COMIENZOS
¿Estas segura de esto? – Preguntó un muchacho de no mas de 23 años. Era de piel mestiza de cabello oscuro y ojos celestes. Físicamente era bastante deseable.
Mira Athos, ella me echó de la casa. – Contestó su interlocutora. De estatura mediana, pelirroja tenía pecas y ojos color esmeralda.
Pero también debes pensar que ella lo hacía por tu bien y tu te revelaste contra eso. No lo justifica en absoluto.
¿Hablaste con tu padre? – ambos estaban cargando cajas desde un auto a una peque casa.
¿qué quieres que le diga? Él no dice nada cuando esa bruja habla. parece que lo tiene bajo un hechizo o algo.
No digas tonterías Lily. Ella e tu madre.
¡NO! Y no vuelvas a decirlo. Ella no es mi madre. Ella es la madre de Petunia.
Uf. Como quieras, niña. – Ambos chicos terminaron de cargar todas las cosas a la pequeña casa. Desde un sofá hasta un pequeño refrigerador. Llevaron dos colchones, una mesa de noche, un armario, una cuantas alfombras, platos, vasos, cubiertos. En fin, todo lo que se puede llevar a una casa. Por otro lado, la casa no era gran cosa. Tenía un lindo pórtico con una terracita pequeña donde colgaba una amaca de madera. Al entrar estaba el hall, apenas un pasillo que tenía el comienzo de una escalera de madera gastada. Del otro lado de la escalera había una arcada que llevaba al living, que era algo espaciado y tenía una hermosa chimenea. Una puerta giratoria salía del living y llevaba a la cocina. Esta era tan grande como el living y permitía tener una mesa de al menos cuatro personas en ella sin estar apretujados. En el mismo pasillo casi al fondo estaba la puerta de un pequeño baño y de la cocina había otra puerta que llevaba al jardín. Un inmenso y arbolado jardín. Que tenía hasta un pequeño arrollo artificial. En la parte superior de la casa estaba el cuarto principal que era la primera puerta, junto a esta estaba el baño, una más grande con una gran bañadera. Había otro cuarto al final y una pequeña puerta trampa que llevaba al altillo.
Lily, sabes que la casa necesita reparación ¿Verdad?
Si, lo se. – dijo con aires de triunfo. – Pero nadie puede decir que no puedo yo sola.
¿Vendrán las chicas a ayudar?
Claro que sí.
Perfecto... – Dijo Athos tomándole la mano a la chica y haciéndola entrar. – Bienvenida a tu nueva casa.
SI, tengo casa nueva, tengo casa nueva. – Decía en forma de canción mientras saltaba de alegría.
No te emociones tanto, ahora debes empezar a trabajar para mantenerla.
Lo se, amigo. El lunes empezamos con el café. Hablé con Caprisse, ayer. Me dijo que las cosas ya llegaron
Perfecto. Porque no hubiera podido mantener a los dos
Hey. ¿qué crees que no puedo mantenerme sola?
¿comenzamos a desempacar?
No, contesta antes.
Mira ahí vienen las chicas
La idea de la contestación se le pasó rápido a Lily cuando vio a sus dos amigas del alma. Deborah y Caprisse. Ellas y tres y Athos habías sido amigos desde tanto tiempo que yo habían perdido la cuenta. Athos, el mayor de los cuatro era primo de Deborah, pero no se parecían en nada. Ella tenía el cabello rubio y los ojos avellana y su piel era tan blanca como la leche. Pro otro lado Caprisse era, como decían todos los chicos que la conocían, la mujer ideal, el prototipo perfecto. Su piel era mestiza pero mal clara que la de Athos, sus ojos de color negro intenso y su cabello oscuro con reflejos dorados. Tenía le cabello ondulado pero era controlable. Su cuerpo era perfecto sin mas ni mas. Su sonrisa seductora y su capacidad intelectual era sobresaliente. Deborah, era un tanto mas baja, su cuerpo era muy bonito. Eso se lo decían a menudo aún sus amigos pero ella no se consideraba bonita. Usaba siempre ropa deportiva y el cabello rubio recogido en una cola de caballo alta que dejaba escapar algunos mechones en su rostro, algo que la hacía ver preciosa. Lily estaba entre las dos, no era ni muy alta ni muy baja. Su cuerpo era normal. Tenía lo suyo, claro. Una buena figura que más de uno se quedaba viendo. Las tres tenían unos veinte años, pero Lily estaba pro cumplir los 21, era por eso que se mudaba.
Bien, bien. Llegamos justo a tiempo parece. – Dijo Deborah.
¿De que hablas primita? Ya cargamos todo
Por eso mismo lo digo. Lo peor ya está hecho
Pues, creo que no. Ahora comienza la parte que más me gusta. ¡ORDENAR! – gritó Lily abrasado a sus dos amigas y llevándolas a dentro casi a las rastras. Athos miraba divertido la escena cuando un llamado lo sacó de sus pensamientos. – Hey Athos, no te hagas el distraído que necesitamos la fuerza de un hombre aquí.
Si ya voy. – Dijo caminando lento a la puerta. "esas tres son lo mejor que me ha pasado en la vida." Terminó de pensar cuando atravesó la puerta. Preparado para lo peor, y si conocía bien a esas tres chicas, estaba a punto de venir lo peor de todo ese momento.
La mañana siguiente fue un poco mejor. Era un viernes cualquiera para cualquier persona, pero no para esos cuatro chicos.
Bien, todos a levantarse que hay mucho que hacer. – Decía una acalorada morocha con un delantal puesto en la cintura y llevaba su cabello sujeto en un rodete despeinado sujeto con una lapicera vieja.
Por dios Priss ¿qué está haciendo con eso? – Preguntó Deborah al entrar a la cocina.
¿qué crees que hago me recojo el cabello? – Dijo Priss mientras se arreglaba el cabello nuevamente con la lapicera.
No, me refiero a eso – dijo señalando el delantal que tenía puesto.
Pies que mas Deb, haciendo el desayuno... – No pudo continuar, Deborah había salido de allí llamando a sus amigos
¿qué son esos gritos si se puede saber. – preguntó más dormido que despierto Athos
Pies que Priss tiene... tiene puesto el delantal, el delantal de la cocina.
Por dios Priss déjalo. Con eso eres peor que mono con navaja.
Menos mal que son amigos. Además el desayuno no salió del todo mal, vean.
¿Qué pasa aquí? Desde a fuera se escuchan los gritos de Deb.
Es que Priss se puso el delantal de la cocina eso quiere decir que ha preparado el desayuno. – Priss se había quitado el delantal del "delito" y se había sentado a desayunar como si estuviera sola. Entonces Lily prorrumpió en risas o mejor dicho en una carcajada.
Vamos chicos. ¿de verdad creen que dejaría a Priss hacer el desayuno? – Sus dos amigos la miraron escépticos y Priss seguía sentada. – Hice el desayuno esta mañana y le pedí a Priss que lo calentara un poco en el micro. Además que le pedí que se pusiera el delantal para que no se manchara.
¿De verdad? – peguntó Athos confundido a Priss que estaba sorbiendo un poco de té. Ella dejó la taza y asintió con la cabeza.
Lo que sucede es que ustedes no me dejaron terminar de hablar. – todos se sentaron en la mesa riéndose aún por las cosas que habías dicho a Priss. Ese era el defecto que tenía ella, como Deborah dice, "nadie es perfecto. Ni siquiera tú Priss." Caprisse no sabía cocinar. En realidad era tan mala que su comida siempre tenía en mismo gusto así fuera carne o una torta.
Bien, hoy empezaremos con el café ¿les parece?
Estoy de acuerdo. Las cosas ya están. Hable el otro día con el encargado. Lo único que falta es que lo ordenemos todo. Y decoremos todo para la gran inauguración.
¿Ya saben donde estarán todos?
Pues eso es simple, Lily estará en la cocina. Y Caprisse en la caja. Ella es experta en esto del dinero.
Si quieres Lily, podemos turnarnos. Y ya sabemos que Deb estará en las mesas. ¿no es así?
Claro que si. Tengo gran equilibrio.
¿el uniforme?
De eso ten encargaste tu ¿verdad Priss?
Si, para el domingo a la mañana estará listo. Tendremos una camiseta con nuestros nombre al frente y detrás el nombre del lugar.
¿Y de que color es?
Es de color verde celeste. Un color muy lindo ya verán.
Bien, entonces. Vamos al salón que nos espera un arduo trabajo. Los cuatro salieron de allí luego de cambiarse. Lily les había dicho que se pusieran la ropa más cómoda que tuvieran porque iban a estar cargando cosas pesadas, yendo y viniendo por ahí. Athos llevaba un pantalón gris bastante gastado, de los típicos de albañiles. Y una camiseta negra con un dragón en la espalda. Sus zapatillas eran las más viejas y bajo el brazo llevaba unos cuantos periódicos y una lata de pintura blanca en la otra mano. Lily tenía puesto un jardinero de tela verde oscura que hacía juego con sus ojos. Una remera musculosa blanca y el cabello recogido en una larga trenza. Deb, pro su lado, tenía puestos unos joggings negros y un topo azul claro. Y una camperita amarrada en su cintura que era el conjunto del pantalón. Su cabello, corto por los hombros, cubierto por un pañuelo gris gastado. Por último estaba Caprisse, ella llevaba unos shorts de jeans muy cortos, una remera roja amarrada en la cintura y unos tirantes negros. Su cabello sin embargo, seguía amarrado con la lapicera. Todos se subieron a la camioneta de Caprisse, y se encaminaron al centro de la cuidad. Al café que abrirían el próximo lunes los cuatro juntos. Al llegar, Athos sacó la llave y abrió la puerta del local. Sería el típico café, donde habría mesas, y una barra, e incluso podrían abrirlo de noche y hacer espectáculos, como un club nocturno. Esa última idea había sido de Priss, era obvio que le encantaba ir de fiesta en fiesta. Bien, las pinturas están allí las cosas de la cocina en esas caja – decía Priss, mientras señalaba y daba órdenes. – Hay algunas cosas, como espejos, vidrios, la televisión, y otras cosas que están en el cuarto de arriba. Además de eso. Ya sabemos que hay que hacer. Como si fueran robots, todos y cada uno de ellos comenzó con distintas cosas. La primera de ellas y la que hicieron todos juntos fue enfundar los muebles con plásticos para que no se mancharan y ponerse a pintar las paredes. Athos destapó el bote de pintura blanca y Lily trajo el de color celeste. Pintaron casi toda la mañana. Aunque se podía decir que la mitad de la pintura iba a parar a sus cuerpo. Cuado terminaron de pintar todas las paredes de celeste, había sobrado algo de pintura y a Deb no se le ocurrió otra mejor idea que arrojárselo a Priss. La guerra campal entre Deb y Lily contra Athos y Ptiss, se volvió muy divertida, pero el problema comenzó cuando se dieron cuenta que las paredes recién pintadas estaban salpicadas y no solo de celeste, tenía blanco, rosa y amarillo pasteles, también.
Creo que no quedó tan mal después de todo.
Puede que tengas razón Lils, pero debemos darnos prisa. Hoy solo podemos pintar, mañana debemos hacer el trabajo pesado.
Dirás que TIENES que hacer el trabajo pesado.
Como quieras. – Hey Priss, pon algo de música que me aburro.
De acuerdo. – La aludida colocó un CD en el equipo de música que trajeron y puso play. La canción que escucharon a continuación hizo que los cuatro se desmayaran de la risa prácticamente.
Cámbiale, esa es demasiado cursi.
Ya se. Pondré otra – Comenzó a tocar los botones hasta que llegó a la canción que quería escuchar. – Chicas esta canción va a haber que cantarla. Sino no tendrá gracia escucharla.
¿Cuál es? – Preguntó Deb.
"nuestra" canción. ¿recuerdan? La que cantamos en el colegio el último año
¿La tienes aquí?
¿Qué creen que la botaría? Olvídenlo. Me trae grandes recuerdos.
Ponla. Esa canción hay que cantarla. – Las ventanas estaban abiertas y la puerta de vidrio también para que se secara todo más rápido. Athos se sentó en la barra y puso play a la canción. La música comenzó a sonar y Lily fue la primera que cantó.
I've known a few guys who thought they were pretty smart
But you've got being right down to an art
You think you're a genius-you drive me up the wall
You're a regular original, a know-it-all
Oh-oo-oh, you think you're special
Oh-oo-oh, you think you're something else
Okay, so you're a rocket scientist
That don't impress me much
So you got the brain but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm in the middle of the night
That don't impress me much
Lily jugaba con su pelo ahora suelo, y se desabrochó las hebillas del jardinero dejando ver su musculosa blanca que le llegaba hasta el ombligo. Luego paró de cantar para darle lugar a Priss.
I never knew a guy who carried a mirror in his pocket
And a comb up his sleeve-just in case
And all taht extra hold gel in your hair oughtta lock it
'Cause Heaven forbid it should fall outta place
Oh-oo-oh, you think you're special
Oh-oo-oh, you think you're something else
Okay, so you're Brad Pitt
That don't impress me much
So you got the looks but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm in the middle of the night
That don't impress me much
Priss se meneaba con delicadeza y gracia. Se levantó mientras cantaba y se acercó a la ventana, miraba por la ventana y se quedó observando a un auto que llevaba a cuatro personas, tres hombres y una muchacha. Saludó con la mano y uno de los muchachos le devolvió el saludo. Se podía escuchar perfectamente la canción y las voces de las chicas, y varias personas se le quedaban mirando. Pero esos en el auto le llamaron la atención. Estacionaron y se quedaron viendo como bailaban. Pero pronto fue el turno de Deb.
You're one of those guys who likes to shine his machine
You make me take off my shoes before you let me get in
I can't believe you kiss your car good night
C'mon baby tell me-you must be jokin', right!
Oh-oo-oh, you think you're something special
Oh-oo-oh, you think you're something else
Okay, so you've got a car
That don't impress me much
So you got the moves but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm in the middle of the night
That don't impress me much
You think you're cool but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm on the long, cold, lonely night
That don't impress me much
Deb estaba parada en el mostrador donde Athos estaba sentado. Cantaba y revolvía el cabello de una forma muy sensual. Se agachaba de vez en cuando y miraba por la ventana también. Athos por su lado aplaudía y se reía al ver a su viajas amigas y antiguas compañeras de colegio hacer lo que solían hacer cuando estaban en él. La canción terminó y la gente que las veía aplaudieron y vitorearon a las chicas quienes se ruborizaron en especial Deb, quien era muy tímida. Athos se bajó de la barra y se acercó a la puerta.
Ya saben, si quieren volver a ver a estas hermosas damas no dejen de venir a partir del Lunes próximo. Será la gran inauguración del café. Y pro su puesto serán atendidas por estas tres bellezas.
¿Estas segura de esto? – Preguntó un muchacho de no mas de 23 años. Era de piel mestiza de cabello oscuro y ojos celestes. Físicamente era bastante deseable.
Mira Athos, ella me echó de la casa. – Contestó su interlocutora. De estatura mediana, pelirroja tenía pecas y ojos color esmeralda.
Pero también debes pensar que ella lo hacía por tu bien y tu te revelaste contra eso. No lo justifica en absoluto.
¿Hablaste con tu padre? – ambos estaban cargando cajas desde un auto a una peque casa.
¿qué quieres que le diga? Él no dice nada cuando esa bruja habla. parece que lo tiene bajo un hechizo o algo.
No digas tonterías Lily. Ella e tu madre.
¡NO! Y no vuelvas a decirlo. Ella no es mi madre. Ella es la madre de Petunia.
Uf. Como quieras, niña. – Ambos chicos terminaron de cargar todas las cosas a la pequeña casa. Desde un sofá hasta un pequeño refrigerador. Llevaron dos colchones, una mesa de noche, un armario, una cuantas alfombras, platos, vasos, cubiertos. En fin, todo lo que se puede llevar a una casa. Por otro lado, la casa no era gran cosa. Tenía un lindo pórtico con una terracita pequeña donde colgaba una amaca de madera. Al entrar estaba el hall, apenas un pasillo que tenía el comienzo de una escalera de madera gastada. Del otro lado de la escalera había una arcada que llevaba al living, que era algo espaciado y tenía una hermosa chimenea. Una puerta giratoria salía del living y llevaba a la cocina. Esta era tan grande como el living y permitía tener una mesa de al menos cuatro personas en ella sin estar apretujados. En el mismo pasillo casi al fondo estaba la puerta de un pequeño baño y de la cocina había otra puerta que llevaba al jardín. Un inmenso y arbolado jardín. Que tenía hasta un pequeño arrollo artificial. En la parte superior de la casa estaba el cuarto principal que era la primera puerta, junto a esta estaba el baño, una más grande con una gran bañadera. Había otro cuarto al final y una pequeña puerta trampa que llevaba al altillo.
Lily, sabes que la casa necesita reparación ¿Verdad?
Si, lo se. – dijo con aires de triunfo. – Pero nadie puede decir que no puedo yo sola.
¿Vendrán las chicas a ayudar?
Claro que sí.
Perfecto... – Dijo Athos tomándole la mano a la chica y haciéndola entrar. – Bienvenida a tu nueva casa.
SI, tengo casa nueva, tengo casa nueva. – Decía en forma de canción mientras saltaba de alegría.
No te emociones tanto, ahora debes empezar a trabajar para mantenerla.
Lo se, amigo. El lunes empezamos con el café. Hablé con Caprisse, ayer. Me dijo que las cosas ya llegaron
Perfecto. Porque no hubiera podido mantener a los dos
Hey. ¿qué crees que no puedo mantenerme sola?
¿comenzamos a desempacar?
No, contesta antes.
Mira ahí vienen las chicas
La idea de la contestación se le pasó rápido a Lily cuando vio a sus dos amigas del alma. Deborah y Caprisse. Ellas y tres y Athos habías sido amigos desde tanto tiempo que yo habían perdido la cuenta. Athos, el mayor de los cuatro era primo de Deborah, pero no se parecían en nada. Ella tenía el cabello rubio y los ojos avellana y su piel era tan blanca como la leche. Pro otro lado Caprisse era, como decían todos los chicos que la conocían, la mujer ideal, el prototipo perfecto. Su piel era mestiza pero mal clara que la de Athos, sus ojos de color negro intenso y su cabello oscuro con reflejos dorados. Tenía le cabello ondulado pero era controlable. Su cuerpo era perfecto sin mas ni mas. Su sonrisa seductora y su capacidad intelectual era sobresaliente. Deborah, era un tanto mas baja, su cuerpo era muy bonito. Eso se lo decían a menudo aún sus amigos pero ella no se consideraba bonita. Usaba siempre ropa deportiva y el cabello rubio recogido en una cola de caballo alta que dejaba escapar algunos mechones en su rostro, algo que la hacía ver preciosa. Lily estaba entre las dos, no era ni muy alta ni muy baja. Su cuerpo era normal. Tenía lo suyo, claro. Una buena figura que más de uno se quedaba viendo. Las tres tenían unos veinte años, pero Lily estaba pro cumplir los 21, era por eso que se mudaba.
Bien, bien. Llegamos justo a tiempo parece. – Dijo Deborah.
¿De que hablas primita? Ya cargamos todo
Por eso mismo lo digo. Lo peor ya está hecho
Pues, creo que no. Ahora comienza la parte que más me gusta. ¡ORDENAR! – gritó Lily abrasado a sus dos amigas y llevándolas a dentro casi a las rastras. Athos miraba divertido la escena cuando un llamado lo sacó de sus pensamientos. – Hey Athos, no te hagas el distraído que necesitamos la fuerza de un hombre aquí.
Si ya voy. – Dijo caminando lento a la puerta. "esas tres son lo mejor que me ha pasado en la vida." Terminó de pensar cuando atravesó la puerta. Preparado para lo peor, y si conocía bien a esas tres chicas, estaba a punto de venir lo peor de todo ese momento.
La mañana siguiente fue un poco mejor. Era un viernes cualquiera para cualquier persona, pero no para esos cuatro chicos.
Bien, todos a levantarse que hay mucho que hacer. – Decía una acalorada morocha con un delantal puesto en la cintura y llevaba su cabello sujeto en un rodete despeinado sujeto con una lapicera vieja.
Por dios Priss ¿qué está haciendo con eso? – Preguntó Deborah al entrar a la cocina.
¿qué crees que hago me recojo el cabello? – Dijo Priss mientras se arreglaba el cabello nuevamente con la lapicera.
No, me refiero a eso – dijo señalando el delantal que tenía puesto.
Pies que mas Deb, haciendo el desayuno... – No pudo continuar, Deborah había salido de allí llamando a sus amigos
¿qué son esos gritos si se puede saber. – preguntó más dormido que despierto Athos
Pies que Priss tiene... tiene puesto el delantal, el delantal de la cocina.
Por dios Priss déjalo. Con eso eres peor que mono con navaja.
Menos mal que son amigos. Además el desayuno no salió del todo mal, vean.
¿Qué pasa aquí? Desde a fuera se escuchan los gritos de Deb.
Es que Priss se puso el delantal de la cocina eso quiere decir que ha preparado el desayuno. – Priss se había quitado el delantal del "delito" y se había sentado a desayunar como si estuviera sola. Entonces Lily prorrumpió en risas o mejor dicho en una carcajada.
Vamos chicos. ¿de verdad creen que dejaría a Priss hacer el desayuno? – Sus dos amigos la miraron escépticos y Priss seguía sentada. – Hice el desayuno esta mañana y le pedí a Priss que lo calentara un poco en el micro. Además que le pedí que se pusiera el delantal para que no se manchara.
¿De verdad? – peguntó Athos confundido a Priss que estaba sorbiendo un poco de té. Ella dejó la taza y asintió con la cabeza.
Lo que sucede es que ustedes no me dejaron terminar de hablar. – todos se sentaron en la mesa riéndose aún por las cosas que habías dicho a Priss. Ese era el defecto que tenía ella, como Deborah dice, "nadie es perfecto. Ni siquiera tú Priss." Caprisse no sabía cocinar. En realidad era tan mala que su comida siempre tenía en mismo gusto así fuera carne o una torta.
Bien, hoy empezaremos con el café ¿les parece?
Estoy de acuerdo. Las cosas ya están. Hable el otro día con el encargado. Lo único que falta es que lo ordenemos todo. Y decoremos todo para la gran inauguración.
¿Ya saben donde estarán todos?
Pues eso es simple, Lily estará en la cocina. Y Caprisse en la caja. Ella es experta en esto del dinero.
Si quieres Lily, podemos turnarnos. Y ya sabemos que Deb estará en las mesas. ¿no es así?
Claro que si. Tengo gran equilibrio.
¿el uniforme?
De eso ten encargaste tu ¿verdad Priss?
Si, para el domingo a la mañana estará listo. Tendremos una camiseta con nuestros nombre al frente y detrás el nombre del lugar.
¿Y de que color es?
Es de color verde celeste. Un color muy lindo ya verán.
Bien, entonces. Vamos al salón que nos espera un arduo trabajo. Los cuatro salieron de allí luego de cambiarse. Lily les había dicho que se pusieran la ropa más cómoda que tuvieran porque iban a estar cargando cosas pesadas, yendo y viniendo por ahí. Athos llevaba un pantalón gris bastante gastado, de los típicos de albañiles. Y una camiseta negra con un dragón en la espalda. Sus zapatillas eran las más viejas y bajo el brazo llevaba unos cuantos periódicos y una lata de pintura blanca en la otra mano. Lily tenía puesto un jardinero de tela verde oscura que hacía juego con sus ojos. Una remera musculosa blanca y el cabello recogido en una larga trenza. Deb, pro su lado, tenía puestos unos joggings negros y un topo azul claro. Y una camperita amarrada en su cintura que era el conjunto del pantalón. Su cabello, corto por los hombros, cubierto por un pañuelo gris gastado. Por último estaba Caprisse, ella llevaba unos shorts de jeans muy cortos, una remera roja amarrada en la cintura y unos tirantes negros. Su cabello sin embargo, seguía amarrado con la lapicera. Todos se subieron a la camioneta de Caprisse, y se encaminaron al centro de la cuidad. Al café que abrirían el próximo lunes los cuatro juntos. Al llegar, Athos sacó la llave y abrió la puerta del local. Sería el típico café, donde habría mesas, y una barra, e incluso podrían abrirlo de noche y hacer espectáculos, como un club nocturno. Esa última idea había sido de Priss, era obvio que le encantaba ir de fiesta en fiesta. Bien, las pinturas están allí las cosas de la cocina en esas caja – decía Priss, mientras señalaba y daba órdenes. – Hay algunas cosas, como espejos, vidrios, la televisión, y otras cosas que están en el cuarto de arriba. Además de eso. Ya sabemos que hay que hacer. Como si fueran robots, todos y cada uno de ellos comenzó con distintas cosas. La primera de ellas y la que hicieron todos juntos fue enfundar los muebles con plásticos para que no se mancharan y ponerse a pintar las paredes. Athos destapó el bote de pintura blanca y Lily trajo el de color celeste. Pintaron casi toda la mañana. Aunque se podía decir que la mitad de la pintura iba a parar a sus cuerpo. Cuado terminaron de pintar todas las paredes de celeste, había sobrado algo de pintura y a Deb no se le ocurrió otra mejor idea que arrojárselo a Priss. La guerra campal entre Deb y Lily contra Athos y Ptiss, se volvió muy divertida, pero el problema comenzó cuando se dieron cuenta que las paredes recién pintadas estaban salpicadas y no solo de celeste, tenía blanco, rosa y amarillo pasteles, también.
Creo que no quedó tan mal después de todo.
Puede que tengas razón Lils, pero debemos darnos prisa. Hoy solo podemos pintar, mañana debemos hacer el trabajo pesado.
Dirás que TIENES que hacer el trabajo pesado.
Como quieras. – Hey Priss, pon algo de música que me aburro.
De acuerdo. – La aludida colocó un CD en el equipo de música que trajeron y puso play. La canción que escucharon a continuación hizo que los cuatro se desmayaran de la risa prácticamente.
Cámbiale, esa es demasiado cursi.
Ya se. Pondré otra – Comenzó a tocar los botones hasta que llegó a la canción que quería escuchar. – Chicas esta canción va a haber que cantarla. Sino no tendrá gracia escucharla.
¿Cuál es? – Preguntó Deb.
"nuestra" canción. ¿recuerdan? La que cantamos en el colegio el último año
¿La tienes aquí?
¿Qué creen que la botaría? Olvídenlo. Me trae grandes recuerdos.
Ponla. Esa canción hay que cantarla. – Las ventanas estaban abiertas y la puerta de vidrio también para que se secara todo más rápido. Athos se sentó en la barra y puso play a la canción. La música comenzó a sonar y Lily fue la primera que cantó.
I've known a few guys who thought they were pretty smart
But you've got being right down to an art
You think you're a genius-you drive me up the wall
You're a regular original, a know-it-all
Oh-oo-oh, you think you're special
Oh-oo-oh, you think you're something else
Okay, so you're a rocket scientist
That don't impress me much
So you got the brain but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm in the middle of the night
That don't impress me much
Lily jugaba con su pelo ahora suelo, y se desabrochó las hebillas del jardinero dejando ver su musculosa blanca que le llegaba hasta el ombligo. Luego paró de cantar para darle lugar a Priss.
I never knew a guy who carried a mirror in his pocket
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Oh-oo-oh, you think you're special
Oh-oo-oh, you think you're something else
Okay, so you're Brad Pitt
That don't impress me much
So you got the looks but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm in the middle of the night
That don't impress me much
Priss se meneaba con delicadeza y gracia. Se levantó mientras cantaba y se acercó a la ventana, miraba por la ventana y se quedó observando a un auto que llevaba a cuatro personas, tres hombres y una muchacha. Saludó con la mano y uno de los muchachos le devolvió el saludo. Se podía escuchar perfectamente la canción y las voces de las chicas, y varias personas se le quedaban mirando. Pero esos en el auto le llamaron la atención. Estacionaron y se quedaron viendo como bailaban. Pero pronto fue el turno de Deb.
You're one of those guys who likes to shine his machine
You make me take off my shoes before you let me get in
I can't believe you kiss your car good night
C'mon baby tell me-you must be jokin', right!
Oh-oo-oh, you think you're something special
Oh-oo-oh, you think you're something else
Okay, so you've got a car
That don't impress me much
So you got the moves but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm in the middle of the night
That don't impress me much
You think you're cool but have you got the touch
Don't get me wrong, yeah I think you're alright
But that won't keep me warm on the long, cold, lonely night
That don't impress me much
Deb estaba parada en el mostrador donde Athos estaba sentado. Cantaba y revolvía el cabello de una forma muy sensual. Se agachaba de vez en cuando y miraba por la ventana también. Athos por su lado aplaudía y se reía al ver a su viajas amigas y antiguas compañeras de colegio hacer lo que solían hacer cuando estaban en él. La canción terminó y la gente que las veía aplaudieron y vitorearon a las chicas quienes se ruborizaron en especial Deb, quien era muy tímida. Athos se bajó de la barra y se acercó a la puerta.
Ya saben, si quieren volver a ver a estas hermosas damas no dejen de venir a partir del Lunes próximo. Será la gran inauguración del café. Y pro su puesto serán atendidas por estas tres bellezas.
