SU REGRESO
Lily estaba sentada en una cama amplia con frazadas rosadas y gran cantidad de almohadones haciendo juego. Un ventanal que daba a un pequeño balcón con rosas en él. Sin embargo, Lily estaba llorando allí sentada en lo que había sido durante veinte años su cama, su cuarto... su casa. Ella llevaba puesto un solero de color celeste pastel muy claro. Odiaba llevar puesta esa ropa. Odiaba estar allí, odiaba su vida. La puerta sonó de pronto dejando entrar a una mujer de unos treinta años.
-Señorita su madre la ha mandado llamar.
-Pues dile que no quiero hablar con ella, salvo que me diga que me puedo ir.
-Lo siento, pero es necesario que baje. Lily, su madre y hermana están como locas. Su padre ha empeorado y...
-¿C"MO? Y no me dijiste nada Rose.
-Es solo que su madre me dijo...
-Nada. Voy a ver a mi padre. – Lily salió del cuarto y se encaminó al de su padre. Abrió la puerta hacia un cuarto todo oscuro. Una cama con dosel azul oscuro se podía ver en medio del cuarto, y un hombre allí acostado.
-¿Papi? – Preguntó ella despacio acercándose a la cama.
-¿Lily, eres tú?
-Si papi, soy yo. Volví por ti.
-Hija mía. Que gusto verte aquí. -Me dijo Rose que has empeorado.
-Es verdad, pero no te preocupes. ahora que tu estás aquí yo estaré mejor. – Lily esbozó una débil sonrisa.
-Si papi. Estas mejorando ya. – Lily se acercó a besar la frente de su padre y se fue del cuarto. Pronto se encontraba en el salón. Donde su hermana y su madre tomaban el té. Con una mujer de cabellos castaños y ojos avellana, de unos 45 años y rostro serio. – buenas tardes. – Dijo sin ganas.
-Lilian. Que bueno que estés aquí. Creo que no conoces a la señora McGonagall.
-No, lo siento. Mucho gusto, Lily... Lilian Evans.
-Un gran gusto, señorita.
-Estaba contándole acerca de tu próximo cumpleaños. Como cumples veintiuno será una gran fiesta además que aprovecharemos la ocasión de comunicar tu compromiso con Severius Snape.
-Si, grandioso. – Dijo Lily con menos ánimos que antes. La señora que estaba allí la miró con reocupación y soslayo. – Creo que me voy a ver si llueve en mi cuarto.
-Lilian – dijo su hermana con algo de rencor en su voz.
-Quiero que vengas antes de cenar para arreglar lo de tu cumpleaños, será dentro de dos semanas.
-Como quieras, madre. Puedes hacerte cargo tu sola. No necesito hacer nada, después de todo siempre se termina haciendo lo que tu quieres. Con permiso señora Mcgonagall
-Suyo. – contestó ella.
Lily caminaba tranquilamente por el jardín cuando Rose volvió a interrumpirla.
-Señorita, hay alguien que quiere verla.
-¿quién Rose?
-Sus amigos. El joven Athos, la señorita Caprisse y la señorita Deborah.
-Diles que vengan al jardín. – A los pocos minutos los tres amigos estaban con ella hablando. – Chicos menos mal que vinieron. No saben lo que es estar aquí.
-No te preocupes por nada Lils. Todo saldrá bien.
-No, no lo hará. Mi madre quiere hacerme una fiesta de cumpleaños. Y quiere anunciar mi estúpido compromiso con Snape.
-Lo siento, pero esa mujer está loca. – Dijo Priss.
-No hace falta que pidas perdón. Hace tiempo que vengo diciendo lo mismo, y como si no pudiera con una, me ponen a mi odiosa hermana que es tanto o peor que mi madre.
-No debes ponerte nerviosa. Has lo que digan.
-¿qué van a hacer ustedes tres?
-¿A que te refieres?
-Me refiero a que es lo que van a hacer sin mi, porque olvídense de que pueda salir de aquí luego de ese cumpleaños. UHHHH – Lily gruño por la bronca que llevaba encima. – Lo que más me molesta es que va a invitar a todos las personas más importantes y "ricas" del país. Ustedes saben lo que puede llegar a hacer.
-De acuerdo. Mira. Ahora debemos irnos, pero prometemos que vendremos para mañana.
-Si no es que tu madre nos prohíba la entrada.
-Adiós chicos. El tiempo pasaba y el día del cumpleaños de Lily la asechaba cada vez más. Su madre iba y venía comprando telas, adornos, y todo lo que se puede comprar para una fiesta de veintiuno. También se había encargado de comprar cientos de Souvenirs para darles a los invitados cuando se fueran. Constaban de una pequeña hada dorada sentada en una piedra pequeña y se suponía que debía parecerse a Lily, en verdad era preciosa, pero Lily sabía que todo esto no lo hacía por su hija sino por ella misma. Evelin Evans era conocida por sus grandes e inolvidables fiestas. Además que debía demostrar que su familia seguía siendo tan importante como siempre lo había sido. Por otro lado Lily recibía pocas visitas, de las cuales eran siempre de sus amigos. La última fue la víspera de su cumpleaños. Los chicos fueron a saludarla y darle sus regalos y sus "pésames" por la fiesta del día de mañana.
-chicos que voy a hacer. No quiero tener esta estúpida fiesta de cumpleaños, ni quiero casarme con Snape, no quiero pertenecer a la misma familia que esas dos arpías.
-Cada uno tiene lo que puede Lils. Sino míranos a nosotros dos, ninguno tiene a sus padres.
-Pero Athos eso sería lo mejor en mi caso.
-¿Lo dices también poro tu padre Lily? – Preguntó Priss.
-Bueno, por él no. Pero si por el resto. Son demasiado "buenas" conmigo últimamente. Eso me asusta.
-Ya veras que cuado esto termine, podrás marcharte de nuevo. – Había dicho Deb sentada en la cocina de la casa.
-No lo creo. Cuando se haga público el compromiso no podré ir a ningún lado. Antes era más fácil porque nadie sabía que me había ido. Ahora...
-No te hagas ningún problema ya te lo hemos dicho, ya verás como se solucionarán las cosas.
-Eso espero.
-Nos vemos mañana Lily. Suerte y descansa bien.
-Espero poder hacerlo.
La mañana siguiente Lily se quedó todo el día en su cuarto. Escuchaba como entraba gente, y como adornaban la casa. Para el almuerzo ella prefirió tenerlo en su cuarto. No quería cruzar palabra alguna con su familia, si a eso se lo podía llamar así.
-Lilian. Comienza a prepararte. Dentro de un par de horas comenzarán a venir todos los invitados.
-Si... madre
-Otra cosa, compórtate niña. Porque no quiero quedar mal frente a MIS invitados ¿Está claro?
-Si... madre.
-Perfecto. – Lily tomó el vestido que estaba colgado y se fue a duchar. A la hora estaba cambiada y se arreglaba el cabello. Su vestido, era un vestido de una tela muy bonita y brillante. Tenía un corsé que terminaba en punta, para seguirle una falda del mismo color que se pronunciaba en forma de campana. Sus mangas empezaban luego del hombro y eran ajustadas hasta el codo, luego caían en forma de campana también. Todo era de un perfecto tono verde pastel, que hacía juego con sus hermosos ojos, ahora apagados. El cabello lo llevaba recogido en media cola y tenía una tiara en su frente de un finísimo oro. Se pintó los labios de color carmesí, sus ojos con sombra verde y un poco de rubor en sus mejillas, y ya estaba lista para la peor noche de su vida. Lily bajó las escaleras exactamente a las ocho treinta. Hora en que los invitados estaban citados a llegar. Cuando terminó de bajar la escaleras vio que su padre estaba sentado en una silla de ruedas con una frazada negra en sus piernas.
-Padre, que bueno que hayas podido bajar
-Como no iba a bajar si es el cumpleaños de mi hija favorita. – Con este comentario Petunia que estaba cerca con su nuevo esposo, salió de allí como un huracán.
-No debiste haber hecho eso – Le dijo Lily a su padre.
-¿por qué no? Si tu eres mi favorita. De entre las tres tu eres a la que más quiero. -Gracias papi.
No hay de que. Ahora quiero ver una sonrisa, y recuerda que no importa quien hizo la fiesta, es tuya y quiero que la disfrutes como siempre lo has hecho.
Si. Al cabo de una hora las personas ya estaban hablando animadamente, Lily estaba sentada con su padre puesto que sus amigos no había llegado aún, y pro un minuto se le cruzó por la cabeza que su madre no los había invitado. Cuando el mayordomo de la casa anunció la llegada de unos nuevos invitados.
-El señor y la señorita Lovewood. Acompañados de la familia Granger. – Lily se paró de golpe así también su madre. Ella notó exactitud y se acercó a su padre.
-Tu madre no los quería invitar, pero yo les mandé las invitaciones do todas formas.
-Gracias Papá. – Lily dejó a su padre y se acercó a los nuevos invitados. En lo que la gente había llegado ella nunca había hecho eso, pero ahora casi corría para saludar a las únicas personas que quería ver en ese día.
Athos, Deb, Priss. Que bueno que estén aquí. Señores Granger.
-feliz cumpleaños Lily. Dime ¿dónde está tu padre? Me gustaría agradecerle la invitación.
-Está en el sillón cerca de la ventana.
-Gracias.
-Creíste que no vendríamos ¿verdad?
-bueno, se de buena fuente que mi madre no los había invitado. Pero mi padre se encargó de que vinieran.
-es verdad – Contestó Deb.
-Pero ahora vemos a festejar de tu cumpleaños número 21. a partir de ahora eres mayor de edad.
Es posible. – Vengan vamos al jardín. El tiempo pasaba y Lily seguía con sus amigos en el jardín hasta que una de las mucamas se acercó para avisarles que comenzaría la cena. Entonces los cuatro se encaminaron al comedor. había una mesa en el centro con seis lugares. El del medio era para Lily y en cada lado estaba su padre y Snape
-Diablos l oque me faltaba era que Severius viniera a la fiesta y para colmo se sentar junto a mí.
-Nosotros estamos en aquella, la más alejada. – Lily se sentó u tomó la mano de su padre. Snape le sonrió pero ella solo lo miró y se volvió para su padre. El resto de los invitados estaban dispuestos en mesas redondas de seis personas.
-Lilian. Luego de la cena tocarás el piano ¿claro? – Dijo en forma autoritaria Evelin Evans
-Papá.
-Hazlo por mí. Me encanta verte tocar el piano. De verdad eras la única persona que le daba vida a la casa. Lily asintió con la cabeza y siguió comiendo. A los pocos minutos de terminar la cena. Todos se levantaron y fueron al salón de música donde Lily tocaría el piano. Se sentó en banco y repasó las teclas suavemente con sus dedos. Al levantar la mirada vio que sus amigos se alejaban y se iban pro la puerta. "algo debió pasar" pensó. Miró a su padre y este le sonrió. Entonces ella comenzó a entonar una de sus canciones favoritas.
Playground school bell rings again.
Rain clouds come to play agian
Has no one told you she's not breathing?
Hello I'm your mind giving you Someone to talk to...
Hello.
Lily cerró los ojos y volvió a sentir la música en sus venas. Era lo mejor que podía haber hecho en este momento.
If I smile and don't believe
Soon i know I'll awake from this dream
Don't try to fix me I'm not broken
Hello I'm the lie living for you so you can hide
Don't cry
Comenzó a tocar con más entusiasmo, con más energía con más pasión. Aún llevaba los ojos cerrados. Pero no necesitaba abrirlos para saber que tocar. Se sabía las techas del piano de memoria.
Suddenly I know I'm not sleeping
Hello I'm still here
All that's left of yerterday
Lily dejó de tocar y todos irrumpieron en aplausos. Abrió los ojos para encontrarse nuevamente con sus amigos que la miraban con una sonrisa. Pero luego miró cerca de ellos. Allí estaban cinco personas. De las cuales solo conocía a cuatro. Una mujer de rostro rígido, cabello castaño y ojos almendrados. Tres jóvenes uno de cabello azabache y ojos almendrados, otro de cabello negro azulado y ojos azul profundo, y el tercero de cabello castaño claro y ojos miel. Pero había una chica que no había visto con ellos.
-Lily, tocaste maravillosamente. – dijo Athos cuando se acercó a ellos
-Gracias Athos.
-Señorita Lilian. Es usted una excelente pianista.
-Gracias por el cumplido señora McGonagall
-Mire, quiero que conozca a mis sobrinos. James y Georgia Potter. Y ellos son amigos de James, Remus y Sirius.
-Parece que cada día descubrimos algo nuevo de esta señorita – Dijo sarcástico James. – Primero te llamabas Priss. Y ahora resulta que eres la hija menor de los Evans.
-Que pequeño es el mundo ¿Verdad Potter? – contestó Lily.
-En verdad. y decepcionarte también. Ahora entiendo como era que sabías tanto de mi vida. Es porque tu perteneces al mismo estilo de vida que yo.
-No te equivocas. Yo no pertenezco aquí. Esto es una estúpida farsa para que mi madre por fin se libre de mi. Y el único estúpido que pudo encontrar para eso fue a Snape.
-¿Como dices? – Preguntó Remus al cual le contestó Deb.
-L oque aquí sucede es que Su madre y Hermana no la quieren y quieren sacarla de en medio.
-Esto es porque mi padre me quiere a mí y no a ellas.
-Pero tu padre es William Evans ¿no? – preguntó Sirius
-si, ese mismo. Pero está muy enfermo y no se sabe cuanto tiempo le quede de vida. – respondió esta ves Priss.
-Entonces, déjenme ver si entendí bien . – Comenzó Georgia que solo había escuchado de la conversación. – Tu eres Lilian Evans hija de Evelin y William Evans. Ustedes son Deborah y Athos Lovewood y tu, Caprisse Granger. – todos asintieron. – Los cuatro pusieron un café, pero a Lilian se la llevaron para que vuelva a la casa para poder casarse con Snape y así quitarla de en medio. Mientras que ustedes tres ineptos ¿no sabían que era Lilian Evans?
-Oye no. Nos dijo que se llamaba Priss.
No lo dije. Ustedes supusieron eso porque me vieron con las llaves de la camioneta de Priss que tiene se nombre.
-Lily, gírate. Hay alguien que está esperando por ti
-Dijo Priss, sin prestar atención a lo que Georgia seguía diciendo.
-Hey, Evans ¿por qué diablos dijiste todas esas cosas si era l oque tu también hacías?
-Error. Yo no hago esas cosas. Además lo dije porque detesto a los ricos que se creen mejor cosa porque tiene billetes extranjeros en los bolsillos y si me disculpan tengo que atender a una persona... – Lily dejó con la boca abierta a los cuatro chicos y se encaminó donde un hombre hablaba con su padre.
-¿qué tiene esa chica? – Preguntó Sirius a Priss.
-Falta de cariño. Eso es lo que tiene. Pero ahora va a cambiar.
-¿Por qué? – Preguntó Remus esta vez.
-Porque su salvación está aquí. Justo con su padre.
Lily llegó donde su padre y el otro hombre hablaban. No pudo hacer nada cuando el hombre de pie la miró.
Lily, querida ¿cuánto tiempo sin verte?
En realidad llevas cuatro seis meses fuera del país. Padrino. – Lila no pudo contenerse y se abalanzó contra aquel hombre de larga barba blanca ojos celestes y lentes de media luna. Llevaba un traje impecable color gris oscuro y un sobretodo negro.
-Vine para ayudarte mi niña.
-Por favor, no vuelvas a irte nunca de mi lado.
-¿Quien ese hombre - Preguntó James mirando a Lily de reojo.
- Ese es Albus Dumbledore, su padrino. seguro que a partir de ahora ella estará mejor.
