Disclaimer: Los personajes que utilizo no son míos, pertenecen a J.K. Rowling. No escribo esto con fines de lucro.
REINICIO
Prólogo
Estaban ahí, en medio del bosque prohibido; frente a frente, mirándose con todo el rencor que sus mentes podían soportar. El día de la batalla final había llegado, la profecía se cumpliría hoy. De un momento a otro, alguno de los dos caería y por lo que se podia ver, ese no sería Harry.
El Señor Oscuro sabía que esa guerra la tenía perdida. Definitivamente Harry era más fuerte; a pesar de haber roto el escudo de su madre (aquella sangre sucia), a pesar de que él había pasado tanto tiempo planeando todo. Pensó que si no hubiera perdido tanta energía con Dumbledore, quien se empeñaba a defenderlo; quizá si hubiera sabido lo que dictaba la profesía, sabría lo que pasaría; o quizá si solo no se hubiera confiado ("ese mocoso no mata ni a una rata" le dijo una vez a Peter Pettigrew). Como sea, se llevaría consigo la satisfacción de que no se iba solo. También Harry había perdido mucho en la lucha, a muchos seres queridos. Esa era la desventaja de querer a las personas: se sufre demasiado. La voz del muchacho lo sacó de sus pensamientos.
- ¿Sabes que te voy a matar? No me quiero manchar las manos con tu sangre maldita, pero no quiero morir sabiendo que otros van a seguir sufriendo -levantó la varita- Esto es por Ron ¡CRUCIO!
Y el odio era tanto que Voldemort llegó a sentir verdadero dolor.
- Esta es por Hagrid, por Dumbledore, por Sirius y por mis padres ¡CRUCIO! -la sangre (la poca que le quedaba, por que se estaba desangrando) le hervía, hasta el punto de disfrutar con cada mueca de dolor que veía reflejada en aquella horrible cara- Y esta… esta es por todos los que han sufrido por tu causa, por Hermione y por mí ¡CRUCIO!
Voldemort se volvió a retorcer del dolor. Ya no le quedaba mucho tiempo, pero el muchacho sí que la pagaría.
- Bien niño, ya tuviste diversión suficiente. Pero mi derrota te va a costar cara -Harry solo escuchaba, no le tenía miedo, ya no.
- Harry, no pierdas más tiempo -dijo Hermione desde atrás- No dejes que haga nada más.
Ella tenía razón, pero a pesar que ya solo le faltaba pronounciar dos palabras para acabar con todo esto, no quería ser un asesino. No tenía opción, era la vida de él o la de el otro y, para ser sinceros, no quería morir. Aparte, si caía en ese momento, la siguiente sería Hermione y las muertes seguirían. Vió que Voldemort empezaba a murmurar algo. Rápido y sin pensarlo mucho, atinó a lanzar la maldición:
- ¡AVADA KEDAVRA! -y aquella luz verde los cegó por un momento, para al siguiente, dejar ver el cuerpo sin vida de aquél que le causó tanto dolor desde su primer año de vida.
Con las pocas fuerzas que le quedaban, corrió hacia Hermione que no estaba tan grave como él, pero unos cuantos huesos rotos le impedían moverse.
- ¿Cómo te encuentras?
- ¿Aparte de muy asustada? bien.
- ¿Crees poder llegar al Castillo? -lo importante ahora era que los curaran. No quería dejar el cuerpo de su mejor amigo ahí, pero Hermione estaba mal.
- Sí.
- Bien -le ayudo a levantarse y se fueron apoyando el uno en el otro hasta llegar al castillo. Dumbledore tuvo la precaución de no dejar llegar a Voldemort y a los mortífagos hasta sus estudiantes, para manterlos protegidos.
Mientras caminaba, pensaba en lo que había pasado: había matado a alguien (si es que aquello podía ser llamado humano), otros habían muerto por ayudarle y protegerle y otros cuantos estaban heridos.
Al llegar a la puerta del castillo, la profesora McGonagall, quien como subdirectora del colegio se quedó protegiendo al alumnado y poniendo orden en medio del pánico; se acercó corriendo a ellos para luego demandar la atención de la pobre Madam Pomfrey, que ya estaba bastante atareada.
Los llevaron rápidamente a la enfermería y buscaron alguna camilla desocupada, para atenderlos adecuadamente.
- Siéntese ahí, Señor Potter -dijo la enfermera, que luego corrió por unas pociones, de las cuales le dio un poco a él y otro a Hermione.
La Profesora McGonagall se había mantenido atrás hasta entonces, pero cuando vió que Madam Pomfrey se alejó a atender a otras personas, se acercó rápidamente, con mil preguntas en la mirada.
- ¿Qué pasó, Potter? ¿Dónde está Weasley? ¿Y el profesor Dumbledore?
Harry empezó a sentirse peor, a pesar de que pensaba que ya no se podía.
- Murieron. Solo Hermione y yo pudimos salir con vida.
- ¡No puede ser! -alcanzó a escuchar Harry y veía como la cara de la profesora pasaba de sorpresa a tristeza y angustia. Pero fue lo último, por que después de eso, cayó en un profundo sueño.
Notas:
Hola y muchas gracias por leer mi historia.
Sé que esto es excesivamente corto, pero es solo por ser el principio.
Los capítulos son mucho más largo que esto, lo juro.
Me gustaría saber que piensan. Dejen review, por favor.
Los veré en el próximo capítulo.
