ENFRENTAMIENTOS

Lily entró a la oficina que le correspondía como presidenta. Había recibido la noticia por parte de la secretaria que el señor Granger había salido de viaje. Por lo que hoy debía ocuparse ella sola de los asuntos de la empresa. Había abierto la computadora, y algunos papeles que la señora Sprout le había dejado esa mañana sobre el escritorio, cuando la puerta de la oficina se abrió abruptamente dejando pasar a cuatro personas. Dos de ellas mujeres.

-Petunia, ¿qué haces tu aquí, acompañada de tu circo? – Preguntó Lily observando como el rostro de su madre se ponía rojo de la ira y Snape entrecerraba los ojos.

-No deberías faltarle el respeto a tu madre de esa manera, niña impertinente.

-No lo he hecho, hermanita. No te preocupes.

-¿Puedes decirnos que fue todo ese espectáculo del día de ayer?

-Severius ¿ya fuiste con el chime a esa señora?

-Cual es tu problema, Lilian.

-Mi problema, y que bueno que lo preguntas, son ustedes, Dursley. Y me alegraría que se marcharan de mi oficina y de MI empresa.

-¿Quién te crees que eres? Aún tengo mi derecho sobre ti y la empresa y no puedes decirme que hacer. No eres lo suficientemente persona para hacerlo.

-¿Saben que? Me he cansado de sus impertinencias. ¿qué es lo que quieren saber?

-Si lo que ese Potter dijo es verdad

-¿Acerca de? Lamento no recordarlo pero no almaceno datos inútiles en mi cerebro ¿Saben?

-Sabes perfectamente de qué estamos ablando. Ese metido de Potter afirmó que eras su prometida y no la mía.

-Ah, eso.

-Si eso. ¿puedes decir algo al respecto Lilian?

-Si... – Lily se sentó en su sillón y colocó sus codos sobre el escritorio de vidrio y juntó las yemas de sus dedos frente a su rostro.

-Estoy esperando.

-¿La aclaración?

-Si ¿qué tienes que decir? Y espero que sea l verdad y no una estúpida mentira

-Simplemente es la verdad. No soy la prometida de James.

-¿No han estado juntos?

-Hey Severius, me han pedido la verdad. Si quieres algo que te convenga a ti, deberé mentir.

-¿Quieres decir que te acostaste con eso? – Preguntó Vernon asqueado.

-En realidad Dursley, he hecho cosas de las cuales estaría más asqueada y no digo nada. – El hombre no dijo nada, solo dirigió la mirada hacia la ventana.

-¿Te acostaste con él o no? – Gritó su madre exasperada de la situación a la cual había llevado todo esto

-Si. ¿Cuál es el problema?

-Que... yo te prometí al Señor Snape.

-Y lo hizo siendo virgen. – Continuó su hermana.

-Pues podría decirse que ya no lo soy. Pero no fue culpa de James madre. El no fue el primero ¿Verdad Vernon? – Todos miraron al hombre que se estaba sentando en la silla.

-No se tu vida privada querida cuñada.

-No creo que hayas tenido ese mismo pensamiento la otra noche.

-¿De que diablos estás hablando Lilian? Vernon ¿Qué quiere decir ella?

-Hay Petunia, no va a decirte aunque quieras. Eso quedará en su retorcida conciencia , y desgraciadamente también en la mía. que por cierto no es ni el cuarto de retorcida que la de él. – Lily se recostó para atrás y cerró los ojos. – Hay Vernon Dursley, parece que voy a hundirte. Haré que ningún bufete te contrate como abogado, ni siquiera como ayudante de cafetería ¿Está claro? Por otro lado, Severius Snape. Te quiero fuera de mi vida, yo no te pertenezco y muchísimo menos tu a mi. De así serlo creo que me suicidaría antes de aceptarlo.

-No sabes lo que estás diciendo. Y ahora mismo te vuelves a la casa conmigo.

-No. No regresaré a la casa que hizo que mi padre se muriera y mucho menos con la mujer que lo terminó por matar.

-¿qué estás diciendo? Tu padre estaba muy enfermo...

-Si, del corazón. Ya lo sé. Pero no ese tipo de enfermedad cardiovascular como todos dicen. No, él estaba enfermo del corazón. Porque tú lo enfermaste, con tu egocentrismo, tu síndrome de yo necesito todo lo que veo. Y tu autocompasión. Eres tan egoísta que no pudiste ver que día a día lo enfermabas y lo matabas más y mas. Hasta que no quedó nada de él mas que su hija.

-Disculpa pero estás muy equivocada. Tu padre era el único que siempre necesitaba llamar la atención. Además de que no tuvo una sola hija, tuvo dos y eso me molestó demasiado al notar que siempre te tuvo más aprecio a ti que a su familia.

-YO SOY SU ÚNICA FAMILIA ¿ACASO AÚN NO LO ENTIENDEN? YO SOY LA ÚNICA HIJA QUE TUVO, TIENE Y TENDRÁ SIEMPRE... Y ESO ES PORQUE YO SOY LO ÚNICO QUE LE QUED" DE CHARLOTE DEGAS. PORQUE SOY SU ÚNICA HIJA Y POR LO TANTO SU FAMILIA VERDADERA. PORQUE FUE A MI MADRE QUE SIEMPRE QUISO Y CON LA ÚNICA MUJER QUE TE ENGAÑO, PERO SOLO EN PENSAMIENTOS Y SUEÑOS. - Lily se volvió a sentar luego de decir eso. – Y ahora les agradecería que se fueran de la empresa de mi padre y mía. Porque ninguno de los cuatro tienen nada que hacer aquí.

-¿Cómo es que sabes eso?

-Me dejó una carta con el abogado. Donde me contaba todo. Y donde también me dijo que tu aceptaste hacerte pasar por mi madre para tener la herencia de mi padre. Y es una lástima que te haya salido tan mal. ¿Verdad? Porque solo te quedarte con un diez por ciento de toda la fortuna familiar. – Lily tomó el teléfono y habló con su secretaria. – Sprout, llama a Deborah Lovewood, dile que venga urgente aquí.

-Si señorita – Se escuchó del otro lado del audífono

-¿Aún siguen aquí? Les dije que se fueran TODOS – De a uno fueron saliendo, dejando a Lily mirado el vacío.

-Esto no quedará así Lilian. Te lo aseguro.

-No. Yo te lo aseguro Evelin. Te las haré pagar por todas las que me hiciste pasar a mí y a mi padre. Ya lo veras. – Al retirarse por fin y haber cerrado la puerta Lily entró en la faceta del llanto. No era capaz de entender de donde había sacado esa fuerza para enfrentarse a las cuatro personas que habían martirizado su vida de una forma u otra. De pronto le entraron los mareos y de un momento a otro cayó detrás del escritorio.


-Bienvenido señor Potter – Dijo la recepcionista al ver entrar a James desde la puerta de entrada.

-Buenos días. – se dirigió al ascensor y se encaminó a su despacho. Estaba bastante serio y estaba seguro, que aunque lo negara, era por que Lily le había dicho que no a su "propuesta indirecta" de compromiso. Las puertas del ascensor se abrieron en el último piso dejando pasar a un pensativo James.

-James, Buen día.

-Hola Molly ¿Cómo estas?

-Mejor que tu veo.

-Ja. ¿Hay algo para mí?

-Bueno, si en realidad. Hace una hora llegó una chica. Dijo que venía a verte de parte de un bufete de abogados.

-¿Sabes para que?

-No, no me dijo nada. Solo que volvería a verte más tarde.

-Gracias. ¿Algo más?

-No... ¿qué tal un café para la mala cara?

-Para la mala cara me vendría bien otra cosa.

-¿Qué o Quien? Para ser más preciso.

-Lily. Pero déjalo.

-¿Lily? Pero James. Ninguna chica se resiste a ti ¿Qué sucedió?

-Me ha dado un "rotundo no" a mi propuesta de indirecto compromiso.

-¿De verdad?

-Si ¿Puedes creerlo?

-En realidad lo que no puedo creer es que te hayas decidido a hacerle una propuesta así a alguien. Tu, el gran James – Soltero para siempre – Potter.

-La gente cambia Molly Y tu lo sabes mejor que yo. Tenía entendido que cuando entraste aquí no podías ver a Arthur ni en figurita y ahora tiene tres hijos con él.

-tienes razón. No soy quien para juzgar Pero...

-Nada. ¿Me pides un café por favor?

-Claro, cambia de tema no mas.

-Soy especialista en eso.

-Ya lo creo que si. – James entró a su oficina y comenzó a leer unos papeles que le habían entregado para asegurarse acerca de la siguiente reunión, cuando Molly entró a la oficina con una bandeja con dos cafés en ella. Detrás de la secretaria colorada entraba otra muchacha bastante más joven que Molly. De cabello rubio y ojos avellana.

-Deb. ¿Qué haces aquí? – Preguntó tranquilamente James pero luego el semblante le cambió de pronto - ¿Sucedió algo con Lily?

-Tranquilo James. Vine... por negocios, digamos.

-¿Negocios? ¿Qué clase de negocios debemos tratar tu y yo?

-¿Los legales?

-lo siento pero no entiendo

-James. Hay alguien que te está demandando y yo trabajo para el abogado que lo defiende.

-¿quién es?

-Su nombre es Peter Perrigrew.

-¿Ese mal nacido? Diablos. Es un...

-Todo lo que digas y más. Te aseguro que no me agrada para nada, y tampoco a mi jefe pero ese sujeto estúpido es el que paga...

-¿Por cuánto?

-No te va a gustar nada.

-Dime.

-Más de diez millones.

-¿QUÉ?

-tranquilo. Vine a darte un citatorio. Debes presentarte en una reunión con tu abogado para aclarar este tema. –Deb le entregó un sobre marrón donde allí estaban todos los datos de la cita con los abogados y el porqué de la demanda.

-Este día es una porquería. Primero tu amiga y ahora ese estúpido de...

-Espera ¿dijiste Lily?

-Si. Le pedí que se comprometiera conmigo y me dijo que no. ¿puedes creerlo?

-¿Acaso estás loco? ¿cómo se te ocurre decirle eso en semejante momento para ella.?

-¿Qué quieres que hiciera? Me está volviendo loco este asunto. Ya no se que puedo hacer para que Lily se olvide de su vida y...

-Ese es tu primer error James. Lily no debe olvidarse de su vida. Debe sobrellevarla, que es muy distinto. Debes hacerla sentir que está bien contigo y que no necesita estar recriminándose todo lo que vivió desde pequeña.

-¿Tanto así?

-La verdad es que si. Ella comenzó a vivirla mal cuando Petunia nació. Creo que fue lo mejor para Evelin. Ya sabes, que de esa forma parte de la fortuna está en su familia. Pero era muy obvio que no la quería ni una pizca. Por eso te digo que vallas despacio con ella. Demuéstrale que la quieres no importa qué. Solo demuéstralo con acciones y palabras. Eso es lo que más necesita ahora Lily.

-Gracias Deb. La verdad me has ayudado bastante.

-No hay de que. Y por el tema de esta estúpida rata... preséntate con pruebas. Así no podrá hacerte nada.

-Gracias por el concejo. – James iba a decirle algo más acerca del caso pero un teléfono sonó del bolso de Deb.

-Lo siento James ¿Me esperas un momento?

-Claro. – La chica se paró con el teléfono en mano y se acercó a la puerta para contestar, mientas que James la miraba desde su asiento.

-¿Hola?... señora Sprout ¿qué sucede?... ¿Cómo? NO, páseme con ella ahora... ¿Que está ocuapda?... ¿Con quien está? Diablos. – Con esas preguntas, la media sonrisa que James había logrado adoptar se le desvaneció en ese instante al escuchar que Deb hablaba tan preocupada con la secretaria de Lily. – Bien, no se haga problemas, la ayudaré... iré para allá de inmediato... Adiós.

-¿qué sucedió?

-Lo que tanto temían, creo. Lily explotó hoy, frente a Snape, Vernon, su hermana y madre.

-¿Bromeas?

-Claro que no. Me pidió que valla ahora...

-Voy contigo.

-No hace falta James, de seguro tienes cosas que hacer.

-No, necesito ver como está. No podré hacer nada de todos modos hasta no saber como está ella.

-Bien, ven. Pero no se que dirá Lily cuando te vea.

-Seguramente me gritará por el porqué de mi visita allí pero no me importa.

-Valla. De verdad la quieres. El gran James – no – me – enamoro – Potter esta, bueno, enamorado.

-¿tu también con eso? ¿cuál es el gran problema de que esté enamorado yo?

-Ninguno James. Ninguno.

Salieron de la oficina y luego de darle la orden a Molly de que no está en todo el día y que organizara su agenda como le plazca, salieron rumbo a la empresa donde Lily estaba. Ambos muy preocupados por lo que Lily hubiera hecho con esos cuatro desalmados. Pero l oque no sabía ella era que Lily había sido abusada por Vernon, su propio cuñado. Algo que James sabía a la perfección.