Akumas. Maquinas de Muerte.
YuGiOh
By Kaede SakuragiNota: la idea de este fic, lo saque del manga D.Greyman. excelente trama. Quien tenga la posibilidad de bajarlo o comprarlo - lo recomiendo totalmente.
Capitulo 01
La noche estaba oscura, ni las estrellas se podían ver en el firmamento. La luna era nueva, por lo cual, el manto negro era el reinante en aquella cuidad.
Camino despacio, sentía frió, pero aun así seguía adelante. Su pequeña mochila marrón, colgaba de su hombro derecho, mientras que sus manos trataban de darse calor dentro de los pantalones negros de pana. Apenas los autos circulaban en aquella cuidad, y los locales que estaban abiertos, eran para adultos. Con sus dieciséis años, no podía ni siquiera entrar a darse calor por un rato. Sus cabellos rubios, sus ojos mieles, y su sonrisa angelical, solo le traían gente lujuriosa y mal intencionada.
Siguió su camino despacio. Bufo su suerte, debía encontrar aquel Akuma que estaba persiguiendo hace ya un tiempo, pero el maldito se le había escapado. Miro su pequeña libreta, donde poseía algunas anotaciones suyas, y otras de su maestro. Este demonio era especial, había escapado del Señor Conde, del "Creador". Pero no sabia porque, ni el mismísimo demonio había comprendido que aquel Akuma había desaparecido, y ni siquiera podía controlarlo.
Llego hasta una especie de cafetería, pequeña pero acogedora. Entro despacio, encaminándose hasta una de las mesas del fondo, pidiendo a su paso, una gran tasa de café con leche y unas donas. Tenia hambre.
Cuando todo le habían servido, saco su libreta y anoto algunas cosas que recordaba de la batalla anterior. Mientras bebía el café caliente, ojeo las anotaciones de su Maestro, para sacar en claro lo que había sucedido.
Akuma: un arma viviente que lleva un alma humano asimilada en él. Esta controlada por el "creador". Una persona que no tiene fe en la vida, que se odia a sí misma y que no soporta hacer frente a la realidad, es la frustración del alma la que sirve de fuente de energía al akuma permitiéndole evolucionar. Un Akuma nace a partir de tres elementos: maquina, alma y desesperación. Todos los seres humanos tenemos un lado oscuro en nuestros corazones, de ese lado nace la desesperación atrayendo al creador que da la vida al akuma.
Cerro el pequeño libro bruscamente. Llevo su mano enguantada a sus cabellos desparramándolos nerviosamente.
- Demonios ... – murmuro despacio, mientras cerraba sus ojos y se recostaba en la silla.
Miro por la ventana, ni había ni un alma cerca.
- Disculpe, señor... – la mesera del lugar, llamo su atención – Pero cerraremos en un momento.
- Oh, de acuerdo... – le sonrió, pero antes que se retirara pregunto -... Perdone, pero podría decirme donde hay un hotel, para pasar la noche. Se lo agradecería, llegue hoy y no sé dónde hospedarme.
- Pues, saliendo de aquí, a la izquierda, hay uno. Pero no se lo recomiendo – el muchacho iba a decir algo, cuando la chica se le acerco lentamente, susurrándole – dicen que el lugar esta maldito, que ha habido varios accidente allí... y desaparecido gente... – se le retiro del, y le sonrió – pero todos dicen que es un simple rumor... - Se dio vuelta y empezó a limpiar las mesas.
El rubio, termino su café y se llevo las donas. Se dirigió hasta el lugar donde le habían dicho.
Era un pequeño hotel humilde, viejo, se podía observar algunas luces prendidas. Entro como si nada, se acerco al mostrador, e hizo sonar la pequeña campanilla. Detrás de unas cortinas rojas, apareció un muchacho alto, de ojos azules.
- Que quiere? – dijo rudamente.
- Una habitación... para pasar esta noche... – el rubio lo miro casi desconcertado, un hermoso muchacho, pero de muy mal carácter.
- Solo tenemos una doble... para compartir... – el castaño levanto su ceja, molesto. No le agradaba ese muchachito bonito.
- Pues... no tengo problemas, sinceramente quiero descansar un poco... – le dedico una de sus sonrisas, aunque fingida, solo por cortesía.
- Aquí tiene ... – le entrego una llave roja, con un listón amarillo - suba las escaleras, primer piso, a su derecha, cuarto 13. Su compañero esta en el comedor, así que ya lo conocerá – y antes que pudiera irse, le mostró un gran libro – Firme aquí ... para registrarlo ... – el muchacho, firmo con su mano izquierda, dificultosamente, pero lo logro.
- Gracias ... – le dio una reverencia y subió las escaleras.
- Mmmm – el castaño miro el libro, y leyó despacio aquel nombre – Joey Wheeler ... – unas sonrisa algo mórbida se formo en su rostro.
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Subió las escaleras, despacio. La atmósfera del lugar era algo densa. Un aroma a pino y cedro inundaba el lugar, como si fuera incienso o algún otra cosa. Se detuvo frente a la puerta numero 13, introdujo la llave, pero no alcanzo a girarla cuando la misma se abrió abruptamente.
Joey pego un salto hacia atrás, por el susto. Sus ojos se abrieron grandes, al mirar aquella figura que estaba frente a él.
- Quién demonios eres? – dijo rudamente aquel sujeto. Un muchacho casi de su misma edad, cabellos blancos marfil, sus ojos morados, eran delineados por un poco de maquillaje negro, dándole un toque exótico a su rostro angelical.
- Compartiré la habitación con usted ... – dijo despacio, extendiéndole la mano - ... Joey Wheeler ...
- Disculpa ... pero yo no seré tu compañero ... – el rubio lo miro desconcertado, iba a aclararle las cosas cuando un grito desde las escaleras los hizo voltear a ambos.
- MARIK! QUE DEMONIOS HACES EN MI HABITACIÓN! – un muchacho, un poco mayor que ellos, de cabellos raros, de tres colores, puntiagudos, se acerco hasta la puerta amenazándolo con el dedo al otro chico – Cuantas veces te he dicho que no te metas en mi cuarto ...! Si tu noviecito te lo permite, es una cosa, pero yo otra ... así que más vale que desaparezcas de mi vista o te juro que no te encontraran ni en el reino de las sombras ...!
- Ok ...! – dijo el supuesto Marik, para luego salir en el sentido contrario, alejándose por el pasillo, tranquilamente. Joey, lo miro sorprendido y desconcertado por su actitud serena.
- Oye ... Tu ... americano ... te quedaras a dormir en el pasillo o que onda? – el rubio volteo a mirar al que había llegado, y sin mas entro a la habitación cerrando la puerta tras de si - ... ahí esta tu cama ... espero que no ronques, porque te despertare y te haré callar .. entendido?
- Claro ... – dijo molesto por el trato del otro chico.
Había llego a un lugar de locos, un encargado de mal carácter, un muchacho de cabellos blancos, el cual interpretaría como un ladrón, y ahora su compañero de habitación, alguien que desafiaba la gravedad con sus cabellos y sus colores.
Estaba cansado, se quito las botas y aquella campera de cuero negro que llevaba. Dejo su pequeña mochila a un costado de la cama, y se sentó, suspirando. Busco entre sus cosas, una muda cómoda, para dormir. Quería descansar y seguir su viaje. Suspiro desganado.
Entro al pequeño baño que había allí, y luego salió encontrándose que las luces del lugar estaban apagadas. Se resigno, por suerte sabia que su cama estaba en línea recta. Camino despacio, sin llevarse nada por delante, y se acostó durmiéndose instantáneamente.
El sueño se parecía tan real. Sentía la brisa del atardecer, las pequeñas gotas de lluvia en su rostro, el olor a la tierra removida. Y la cruz de piedra que se levantaba de aquella tumba. Miro detenidamente cada labrado en ella, cada línea y curva que presentaba. Sintió aquellos ojos sobre su cuerpo, pero aun así, no quiso moverse de ese lugar.
Sintió como alguien golpeteaba su hombro con un bastón, que el la punta llevaba una calabaza de madera. No se preocupo en levantar la vista.
- Acaso la extrañas pequeño? – la vos era suave, y cálida. El solo asintió – Puedo ayudarte, puedo traerla de nuevo aquí ... si tu la llamas, yo podría ponerla en este esqueleto – mostrando uno echo un material especial, como si fuera un juguete armable - ... y así la tendrías de nuevo ... – aquel sujeto sonrió, mientras levantaba su rostro lentamente. Tocando su piel blanca, tan suave. Se relamió sus labios, realmente aquel pequeño niño era hermoso - Yo puedo devolvértela, puedo traerla a la vida ... pero debes llamarla. Solo tu vos, ella puede escuchar, y así guiándola nuevamente a este mundo ...
- Si ... – el niño rubio, de ojos triste, murmuro despacio. Se levanto desganado, mirando al cielo, y con lagrimas en los ojos grito – SHISUKAAAAA! ... regresa ... por favor ... vuelve a mi ...! – se desplomo sobre aquella tumba, desesperado. Quería a su hermana de vuelta.
- Concedido ... – aquel hombre extraño, extendió sus brazos y una gran carcajada se escucho en el lugar. Mientras las nubes cada vez se hacían mas negras, y los relámpagos mas fuertes, llegando hasta algún árbol cercano haciéndolo arden en llamas.
El esqueleto de plástico, se convulsiono, y en su cabeza, apareció con el nombre de Shisuka en la frente.
- Joey ... – pronuncio despacio – Joey ...!
- Hermana ... – el rubio se arrodillo ante aquella imagen, llorando de alegría – HERMANAAAAA! – salió corriendo para abrazarla, pero en respuesta, recibió un empujón, haciéndolo golpearse con las otras lapidas del cementerio.
- MALDITO! ME CONVERTISTE EN UN AKUMA! – grito desesperada, mientras trataba de caminar, con las manos extendidas, con la intención de tomarlo del cuello y estrangularlo – MALDITO! TE ODIO HERMANO! ME CONVERTISTE EN UN AKUMA! TE ODIO! MUERE! MUERE! – le faltaba el aire, miro detenidamente los ojos de aquella cosa, y vio lagrimas, vio como los ojos de su hermana muerta derramaba sangre de tristeza.
- Per ... doname ... – dijo despacio mientras se entregaba a la muerte. Aun costado, podía ver como aquel sujeto sonreía maliciosamente.
Todo paso tan rápido que no supo como sucedió, en un segundo estaba muriéndose, mientras al otro, el grito desgarrador de aquella cosa, que poseía el alma de su hermana, era despedazada. Miro con horror su mano derecha, la cual estaba deforme, y vio como si fuera sangre aquel liquido espeso que recorría sus dedos.
- Ah ... un arma anti akumas ... – el demonio hablo entre las sombras - ... bien ... un gusto en conocerte ... pequeño ... – hizo un gesto con la mano, mientras se inclinaba en forma de respeto, y desapareció, dejándolo solo en aquel cementerio, cubierto por lodo, y sangre.
- No existe otra forma de ayudar a las almas ... que destruyéndolas ... – alguien le dijo, mientras se acercaba al muchacho, y se inclinaba ante el. Tocando su mano deforme – Naciendo con un arma anti akuma ... tienes un destino fijado ... – aquel hombre de cabellos morado, lo tomo en brazos y sin mas, se alejo de aquel lugar – sabes porque te ataco? – le dijo despacio. El niño solo negó con la cabeza – Porque para vivir en este mundo debe matar aquel que lo invoco, para luego posesionarse de su cuerpo. Así convirtiéndose en el Akuma del Creador. La maquina asesina. Cuanto mas mata, mas experiencia adquiere, y mas peligrosa se forma.
- Quién eres? – murmuro despacio, sin fuerzas.
- Pegasus ... desde ahora ... seré tu maestro ... – lo miro detenidamente, solo poseía un ojo.
- Ma... estro ... – dijo despacio, antes de caer dormido.
El sonido de un gran estruendo lo hizo despertar abruptamente. Miro por la ventana, y encontró las calles inundadas por la fuerte lluvia que se había largado. Se arropo mas entre las sabanas. Odiaba los días así.
Quiso conciliar nuevamente el sueño, pero el sonido de la puerta al abrirse, hizo abrir sus ojos y encontrándose con el mismo muchacho de antes. Acercándose hasta la cama de su compañero. Estaba por decir algo, cuando los escucho hablar despacio.
- Seto quiere que bajes ... dice que alguien llego ... – murmuro, pensando no despertar a su acompañante.
- Vamos ... – le dijo, mientras se levantaba y salían despacio, cerrando la puerta.
Joey no contuvo su curiosidad, había en el ambiente algo que le decía que los siguiera. Bajo lentamente las escaleras, como para que no los descubrieran.
La estancia estaba oscura, pero podía percatarse de una tenue luz, debajo de unas cortinas, que supuso llevarían al comedor. Se dirigió cauteloso, hasta el lugar, mientras escuchaba algunas voces.
- ... estas seguro? – escucho la vos de su compañero de cuarto.
- Si ... llego hace unos momentos, y pregunto por alguien, Describió aquel americano ... – era la vos de aquel muchacho de los ojos azules. Hizo una pausa - ... Moki pudo ver sus ojos .. dijo que era uno de ellos ...
- ... entonces porque no lo retuviste ... podríamos haberlo atrapado ... – otra vos se escucho, molesto.
- Bakura...! – escucho decir otra voz, le parecía conocida.
- A donde se fue? – dijo nuevamente la primera voz.
- Solo dijo que volvería mas tarde ... cuando quise retenerlo, Moki me dijo que no lo intentara ... que era demasiado poderoso ...
- Yami ... que haremos ...?
- Esperaremos ... Marik. Tendremos que estar alerta, si regresa por el americano, debemos vigilar a ambos ...
Escucho como algunos pasos se hacían presentes. Rápidamente el subió las escaleras, y volvió al cuarto, acostándose para que no se dieran cuenta que había escuchado. Minutos mas tarde, sintió como al puerta se abría y se cerraba despacio. Se hizo el dormido, sintió como se acercaba a su cama y se sintió observado. Luego, escucho como su compañero volvía a su lecho y se daba vuelta.
Suspiro aliviado.
