatura que estaba creciendo dentro de ella. Su hijo, su hijo y el de Draco. Un brillo extraño en los ojos del rubio y una cruel sonrisa en sus labios la hicieron sospechar que no era una mentira.

Casi inconscientemente Hermione posó sus manos sobre su plano vientre mientras soltaba la varita, no podía ser cierto.

"Mentira…" dijo casi en un susurro mientras que las lágrimas se asomaban en sus ojos.

"No, es verdad" le aseguró Draco mientras veía como la chica se derrumbaba. "Posees un brillo distinto, el cual solo poseen las mujeres que están esperando…"

"Pero…solo han pasado…no es posible…"

"Claro que lo es, ha pasado poco tiempo, es cierto, pero por más diminuta que sea, una nueva vida está creciendo dentro de ti…no serías capaz de destruirla¿o si?"

"Un hijo mío y de Draco…no puedo…" dijo Hermione mientras se sentaba en el piso, ignorando las lágrimas que ahora recorrían su rostro.

¿En qué momento había llegado a esta situación¿En qué momento su vida se volvió un desastre?

En el momento que él volvió a tu vida

No podía arriesgar a ese niño que crecía dentro de ella, su hijo…de Draco y de ella…sería lo único que tendría del rubio, lo único que le quedaría de él… ¿pero qué pasaría si Voldemort se la llevaba, su hijo estaría destinado a vivir bajo las tinieblas el resto de su vida…Voldemort quería a su hijo…no, ella no dejaría que él se lo llevara, no si podía evitarlo…

Reuniendo las fuerzas que le quedaban, tomó nuevamente la varita entre sus manos, se levantó, limpió sus lágrimas y volvió a apuntar a su cuello. "No dejaré que te lo lleves…"

Draco rió nuevamente mientras seguía con su mano apuntando a Harry quien poco a poco estaba perdiendo la conciencia. Ron todavía no se había recuperado.

"Niña tonta…" dijo mientras la apuntaba con su otra mano, haciendo que la chica alejara lentamente la varita de su cuello, como impulsada por una fuerza invisible "…no podrás ganarme…cuando quiero algo, lo obtengo, ese hijo tuyo me servirá para seguir viviendo, poseerá un poder extremo, al igual que una inteligencia envidiable, un próximo heredero digno de mí, y de esa forma podré seguir viviendo…" una cínica sonrisa recorrió su rostro "…por siempre" repitió.

Hermione trataba nuevamente de controlar sus movimientos, pero se hacía imposible, no podía mover sus brazos ni sus piernas.

"Suelta la varita" comandó Draco mientras que Hermione lo obedecía aún sin ella quererlo. Apenas el pedazo de madera tocó el piso, la castaña se vio envuelva en una burbuja transparente.

Hermione empezó a pegarle al campo casi invisible de la burbuja mientras le gritaba cosas a Draco, pero sus gritos no eran escuchados ya que el aura especial alrededor de ella opacaba su voz.

"¡Hermione, H-Hermione…" gritaba Harry mientras que poco a poco dejaba de moverse, el frío se había vuelto incontrolable.

Draco sonreía maliciosamente mientras que poco a poco iba cerrando su mano derecha y disfrutando como el aire de la burbuja se iba extrayendo, provocando que Hermione cesara de gritar a causa de la falta de oxígeno.

Si Hermione quería acabar con su vida y con todo lo que ésta conllevaba, Draco estaría más que complacido al verla morir, después de todo, su hijo sobreviviría lo suficiente para que por medio de magia, Draco pudiera extraerle los poderes antes de que nada ocurriera, pero si se dejaba llevar y también el niño moría por sus poderes, sería mejor, ya que si vivía, crecía lo suficiente y se ponía en su contra, sería la mayor amenaza que nunca había enfrentado.

Aquella miniatura en el vientre de Hermione era al mismo tiempo lo que Voldemort ansiaba y temía, y si él no se podía apoderar de ese poder, nadie lo haría. Después de todo, él pensaba que Hermione necesitaba un castigo por una actitud tan difícil, aunque fuera la muerte de la misma.

La castaña se derrumbó en el piso de la burbuja, mientras que hacía lo posible por aferrarse a la vida que se le estaba escapando lentamente. Sus golpes cesaron mientras que sus ojos se cerraban, su cara se fue poniendo de un color morado claro mientras que el aire era necesitado en sus pulmones.

No pasó mucho tiempo cuando ya Hermione yacía inmóvil, tirada en el piso de la burbuja mientras que Draco sonreía abiertamente.


Si, soy mala, muuuuy mala...próximo cap, esta misma semana...