Akumas. Maquinas de Muerte.

YuGiOh

By Kaede Sakuragi

Capitulo 05

Le costo abrir sus ojos, sintió un gran silbido en sus oídos. Un gran peso sobre su cuerpo, el cual intento moverlo inútilmente. Al enfocar su vista hacia delante, solo encontró grandes estrellas titilantes, a su alrededor, solo encontró llamas, y cenizas esparcidas por el suelo. Lentamente vio sombras salir de entre los escombros, acercándosele, murmurando algo que el no entendía, su cabeza dolía.

Intento mover nuevamente aquella cosa que lo aplastaba.

- Esta vivo ...! – escucho decir a su lado – Ayuden ... ay que sacarlo! – su vista borrosa pudo divisar unas figuras, que lo rodearon para luego liberar la opresión que tenia su cuerpo. Sintió como alguien lo revisaba, y luego varias manos lo sostenían para sacarlo de allí.

Fue llevado no muy lejos de donde estaba. Aun confuso, quiso hablar, pero sus labios estaban secos.

- Traigan agua! – una mujer grito, para luego girar su rostro hacia el, y sonreírle – No te preocupes, ahora estas a salvo ... – movió sus labios, pero no consiguiendo ningún sonido de ellos – Espera, están algo deshidratado ... – le dijo despacio – Cuando ellos regresen, seguro que te curaran y podrás hacer cualquier cosa ... solo descansa.

Quiso preguntar de que hablaba, pero en ya no pudo sostener sus ojos abiertos. Solo giro su rostro, un poco, y miro casi asombrado una figura que estaba tirada no muy lejos de el.

Un gran robot, sonriente lo miraba desde el suelo. El Creador poseía una herida de una gran garra ... estaba muerto.

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Abrió sus ojos, pero los sintió frescos, aliviados. Llevo su mano a su frente, encontrando allí un paño húmedo. Cuando intento incorporarse, sintió un gran dolor en su pecho, dificultándole la respiración.

- No deberías moverte ... – escucho una vos conocida – Aun falta unas costillas que se repongan ... – miro aquel que le hablaba.

- Mokuba ... – susurro despacio - ... y ... los demás ...? – pregunto mientras volvía a acostarse.

- Terminando de ayudar a los del vecindario a reparar lo que fue destruido ... – el niño fantasma le sonrió sinceramente – Como te encuentras ...?

- Bien ... – cubrió sus ojos con su mano – Algo ... cansado ... y ... desorientado ... – miro su mano detenidamente, encontrando allí una pulsera que le había regalado su hermano ya hace mucho - ... Sabes ... una cosa ... Mokuba ... – dijo en un tono triste, el cual aquel niño lo miro interrogante - ... No importa donde sea ... siempre seré perseguido por los akumas ... – el niño abrió sus ojos sorprendido estaba por decir algo, cuando la puerta se abrió despacio.

- Ya despertaste ... – dijo una vos seca y fría. Joey sonrió, cerrando sus ojos. Provocando que el ceño del ojiazul se formara molesto – Que es lo que encuentras divertido, Americano?

- Que a pesar de los años ... tu nunca cambiaras ... – murmuro bajo, pero lo suficiente para que lo escuchara.

No lo vio, pero sabia que en su rostro había una gran sonrisa. Había olvidado su pasado, pero aun así, recordaba como era amar a ese muchacho de los ojos color cielo.

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Mokuba salió de aquella habitación, al ver que su hermano lo cerraba con llave, para no ser interrumpidos.

Voló contento, atravesando las paredes, para luego encontrarse con los demás.

- Es solo un señuelo ... – Marik pateo aquel cuerpo de metal, que poseía el rostro del Creador

- No importa – Yami dijo mientras abría pequeños agujeros negros, desasiendo los desperdicios – Por lo menos ... no nos molestara por un buen tiempo ...

- Claro ... acabamos de patearle el trasero ... – Bakura hablo sonriente, mientras pateaba alguna de las cenizas de akumas.

- Y mas si nuestro señor esta con nosotros ...! – el pelinegro casi grito de alegría.

Los tres muchachos lo miraron, para luego sonreír.

La gente de aquel lugar los ayudaba, a sacar los escombros y arreglar los edificios. Irónicamente, todos ... eran reencarnaciones de aquel pueblo que tanto el principie y el sumo sacerdote protegieron ... hasta la muerte, hace miles de años atrás.

La historia se repetía, pero ahora, todos estaban unidos, y tenían las armas y poderes para hacerlo. Su señor estaba ahora con ellos. Para siempre.

Owari.

Nota de la autora: ok, se muchos me mataran con este final ... abierto y algo ... XDDD loco ... pero es que no me da mas para seguirlo ... esa fue la idea que terminara así cuando lo empecé a escribir ... XDDD jejej ... n.n gracias por leerlo y espero sus comentarios ... matta neeeeeeeeeeee!

Milhu ... te lo dedico a ti .. hermosa mia ... ! Se cuidan!