REINICIO
Los nuevos
El día cuarto de octubre, por Ward Park caminaba una linda chica pelirroja que aparte de tres enormes bolsas y una caja, cargaba una adorable barriga de embarazada. Iba bien vestida y se notaba joven, de no más de veinte años.
Salió del parque, en dirección a Belvoir street, para dar vuelta donde hacía esquina con Riley street. Anduvo más de media cuadra, hasta llegar a la entrada de una pequeña casa de una sola planta. Bajó las bolsas y la caja al suelo para sacar las llaves de su bolso. Entró con sigilo y echaba una mirada antes de entrar a cualquier habitación.
-Sabes que está mal hecho, por eso te escondes -la sobresaltó la voz de un hombre al entrar al estudio.
¿Quién se esconde-trató de negar- No quería hacer ruido por que pensé que tal vez estarías dormido.
-Mentirosa -sentenció- Son las tres de la tarde ¿Cómo puede dormir alguien a esta hora? Estás perdiendo talento.
Ginny se acercó al escritorio y descansó ahí las compras.
-Es que me aburro mucho aquí, yo sola. Por eso salí a comprar algunas cosas -empezó a decir, emocionada, mientras buscaba dentro de las bolsas¿No te parece lindo?
Le estaba mostrando un pequeño muñeco con forma de unicornio. Él ya no pudo evitar una sonrisa.
-Bien, cabeza hueca: la próxima vez que estés aburrida, dímelo y te acompaño a donde quieras ir -se levantó y le dio la vuelta al escritorio, parándose frente a ella- No me gusta que andes sola por cualquier lugar, cuando estás a punto de dar a luz.
-Como digas -dijo, sin prestarle mucha atención. Su cara se contrajo de dolor, pero trató de que él no se diera cuenta, para que no la regañara- tal vez necesite descansar un poco.
Él asintió con la cabeza, tomó las bolsas y la siguió al cuarto. Cuando salía del cuarto, de nuevo en dirección al estudio, la voz de ella lo detuvo.
-Draco…
¿Qué pasa-preguntó.
-Creo que tuve una contracción -respondió ella, con el rostro pálido.
Y en ese momento, pareció que jugaban a ver quién se ponía más pálido y más nervioso. Él parecía ganarle por mucho...
¿Qué sientes¿Qué hago¿Dónde sientes las contracciones-la chica le lanzó una mirada asesina.
-Deja de hacer preguntas idiotas¿quieres-le gritó, desesperada- Ahora, has lo que te digo.
Él asintió y se quedó parado, esperando a que ella le dijera que hacer. Nada.
Otro gesto de dolor en el rostro de ella.
¡Por Merlín! Estoy esperando que me digas -le soltó.
¡No se me ocurre nada-contestó, en el mismo tono- Ya sé, llama a Hermione.
¿A ella para qué, si está en Londres-preguntó contrariado.
-Para que comience a tejer una cobija para el bebé y la envíe por lechuza cuando nazca, Draco -le dijo, sarcástica¡Pues para que nos diga que hacer, por que obviamente, tú y yo no sabemos nada! Ella siempre sabe qué hacer.
-De acuerdo… ¿Cómo la llamo?
-Por telepatía, si te parece más cómodo que la chimenea -alcanzó a decir, antes de otra contracción.
Draco salió de la habitación, sintiendo piernas de gelatina. ¿Cuál era la dirección de los Potter? Trataba de recordar, pero no pudo. Al echarse polvos flú en la cabeza, dijo en voz alta lo primero que se le vino a la cabeza:
-La Madriguera.
Sintió las nauseas del viaje de su cabeza y pronto pudo ver a una regordeta pelirroja, sentada en un sofàtejiendo.
-Señora Weasley -dudó.
La mujer, que estaba muy concentrada en su tejido, se asustó al escuchar una voz y levantó rápidamente la mirada.
-Por Merlin, muchacho, me asustaste -le dijo, acercándose¿Pero qué pasa? Estás más pálido que de costumbre… Ay, Merlín, dime que Ginny está bien.
-Eh… Sí, está bien. Verànecesito algo de ayuda.
La señora Weasley lo miró, recelosa.
-No estarás en algún problema ¿verdad?
-No. Bueno, sí. Bueno, no -sacudió la cabeza, tratando de aclarar las ideas- Esto es lo que pasa: Ginny está teniendo contracciones y no sabemos qué hacer. Me dijo que le pidiera ayuda a Potter, pero no recordé su dirección…
¿Cómo que no saben qué hacer-le cortó la mujer¡Pues vayan a un hospital!
Draco la miró como si fuera la mujer más inteligente del mundo.
-Gracias -respondió, al fin.
¿Cómo que "gracias"-dijo, indignada- Tienen que tomar algo de ropa para ella y para el niño. ¿Qué digo? Voy a avisarle a Arthur y nos vamos para allá ayudarles.
Sin saber qué responder a eso, el rubio sacó la cabeza de la chimenea y corrió tan rápido como sus temblorosas piernas se lo permitieron.
-Tómate esto, Draco -Hermione se sentaba a su lado, entregándole un vaso de papel. Él la miró desconfiado- No es veneno, es poción calmante. Tómatela de a poco, si no quieres caer noqueado.
Asintió y le dio un trago al vaso.
-Mi primer sobrino -exclamaba George, en el asiento de enfrente a Draco- Apuesto a que va a ser pelirrojo.
-Dos galeones a que tiene los ojos azules -le siguió Fred.
Percy negaba con la cabeza, en señal de desaprobación.
-Pues yo también quiero que sea pelirrojo -decía Charlie, sacando dos monedas del bolsillo, pero te apuesto a que es rubio.
-Y de ojos café -interpuso Harry, sacando dos monedas más. Todos lo miraron extrañados.
Hermione estuvo a punto de decir algo, pero la señora Weasley se le adelantó.
-Ya basta, todos ustedes -se acercó a tomar las monedas, devolvió las de Harry y se guardó las demás. Sus hijos abrieron la boca para protestar- Es su castigo. Si lo iban a apostarlo, es que no lo necesitaban. Con esto le van a comprar un regalo al bebé.
El señor Weasley estaba parado al final del corredor, aparentemente tranquilo, sin decir nada.
¿Ya decidieron el nombre-preguntó Bill.
Draco levantó la mirada.
-No lo sé -dijo. Hermione y la señora Weasley le lanzaron miradas indignadas, como si fuera el peor crimen no tener un nombre para el bebé- Ginny dijo que ya lo tenía, pero no me ha querido decir.
¿Y tú no has pensado ninguno, querido-insistió la señora Weasley. Él asintió¿Cuál?
Justo cuando iba a responder, salió una enfermera y les avisó que el padre podía pasar, que el niño ya había nacido.
Los gemelos pegaron un grito y empezaron a saltar por todo el pasillo, hasta que un enfermero les llamó la atención.
¿Qué esperas? Anda -le animó Hermione.
¿Ustedes no quieren pasar a verlo-preguntó, con una boba sonrisa, de las que raras veces se le veía a un Malfoy en la cara.
-No se puede -el señor Weasley habló por primera vez en mucho rato- Ginny está muy cansada y sólo te dejan pasar a tí. Volvemos mañana, a la hora de la visita. Dale nuestros saludos.
Fred y George se peleaban a empujones por entrar primero, ante la puerta cerrada del cuarto.
-Te ordeno que te quites y me dejes pasar primero -George fingió tono autoritario.
-Dame una buena razón -repuso Fred.
-Soy tres minutos mayor.
Alguien los alejó de la puerta, jalándolos por la camisa.
-En ese caso, entro yo primero, por que soy el más grande de todos -les dijo Bill.
-Si se van a estar peleando, se nos va a pasar la hora de la visita sin ver al niño -Charlie los retenía por la camisa, mientras su madre se abría paso entre ellos y llamaba a la puerta.
-Eso, si no nos echan, por escandalosos -agregó Percy.
La voz de Ginny los invitó a pasar.
El niño, envuelto en muchas mantitas, descansaba en su regazo. Entraron en silencio, por si estaba dormido.
-Acaba de comer -presumió Draco. Se veía cansado y con ojeras, pero orgulloso, como pavo-real.
¿Cómo te sientes-preguntó la señora Weasley.
-Algo cansada, pero bien. Y muy feliz de que estén aquí -respondió, con una enorme sonrisa.
Sus padres le sonrieron de vuelta.
-Quiero verlo -dijo George. Ginny les indicó que se acercaran y retiró las mantas de la cara, para que lo pudieran ver¡Que feo! Está rojo y arrugado.
-Y no tiene cabello -agregó Fred. Ginny contuvo la risa, mientras Draco lanzó un gruñido desde la esquina de la habitación.
-Oh, basta, todos ustedes -les reprendió la señora Weasley- Así se veían ustedes y así se verán sus hijos.
¡Que horror-Charlie fingió un escalofrío- No pienso tener hijos, entonces.
Se ganó un pellizcó por parte de su madre y la burla de los gemelos.
-Me gustaría cargarlo -el señor Weasley llamó la atención de todos.
-Por fin, un valiente -Ginny le extendió el bultito- Draco todavía no se atreve.
-Es normal que se pongan nerviosos con el primero -dijo su madre- Para el quinto, se lo toman con mucha calma.
¿El quinto-repitió Draco, contrariado.
¿Podemos pasar-Harry y Hermione estaban parados en la puerta.
Bill y Percy asintieron. Hermione se acercó directamente al señor Weasley, a ver al bebé.
¡Es hermoso-exclamó- No puedo esperar a tener mis propios hijos.
Todos los que estaban en la habitación giraron la cabeza en dirección de Harry, que todavía estaba parado cerca de la entrada y que se sonrojó hasta las gafas.
¿Ya saben cómo le van a poner-preguntó, tratando de distraer la atención de ese tema.
Los padres del niño asintieron.
-Caleb.
-Ronald -respondieron, al mismo tiempo.
Hermione alzó una ceja, George hizo como que se limpiaba las orejas, Harry se rascó la cabeza, el señor Weasley apretó al bebé y su esposa ahogó una exclamación de sorpresa y se tapó la boca. ¿Habían escuchado bien? Sí. Habían escuchado que le iban a poner Ronald al bebé, lo cual no era raro, dado que Ron era su tío y Ginny era la que se llevaba mejor con él. Lo que sí era raro, era que no fuera Ginny quien propuso el nombre, sino Draco.
-Caleb Ronald Malfoy -repitió, más para sí mismo que para los demás.
-Suena bien -dijo Hermione, tratando de romper el incómodo silencio.
Las visitas de la mañana se les pasaron entre pláticas sin importancia y muchas risas (cortesía de los gemelos). Una enfermera los echó fuera, diciendo que podían volver por la tarde; puesto que necesitaban alimentar al bebé y darle un baño.
Todos juntos salieron a un restaurant de por ahí, llevándose a Draco con ellos.
¿Dónde está el bebé-preguntó Bill, al volver.
-Se lo llevaron a los cuneros -respondió Ginny¿Dónde están Harry y Hermione?
-Dijeron que tal vez era prudente que se fueran, por que nosotros necesitábamos un "momento íntimo familiar" -le dijo Percy.
-A mí me parece que los que necesitan un "momento íntimo familiar" son ellos -dijo George¿Acaso no escucharon a Hermione?
-"No puedo esperar a tener mis propios hijos" -Fred imitó la voz de la chica- Y como Harry la complace en todo…
Hasta Draco se rió de la ocurrencia. La señora Weasley y Percy intentaron aparentar que no les hacía gracia y reprenderlos, pero no pudieron.
¿Cómo es su vida en Sydney-preguntó el señor Weasley, aprovechando el buen rato.
No esperaba que todos dejaran de sonreir. Y mucho menos que lo vieran como si tuviera una bomba en las manos. Ginny abrió la boca para responder, pero se detuvo cuando Draco se sentó en la cama, a un lado suyo y le tomó la mano.
-Nos va muy bien -respondió, con mucha seguridad y, se podría decir que cierta arrogancia- Ginny ya está matriculada en la Universidad de Wollongong, para seguir con sus estudios el próximo curso, ya que este no podemos dejar para nada a Caleb; sino hasta el próximo…
¿Con quién lo van a dejar-le interrumpió la señora Weasley, consternada- Va a ser todavía muy pequeño para dejarlo así como así.
-Hace dos semanas encontramos un lugar que tiene muy buenas recomendaciones -trató Ginny de tranquilizarla- Hemos buscado desde que llegamos…
-Aún así, no me parece que sea correcto ni seguro dejar a un pequeño con personas desconocidas… -alegaba. Su esposo le puso la mano en el hombro, para que se callara.
-Es su decisión, Molly -se volvió a la joven pareja de nuevo¿Y cómo te va a tí, Draco?
-No me puedo quejar. Me dan mucho mérito por venir con buen puesto del ministerio de Londres -explicaba, ya más tranquilo de notar el sincero interés de su suegro- Ahora soy subjefe del departamento de Juegos y Deportes Mágicos Internacionales. Las oportunidades son más y la paga es buena.
-Me alegro por ustedes, muchachos -suspiró el hombre, finalmente, con su habitual rostro tranquilo.
-Gracias, papíGinny le regaló la mejor de sus sonrisas- En cuanto salga de aquí, tienen que venir a ver nuestra casa. No es muy grande, pero Draco y yo hemos puesto mucho empeño en hacerla cómoda y bonita.
¡Oh! Ustedes tienen que venir a ver el hotel donde nos hospedamos. No es muy lindo, pero fue lo mejor que pudimos conseguir, con mamá quejándose de todos los precios -exclamó Fred, parodiando a su hermana. Todos volvieron a reir.
Poco antes de que marcharse ese día, a base de burlas, los gemelos consiguieron que Draco cargara al bebé.
-No se va a quebrar -le decían todos.
Y para demostrarlo, Bill y Charlie lo zarandeaban como mono de trapo, mientras Draco los miraba entre furioso, muy asustado y MUY furioso.
-Te aseguro que nosotros somos mucho más delicados que las enfermeras -se defendió Bill.
-No pasa nada. Tengo todo bajo control (todo esto lo aprendí con mis cinco hermanos menores) -fue lo único que dijo Charlie- Sobretodo con Ginny, que fue más divertida que todos: hacía ruidos muy graciosos. Todavía hace algunos si le haces cosquillas en las rodillas ¿no, Ginny?
Ginny se puso roja hasta las orejas y Draco tomó nota mental, para constatarlo después.
Los Weasley y los Potter se fueron un par de días después del nacimiento de Caleb. Bueno, casi todos, ya que la madre de Ginny insistió quedarse a ayudar a su hija, por lo menos los primeros días en que tenía que estar en reposo (como un mes, o algo así).
Draco aceptó encantado, ya que no le gustaba dejarla sola, por cualquier cosa que pudiera necesitar mientras él estaba en el trabajo; más aún cuando tenía que viajar. Ginny también estaba contenta de tenerla en casa, especialmente por que había pasado tanto tiempo sufriendo por la mala relación que habían llevado desde que le dijera del embarazo.
"Los bebés cambian a las personas" había escuchado antes. Quien hubiera dicho eso, tenía mucha razón. Sólo había que ver a su padre: aparte de que el enojo se había evaporado, estaba más orgulloso que el propio Draco (si eso era posible).
El mes pasó y Molly Weasley se tuvo que marchar, prometiendo volver a visitarlos tan pronto como se pudiera y haciéndoles a ellos prometer que irían a Inglaterra a la primera oportunidad.
-Es horrible esto de no vernos durante tanto tiempo -dijo, abrazando a los tres, antes de marcharse por la chimenea- No tendría que ser así si no nos hubiéramos puesto como energúmenos cuando nos dijeron… Nada me gustaría más que algún día regresaran a vivir a Gran Bretaña.
Caleb resultó ser un niño bastante tranquilo y poco quejumbroso, que solo lloraba cuando tenía hambre o le dolía algo. Era bastante sano, la enfermera encargada de llevarle el registro se veía contenta de ver cuánto peso ganaba y cuánto crecía mes con mes.
Los Malfoy visitaron a sus amigos y familia en navidad y cuando Caleb cumplió un año. Sorprendidos, todos se alegraron de verlos. Los gemelos recordaron la vieja apuesta que hicieron cuando apenas iba a nacer y se rieron de que ninguno había acertado en nada: el cabello no era ni rubio ni rojo; más bien era de una mezcla de los dos, como un anaranjado pálido. Y los ojos no eran azules ni cafés, sino grises, como los de todo Malfoy.
-Pues finalmente mamá tuvo razón en quedarse con el dinero: nadie ganó. Por cierto¿qué le compró con ese dinero-recordó Fred¡Eran seis galeones!
Tan pronto ver a Hermione, Ginny preguntó si ya había un bebé en camino. Harry se puso a estudiar las estrías en la madera de la puerta del estudio cuando escuchó la pregunta.
-No, todavía no -respondió con una triste sonrisa- Y no es por falta de ganas, que Harry y yo ansiamos un bebé desde que nos casamos. Aunque Padfoot y Crookshanks nos dan bastante con que liriar, por el momento.
-Pues yo espero que pronto me den la buena noticia -le animó Ginny.
Pero la noticia tardó un año y ocho meses en llegar. Por el mes de junio, cuando Caleb tenía dos años, llegó una ya muy vieja Hedwig con una carta que decía que Hermione llevaba dos meses de embarazo y esperaban que su niño naciera a medios del próximo enero. Por lo pronto, la futura madre tenía que guardar reposo absoluto, pues su embarazo resultó ser altamente delicado.
"A la sanadora le pareció bastante extraño, pues según ella, todo en mi cuerpo está perfectamente, bien y lo mismo con el bebé; es sólo como si mi destino no fuera el estar embarazada. Tengo que estar en cama casi todo el día, pero vale la pena, después de tanto esperar.
De todas maneras, Harry está muy contento. Se puso como loco cuando nos dieron la noticia. Basta con decir que le dejó pasar a Padfoot el baño que le tocaba (lo cuál nunca hace, por que le encanta darle mal rato al pobre perro). No me deja mover un dedo, ni siquiera que haga hechizos convocadores, por que según él, requiere mucha energía. Entonces tengo que esperar a que él llegue para que me acerque un vaso de agua o un libro. Me siento totalmente inútil. Lo único bueno, es que tengo mucho tiempo para leer (demasiado)."
Leía la pelirroja.
¿Vamos a ir a ver a su bebé-le preguntó a su esposo- Después de todo ellos estuvieron aquí cuando nació Caleb. ¡No puedo esperar por que sea enero!
Pero no tuvo que hacerlo. Al mes de noviembre, la cabeza de George se asomó en su chimenea, diciendo que Hermione había sido internada de emergencia en San Mungo, con riesgo de perder al bebé. No esperó a que Draco terminara de presentar sus excusas en el trabajo o a avisar a la escuela de ella. Tomó a Caleb y se fue por medio de un traslador en el momento, con destino a Londres.
Del callejón Diagon viajó por chimenea a la madriguera, donde estaban su madre, Percy y George.
-Fred y tu padre están en el hospital con Harry -le explicó la mujer, con el rostro pálido y las manos sudorosas. Hasta George se veía agitado.
Regresaron al callejón Diagon, salieron al Londres muggles y en subterráneo, se dirigieron hacia la tienda que hacía de pantalla para el hospital mágico.
Al parecer, su familia ya había estado ahí antes de que ella llegara, puesto que al pasar apresuradamente por la recpeción, en vez de detenerse, su madre dijo algo tan rápido, que Ginny sólo alcanzó a entender: "venimosconlosPotteryaconocemoselcamino".
Anduvieron varios pasillos y llegaron a un corredor que estaba bastante silencioso y tranquilo. Mucho, para el gusto de los que ahí esperaban.
Tan pronto vió a Harry, Ginny le entregó a Caleb a su madre y se fue a hablar con él.
¿Qué pasó, Harry?
Con el rostro desencajado, la volteó a ver.
-No sabemos -pudo contestar al fin, en un hilo de voz- Se suponía que ya había pasado la etapa de riesgo. De todas maneras no hacía nada que requiriera mucho esfuerzo. Hace dos días, de repente, se empezó a sentir mal y se quejó de dolores en el vientre. La traje de inmediato, por que faltan dos meses. La sanadora dijo que si hubiera esperado más para traerla, no la cuenta. Aún así, ella y el bebé están en alto riesgo.
Hablaba de prisa y con muchos gestos de las manos. Se desacomodaba el cabello constantemente y se ponía y quitaba los lentes una y otra vez, para limpiarlos.
Después de eso, nadie habló mucho, sólo se saludaron. Ahí estaban también Arthur, Molly, Percy, Fred y George Weasley; Remus Lupin (de quien Ginny no había sabido nada en mucho tiempo) y los padres de Hermione.
De repente, algún sanador o enfermera salía de una de las pocas habitaciones, con la cabeza gacha y bastante callados. Otros salían con grandes sonrisas y las frentes sudorosas.
Como a las dos horas de que Ginny llegara ahí, la puerta frente a la que Harry estaba sentado, se abrió y Harry se levantó como impulsado por un resorte y se acercó rápidamente a la mujer que salía.
¿Alguna novedad-preguntó, ansioso.
La sanadora negó con la cabeza.
-Nada bueno. Seguimos tratando de estabilizarlas, pero tras más de treinta y seis horas, se van perdiendo las esperanzas, señor Potter -contestó. Apoyó una mano en el hombro de Harry y con tono triste, añadió- Esté preparado para lo peor, por que al principio era solo la creatura; ahora también la madre se debate entre la vida y la muerte.
La señora Weasley se abrazó a su esposo. Fred que cargaba al niño, cerró los ojos muy fuerte y George soltó un largo suspiro. Lupin se le quedó viendo a Harry, con la boca abierta. Draco llegaba en ese momento y no se pudo mover de donde estaba cuando escuchó eso. La madre de Hermione se soltó a llorar desesperadamente.
Contrario a lo que todos esperaban, Harry solo asintió y se fue a sentar de nuevo.
La sanadora echó a andar, escaleras abajo.
Notas:
Hola! Aquí tienen este capítulo, a ver qué les parece. Está dedicado casi todo a Draco y Ginny, que ya se lo merecían, depués de que el pasado fue completamente H/H; pero no deseperen los fans de esta pareja, que el siguiente vuelve a ser de ellos. Si me brinqué tanto tiempo, es por que no quería detenerme en donde no se necesita.
Tengo que comunicarles un par de cosas:
1- El próximo capítulo, muy probablemente, es el último de la primera parte de mi historia.
2- De ahora en adelante, los espacios de tiempo que me salte, van a ser enooormes, para después volverme a detener.
Quizá ya se imaginen mucho por donde va la cosa y espero que aún así les siga gustando, por que como lo dije antes: fue por esto por lo que empecé a escribir.
¿Recuerdan que les dije que la muerte de Ron no era el último sufrimiento que trajera Voldemort a la vida de Harry? Pues resulta que aunque el tipo ya está bien muerto y podrido, se las ingenió para seguir moliendo ahora que el pobre tipo empieza a ser feliz. Relacionen ustedes...
Como no contesté los reviews anteriores, los contesto ahorita mismo, ya, antes que después, en este instante.
Pipu-Radcilffe: Gracias por los cumplidos, hago lo que puedo. Como ves, Ginny y Draco se largaron, por que es necesario en mi historia.No te culpo por estar enamorada de Harry, no eres la única... Me rehusé aponer lo que pasa después, por que me hubiera tardado mucho más de lo que quiero y por que me iría por otro camino, así que tú imagínatelo, jajaja.
C'Nedra: Muchas gracias.Si Hermione se hubiera negado, esta no sería una historia H/H, que es lo que se supone que debe ser. Me parece gracioso que no te acostumbres a la pareja D/G, puesto que me he dado cuenta de que es la segunda pareja favorita del libro. Y mía también, por supuesto.
Nelly Esp: Desgraciadamente, como lo dije, Ginny se tiene que ir para que mi historia vaya como yo la quiero. Sé que faltan alghunas personas, pero la verdad es que yo no puedo manejar a tanto personaje; en especial a los que tiene una personalidad muy compleja. A mí tampoco me han gustado nunca los nombres muy comunes, así que en donde tengo oportunidad de escogerlos, me doy vuelo; lástima que no todos opinen igual...
flaka-potter: No cantes victoria! De mí no te liberas tan fácilmente (bueno, sí, solo dejas de leer, pero espero que no lo hagas). Mi historia sigue un poco más. En realidad que la boda me tomó un buen de esfuerzo. Respecto a los nombres, los nombres que sugieres son lindos, pero algo comunes. Necesito algo más fuera de lo normal, puesto que estamos hablando de magos y brujas. Aún sigo indecisa con eso.
Kirlatan: Siempre es un placer leer buenas historias y saber que hay personas que se toman la molestia de escribirlas. Gracias por todo lo que dices y sí voy a tratar de ir más rápido en las actualizaciones, por que odiaría dejar la historia abandonada.
Angely04: Gracias. Voy tan rápido como mi inspiración, mis manos, mis hermanos y mis trabajos me lo permiten. Sigue al pendiente.
arianapotter: Antes o después, lo que importa es que has dejado el review y ahora sé que lees y te gusta, lo cual me alegra. Respecto al nombre, lo repito: estamos hablando del mundo mágico, donde nada es común. Dejen de actuar como Dursleys! Sólo bormeo.
Lothus.Hiksa: Pues que bueno que hoy sí te aseguraste, gracias. Bien, eres parte del club: Vivan los nombres extraños! (risas).
fran16: Ahora me estoy dejando de preocupar cuantos reviews recibo, como lo dije, me alegran mucho los que recibo y se los agradezco. No puedo tener a un James en mi historia, pero de que va a haber Lily, la va a haber, lo juro.
CrisPotter: Te perdono, puedes dejar de sentirte avergonzada. Bueno, no, sólo bromeo. La verdad es que me alegra que me dejaras saber lo que piensas (en especial por que piensas que te gusta). Como lo dije: Voldemort está bien muerto, así que no va a volver, pero de alguna manera, hará que todos se aucerden de él, eso es seguro. No sé a donde se fueron ni qué hicieron después de la boda (bueno, sí sé, pero no lo puse). Así que mejor lo dejo a la imaginación de cada uno. Pero tomando en cuenta que Hermione está acostumbrada a lo mejor y Harry se lo puede dar...
Por cierto, he tenido problemas al subir los capítulos y por alguna razón, se traga algunos signos y guiones, espero que no les cause mucho problema, por que yo traté de arreglarlo y nada. Lo siento.
Eso es todo. Gracias a todos, de nuevo y espero que sigan leyendo, que ya voy a la mitad del siguiente capítulo. Hasta entonces.
P.D. Dejenme un review!
