Hola... disculpen, sé que no están muy contentos con el final del capítulo pasado y menos han de estar contentos por la larga espera, pero he estado muy ocupada, se me ocurrió entrar a un curso y llevo dos semanas trabajando día completo en la cafetería... entonces he estado un poco atareada, pero bueno, aquí estoy con el final del songfic... espero que les guste, a pesar de todo... y mil gracias por su paciencia... por favor dejen reviews, me gustaría saber su opinión!
Abrió los ojos sobresaltada, tenía la respiración agitada y los ojos llorosos; estiró su brazo descubriendo el lado izquierdo de la cama vacío... "todo fue un sueño" pensó acomodándose boca arriba, enjugándose las mejillas, pues había derramado varias lágrimas a causa de ese sueño. Volteó a su derecha encontrándose con aquella foto en la que estaban ella y Harry, cada que la veía lograba robarle una sonrisa, por más pequeña que fuera. Desde que le contó a Ginny lo que había pasado el día que les habían tomado esa foto, decidió dejarla en su buró pues era una bonita imagen para ver antes de comenzar la mañana.
Se levantó de su cama y bajó a la cocina, tenía demasiadas cosas que hacer ese día y, al parecer, la lluvia no le iba a permitir hacer sus diligencias con agilidad. A veces eran días bastante calurosos y otras tantas llovía en extremo.
Se preparó un poco de cereal y unas tostadas con mermelada, recordando que Ginny había prometido ir de nuevo a su casa para arreglar todo lo necesario para la próxima fiesta de Harry, que sería en unos cuantos días. Sabía que otra fiesta sorpresa no era muy llamativa, pero también sabía que haría lo que fuera por Harry.
"Harry... Harry... Harry..." pensaba suspirando, sintiendo una fuerte opresión en el pecho, intentaba no llorar, pero le era demasiado difícil lograr no pensar en lo que había pasado... o, mejor dicho, en lo que había soñado.
Se repetía en su subconsciente constantemente, haciéndola revivir todo una y otra vez, como una película sin fin.
– ¿qué tienes? – le preguntó una voz a su espalda, haciéndola sobresaltarse y enjugarse las lágrimas rápidamente.
– no es nada... – dijo intentando sonar tranquila.
– ¡claro, y yo no tengo diez años casado contigo! – le dijo abrazándola, logrando hacerla sonreír – ¿tuviste otra pesadilla? – le preguntó con tono serio, y Hermione asintió bastante sonrojada – ¿porqué no me las cuentas, eh?... no es la primera vez que te pasa... – dijo manteniendo su tono serio, aunque su preocupación era bastante notoria.
– no tiene sentido... no te quiero preocupar por tonterías – le dijo levantándose de su lugar.
– cuando te pasa a ti y te pone así, deja de ser una tontería – le dijo con tono serio, deteniéndola – siempre me decías que hablara sobre lo que me pasaba¿porqué tú no lo haces? – le preguntó con tono serio, un poco ofendido – dime¿qué pasa? – le insistió dándole a entender que no se rendiría hasta saber qué era lo que soñaba.
Hermione bajó la mirada un poco preocupada y suspiró – he soñado, una y otra vez, con la última batalla... recuerdo todo lo que pasó... los crucios, las maldiciones... todo lo que te pasó... no sé porqué regresan ahora esos recuerdos... – decía intentando retener las lágrimas, y enseguida sintió los brazos de su esposo rodearla de modo protector.
– tiene más de diez años que pasó todo eso, no deberías preocuparte... – le dijo al oído – te prometí que nunca te iba a dejar y así lo voy a hacer... – le dijo sonriendo antes de besar sus labios.
– te amo, Harry... – le susurró al oído antes de ocultar su rostro en el hombro de su esposo, pero no tardó en separarse de él – ¡oye¿dónde estabas cuando desperté, eh? – le preguntó con tono molesto – sabes que odio despertar y no verte a mi lado... – dijo haciendo sonreír apenado a Harry.
– lo siento... tu hijo me despertó desde hace dos horas, no entiendo porqué no despierta mejor a sus hermanos, en lugar de despertarme a mi – le dijo sin poder evitar sonreír.
– ¿James ya está despierto? – le preguntó confundida, pero Harry negó.
– Michael se despertó, creo que su siesta la tomará antes – dijo volteando hacia la puerta de la cocina, que se acababa de abrir dejando ver a una pequeña de sólo cinco años.
– buenos días, Lily... – saludó Hermione a su hija.
– mamá, James no me deja seguir durmiendo... – se quejó, frunciendo el entrecejo y haciendo un puchero.
Hermione le sonrió – ven... vamos a seguir durmiendo tú y yo – le dijo inclinándose para cargarla.
– ¿no me invitan? – les preguntó Harry acercándose a ellas y su hija asintió sonriendo. Las siguió hasta su habitación y se acostó junto a ellas – te amo... – le dijo a su esposa en susurro, mientras la observaba que arrullaba a su hija cantándole al oído aquella dulce canción con la que tranquilizaba a su hijo mayor cuando era todavía un bebé.
Hermione sonrió volteando hacia él y le dio un beso en los labios – y yo a ti... – le dijo haciéndole una caricia en la mejilla.
Estaban apunto de quedarse dormidos cuando la puerta se abrió de golpe dándole paso a dos niños, un castaño de ocho años y un moreno de dos años, que corría lo más rápido que le daban sus cortas piernas, y ambos de treparon a la cama, casi sofocando a su papá, pues se habían abalanzado contra él.
– ¿qué creen que hacen, par de vagos? – les preguntó Harry, reteniendo a sus dos hijos, uno con cada brazo.
– ¡mi mamá nos prometió ir a visitar a mis abuelitos! – dijo James, el más grande, intentando controlar la risa que le causaban las cosquillas que le hacía su papá.
– les juro que no lo he olvidado, pero la oferta de Lily fue muy tentadora... – les dijo Hermione mientras abrazaba a su hija.
– ¡yo quero ir con mi ita! – exigió Michael, acomodándose sobre el estómago de su papá.
– ¡claro que quieres ir! – le dijo Harry sonriendo, comenzando a hacer cosquillas a su hijo más pequeño, quien no tardó en partirse de risa – tu abuelita te tiene muy consentido – le dijo fingiendo tono serio, pero enseguida sonrió revolviéndole más el cabello.
Hermione sonrió observando las alegres miradas verdes de sus hijos – vamos a ir, pero en un rato más¿está bien? – les preguntó con gesto suplicante, y Michael asintió acostándose sobre el pecho de Harry.
– iré a ver la televisión... – anunció James antes de bajarse de la cama y salir de la habitación dejando a sus papás y sus hermanos dispuestos a volver a dormir.
– ¡anda, James, abrígate bien! – le dijo Hermione a su hijo – ha estado haciendo mucho frío y no quiero que te resfríes – le advirtió intentando peinar su cabello con sus manos, pero era tan rebelde como el cabello de su marido.
– voy, ma... – dijo James aplastándose el cabello con la mano, y regresó a su habitación refunfuñando.
– ¿lista, mi vida? – le preguntó Harry acercándose a ella con Michael en brazos y Hermione asintió sonriendo.
– ¿mi vida, ya nos vamo? – le preguntó Michael a su mamá, haciendo que sus papás lo observaran bastante sorprendidos y, en cuestión de segundos, comenzaron a reír.
– sí, cielo, ya nos vamos... – le dijo Hermione antes de darle un beso en la frente – sólo hay que esperar a tus hermanos – le dijo mientras le acomodaba el abrigo.
James y Lily no tardaron en bajar con sus abrigos puestos, el primero sin dejar de quejarse de que el frío no era tanto como para usar tales abrigos, mientras Lily corrió inmediatamente a brazos de su papá, quien no tardó en cargarla.
Hermione observaba a su familia con una sonrisa; sus hijos crecían más rápido de lo que ella misma quería y cada vez se parecían más a ella y a Harry, tanto en su físico como en su forma de ser, los tres tenían algo de los dos.
A James le gustaba leer, así como jugar Quidditch, y sus ojos verdes le recordaban la mirada de aquel Harry de once años que conoció en el expreso, y sus largos incisivos le hacían recordar la expresión de sus amigos cuando se dieron cuenta de que se los había reducido.
Lily tenía la misma habilidad para meterse en problemas de su papá y era igual de mandona que ella, y sabía que esa no era una buena combinación, si no tenían cuidado cuando entrara al castillo metería a sus amigos en muchos problemas. Al igual que sus hermanos, había heredado los ojos verdes de su papá y el cabello negro, aunque era igual de enmarañado que el de ella y, justo como hacía Hermione de pequeña, les prohibía que le hicieran algún cambio; y, a pesar de que Remus decía que se parecía demasiado a la mamá de Harry, tenía la misma sonrisa que ella.
Y Michael... él apenas comenzaba a crecer y aún imitaba a sus hermanos en todo, pero sabía que no tardarían en comenzar a desarrollar sus habilidades y elegir sus propios gustos. Él era el más parecido a su papá, el cabello, los ojos, los labios, hasta en la palidez de su piel era igual que su papá, pero nadie podía negarle que tenía su famoso guiño, a penas tenía dos años y ya lograba intimidar a sus hermanos.
Y Harry... tantos años había pasado soñando con estar a su lado, deseando que Harry la amara y esperando sólo por una muestra de cariño que la hiciera sentir deseada. Y todo eso había llegado, no había tardado, había llegado en el momento justo para durar toda la eternidad amándose, soñando con lo que vendría y enamorándose cada día más.
Harry acomodaba a sus hijos en el asiento trasero del coche mientras Hermione se acercaba a él con pasos lentos y una sonrisa en su rostro.
– habrá otro Potter en la familia... – le dijo al oído antes de subirse al coche como si nada, dejando a Harry bastante sorprendido.
Gracias a todos por sus reviews pasados!... ven, no fue tan malo al final... jejejeje...
Pronto publicaré un fic "corto" (aclaro, en comparación a mis demás fanfics)... espero que lo lean y que les guste! Y de nuevo gracias por su paciencia y atención!
