b Capítulo IX - Junto a la Chimenea. /b

Por: i JkRowling6. /i

¡Todos afuera del local inmediatamente!-Ron alzaba la voz por encima de los gritos aterrorizados de la escasa multitud-. ¡Fuera! ¡AHORA!

Harry tomó con fuerza la mano de Hermione y la atrajo hacia su pecho.

No te muevas-le susurró, y ella asintió tragando saliva. Jamás podría haberse sentido tan segura.

¡Ya me escucharon! ¡Necesito que desalojen el local, vamos!-el pelirrojo continuaba gruñendo, pero Hermione dudaba que alguien lo escuchara. Sólo un tipo de túnica negra desapareció tras la puerta. Todos parecían demasiado consternados para hacer otra cosa que no fuera mirar a la mujer muerta, que flotaba cerca de ellos como una advertencia casi fantasmal. El aura de la muerte, delicada y silenciosa aún estaba encerrada en aquel lugar. Ellos podían olerla.

Esto se nos está escapando de las manos-musitó Harry, sin alejar sus ojos verdes de aquella mujer muerta-. Era justamente esto lo que teníamos que evitar.

Hermione, aún acurrucada en el pecho de Harry, pudo sentir los latidos acelerados de su corazón. Supo lo mucho que alteraba a Harry la visión de alguien muerto, dada sus antiguas experiencias. Quiso poder abrazarlo.

¡ASESINATO!-gritó el cantinero, escupiendo saliva y señalando a la mujer muerta, como fuera de así-. ¡OTRO ASESINATO! ¡USTEDES, INÚTILES AURORES! ¿NO SE SUPONE QUE DEBEN IMPEDIRLO?

Harry lo observaba silencioso, pero Ron se había quedado con la boca abierta, y su rostro habitualmente pálido, estaba enrojecido en furia.

¿Qué estupidez está hablando?-exclamó enojado, como si no pudiera dar crédito a sus oídos-. ¿Cómo puede culparnos a nosotros de algo así?

¡Basta!-terminó Hermione repentinamente y todos voltearon a mirarla, sorprendidos-. Es suficiente con ver a esta pobre mujer así, ¿no creen? Ninguno de nosotros tiene la culpa de esto, si hay que buscar responsables, no tengan duda de que lo haremos con mucha dedicación.

Es verdad-susurró Harry, con la voz ronca-. Tom, necesito que te calmes y cierres el local por hoy. No es un lugar seguro ahora, ¿de acuerdo? Es preciso que vuelvas a tu casa lo más pronto posible. Nosotros-agregó mirando a Ron rápidamente-. Tenemos que volver a mi departamento para informar de lo sucedido al Ministerio.

De acuerdo-aceptó Ron aproximándose a la chimenea y sacando una bolsa de polvos flu de su bolsillo.

Harry y Hermione lo siguieron en silencio, aún aferrados el uno al otro.

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Muy bien. Se escuchan opiniones-la voz grave de Harry interrumpía el silencio que se había formulado tras la llegada del trío al departamento.

No tengo nada inteligente que decir-replicó Ron, rascando su cabeza, desalentado-. Estoy en blanco.

Aquel hombre-musitó Hermione, mencionando por primera vez en voz alta lo que venía pensando. Sus amigos respondieron con una mirada asombrada-. El tipo que me empujó antes de entrar al Caldero Chorreante.

¿Qué?-inquirió el pelirrojo, sin comprender. Harry la escuchaba atento-. ¿Qué tiene que ver él con el asesinato?

Probablemente mucho-respondió ella, abrazando sus piernas en un intento de evadir el frío de su cuerpo tras aquella horrible visión en el Caldero Chorreante-. Entró corriendo minutos antes del asesinato. ¿Recuerdan su prisa? Y además fue el único que abandonó el local cuando tú lo ordenaste.

Eso no es suficiente para culparlo, Hermione-contradijo Ron, abatido-. Más bien deberíamos felicitarlo, por haberme obedecido.

Espera, Ron. Es probable que Hermione tenga razón-intervino Harry, entornando los ojos en un intento de concentración-. ¿Por qué aquel tipo tendría tanta prisa en entrar al local? ¿Y por qué salió tan rápidamente? No debe haber alcanzado a permanecer ahí siquiera unos minutos.

Eso es muy razonable-aceptó el chico-. Pero, ¿cómo explicas que él permaneció todo el tiempo hablando con Tom? ¿Cómo demonios se supone que iba a cometer el asesinato él?

Tenía razón. Hermione no había pensado en aquel detalle. Era lógicamente imposible que él hubiera cometido el asesinato mientras charlaba con Tom, el cantinero. Sin embargo…

¿Y si fue una trampa?-inquirió ella, abriendo sus ojos castaños exageradamente-. Es probable que él haya entrado con el fin de distraer a Tom para que otro pudiera realizar el homicidio.

Harry la observó fijamente. Ella se sintió algo ridícula.

Bien, sé que tal vez leo mucho, pero, pensé que…

No, está muy bien-Harry la contradijo, sin quitar aquellos penetrantes ojos verdes de su rostro, lo que irradiaba una irresistible sensación de admiración. Definitivamente, una de las pocas cosas que había logrado despertar intensamente en él-. Eso está realmente bien.

Gracias… -suspiró Hermione, mientras tenues matices rosas aparecían en sus mejillas-. Bueno, pensé que podría servir… Yo…

Ron alzó una ceja. Una leve sonrisa había aparecido en sus labios.

Bien, ya tenemos la pista número uno, ¿no? Estoy agotado, así que me voy a descansar. Los del Ministerio ya se deben haber hecho cargo de lo sucedido, estoy seguro. Mañana comienza el trabajo, chicos, así que no se duerman muy tarde. Los espero a las ocho de la mañana en mi departamento, ¿de acuerdo?

De acuerdo, compañero-aceptó Harry con una sonrisa amable.

El pelirrojo levantó su pulgar y guiñó el ojo a Hermione.

Buenas noches, Ron-musitó ella, algo avergonzada. ¿Necesitaba Ron ser tan evidente?

Él pelirrojo salió rápidamente del departamento. Hermione reconocía en él aún parte de aquel Ron de andar descuidado y espontáneo. Ella sabía que tenía muchos defectos, pero también era definitivamente un chico muy difícil de encontrar. Sabía que cualquier muchacha inteligente daría todo por estar con él.

A excepción de ella.

¿No tienes hambre?-inquirió Harry, algo nervioso. Hermione notó cómo él intentaba romper el silencio incómodo que la ausencia del inquieto Ron había dejado-. En la nevera hay algo… Creo que mañana tendremos que ir de compras los dos, ¿sabes? No estoy acostumbrado a vivir con otra persona, de manera que tendrás que enseñarme.

No te preocupes, no será tan difícil-sonrió Hermione, intentando calmarlo. I"Sólo iré hasta donde tú me permitas"/I, pensó con nostalgia. I"Y estoy segura que ese límite no será tan lejano como para lograr incomodarte"/I

¿Aló, Hermione?-rió él, divertido-. ¿Puedo saber en qué se quedó pensando, señorita Granger?

Ella también soltó una carcajada.

Bueno, supongo que en nada interesante para ti.

i "Otra vez, Hermione" /i , pensó arrepentida. Aquel irresistible deseo de sacar un resentimiento guardado durante cinco años. Aquel maldito dolor corriendo por sus venas, quemándola, despertándola.

Los ojos risueños de Harry se habían inundado otra vez de aquella tristeza que Hermione no resistía.

No entiendo por qué dices eso-intervino, con la voz ronca. Tomó una lata de bebida de la mesa y le dio un sorbo, relajado, pero evidentemente más serio-. Me molesta que siempre te estés subestimando, Hermione.

No me subestimo-replicó ella, intentando mantener la misma tranquilidad-. Subestimo lo que puedo llegar a importarte.

Tú me importas mucho, Hermione. Que no te des cuenta es distinto.

Ella asintió silenciosamente. No pensaba volver a reprochárselo. No podía reclamarle de nuevo por aquellos cinco años.

De acuerdo.

Harry se levantó. Decidido, pero sin rapidez, avanzó hasta ella y la abrazó con ligereza. Hermione pudo respirar su aroma, sintió cómo aquel olor inundaba todo su cuerpo. i "¿Por qué Dios no me permite morir así, aquí, en sus brazos?" /i , pensó mientras cerraba los ojos y acariciaba su espalda.

Créeme, Hermione-musitó en su oído-. Eres demasiado importante para mí.

Ella abrió los ojos, dividida entre la impresión y la alegría. ¿Qué ocurría? ¿Por qué Harry se comportaba así?

Yo siempre te he creído.

El se movió un poco y de pronto, Hermione sintió otra vez sus ojos verdes fijos en ella. El tiempo pareció detenerse justo ahí.

Nunca podría haber predicho lo que iba a suceder a continuación.

Harry se acercó a su rostro con vehemencia, casi violentamente. Sus labios secos sintieron de pronto aquella suavidad que siempre había cuestionado. Él recorrió los suyos con desesperación, como si su vida de pronto fuera a acabarse. Como si necesitara de aquello para seguir viviendo.

Un sueño. Hermione podía sentirse flotar. i "Esto no está sucediendo" /i , pensó, pero sólo los latidos de un corazón reventándose, gritando dentro de su pecho pudieron corroborarlo.

Hermione… -Harry se alejó de ella tan repentinamente como se había acercado. Su rostro lucía asustado, casi espantado por lo que acababa de suceder-. No, esto… yo…

Ella bajó su rostro, jadeante. Aún sentía la sangre ardiendo en sus venas. Aún estaba el contacto de de aquel beso. De su primer beso. Del único beso que había esperado.