Amor y Adversidad.

Capitulo 1: La alegría de la Azalea.

Cerró sus ojos, aspirando la dulce fragancia de las flores. Junto al verano comenzaban las clases de Hogwarts, instituto de magia y hechicería.

Ya era el cuarto año que la muchacha, de 15 años ,asistía a esta reconocida institución Británica, la que no figuraba en los mapas, en la que cosas increíbles sucedían día a día.

Azalea era una muchacha de mirada café y cabello cobrizo . La muchacha gustaba de adornárselo con cintos los cuales, haciendo honor en su nombre, cambiaban su color al igual que las azaleas variaban en tonalidades. Estas flores podían ser naranjas, rosadas y blancas; y con estas gamas sus listones jugaban.

Algo que caracterizaba a la menuda azalea era su alegría de vivir, iluminaba cualquier ambiente con su mera presencia. Siempre colgaba una pequeña campanita en su cuello.

A pesar de ser alegre, no tenía una personalidad aniñada, tampoco elemental. Era una persona vivaz, tenaz, y cuando debía ser seria lo era.

Azalea comenzó a recordar sus años posteriores en Hogwarts, pertenecía a Gryffindor, y a pesar de ser bonita y tener la atención de algunos hombres, ella permanecía soltera. La razón eran un par de ojos grises y un perfecto cabello negro.

Sirius black iba en el sexto año, nadie se le resistía. Era extremadamente apuesto, de esas personas que uno etiqueta de perfecta, siempre escoltado de mujeres y de sus dos amigos igualmente codiciados: Remus Lupin y James Potter.

La joven, dos años menor que él, había quedado perdidamente enamorada de Sirius. A su vez, lo odiaba. Odiaba su éxito, aborrecía como él gozaba de salir con miles de mujeres para luego dejarlas. Nunca había hablado con él, no más de dos palabras. Pero sentía que si tenía la mas remota posibilidad de una cita con él la rechazaría. Azalea odiaba ser parte del montón.

Repentinamente algo la sacó de su perfecta ensoñación, su nube rosada compuesta por miles de rostros y muecas de Sirius se desvaneció al chocarse con alguien por el pasillo. Fue un roce muy leve, ninguno cayó al piso, pero el impacto hizo que presionara sus ojos café, al abrirlos se encontró con unos grises mirarlas. Pensó que aún continuaba soñando.

- Lo lamento.- Dijo él con su habitual despreocupación, una sonrisa se dibujo en sus perfectos rasgos.

El corazón de Azalea latía con una agilidad que considero anormal. Cuando fue recuperando el ritmo común no supo si sonreír o no a aquel apuesto joven que la llenaba de sentimientos adversos.

- Yo lo lamento- Se limitó a decir tratando de tranquilizarse así desaparecía su sonrojo. Sus manos comenzaron a sudar. Notó que un objeto del chico había caído al suelo y este pareció no notarlo, se agachó. El muchacho miró al suelo, no comprendía la acción de la chica, y se encontró con la invitación al baile del colegio. Se agachó para ayudarla a recogerla.

- No te preocupes, yo la levantó. – Aseguró apoyando su mano sobre la de Azalea. La sangre volvió a acumularse en sus mejillas, el corazón volvió a su estado anormal y sus palmas arrojaron todo el contenido líquido de su cuerpo.

- No, ya esta- Respondió levantándose con algo de torpeza, como siempre hacía.

Ambos se levantaron y esta le tendió la tarjeta, llegó a leer algo sobre una fiesta en el colegio. Sirius agarró el objeto rectangular y se lo enseñó. Sus voces hacían ecos ya que no había gente en aquel lugar, todo estaban reunidos junto al sombrero seleccionador.

- Dime que te parece...-

-Azalea- Respondió la muchacha, desilusionada, al saber que desconocía su nombre.

-Azalea, esta invitación. Estamos preparando un baile aquí en el colegio y este es un simple prototipo. – La tarjeta era blanca y contenía unos inscriptos en negro que anunciaban una pronta fiesta.

- Un baile...¿Por qué razón?- Le preguntó al apuesto joven, sonriendo. Era la conversación mas larga que había tenido con el famoso Sirius Black.

- Peter Pettigrew cumple años y le decidimos hacer una fiesta, a parte no hay fechas para la diversión. – Contestó guiñando el ojos y haciendo un gesto para que le contestará sobre la tarjeta.

- Esta bien supongo...- Contesto con inseguridad. Al ver que Black no estaba satisfecho con su respuesta lanzó una risita, entre nerviosa y divertida.- Sinceramente es algo aburrida. Me parece extraño que hagan una tan formal. Quiero decir ni siquiera tiene medio dibujo...- Azalea comenzó a soltarse, sin darse cuenta estaba mostrando su lado extremadamente parlanchín. – Podrían al menos no se, haber invertido los colores...

Sirius Black rió ante la pronta sinceridad de la muchacha, le causaba gracia lo mucho que hablaba y con una rapidez impresionante.

- Lo siento...Yo no debí quejarme- La muchacha se avergonzó hasta la médula. ¿Qué acababa de hacer?. Acababa de hablar sin parar, quejándose de aquella tarjeta sin tomar ni un poco de aire. Y todo frente a él, frente a Sirius Black.

- No te preocupes, por algo pedí opinión. A parte- agregó confidencialmente- A mi tampoco me gustan, por eso pedí tu opinión, es sólo que a Peter, bueno...el es serio- Agregó guiñándole un ojo a la sonrojada Azalea.

- Me sacas un peso de encima...- Suspiró la muchacha acomodándose los cabellos largos, ondulados y cobrizos. Repentinamente a Sirius Black esa joven le pareció bastante bonita.

-Me gusta tu idea de invertir colores...- Dijo él tras un corto silencio.

-¿Estás seguro? ¿El negro no será muy apagado? Perdón es que odio ese color, discúlpame estoy nuevamente quejándome..- Y nuevamente había quedado mal frente a hablar. Sirius comenzó a reír con fuerza, le caía bien esa niña atolondrada y tímida.

Repentinamente Azalea tomó conciencia de lo que acababa de decir.

- OH, lo siento, en serio que no tengo nada con tu apellido, es que, no me gusta el color, no el nombre del color, lo que quiero decir es que...- Y nuevamente había arruinado el momento, no sabía como escapar de el pozo donde se había metido, a cada palabra se embarraba.

- No te preocupes, odio mi apellido, y no me molesta que opines...- Black le sonrió cuando consiguió para de reírse, y Azalea, con su alegría de vivir que tanto la caracterizaba, sonrió a su vez.- Bueno fue un gusto conocerte, creo que debemos ir al gran comedor ahora, antes de que los prefectos nos maten.

- Si, tienes razón...- Contestó ella, su alegría era demasiado grande, su corazón palpitaba por las encontradas emociones, ya la adversidad no existía en su corazón, todo era puro amor, amor y mas amor. Si Sirius no estuviera ahí ya miles de notas de amor y alegría escaparían de su boca, ya en su mente creaba empalagosas y jubilosos cánticos.

Y su rosada atmósfera explotó en mil pedazos, una alta joven, de cabellera platinada, del sexto año, se le acercó peligrosamente, abrazándolo y mordiendo su oreja. Sirius reía y Azalea simplemente se paró en seco, y vio como ambos se alejaban. Nuevamente formaba parte de otro plano, ya era una partícula en la vida de Sirius.

La adversidad hizo presencia, palpitante, en su sien y en su corazón.

Bueno , este es un fic inspirado en los mereodeadores, especialmente sirius, pero probablemente haya un poco de todo, a medida que el tiempo pasé nuevos personajes parecerán. Espero que les agrade, dejen reviews!

RedPetal, Zarzamora.