¿QUÉ HACE USTED AQUÍ?

La casa de la playa en Plymouth era bastante grande. Pero lo mejor y lo que más le agradaba a Lily era la luminosidad. Un gigante ventanal que cumplía el papel de pared, daba hacia el mar como vista y un poco más allá un gran faro que alumbraba la arena de la cosa de noche. El ventanal se abría dando paso a una terraza de madera de roble perfectamente trabajada y unos cuantos escalones que bajaban directo a la playa.

La entrada principal daba a un living desnivelado donde había un juego de sillones blancos y una chimenea enorme de ladrillo y madera haciendo juego con todos los muebles de la misma madera que la chimenea, el piso e incluso la terraza. Una cocina y el comedor donde el ventanal. Las escaleras de madera igualmente trabajadas comenzaban en el living y subían la primer piso donde se encontraban las habitaciones. Una de Lily, otra de Harry que estaba junto a la de ella y se intercomunicaba con otro cuarto más pequeño que era donde Harry tenía sus juguetes. Y finalmente, el cuarto de Kate que era el más próximo a las escaleras.

Desde que llegaron hacía dos meses, la vida había sido demasiado tranquila y quien mejor que Lily para saber que esa clama y tranquilidad era el pronóstico de una tormenta segura. Pero sin embargo decidió que si debía llegar la gran "tormenta" a su vida, pues que la esperaría pero que mientras tanto disfrutaría cada momento de libertad.

Todas las mañanas salía muy temprano para correr en la costa y cuando regresaba una hora mas tarde Kate la esperaba con el desayuno y un Harry bastante despierto para entonces. Luego los tres jugaban en la arena o de vez en cuando iban al centro. Además Lily le daba parte de la tarde libre a Kate para que pudiera visitar a su madre que había sido hospitalizada en el hospital de Plymouth.

Sin embargo, y como Lily lo había predicho, la tormenta llegó y la tomó demasiado desprevenida.

Era el atardecer del martes. Lily cargaba con una cesta de comida y una manta mientras caminaba por la playa y veía que Harry jugaba con un cometa que le había comprado esa tarde en el centro. De pronto se dio cuenta que Harry se había dirigido detrás de unos médanos y lo perdió de vista. Comenzó a llamarlo pero no respondía y su cometa ya no flameaba en el cielo.

"Harry" – Llamaba. Dejó las cosas en la arena y se dirigió casi corriendo a donde había ido el niño. Encontró el barrilete en el suelo enredado con los arbustos de los médanos y allí sentado en la arena con una mujer adulta estaba el niño. Platicando lo más tranquilo. – "Dios mío. Harry¿Porquen o respondiste cuando te llamaba?"

"Mami. Pelón, mami. Pelo etaba blano con la tenora" – Su voz era angelical, dulce e inocente. Lily se tranquilizo al escucharlo hablar tan tranquilo.

"Lo siento, no quise..." – La mujer dejó que las palabras se las llevara el viento. Lily sentía que el pequeño Harry le tiraba de la delgada tela de su solero pero ella no respondía a sus llamados. Estaba muy atenta e incluso sorprendida por la imagen que estaba justo frente a ella.

"¡Mami!" – Llamó Harry casi implorando atención.

"Lily" – Susurró la mujer. – "Pero como..."

"Harry, toma la cometa" – Dijo simplemente. Luego tomó la mano del niño y caminaron hacia la casa, sin preocuparse por la canasta.

Al entrar a la casa Lily, lo más tranquila que sus nervios se lo permitían, envió a Harry a su cuarto a jugar. Se sentó en uno de los cómodos sillones y comenzó a observar como ida la chimenea apagada. Pronto la puerta sonó y ella se puso de pie para abrir.

"Se te ha olvidado la canasta" – La misma mujer estaba ahora en la puerta de su casa.

"gracias" – Logró decir Lily.

"¿Puedo?"

"claro, adelante" – No quería que esa mujer estuviera ahí. Todo su mundo iba a comenzar a desmoronarse si continuaba siendo cortés y no la corría de la casa. – "¿Desea algo de tomar?"

"Agua estaría bien" – Dijo amablemente pero su voz sonaba seria. – "¿Cómo has estado?" – Finalmente Lily había escuchado la pregunta que menos quería responder. Esas tres palabras le iban a romper la coraza que había armado para que Harry viviera como un niño feliz. Y sin embargo sentía que ya se había roto esa coraza hacía bastante.

"Bien" – Dijo lo más normal que pudo haberlo dicho, mientras le entregaba el vaso con el líquido. Pero quería gritar y llorar y necesitaba que alguien la abrase, que él la abrase y le diga que todo iba a estar bien. – "bien" – Repitió.

"¿Por qué no nos dijiste? Creo que es considerado escondérselo a James" – Soltó la mujer. Definitivamente no tenía pelos en la lengua, pensó Lily.

"no creo que a James le hubiera gustado enterarse que me he casado y tengo un hijo... de la persona que más detesta en la faz de la tierra" – Soltó Lily

"¿A que te refieres?"

"Estoy casada, con Severus Snape... señora McGonagall" - Soltó ella algo fría. La expresión de la señora fue de asombro y hasta decepción.

"Estoy segura que no fue por gusto o pacer" – Quiso decir lo más tranquila posible, peor su voz sonó a casi un ruego.

"creo que, y con todo respeto, mis motivos por el casamiento no son de su importancia"

"Lo son para James, y yo velo por su bienestar"

"Y... ¿Como está él?" – Se odió a si misma por ser tan débil.

"Mal. Solo trabaja y cuando llega a la casa se encierra en su cuarto. Lo único que lo hace bien es la pequeña Luna. En un encanto y la luz de James."

"Me alegro que haya podido seguir adelante. Y que ahora tenga un niña..." – Se sentía miserable.

"Luna no es su hija, es su ahijada. La hija de Georgia y Athos" – Una lágrima rodó por su mejilla y luego otra y otra. Y cuando se quiso dar cuenta no podía dejar de llorar. James estaba solo y Athos, su mejor amigo había tenido una niña, que no pudo conocer. Tampoco conoce al hijo de Deb y Remus... ¿Y que era de la vida de Priss y Sirius? Tenía tantas preguntas que hacer. – "Te extrañan tanto Lily. Aún no entienden porque los dejaste, a todos. Se siguen preguntando..."

"Soy lo peor que hay sobre la faz del mundo. Me siento una mala persona, al haber abandonado a mi familia, a mis amigos.. me siento una mala madre por no poder darle una familia digna a Harry..."

"¿Por qué se lo ocultas?" – volvió a preguntar la mujer. Pero esta vez sonaba comprensible, humana. Y Lily comprendió que no se trataba sobre su casamiento.

"¿Decirle a James que cosa?"

"que tiene un hijo" – Terminó de decir la mujer.

"Yo como voy a saber si James tiene o no..." – Se calló un momento. Intentando analizar lo que Minerva McGonagall le había dicho – "¿Acaso cree que Harry es hijo de James?" – La mujer asintió.

"En efecto, lo creo"

"No, eso es imposible. El hecho es que Harry es un Snape. No hay modo de cambiarlo"

"quiero que veas algo, Lily" – Le explicó la señora. Buscó en su cartera, la billetera y allí las fotos de su familia. En una su hermana y esposo, los padres de James. En las otras James y Georgia cuando eran pequeños. – "Este pequeño era James cuando tenía cuatro años"

Lily ahogó un grito al ver la imagen. Era Harry pero con los ojos avellanas. Tenía el mismo cabello revuelto que le daba el toque travieso e inocente a la vez. Un par de simpáticos lentes y que casualmente eran redondos igual a los de la foto. Pero lo más extraordinario era la sonrisa, tan Harry. Esa sonrisa que podía conmover hasta a la más rígida roca.

"es, imposible"

"Lily, si Harry no es hijo de James, entonces no se que decirte"

"Es imposible."

"no, no lo es"

"sé que no debería decir esto pero... la noche antes de casarme en secreto con Severus Snape, fui a despedirme de ellos. Esa noche, James y yo... bueno..."

"Te entendí" – sonrió la mujer ruborizada pero no tanto como Lily – "eso te da la lógica explicación. Deberías decirle la verdad a James, Lily"

"No quiero que me quite al niño... es mi hijo."

"No lo hará. Te lo aseguro yo. Escucha, pasado mañana será el cumpleaños de Georgia y viajaré a Londres para la fiesta... puedes venir conmigo, o escribirle y yo le daré la nota"

"Creo que lo último será lo mejor" – Murmuró.

"Partiré mañana por la mañana. Te estaré esperando en el mismo lugar donde me encontraste con Harry"

"Bien."


Kate llegó del hospital una hora después y encontró a Lily sentada en el sillón con su rostro entre sus manos.

"Lily" – Preguntó la muchacha – "¿Ha sucedido algo con Harry? Lo siento, no debí haberme ido..."

"Kate" – Lily miró a la chica con sus ojos colorados e hinchados, prueba irrefutable de que estuvo llorando. – "Necesito pedirte un gran favor"

"lo que sea" – Le respondió segura.

"Necesito que te lleves a Harry a Londres"

"¿Con el señor Snape?" – Preguntó sorprendida, eso hubiera sido lo último que le pediría Lily.

"No. No con él. Hay una mujer en la casa de al lado. Mañana partirá a Londres y quiero que lleves a Harry con ella y que tu también vayas. Te prometo que iré a ver a tu madre en tu lugar"

"no es eso lo que me preocupa, Lily. Sé que no es de mi incumbencia pero me gustaría saber que es lo que sucede"

"Mañana por la mañana, partirán a Londres. La mujer, la señora McGonagall los llevará a una casa donde estoy segura que querrán conocer a Harry." – Intentó detener las lágrimas – "Hay un sobre en la mesa, llévalo también y entrégaselo a James Potter"

"Ese nombre... ¿No es acaso el dueño de la compañía Potter Corp?"

"Sí. Por favor Kate, si haces esto te prometo que será lo último que te pediré"

"Lo haré Lily. No debes preocuparte por eso."

"Muchas gracias Kate. Eres una verdadera amiga" – Lily abrazó a la muchacha

"¿Cuánto tiempo crees que estaremos allí?"

"No creo que sea más de dos o tres días."

Lily subió las escaleras y se encaminó al cuarto de su pequeño que estaba jugando con unos muñecos. Al ver que su madre estaba en el cuarto dejó todo para ir con ella y abrazarla por las piernas. Lily tomó en brazos a Harry y se sentó con él en la cama.

"Harry, cielo. ¿Recuerdas la mujer de hoy?" – El niño asintió animadamente – "Bueno, pues irás con ella a que conozcas a unas personas e irás con Kate también"

"Mami¿ no vendlás?"

"No mi vida."

"¿Po qué?"

"Porque... a mi ya me conocen, pero a ti y a Kate no. Verás, las personas que conocerás son amigos de mami."

"¿Terio?" – El entusiasmo había vuelto al niño. No era para nada despistado y había notado que su madre no tenía más amigos que Kate.

"Si. Y quieren conocerte."

"gueno, ti ton tus amigos yo ilé"

"gracias pequeño"


El día siguiente Lily cargaba con una maleta pequeña de ropa para Harry y una pequeña mochila donde llevaba algunos juguetes. Kate iba a su lado con un bolso con su ropa. Al llegar al médano estaba la señora McGonagall esperando y se sorprendió al verla llegar con el niño y lo demás.

Lily le explicó que Harry y Kate irían con ella y que volverían dentro de un par de días. La mujer le agradeció esto a Lily con un gran abrazo y le prometió que todo marcharía bien. Poco después veía como se alejaban su hijo y su amiga en el gran carro negro directo a Londres.


Todos corrían de un lado a otro, llevando y trayendo cosas para la pequeña cena del cumpleaños de Georgia. Cumplía los veintiuno y estaba más que emocionada, pero lo que más le alegraba era que su hermano había comenzado a sonreír un poco.

"Athos cielo ¿Has visto a Luna?"

"No vida. Estaba con James" – Les respondió desde la cocina sentado.

"Está bien" – Respondió la chica sentándose junto a él. – "¿qué tienes? No te noto bien"

"Simples presentimientos." – Respondió

"Athos la última vez que tuviste 'Simples presentimientos' quedé embarazada de Luna"

"no son 'ese' tipo de presentimientos" – Le aseguró con el rostro contorsionado. El simple hecho de pensar en tener a otro como Luna le hacía sentir extraño. No era que no la quisiera, todo lo contrario. La amaba por se su hija, pero era bastante inquieta, traviesa, escurridiza y sobretodo actriz – "Creo que algo va a suceder hoy, linda"

"Si, mi fiesta"

"Sabes a que me refiero" – Athos no pudo continuar porque sintieron la puerta abrirse de golpe y algo pequeño y rubio correr dentro de la cocina.

"Luna, deja de correr al pobre perro" – Le retó Georgia

"Mamí, pego mao"

"¿Qué te pegó mal?" – Preguntó su madre desconcertada, tanto o mas que su padre.

"no, que el perro es malo. No se ha dejado atrapar desde que la vio correr hacia él" – La voz de James tenía un tono de diversión.

"Muy gracioso hermano. Luna, vamos a darte un baño para que estés preciosa esta noche"

"¿Puelo tido evo Ti mami ti, ti?"

"Si, Luna, puedes ponerte el vestido nuevo" – Georgia cargó a la niña en brazos y se dirigió a la puerta pero entonces la muchacha pegó un grito de alegría al ver quien estaba en la puerta de entrada – "¡TIA!" – Gritó dejando a Luna en el suelo y corriendo a abrazar a su tía.

"Geor¿cómo has estado?"

"de maravilla Tía Minerva"

"¿Dónde está James?"

"aquí, tía" – James se acercó y abrazó también a la mujer.

"Geor, tu regalo vas a recibirlo en la noche, pero espero que no te moleste..."

"Claro que no"

"Tengo algo para James que me espera fuera" – Dijo seria de pronto.

"¿Qué es tía?"

"Quiero que vayan al salón, te lo entregaré allí"

Acto seguido ella se marchó fuera y pudieron ver que se dirigía al carro negro. James, Georgia y Athos se dirigieron al Salón donde se encontraba Sirius leyendo unos papeles.

"¿Sucede algo?" – preguntó este al ver a todos los habitantes juntos y allí

"Minerva tiene algo para James." – Explicó Athos. Sirius iba a volver a hablar cuando la puerta se abrió. Primero entró Minerva, detrás una muchacha de la edad de veinticuatro años.

"James, La tía te ha traído a una 'amiga'"

"no seas desubicado Sirius" – Le retó Georgia.

"buenas tardes" – Saludo la muchacha – "Soy Kate Donovan"

"Un placer" – Saludaron todos.

"Tía, de verdad ¿Esto es lo que me tienes?"

"No James, en realidad es otra cosa. La muchacha solo vino de acompañante y seguro" – Todos estaban desconcertados – "¿Puedes decirle que entre?"

"en seguida" – La muchacha salió del lugar y entró poco después con un niño de la mano.

Todos menos Athos dejaron escapar una exclamación. Rápidamente la más joven se acercó al chico.

"hola¿Cómo te llamas?"

"Me lamo Harry. ¿Omo e lama uted?" – Preguntó serio y un poco tímido pero su madre le hizo prometer que se portaría bien y sería educado.

"tía" – Dijo débil James.

"El pequeño Harry, es el primogénito de Lilian Evans" – Explicó seria Minerva.

"¿CÓMO!"