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Cuando el amor invade la amistad

Aquella noche fue más larga de lo acostumbrado. Después de tomar la cena Takeru se disculpo con su madre Nadeshko para retirarse a su habitación. Había agua caliente en el baño, así que poco a poco fue desprendiendo de su cuerpo las prendas que cubrían aquella delgada y bien formada figura varonil, sin duda, había que agradecerle al básquetbol por aquellas formas de Takeru. El joven lleno la tina de agua, y con cuidado se fue introduciendo en esta, la piel blanca de porcelana se fue humedeciendo al entrar al contacto con el líquido que lo invadía por completo. Una vez recostado en la tina, perdió su mirada azulada en algún punto del techo del cuarto de baño, no podía evitarlo, la confesión de su mejor amigo lo había dejado atónito...

Takeru: "¿Qué se supone que voy a hacer ahora?" – se preguntaba muy preocupado – "Es tan extraño pensar que un chico como Ken Ichijouji, mi mejor amigo este... enamorado de mí". "Jamás creí que algo así pasaría. Siempre pensé que Ken gustaba de Hikari; pero ahora resulta que..."

Terminado su baño, salio dejando ver nuevamente su hermoso cuerpo cubierto solo por una toalla bajo la cual escondía su secreto. Tomo sus prendas para dormir, seco su cabello, y se introdujo entre las sabanas en medio de las cuales se quedo profundamente dormido después de un largo día lleno de sorpresas.

Era sábado por la mañana, ya eran las díez, el soy estaba esplendoroso tras la ventana y los pajarillos trinaban contentos por un nuevo día, pero Takeru no tenía la minima intención de levantarse de la cama, sabía que si se incorporaba de inmediato las preocupaciones de la vida cotidiana volverían a el y por ende tendría que pensar en... Ken.

Takeru: "!Rayos, ya lo hice. – se molesto consigo mismo por recordar al joven peliazul – Ahora ya no hay excusa para levantarme – arrojo las sabanas y se sentó a la orilla de la cama. Inevitablemente su mirada se poso sobre la foto que estaba sobre su buró, aquel viejo recuerdo del digimundo en donde estaban todo juntos: Daisuke, Hikari, Iori, Miyako, el y... otra vez Ken.

Takeru: "Ken, Ken, Ken... ¡Ya estoy harto de oír ese nombre!" – se puso de pie, tomo del closet un pantalón pescador azul, y una playera amarilla. Se vistió y salio de su cuarto rumbo a la cocina. Noto que su madre ya no estaba en casa, cosa que para nada pareció importarle ya que siempre había sido así. Saco una caja de cereal de la alacena, una botella de leche, se sirvió y llevo su desayuno frente al televisor ya que si algo no le gustaba era comer solo y al menos la t.v. le haría un poco de ruido. Pero para su mala fortuna no tardo mucho cuando en las noticias comenzaron a comentar sobre otro de los prodigiosos trabajos en informática de Ken Ichijouji. Pronto tomo el control el rubio y apago el monitor.

Takeru: "¿Cómo voy a sacarte de mi cabeza?". "No se supone que a los hombres les deban gustar los hombres y a mí nunca me a gustado un hombre y tu Ken, eres un hombre... muy hermoso, pero al fin hombre"- hablaba consigo mismo – "Supongamos que intento andar contigo, entonces¿Cómo se lo explico a mi mamá, a Yamato, a papá a nuestros amigos, a nuestros compañeros de escuela?"- pero sus mismas palabras lo traicionaban – (Suspiro) "Entonces todo lo que te dije el otro día ni yo me lo creía" "No puedo darle una excusa como esa, debo hacer lo que creo que es correcto no importando la opinión de los demás pero... ¿Qué es lo que yo quiero?"

RINNGGGG –Sonaba el teléfono (qué raro suena) y lo hizo durante cinco veces más, cuando el rubio estaba a punto de descolgarlo, se activo la contestadota y escucho una voz familiar.

"Hola Takeru, soy yo Ken tengo algo importante que decirte pero... dado que no estas, sera mejor que hablemos en la escuela. Bueno... eso era todo, hasta el lunes."

Terminada la llamada al fin pudo respirar el chico franco-japonés. Aun era demasiado pronto para volver a ver a su "amigo", y aunque el mismo Ichijouji ya le había dicho que no era necesario que Takaishi le diera una respuesta, este último se sentía con el deber de hacerlo para no dejar en ascuas al otro. Pero no sabía que hacer.

Pero el tiempo que por lo general no tiene misericordia de nadie, voló tan rápido como un abrir y cerrar de ojos y cuando menos lo esperaba ya era lunes por la mañana y era día de clases.

De camino a la escuela Takeru se topo con algunos de sus compañeros como Daisuke y Hikari a quienes saludo amablemente como era su costumbre y siguieron juntos el camino hasta llegar a su salón de clases, a excepción de Hikari quien tomaba otra clase a esa hora.

Al entrar al aula, instintivamente la mirada azulina repaso cada uno de los rostros de sus compañeros en busca de uno en particular, el cual, no encontró.

Daisuke: Y ahora a ti qué te pasa – pregunto el moreno tomando asiento.

Takeru: Hum! – Pareció no haber escuchado bien a su amigo¿Qué? – tomo asiento aun lado.

Daisuke: Has estado muy rarito desde en la mañana –

Takeru¡Qué! – se puso un poco rojo ya que Daisuke lo había llamado rarito. ¿Acaso sabía algo¡¿A qué te refieres con rarito! – interrogo un tanto molesto.

Daisuke: Pues que has estado extraño, como si tu cuerpo estuviera aquí pero tu cabeza en la luna. Pero no tienes que enojarte, vaya que carácter.

Takeru: Yo, lo siento Daisuke. Tuve una mala noche – sonrió gentilmente como solo el sabe hacerlo.

Daisuke: Oye que raro! ( y dale) No veo a Ichijouji¿No pensará venir? Ya es tarde. – buscaba al peliazul con la mirada.

Ken¿Me buscabas? – apareció de repente y de la nada parándose frente al chico de cabello purpura.

Daisuke: Ichijouji creímos que no vendrías, ya es muy tarde.

Ken: Si, es que tuve algo importante que hacer – sonrió dulcemente- Buenos días, Takeru – saludo entre cerrando sus bellos ojos.

Takeru: Bu... Buenos días Ken – estaba visiblemente nervioso y no pudo evitar desviar la mirada para no tener que verlo a los ojos. Esto el recién llegado lo noto, pero sacando fuerzas de flaqueza fingió que nada pasaba y siguió su camino a su pupitre algunos pasos más allá.

Transcurrieron normalmente las clases y al parecer no hubo ningún contra tiempo. Aunque, sin demostrarlo, Ken sabía que por más que lo intentará jamás volverían a ser las cosas igual con Takeru, y no lo culpaba, la situación no era un jugo puesto que involucraba los sentimientos más profundos que pueden sentirse por otra persona.

Por su parte, el rubio de ojos azules aprovechaba cada momento de distracción de Ken para observarlo con detenimiento. Desde luego que lo conocía prácticamente de toda la vida, pero siempre como un buen compañero y amigo; no obstante, ahora trataba de buscar en Ichijouji una excusa o pretexto para hallar una solución a su problema.

Nada reprochable encontró en el joven mozo de cabellos largos. Era educado, sensible, amable y ante todo muy bondadoso y gentil, no por nada siempre le había atraído la personalidad misteriosa de Ichijouji y era con quien siempre había empatizado más. Y no obstante no solo era su atractivo interno, en apariencia Ken era un joven muy hermoso, su delgada figura, su fino rostro, hasta la manera en caía su largo cabello sobre su tez blanca cada vez que se inclinaba para anotar en su cuaderno de notas algún dato resultaba sumamente encantador. Sin darse cuenta fue solo cuestión de segundos para que Takaishi se sumergiera en un mar de ideas embelesado por la imagen de Ken.

Daisuke¿Qué te pasa T.K.? – pregunto de golpe el chico de gogles sacando de sus pensamientos al ojiazul y poniéndole los pelos de punta.

Takeru¿Qué! Yo, digo a mí no me pasa nada – giro su ruborizado rostro hacia otra parte fingiendo estar molesto – además, ya te dije que no quiero que me digas T.K.

Daisuke¿Por qué no? Siempre te hemos dicho T.K., T.K.

Takeru: Por la simple razón de que ya soy casi universitario y no me agrada que me hables en diminutivo, se van a burlar de mí si te oyen decirme así. Por lo que si no es mucha molestia, me gustaría que me dijeras Takeru.

Daisuke: No. No quiero, te voy a decir T.K., T.K., T.K. – tomo sus cosas y, como ya había terminado la clase, salio corriendo para evitar cualquier mala reacción del rubio.

Más que molestar a Takeru, aquella acción lo hizo reírse un poco, haciéndolo olvidarse momentáneamente de la presencia de Ken.

Ken¿Piensas quedarte aquí todo el día-

Takeru: Humm? – se giro para contemplar a quien lo cuestionaba.

Ken: Las clases terminaron – continuo ¿no tienes práctica de básquetbol?

Takeru: No. Hoy es lunes y solo tenemos práctica los martes y viernes – dijo guardando sus libretas en la mochila y sin prestarle atención a su interlocutor.

Ken se dio cuenta de aquellas actitudes de su amigo y de sobra sabía a que se debían por lo que, al sentirse demás, opto por salir de ahí inmediatamente.

Ken: Bueno, adiós. – hizo una reverencia, dio media vuelta y salio de aquel lugar.

Takeru escucho aquellas palabras que lo dejaron helado, el tono de voz de Ichijouji había sido tan triste, que le había conmovido en sumo grado. Sin perder un segundo tomo su mochila salio corriendo en busca de su compañero al cual rápidamente dio alcance.

Takeru¡Ken¡Espera! – llamo y el otro sorprendido detuvo el paso.

Ken¿Qué pasa Takeru?

Takeru: Humm... ehhh... yo, quería... ¡Ah, si! El otro día llamaste a mi casa, dijiste que había algo importante que decirme. – continuaron caminando juntos.

Ken: mmm... – el rostro del peliazul dejo ver claramente que aquello no era nada agradable de decir, pues una ligera sombra opaco el brillo de sus ojos azul profundo.

Takeru siempre tan suspicaz, lo noto: No importa lo que sea – coloco una mano en el hombro de su acompañante – todo va a estar bien.

Como detestaba Ichijouji que el rubio hiciera eso, lo último que quería en esos momentos era la compasión y comprensión de Takaishi; se había resuelto a olvidar aquel amor imposible que tanto le oprimía el corazón, pero el que Takeru fuera tan amable con el no le ayudaba en nada, si no todo lo contrario, le hacia sentir mariposas en el estomago.

Ken: Yo... solo quería decirte que, lo que te dije el otro día...- detuvo el paso- Olvídalo, fue un gran error de mi parte haberte dicho eso, no debió ser...

Pero sus palabras se vieron interrumpidas por la mano de Takeru que sujeto con fuerza la muñeca de la mano de Ichijouji.

Ken¿Qué?

Takeru: No... No digas eso – la mirada azul celeste estaba clavada en el piso y mostraba cierta hostilidad – Por favor, no digas que te arrepientes de sentir eso por mí... porque, porque ahora se que nunca nadie había sentido algo así por mí...

Ken: Takeru... que es¿lo qué quieres decir? – abrió los ojos de par en par, temiendo lo que el rubio tenia que decir.

Takeru se quedo ahí de pie, inmóvil, con la misma mirada y sin soltar la mano de Ken. Parecía haberse quedado ausente por algunos segundos que parecían horas para ambos jóvenes. Pronto El de largos cabellos comprendió que su amigo estaba confundido y que, muy probablemente no estaba conciente de lo que decía, por lo que prefirió dejarlo solo para que aclarara sus pensamientos. Con mucha delicadeza, utilizo la mano libre para liberarse de la mano de Takeru.

Ken: Ahora estas muy confundido, hablaremos después¿De acuerdo? – tras lo cual paso de largo.

Sintieron ambos cortarse el aire entre sus cuerpos antes de que el rubio volviera a detener a su "amigo" sosteniéndolo de la mano tan fuerte que ya lastimaba la suave piel pálida de Ichijouji. Quedaron de frente, cada uno perdiéndose en los ojos de otro, ambos eran bellísimos. Nadie sabría que era con exactitud qué fue lo que llevo al rubio a hacer aquello, pero lo cierto era que no le importo estar justo en medio de la calle para atraer hacia si el cuerpo delgado de aquel joven hermoso para después posar sus pequeños y carnosos labios sobre los rosados y húmedos labios de Ken, dejando a este último sin entender completamente nada.

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Kari: Perdón por haberme tardado, pero es que creí que ya nadie estaba leyendo el fic. Gracias por leerlo. Espero que no haya estado tan aburrido.