PENSAMIENTOS Y VENGANZAS
James caminaba de un lado a otro. Estaba preocupado, asustado, peor aún, aterrado. Cada minuto que pasaba era como quitarle un poco mas de esperanza, de vida. Volvió a sentarse, ahora golpeaba sus rodillas con sus dedos, inquieto. Junto a él estaba Deb, mirando el vacío con los ojos rojos y el rostro pálido.
-Tomen, les hará bien tomar algo. – Había dicho Georgia que venía con Athos, cada uno con dos tazas de café en las manos. – Chicos, seguro que fue la presión. Tranquilos. – Athos hacía todo lo posible para parecer tranquilo pero el temblor de sus manos lo delataba. Se sentó junto a Georgia en frente de los otros dos.
-¡DEB, ATHOS! – se escuchó desde la puerta de la pequeña sala. Priss llegaba corriendo junto a Sirius que estaba bastante preocupado. - ¿Qué pasó? Diablos... – Priss tenía los ojos tan rojos como Su amiga, pero al contrario de ella Priss estaba tan inquieta como James. Se acercó a sus amigos y los abrazó como reflejo. Mientras que Sirius se sentaba donde la rubia había estado anteriormente.
-Hey amigo. ¿qué sucedió?
-No tengo idea... Deb y yo estábamos en mi oficina, sonó su celular y habló con la secretaria de Lily... que le dijo que ella había estado con "su familia", Vernon Dursley y Snape. Salimos para allá y cuando llegamos... Dios. Estaba en el suelo, detrás del escritorio... Sirius, hermano. Se me paró el corazón. No tienes idea.
-Tranquilo, verás que fueron solo los nervios.
-Eso espero. Porque sino voy a matarlos a todos y cada uno de ellos. – La conversación fue interrumpida por Georgia.
-Ya avisé a Remus. Viene en camino.
-Bien – Todos estaban callados. James iba y venía nuevamente. Athos estaba tomado de la mano de Georgia, cuando ésta vio su terrible e inocultable temblor de sus manos. Priss abrazaba a Sirius y Deb, que había ido al baño a lavarse la cara, volvió llorado, con Remus bastante preocupado, que la abrazaba por los hombros. Luego de dos horas un médico se acercó al grupo.
-Disculpen ¿Señor Potter? – Preguntó el médico.
-Si – Dijo él aludido.
-Debo decirle el estado de la señora Potter.
-Por favor, somos todos su familia, - Dijo James preocupándose cada vez más.
-Bien, pues verán. Al parecer tuvo una gran recaída. Está muy débil pero se recupera de a poco.
-¿Podemos verla?
-Solo de a uno. – James miró a los amigos de Lily y se volvió a sentar. Un poco más tranquilo ahora.
-¿James, no entras? – Preguntó Athos
-Solo... pasen ustedes. Son su familia. – Priss se acercó al chico y lo besó en la mejilla.
-Gracias James. – Ella fue la primera en pasar. Seguida de Deb y finalmente Athos, quien le golpeó suavemente el hombro a james.
-Puedes pasar, está despierta.
-Si. – Fue lo único que atinó a decir James mientras se paraba y caminaba al cuarto de sondo Lily se encontraba. – Hola...
-Hola – Dijo ella, le sonrió dándole a James un gran alivio. - ¿cómo es eso de "Señora Potter"?
-Bueno, fue... idea de Deb. Solo por si acaso. De lo contrario no podríamos haberte venido a ver.
-Lo acepto entonces. – Sonrió nuevamente. - ¿Cómo estás? – fue James quien sonrió esta vez.
-Es gracioso Lily, tu estás en una cama del hospital y me preguntas como estoy yo.
-Es que, yo ya se como estoy. – James dejó salir una simple risa acompañada de Lily.
-Diablos Lily, me preocupaste en verdad. Creí que me moría cuado te v en el suelo, desmayada. – Lily se hizo a un lado dejando lugar para que James se acostara junto a ella.
-¿En verdad te preocupaste? – Preguntó ella apoyando su cabeza en el hombro más cercano de James.
-No, solo lo decía porque el aire no se cobra... claro que fue en serio. – Besó su frente y ella se quedó mirando a esos ojos avellana que tanto le fascinaban pero que no lo iba a admitir, o en realidad no podía.
-James...
-¿Mmmh? – Preguntó él mientras le pasaba un bazo por sus hombros para atraerla más a él.
-¿crees en el amor a primera vista?
-No – Dijo simplemente. – no en el de "a primera vista" pero si en el de segunda vista. – Le sonrió.
-No se que voy a hacer contigo, simio.
-Creo que se me ocurren algunas cosas, señora Potter. – Dijo entre sonrisas.
-James. – A Lily también se le vinieron unas cuantas cosas a la cabeza y cada una era peor que la anterior.
-no seas mal pensada Lily. Quiero que te recuperes... y dejaremos mis ideas para después, cuando estés mejor. – volvió a sonreír y Lily lo besó con amor, con mucho amor que ni siquiera ella sabía que tenía dentro.
-Te amo, Señor Potter – Dijo sin darse cuenta. A James se le cruzó por la cabeza más de una vez, mandar al diablo todo intento de cuidado para con Lily y hacerla suya en ese preciso momento. Pero se contuvo bastante para su gusto. Sin embargo no evitó besarla como ella lo había hecho. Pero se escuchó el ruido de la puerta y una voz conocida hablar desde ella.
-Diablos, sabía que James haría algo así. Vamos Prongs. No te va a gustar cuando te prohíban la entrada por pervertido.
-Si, gracias – Dijo sarcástico James mientras volvía a rozar sus labios con los de Lily. – Nos vemos pronto. Le diré a Deb y Priss que me avisen cualquier cosa que necesites. ¿bien?
-De acuerdo, Prongs. – Dijo entre risas Lily. – Prefiero Simio. Pega mas contigo. ¿No crees Sirius? – este no contestó pero Lily tomó como un sí su pequeña risa callada de golpe por la mirada de James – Aguafiestas.
Hacía dos semanas que Lily había vuelto al trabajo. Le había costado bastante hacer de cuenta que no tenía nada pero lo había podido lograr. Desde que había descansado esos dos días en la casa Potter estaba mejor. James iba a visitarla a cada momento con la excusa de saber si necesitaba algo y se quedaba con ella y hasta algunas veces se dormía con ella en la cama (solo dormían). Por otro lado Lily quería dejar de necesitar de su supuesta familia y optó por hacer lo más lógico para ella.
-Señorita Evans – se escuchó del otro lado del teléfono. Lily dejó los papeles que estaba revisando y atendió.
-Dime Sprout.
-Las dos personas que estaba esperando llegaron señorita ¿les digo que pasen?
-Si, por favor. Y trae tres café con algo de comer.... que se delicioso.
-Si señorita. – a los pocos segundos la puerta se abrió dejando ver a dos personas entrar por ellas. Lily se paró para recibirlas a ambas.
-Chicas ¿como están?
-Bien Lily ¿Cómo estás tu?
-No se preocupen, estoy de maravilla. Pero por favor siéntense, en cualquier momento vendrá Sprout con algo de comer y un café.
-Genial no comí nada cuando salí de casa.
-No me extraña. Desde que te has estado viendo con Sirius, has dejado hasta de comer.
-Si vinimos para hablar de eso... entonces propongo que hablamos de lo que Deb nos está ocultando con respecto a cierto castaño.
-No se de que están hablando.
-Yo creo que si sabes. Me ha contado Dense que te han visto con cierto castaño hablando muy entretenidamente en el depósito de arriba.
-Chusma. – Murmuró Deb. Las dos chicas restantes entraron en un ataque de risa.
-En fin chicas... – La secretaria había entrado a la oficina con tres tazas de café, una tetera y un plato repleto de galletas con chispas de chocolate. Cuando se fue y la puerta se hubo cerrado Lily volvió a hablar. – La verdad es que les he pedido que vinieran porque debo hacerles una gran consulta.
-¿De que se trata Lily?
-Pues verán. Para empezar... saben que Vernon está despedido.
-Si. – dijeron las dos a la vez.
-Genial, entonces sabrán que necesito a alguien que sepa de leyes...
-No estás pensando en hacerme trabajar en su puesto
-En realidad...
-Yo creo que si Deb...
-Eso no es todo. Necesito que tu Priss también me ayudes en esto.
-¿En leyes? Sabes que eso no es lo mío. Podría ayudarte con otras cosas como... no se, en la fabricación y...
-Eso es perfectamente lo que quiero. Necesito que te encargues de la salida de un nuevo producto.
-No te hagas problema por eso. Estaré en tu laboratorio.... ¿Parta cuando?
-Para cuando puedas. Se que estarás ocupada los próximos tiempos pero, si puedes me gustaría que trabajaras para mi. Permanentemente, ambas.
Cuenta conmigo Lily. Estoy de tu lado. – Dijo Deb seguida de un fuerte asentimiento de Priss.
-Genial. Entonces pueden empezar cuando quieran, tienes la oficina que ocupaba Vernon, pero tienes la autorización de hacer lo que quieras en ella. Y tu Priss. Tendrás una oficina junto a la de Deb, y el laboratorio acatarán tus órdenes.
-Bien. Y ahora... – Comenzó Priss. – Cuéntanos acerca de Remus Deb.
-No les importa.
-Claro que si, sino no te estaríamos preguntando.
-Son insoportables.
-Llegué. – Dijo Lily cuando entró al comedor. Pero no había nadie allí. Solo encontró una rosa sobre la mesa que tenía un cartelito con su nombre. Sonrió y se dirigió a su cuarto a darse un baño.
Entró la cuarto y se encontró con que estaba todo lleno de velas prendidas, una rosa en la cama junto a un retazo de tela. Al acercarse a la rosa se dio cuenta que esa tela no era solo tela, sino que un hermoso vestido negro, junto al cual se encontraba una pequeña nota. "póntelo, te espero en media hora en la puerta de la casa, te amo James" ella fue la baño a darse una rápida ducha con una gigantesca sonrisa en el rostro. Se terminó de bañar, se maquilló a tono con el vestido, se colocó unas medias transparentes, unos zapatos que se abrochaban en el tobillo y de taco aguja y se colocó el vestido. Era más bello de lo que ella pensaba. Era negro corto hasta las rodillas y una tela semi transparente que le pasaba por dos palmos el vestido de abajo, y le iba justo al cuerpo. Se sujetaba por dos finas tiras en los hombros y toda la espalda estaba descubierta. Tomó un tapado ajustado al cuerpo y una cartera con lo indispensable. Sonrió ante este pensamiento. Cerró la puerta del cuarto y se encaminó a la puerta.
Miró su reloj, eran casi las nueve, la hora que había dicho James. Cuando el gran reloj del may sonó James apareció con otra rosa en la mano.
-Te ves sencillamente preciosa. – Le dijo mientras se acercaba a ella y la besaba en la boca.
-Gracias tu tampoco te ves nada mal. – Lily se había separado un tanto para verlo de arriba abajo. Vestía un traje negro con una camisa blanca u una corbata del mismo color que el traje.
-Gracias. Lo elegí porque es fácil de quitar. – dijo con una sonrisa pícara en el rostro. – Al igual que tu vestido – Le ofreció el brazo a Lily y ambos se encaminaron al auto que los esperaba fuera de la casa.
-¿Dónde vamos?
-Es una sorpresa ¿Sabes? Y como tal no se puede decir porque se arruinaría.
-Como quieras, confío en ti de todos modos.
Lo dejaremos aquí para que me corran un poco , de todos modos ando necesitando un poco de ejercicio... pero bueno, prometo que pronto subiré la segunda parte...
Saludos a todos y disfruten del capi.
ME VOY A BARILOCHE EN NUEVE DÍAS!!!!!!! , , ,
