Capitulo uno: Buenas noches...
"Buenas noches"
Buenas noches.
El sueño apretado
No más lágrimas por la mañana
Yo estaré aquí
Y cuando decimos buenas noches,
Seca sus ojos
Porque dijimos buenas noches,
Y no adiós.
Dijimos buenas noches Y no adiós
Esto fue lo que dije mientras veía sus cadáveres que yacían aquel día, nos tomaron por sorpresa, a todos, niños, mujeres, hombres. Esa tarde luchamos contra la adversidad, contra un ejercito invencible, todos se fueron, fue una lucha que solo nos trajo muerte, y ahora mi pueblo desaparecido, me ve desde lo lejos. Como añorando regresar a su poderío, como creyendo que todo fue un mal sueño, pero viendo a la ves que lo han perdido todo, y que solo dos sobrevivieron.
Mi nombre es Tinania, y soy una elfa, y, aunque este no haya sido mi pueblo natal. Al igual sentí su dolor, al igual lo perdí todo nada quedo después de aquel infame ataque.
Nosotros somos, o mas bien éramos, un pueblo pacifico, que no tenia mucho afán por la guerra, mas bien nos agradaba la tranquilidad.
En esos tiempos de guerra, no había ningún momento de tranquilidad, nosotros habíamos hecho hasta lo imposible para mantenerlos al margen de la situación, pero siempre alertas, para así ayudar a quien lo necesitara.
Esa tarde el sol rojo anunciaba que se había derramado sangre, pero a nosotros, no se nos hacia extraño, ya que en esos tiempos aciagos nadie se extrañaba de ver un solo rojo, lo que no sabíamos es que ese sol rojo era el augurio de nuestra propia muerte.
Nuestros esfuerzos fueron inútiles, uno por uno fueron cayendo, mis amigos, mis hermanos y hermanas, los recuerdos pesan, las imágenes me torturan.
Había sangre por todos lados, y yo buscaba a alguna cara conocida, pero solo encontraba cadáveres, mis amigos muertos... fue entonces cuando pareció que vi a alguien moverse, me dirigí a lo que a lo lejos parecía un hombre, me acerque hacia el y lo vi era Lebryn , la persona de la que había estado enamorada toda la vida, mi amor, corri hacia el.
Lebryn, ¿Eres tu?- pregunte incrédula, el movió su cabeza en señal de afirmación, estaba muy herido, decidí llevarlo a mi casa que no había sido dañada por los orcos. Trate de curar sus heridas, pero supe que era inútil.
Yo juraba que jamás regresaría a aquel lugar, pero en estas circunstancias no había otra opción, tenia que regresar, regresar a donde vine, de donde me fui agobiada por la perfección de mi vida, tenia que regresar a casa, ver a mi padre, y a mis 3 hermanos, sabía a que esa era la única manera de curarlo.
Pero de ninguna manera quería regresar a ese lugar, así que tendría que cerciorarme bien, que sus heridas podían, ser curadas por mi, después de mucho intentar decidí que solamente en ese lugar se podían curar sus heridas.
Por mi mente pasaban muchas cosas, si el moría todo se iría con el, recuerdo cuándo lo conocí, el era tan perfecto, su cabello negro brillaba, y su piel, que, siempre ha sido demasiado blanca, se veía aun mas pálida con la luz del sol, nos enamoramos desde la primera vez que nos vimos, y justo por eso tuve que huir de mi lugar de origen, sabia que el jamás seria aceptado, y también sabia que jamás podríamos ser felices, por lo menos no con tanta gente demostrándonos que no.
Recuerdo cuando ambos partimos hacia diferentes lugares, buscando un lugar para estar juntos. Al fin lo encontramos, y ahora lo miro destrozado mientras preparo todo para irnos. Se que no te agradara la idea, pero yo te quiero a mi lado, susurro mientras te veo se que agonizas pero sabes que tratare de ayudarte.
Entonces teniendo ya todo me decidí a partir, el camino seria largo. Y probablemente Lebryn podría morir durante el trayecto, esa idea recorría mi mente en cada instante de este.
¿Cómo seria recibida, eso también me lo pregunte durante todo el camino, teníamos quehacer una parada, y vi una casa a lo lejos, talvez ahí me ayudarían a curar a Lebryn.
¿Hay alguien aquí?- pregunte mientras tocaba la puerta, sabia que el me recibiría bien...- ¡Tinania! – el dijo con sorpresa, me abrazo, y trato de hacer de este un momento muy largo – No tengo tiempo para esto Legolas- el me vio, supo lo que pasaba, y fijo sus ojos verdes en mi, solo para estar seguro de que lo que decía era cierto, yo solo asentí.
¿ Cuanto tiempo llevan viajando?- pregunto el, mientras veía las heridas de Lebryn, yo no le contestaba nada, en realidad no podía reaccionar, no podía pensar en otra cosa que no fuera Lebryn. El me hizo una seña de que saliéramos de la habitación.
Va a estar bien, si eso es lo que te preocupa- dijo el con un tono cansado – bien sabes que el lo único que tengo- replique yo, el se dirigió a mi toco mi frente- vaya, eso no se ve nada bien- dijo el señalando mi herida, de inmediato comenzó a curarme, pero yo parecía ausente, y eso llamaba su atención- Supongo que ya sabes a donde debes ir ¿verdad, mira Tinania, mi medicina es buena, pero la de tu hogar es mejor- termino por decir el alejándose hacia una mesita, yo cuando oí la palabra hogar salte de la silla en la que me encontraba para encararlo – Mi hogar esta lejos de aquí, destruido, y nadie fue en nuestra ayuda- le dije mientras lo golpeaba, el me tomo en sus brazos y dijo que me tranquilizara – Tu varadero hogar, a ese me refiero, tu padre te necesita- dijo el mientras se dirigía a el cuarto de Lebryn.
El me había dicho que descansara, así que lo hice, y ahí en esa silla tome un largo sueño, que me pareció el mas largo de mi vida, cuando me levante, ya era otro día y la platica con Legolas me había hecho reflexionar, y ya había decidió mi camino, talvez era mi hora de regresar.
