Antes que todo, muchas gracias por los rewievs, fueron poquitos pero en serio me ponen contenta nn, gracias a alda y alfesibea. Gracias a ellas lo continúe. Alfe que gracioso que te sientas identificada con ella, yo también lo hago, en realidad hice a una chica torpe y tímida, bonita pero no una diosa fatal así esta historia era mas realista. Uno se puede sentir mas como ella o en su posición ya que es una sencilla muchacha enamorado de un "playboy" adolescente.
Capitulo 4: ¡Dulces y sangre!
Azalea Endlesly se encontraba sumamente alegre de la atmósfera que envolvía a las 4 personas. Sonreía tanto que ya sus comisuras temblaban, también en parte por los nervios.
Corrió un par de mechones cobrizos de su frente, su tupido flequillo la molestaba un tanto y se lo acomodo como siempre lo llevaba, para el costado.
Todos hablaron de sus familias, explicando que en la sangre de las 4 tenía parte muggle, en todo el cambio de opiniones Sirius Black no sentenció ni una palabra. No hacía falta, ya todo sabían de la herencia intachable hechicera. A Azalea le dolía un poco esto, a pesar de saber el odio de Black hacia su familia, temía que, secretamente, el muchacho odiará mezclar su pura sangre.
La muchacha notó la creciente incomodidad del joven, este, raramente intimidado, no sabía como actuar y miraba al piso para luego dirigir su mirada al cielo. Azalea decidió cambiar de tema, al notarlo, el muchacho le sonrió. Nuevos sentimientos afloraron en él. Agradecía que la joven se haya fijado en su consternación.
¿Quieren un caramelo?- Azalea deseo reírse de ella misma, aunque Sirius se adelantó. ¿Cómo podía ser que no supiera como cambiar de tema a algo interesante?. Ayudándola, y también para que la conversación no retomara su curso, Sirius se acercó a ella y tomó un caramelo.
¿Hacen algo especial?- Preguntó ya que sentía un gusto demasiado común.
Son dulces muggles, ni te hacen escupir fuego, ni tienen sabores muy originales. Simplemente son para degustar.
Los que no conocían tal simpleza lo tomaron con desconfianza, las muchachas ingirieron uno como lo que realmente era, un dulce común y corriente.
Al moreno le encantó la simpleza de aquel dulce, sabía a frutillas y no t alargaba la lengua ni te convertía los dientes en colmillos.
Al notar la creciente admiración del muchacho por los dulces esta le obsequió la bolsa entera. Al principio este se rehusó a tomarla, ya que eran de Azalea. Pero tras un poco de insistencia este los tomó no sin antes susurrarle su agradecimiento al oído e irse junto a los chicos a sus respectivas clases.
Este simple acto desencadenó demasiadas emociones en Azalea, sus sudorosas palmas no se desplegaban de pasto verde y recién cortado. Una hierva pura desprovista de insectos o de cualquier tipo de impureza. Hierba salvaje pero pulcra. Sus mejillas se sonrojaron intensamente y su corazón adquirió un frenesí que no se tornó normal hasta que cayó a la realidad y vio las miradas de complicidad de sus amigas.
No diremos nada ya que todo lo negarás, pero vimos las miradas que se lanzaban.- Comenzó la pelirroja Evans mientras las otras la felicitaban. – Ahora nos urge otro tema que olvidamos contarte. Hablamos con Albus Dumbledore acerca de la idea sobre los trabajos muggles y accedió encantado, no sin antes obsequiarles 10 puntos a nuestras respectivas casas. Las muestras comenzarán la semana próxima, luego de la fiesta. Mañana en el desayuno el director hará el sorteo haber que trabajo le toca a cada curso, los que no estén integrados en la asignatura de estudios muggles deberán ayudar omitiendo todo tipo de quejas, pero no se disfrazarán ni serán parte del trabajo sino ayudantes y quienes votarán que curso ha trabajado mejor.- Azalea sonrió encantada, deseosa de que fuera la medicina la que tocará en su curso. Sus padres eran doctores muggles y estaba muy orgullosa de su labor.- Sirius no cursa estos estudios así que podrá ayudarte- Agregó con complicidad, Azalea se sonrojó y comenzó a proferirle insultos.
Luego de esta conversación se dirigieron a sus clases. La tarde volvió a transcurrir considerablemente rápida.
La última de las asignaturas de Azalea fue "cuidado de criaturas mágicas". La que cursaba con los Slytherin. Estos no dejaban de llamarla sangre sucia, al parecer era la única en 4 año con padres plenamente muggles.
Aquellos insultos no le parecían hirientes sino puras naderías infantiles. Aunque le molestaba intensamente que la incomodarán y fastidiarán, se sentía vulnerable y aborrecía sentirse así.
Me hace un favor. – Les dijo a sus ahora enemigos. – Cállense. – Prosiguió su camino. La advertencia de nada sirvió, los jóvenes continuaron. Azalea no notó que Sirius se encontraba observando todo esto y se acercaba con una violenta mueca en su apuesto rostro.
Miren... Se creen muy importantes por su pura sangre, pero si les atraviesa una daga morirían como yo, sin importar su linaje. A parte, que sean hijos de magos no dictamina que su sangre sea limpia, me parece que ustedes son los sucios aquí. – Dijo ya harta de los maltratos. – Y no solo por la pestilencia que escapa de sus poros, sino porque como tratan a la gente de diferente sangre ya los convierte en tan impuros como dicen que soy.
Sirius estaba anonadado por las sabias palabras de la joven, compartía cada frase que salía de su boca.
A los quinceañeros ninguna gracia les hizo que les tildaran ahora a ellos de sangre sucias. Uno de ellos se acercó al rostro de la muchacha y dijo en claras palabras.:
Vuelves a difamar mi sangre y la tuya ya no correrá por tus venas.-
A pesar del tono confidencial que usaba, Sirius ya demasiado próximo al atacante, lo lanzó hacia atrás. Ningún joven trataría así a alguien tan dulce como Azalea.
Vuelves a tocarla o a dirigirte a ella del modo que lo estas haciendo y será tu sangre la que se escapará de tus venas. – Dijo tomándolo amenazadoramente de la camisa. – Y comparto la opinión con Azalea, tu sangre es repugnante.
Lo lanzó hacia el suelo, este corrió asustado junto a sus amigos, nada podía hacer contra alguien como Sirius Black quien le doblaba en hechizos, inteligencia, edad, fuerza y tamaño.
Son unos idiotas, no los escuches, seguro ya no te molestarán mas. – Dijo volteándose hacia la sonrojada Azalea. Aún estaba asustada por la amenaza y los bípedos ojos de su atacante. Se había formado un nudo en su garganta, temía que al hablar el llanto se escurriese por sus almendrados ojos, cubiertos de pestañas. No podía permitir eso, no frente a Black.
- Gra..Grac.Ias..- Pronunció con dificultad, a cada palabra una lágrimas se agolpaba en sus ojos. Al notar la incomodidad de la joven decidió llevarla a un sitio mas privado hacia podía desahogarse.
- Vamos, acompáñame. – Dijo obsequiándole un chocolate, Remus siempre decía que aquello hacia sentir mejor a la gente. No solía actuar con tanta dulzura con las mujeres, pero ella le hacía sentir algo diferente. No podía aguantar verla en ese estado. Con sus aires de play boy intachables cruzó su brazo de manera protectora sobre los hombros de la muchacha y esta derramó calladas lágrimas, Sirius la llevó hacia un diminuto cuarto.
CNTINUARAA
