SECRETO
por AndreaV

PARTE 3:TEMORES

Ya eran las seis y Clark no aparecía. Lex se paseaba frente al ventanal con un vaso de escocés en la mano, como si esperara ver a aparecer a Clark en cualquier momento. Era absurdo y lo sabía, Clark no iba a llegar a través de la ventana cuando podía aterrizar en el helipuerto ubicado en el techo y entrar al penthouse por la puerta de emergencia.

Era cierto que Clark nunca se había caracterizado por su puntualidad, principalmente debido a los múltiples desastres y crímenes que debía evitar diariamente. Lo más probable es que en este momento hubiera un terremoto en Irán o una inundación en Sri Lanka. Sin embargo, Lex sentía cómo el pánico se apoderaba rápidamente de él y formaba un nudo en su estómago. ¿Y si no acudía a la cita? Porque la noche anterior había sido espectacular, habían pasado horas haciendo el amor. Una vez que Lex le había asegurado a Clark que mantendrían su relación en secreto, Clark se había vuelto loco de alegría y había probado diligentemente cada posición que se les pudo ocurrir. De hecho, Lex no recordaba haber tenido tan buen sexo oral en su vida. Clark tenía una boca exquisita y una lengua incansable que había masajeado su miembro con fuerza y delicadeza a la vez, hasta el punto que Lex había dejado de pensar coherentemente y sólo había articulado gemidos hasta que acabó en la garganta de Clark, sin poder contenerse.

¡Dios! Clark había sido perfecto. Se habían besado, acariciado y dicho cada palabra melosa que existía (aunque Lex lo negaría hasta la muerte). Finalmente, se habían dormido muy juntos, Lex apoyado en el pecho de Clark, mientras éste lo rodeaba con sus fuertes brazos. Habían dormido un par de horas hasta las seis de la mañana, cuando Clark se había levantado y vestido rápidamente y, tras besar a su amante brevemente, había desaparecido en un torbellino.

A las nueve de la mañana, Lex no pudo más y tuvo que llamar a Clark a El Planeta. Necesitaba saber si se verían nuevamente o si, como la primera vez que habían hecho el amor siete años atrás, iba a ser borrado de su vida. Resultó que Clark había tratado de comunicarse con él varias veces, pero Severina, su asistente, no le había pasado las llamadas. Lex sintió deseos de despedir a alguien, pero luego recordó que él mismo había ordenado que nadie lo interrumpiera y había olvidado (sumido en los recuerdos de la noche anterior) mencionar que Clark era la excepción. Acordaron que Clark iría a cenar al penthouse a las seis y que luego... bueno, luego encontrarían algo en que pasar el tiempo.

Y ya eran pasadas las seis de la tarde y Clark no aparecía. Lex contemplaba llamarlo a su celular, pero no deseaba parecer patético ni tampoco quería acosarlo. ¡Pero a quién engañaba! Era patético. estaba patéticamente enamorado de Clark desde el momento en que lo había sacado del agua, aunque le hubiera tomado un par de años admitírselo a sí mismo. Sin embargo, cuando Clark había peleado con él después de descubrir la habitación en que Lex almacenaba información sobre él, entonces había comprendido que el dolor que sentía en el corazón iba más allá de la pena por perder a su mejor (y único) amigo. Lex Luthor estaba enamorado de Clark Kent. Patético.

Patético porque, hasta donde Lex sabía, Clark era 100 heterosexual. Criado en Kansas y por Jonathan Kent, nada menos, no había otra posibilidad. Así que se había dedicado a recobrar su amistad, guardando para sí sus sentimientos más profundos. Por eso la noche que él y Clark habían salido a celebrar su primer examen aprobado como novato en MetU, Lex nunca esperó que terminaría con Clark en su cama y fuera de su vida, todo al mismo tiempo. Habían salido a comer, luego habían paseado y finalmente regresado al penthouse de Lex por un café. Habían empezado a recordar lo extraño que habían sido sus años de amistad, entre ex-esposas homicidas y mutantes desquiciados. Un comentario había llevado a otro y acabaron riendo sin saber por qué, pero sin poder detenerse. La risa llevó al contacto físico (un abrazo perfectamente inocente) y éste a un beso que, cuando comenzó, no terminó hasta que ambos estaban desnudos en la cama, frotando sus cuerpos y eyaculando uno sobre el otro.

Toda la pasión contenida por ambos había estallado esa noche. Lex sabía que Clark era virgen, pero todas sus aprehensiones se habían disipado cuando su joven amante le había pedido que lo penetrara con tanto deseo en los ojos y en la voz, que casi tiene un orgasmo en ese instante. Una noche perfecta que, sin embargo, lo había dejado con el corazón destrozado cuando no encontró a Clark a la mañana siguiente. Tras varios días de llamarlo y tratar de hablar con él en la universidad, Lex había comprendido que Clark no deseaba volver a verlo y, tratando de conservar algo de dignidad, se había mantenido al margen de su vida por siete años. Hasta ahora.

Ahora Lex tenía otra oportunidad y no pensaba desperdiciarla. Iba a hacer todo lo necesario para conservar a Clark a su lado. Su orgullo le importaba un carajo. Si tenía que suplicar iba a hacerlo. Estaba dispuesto a cualquier cosa por ese pedacito de felicidad que acababa de recobrar. Tal vez no fuera como en los cuentos de hadas, pero Lex había perdido demasiado amor en su vida para saber que "vivieron felices para siempre" no había sido escrito para él. Iba a disfrutar cada momento junto a Clark, lo iba a adorar y a complacer y a amar con todas sus fuerzas. Y cuando Clark lo dejara, cuando se cansara de él o encontrara una linda chica que lo quisiera y de la que no tenía que avergonzarse... entonces a Lex le quedarían los recuerdos del tiempo compartido. Y él iba a pelear por que ese tiempo fuera lo más largo posible. Claro, si es que Clark volvía.

Lex escuchó un zumbido y, antes que pudiera voltear a ver, se encontró presionado contra la pared mientras Clark le besaba el cuello con desesperación.

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- Mmmm... creí que no venías -logró articular Lex. Los labios que le succionaban suavemente el lóbulo de su oreja derecha no lo dejaban pensar -
- Accidente de tren en Nigeria -explicó Clark sin soltar la oreja
- Oh! Pensé en... mmmm... llammmmm... arte al celular
- Sin señal en África - ahora Clark se concentró en la cicatriz del labio superior de Lex
- Mmmm.
- ¿Lex?
- ¿Mmmm?
- ¿Tienes hambre?
- No... mmmm... pero tengo una idea para abrir el apetito