Elecciones

Por Edeiël Snape-Black de Malfoy


Capítulo 24

La mujer se llevó las manos a la cara y sollozó mientras Dumbledore se levantaba -Repetid el proceso – les dijo a Draco y Sirius, que se acercaron para volver a tocar la piedra, volviéndose a iluminar ésta y Dumbledore recitó de nuevo las palabras que hicieron que Harry se elevara una vez más. Oyeron un suspiro tras el segundo estremecimiento y cuando Harry volvió al suelo tomó aire con fuerza. Sirius se arrodilló a su lado y Draco se acercó temeroso.
-¿Podemos... tocarlo...? – preguntó el chico. Dumbledore asintió, agotado por el largo conjuro. Draco tomó el cuerpo de Harry entre sus brazos y se echó a llorar. -¿Qué ha sucedido, Albus? – preguntó Remus, mientras su pareja y Draco abrazaban a Harry.
-La maldición ha pasado a mi cuerpo... Harry está bien, sólo tendrá que reposar unos días... – miró a McGonagall – Minerva, esto debía suceder... – dijo con voz comprensiva y ella asintió mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo.

La señora Pomfrey apartó de unos manotazos a los dos hombres para dejar a Harry en el suelo de nuevo y comprobar su estado, hacer un par de hechizos y darle un par de gotas de un líquido extraño. Conjuró entonces una camilla y ordenó a Snape y Sirius que la llevaran a la enfermería. Lucius se acercó a su hijo, que seguía muy de cerca de Harry, sosteniendo su mano, deseando con todas sus fuerzas que el moreno despertara.
Remus consideró adecuado el dejar solos a Dumbledore y a McGonagall, así que siguió en silencio al grupo hacia la enfermería. Dejaron a Harry sobre la cama con cuidado y todos se colocaron a ambos lados de la cama, Draco en la cabecera, sentado a su lado y acariciando su cabello con ternura. Remus tiró disimuladamente del brazo de Sirius, indicándole que los dejaran a solas. Severus comprendió también lo que pretendía el licántropo y cogió a Lucius para irse los cuatro a un lugar apartado. -¿Qué pasará con Dumbledore? – preguntó Lucius.
-Prefiero no pensar en ello – murmuró Snape – Pero nada bueno, te lo aseguro... el asunto no tiene buena pinta... – se sentó en un sillón junto a una de las camas – Estúpido viejo.
-Lo importante es que Harry está bien – dijo Dumbledore. Los cuatro hombres dieron un bote por la sorpresa al verle allí de pronto - ¿Alguien quiere un caramelo? Son de limón – dijo, levantando un pequeño caramelo. Snape y Sirius bufaron a la vez.
-Me alegra que mantengas el optimismo en una situación como esta... – refunfuñó Sirius - ¿Qué piensas hacer? – Dumbledore abrió con toda tranquilidad el envoltorio del caramelo, se llevó el dulce a la boca y con la misma parsimonia se puso a doblar el envoltorio. Miró a los cuatro hombres y cerró la mano, sopló dentro del puño y al abrir la mano salió un gorrión que voló por toda la sala y cuando por arte de magia se abrió la ventana, salió del castillo. Finalmente el viejo se sentó, cansado y miró a todos los que le rodeaban, mientras chupaba pensativo el caramelo. Sirius le miraba con exasperación, Remus tratando de controlarle, y Severus intentaba no sacar la varita y lanzarle algún maleficio mientras Lucius miraba por la ventana.
-Iré con Voldemort – dijo Dumbledore, como si estuviera hablando del tiempo.
-‚¡Qué? – exclamaron los cuatro hombres al unísono.
-Que iré a mantener una seria conversación con Voldemort acerca de su comportamiento con Harry y de las consecuencias de su actitud – el gorrión regresó y revoloteó por encima de las cabezas de todos – Ah... ya has vuelto... – el pajarillo trinó feliz y se posó en el hombro del director para acercar el pico a su oído. Dumbledore asintió varias veces – Muchas gracias. Has hecho un trabajo excelente – volvió a trinar y de nuevo salió por la ventana para desaparecer en el horizonte. El anciano se levantó y se frotó las manos – Muy bien. Tengo cosas importantes que hacer, así que si me disculpáis... – los cuatro hombres le miraron atónitos, sin saber cómo actuar y Dumbledore se marchó de la enfermería, haciendo ondear su túnica de un brillante color celeste tras de sí.

El joven rubio, mientras tanto, miraba al moreno. Tendido en la cama, con los ojos cerrados, parecía tan frágil... Tenía unas profundas ojeras, su piel tenía una enfermiza palidez, parecía que estuviera a las puertas de la muerte, pero el pulso bajo sus dedos, que tenía posados en la muñeca del chico, le indicaba que todo estaba bien y que tan sólo estaba cansado.
Se inclinó y besó sus labios dulcemente. Le apartó un mechón de cabello de la frente y suspiró. Había deseado tanto que llegara el momento de poder tocar de nuevo a su amado... En muchas ocasiones no había podido evitar que la idea de que lo perdería para siempre pasara por su cabeza, pero un poquito de optimismo le mantuvo a flote, y aquella era su recompensa. Tenía a Harry de nuevo consigo y eso era todo lo que importaba.
-Ahora sólo tienes que despertar, amor... – susurró, apoyando la cabeza en su pecho, durmiéndose acompañado por los latidos del corazón de Harry.


Holaa! Bueno, ya está el capítulo 24, ahora las cosas van arreglándose, aunque el viejo tiene poco futuro... ¿Verdad? XDDD Espero que os haya gustado. De nuevo mi más sincero agradecimiento a Pandora, que me tiene mucha paciencia y que siempre está ahí. Gracias. Y ahora a responder a los poquitos reviews que he recibido en el capi anterior:

Perséfone: Jejeje, claro que no lo voy a dejar inconsciente, por muy mal que me caiga Harry acabará despertando de su sueño de bello durmiente xD Y Lucius y Severus... Bueno, eso se verá más adelante Besos y gracias por leerme.
Hely: Me alegra que te guste el fic, espero que este capi sea de tu agrado Besitos y gracias por el apoyo.
Katia Hiwatari Kon: Jejeje, es que yo detesto a Dumbledore entonces... pos eso... xD sólo vamos a darle la jubilación anticipada al anciano... Espero que te haya gustado el capítulo. Besitos y gracias.

Muchas gracias por leerme, espero que me hagáis saber si esto os gusta con un review :D es el único pago que pido :P

Besitos y achuches para todos y todas!

Ede