Capitulo 3: La ventaja del despiste.
Azalea no sabía que hacer, simplemente le entregó la tarjeta a Lily Evans así la inspeccionaba y decidía si deseaba ir o no. Su mente era pura confusión. Nunca se imaginó que el chico fuera tan detallista, menos con ella. Lo más seguro era que fuera una total casualidad y ella estuviera armando castillos en el cielo, pero si tenía la base, el fundamento. Tenía los cimientos para armar su castillo y era la mirada de complicidad de Sirius. Rápidamente volvió al mundo, no quería que el muchacho de ojos grises notará su consternación.
¿Qué dicen?- Preguntó James Potter con centelleantes ojos, de ser una caricatura dos estrellas estarían posadas en sus cuencas oculares.
Supongo que no hay problema...- respondió Lily, la confundida Azalea Endlessly sonrió y asintió, decidió hablar, estaba siendo demasiado notoria-
Claro, iremos... ¿es en 4 días verdad, el viernes. – Confirmó Azalea, su pregunta no tenía sentido puesto que lo que preguntaba estaba impreso en amarillo sobre la tarjeta, pero necesitaba hablar para desahogarse un poco y actuar indiferente.- Lo siento pregunta sin sentido, es que no leía bien...- Se justificó con una mentira.- No soy ciega...- siguió enredándose. – Es que tengo sueño y bueno...- nuevamente la joven de cabellos cobrizos estaba mezclando sus líneas, hablando sin pausas, pronunciando frases incoherentes. Odiaba ser así.
Por su parte, a Sirius le caía bien este aspecto de ella, le resultaba divertido e inocente, por eso es que no pudo disimular una leve risa que provocó sonrojo en las mejillas de Azalea, quien deseo que la tragase la tierra.
- Me tengo que ir ahí..- Dijo señalando un punto cualquiera, decidió que su dedo indicador apuntará a la mesa de hufflepaff, donde reposaba la atlética Clitemnestra. Tenía que salvarse de aquel momento incómodo, y aunque no encontró la mejor manera, al menos era válida.
Se paró con una agilidad y torpeza propias en ella y caminó con su clásico vaivén de caderas hacia su alta amiga, quien la recibió extrañada, ella solo pronunció un "sácame de aquí" y ni bien Dumbledore anunció el comienzo de las primeras lecciones ambas salieron del gran comedor.
Explícame que sucedió- Pidió Clitemnestra mientras esquivaban a cantidades de alumnos que se apresuraban a sus clases.
Acabo de quedar como una trastornada delante de Sirius.- Explicó en simples palabras la menuda muchacha, su amiga la entendió, ya que conocía la fluidez y velocidad de la lengua de su amiga, con palabras reconfortantes y de apoyo se dirigieron a las clases. Justamente aquel día les tocaban las primeras dos lecciones juntas: Encantamientos y pociones.
Las lecciones pasaron bastante rápido ya que, al ser las primeras del año, simplemente les daban indicaciones de lo que harían, guías de estudios, lo de siempre. Al llegar la hora de comer
Azalea, quien salía de la clase con una amiga de Ravenclav y otra de Gryffindor, se despidió y fue al pronto encuentro de Lily, Clitemnestra y Elizabeth, quien de seguro estaban almorzando juntas en el jardín, junto a un árbol cerca del lago. Era un día perfecto, ni muy cálido, ni muy frío, con delicados soplos del viento y un brillante sol sobre el manto celeste intenso, desprovisto de alguna formación nebulosa.
Como lo había imaginado sus amigas la esperaban agitando su mano, llegó a su encuentro y sentándose finalmente, recordó que había olvidado su comida. ¿por qué debía ser tan distraída?. Al presentarle su dilema a sus amigas estas no pudieron mas que reír, eran muy comunes este tipo de olvidos en Azalea Endlessly.
. Conozco una persona que le encantan tus actitudes despistadas- Dijo Lily con aires de complicidad, Elizabeth y Clitemnestra miraron con incredulidad y la duda imprenta en sus pupilas.
Sí, yo también. A la cantidad de animales y vegetales que salvó al olvidarme de la comida todos los días.- Todas rieron con fuertes carcajadas, Lily trató mantener la seriedad pero rió con ellas afablemente hasta que recordó la importancia de lo que debía contarle a su despistada amiga.
Ahora, lo que te quería decir es que al parecer a Sirius Black le has caído muy bien.- Le guiñó el ojo de una forma exagerada, haciendo énfasis en el Sirius Black.
¿CÓMO?- Grito sin disimular sus mezclados sentimientos, una fusión entre la alegría y la extrañeza, la timidez, los nervios...todo se unía. Su corazón estaba repleto de gozo y si nadie estuviera allí la muchacha ya estaría saltando. Sentía un león dentro de ella que deseaba salir y rugir, la emoción era indescriptible. – Eso es claramente imposible- Prosiguió sin poder disimular su creciente emoción.- Me he portado como una demente sin detenerme, me he comido palabras y me faltó escupir para asimilarme a una llama parlante.
Te citó las palabras exactas, tal vez ahí si me entiendas: "Esta niña es muy graciosa" y mientras te ibas a la mesa de Hufflepuff te siguió con la mirada y esbozó una dulce sonrisa.-Imitó su tono a la perfección e hizo una fiel replica a su sonrisa. Clitemnestra y Elizabeth aplaudían felicitándola y ella no podía mas que sonrojarse.
Saben muy bien que eso significa que ni sexy la parezco, se interesa en mi al parecer solo como amiga.- Era impresionante a la velocidad que había ello estas cavilaciones, pero eran muy serias, todo era muy claro. Alguien que le pueda gustar no sería para él un objeto de risa sino sensual, y ella no representaba ese papel al parecer.
Lily la persuadía de que no era así pero la tarea era prácticamente imposible, las otras dos niñas le echaban porras.
Azalea recordó que debía buscar su alimento y tras excusarse corrió a toda velocidad en busca de este, no recordaba siquiera donde lo había dejado.
Por otro lado, Sirius se encontraba en un pasillo, dirigiéndose al patio junto a Remus Lupin, James Potter y Peter Petigrew cuando encontró a Azalea revolviendo prácticamente la basura para, al parecer, encontrar algún objeto perdido. Vio como, resignada, se trenzaba la melena cobriza y se la ataba con un listón rosado.
Les ordenó a sus amigos dirigirse al patio, hizo un ademán para que se adelanten y, ya que todos en la escuela se encontraban almorzando o en clases, se encontró solo con la despistada muchacha que no había notado su presencia.
-¿Qué haces? – Preguntó sobresaltándola, la muchacha dio un respingo, aunque no grito, simplemente giró sobre sus talones y se encontró con un par de codiciados ojos grises, el muchacho se disculpó mientras reía y a su vez Azalea, para sus adentros, inventaba extraños modos de arrancarle sus bellos ojos y preservarlos en un jarro dorado para la posteridad. Desistió de su macabra idea al descubrir lo sanguinaria que era. A parte arruinaría su perfecto rostro. – Azalea, ¿estás aquí?- Preguntó tras notar que esta se hallaba sumida en su mundo. Al darse cuenta la joven de que el chico hace rato había tratado de llamar su atención se decidió, luego de disculparse, a hablar.
-Estoy buscando mi comida, por 8000 vez en los años que llevo en hogwarts la he perdido. En realidad ya la he dejado de buscar porque...- Se detuvo, nuevamente iba a dar largas y confusas explicaciones, decidió que su comentario quedará en que había extraviado su alimento y ya había dejado de buscarlo.- Odio ser tan distraída. – Dijo más para sus adentros que para el muchacho, pero este la escucho.
Yo no odio que lo seas.- Dijo seductoramente, ahora sí que había dejado sin palabras a la tímida Azalea. Con un rubor que ya pasaba a los limites de lo anormal bajo un poco la mirada, para luego mirarlo de nuevo, alguien debía hablar...Por primera vez en la vida había notado la ventaja de su despiste, esto le había gustado a Sirius, no supo si alegrarse o sentirse una mascota a la cual este le divertía. Decidió cortar el silencio.
Creo que debería irme, mis amigas me esperan.- Le explicó tras agregar para sus adentros que se comería el alimento de sus compañeras.
¿Vas al jardín?- Azalea movió su cabeza en forma de asentimiento.- Voy contigo, los chicos también me esperan allí.
Ambos fueros juntos al jardín y hablaron afablemente, la joven menuda se pudo relajar una vez el halo seductor de Sirius menguo solo un poquito para dejar entrar a su partes mas amistosa...Aunque frustrada descubrió que esa parte también le resultaba seductora. En el corto tramo, Azalea, tras pedido de este, le explicó porque los colores de sus listones y agregó que adoraba a los perros y cualquier animal, Sirius compartió opinión y nuevamente, sin saber porque, Azalea se sintió una divertida mascota.
-¿Vas con alguien a la fiesta de Wormtail?- Preguntó interesado Black.
Se avergonzó de tener que responder negativamente, pero decidió sonreír, nada podía hacer.
Sirius deseo secretamente invitarla, pero sabía que eso no iba con él, tenía miedo que alguien descubriera sus nuevos sentimientos por la joven, decidió moverse con lentitud. Ahora sabía que nadie iría con Azalea Endlessly y era lo único que necesitaba saber.
