Ya se saben el disclaimer.
REINICIO
De vuelta a la realidad.
En menos de lo que se pudieran dar cuenta, era el mes de junio. Ninniel casi se sorprendió un día al ver el calendario. La verdad es que no le importaba -mucho menos le emocionaba- saber lo rápido que pasaban los días. A estas alturas, el apartamento estaba repleto de fénix de papel hasta el último de los rincones. Unos eran pequeños y otros grandes, de diferentes colores, texturas y otros eran hechos incluso con recortes de fotografías mágicas, por lo que se veían moverse las imágenes cortadas por los dobleces. Setecientos veintidos, para ser precisos. Tal vez habría podido hacer más de mil hasta la fecha, porque en todos los ratos que estaba sola, se ponía a doblar uno tras otro y era muy hábil. Pero el momento que Caleb llegaba a casa, las piezas de papel multicolor quedaban totalmente olvidadas. O en otras ocasiones se sentía tan cansada que incluso levantarse de la cama le parecía imposible. En algún momento le pasaba por la cabeza el pensamiento de que el fin se acercaba, pero lo echaba fuera rápidamente, no sin antes decirse que si era cierto, por lo menos moriría siendo feliz.
Y no era mentira. En cinco meses, había descubierto lo que eran la felicidad y el amor infinitos. Al ver a su esposo sentía aquel vacío en el estómago y un calor repentino le recorría todo el cuerpo. Estaba segura de que él sentía lo mismo. Antes de conocerlo, ella estaba segura de que él era bastante reservado. No estaba equivocada, pero también resultaba ser tan cálido, alegre y cariñoso con ella.
Ella ponía su poca vida en eso: ese era un Caleb solo suyo, un Caleb que nadie más vería, un Caleb que no tenía atención para nadie más cuando ella estaba presente, un Caleb que era plenamente correspondido. Se lo decían todos -Mandy, Hazel, tía Ginny.
Sentada frente al escritorio, miraba hacia la derecha, en dirección a la ventana mientras trataba de pensar que más debía poner en la carta que estaba escribiendo. Se pasó la punta de la pluma por la ceja para luego volver la vista al pergamino. Agregó unas lineas más, dejó la pluma en el escritorio y dejó secar la tinta mientras leía de nuevo lo que ponía.
"Queridas Lily y Ethel:
Espero que no se vean muy presionadas con los estudios y exámenes. Bueno, eso es para Ninniel, por que yo sé que Ethel no se preocupa demasiado aunque este sea su último año.
Supe que Gryffindor ganó la copa de quidditch. Eso no hubiera ocurrido si yo hubiera seguido jugando en mi equipo, pero felicidades de todas maneras.
Yo no he hecho mucho estos últimos días, ya que Caleb está atorado en el trabajo con la próxima salida a la venta de la nueva escoba. Todo un suceso. Mandy me visita uno que otro día y yo ya me cansé de preguntar por qué huye de Caleb como si trajera la peste. Tía Ginny viene una vez a la semana y me lleva a cenar con ella y tío Draco y luego pasamos a visitar a mamá y papá antes de volver a casa. Se me rompió el corazón cuando supe de Padfoot, pero entiendo que un día de estos tenía que pasar. El pobre perro era más viejo que yo. Lo peor de todo es que Crookshanks se quedó solo.
Aunque no los conozcan en persona, creo que les va a emocionar saber que Mandy y Henry están comprometidos. Se casan en octubre.
Hazel nos dijo, la semana pasada que vino a cenar, que está saliendo con una tal Jill Gliatto. Bruja de padre muggle que trabaja como modelo para una empresa muy famosa en el mundo no-mágico. No voy a negar que estuve muy sorprendida al escuchar la noticia, por que Hazel había jurado, hasta el mes pasado, que él no pensaba envolverse en ningúna relación romántica hasta que fuera millonario.
Caleb me propuso el otro día irnos de vacaciones a Australia. Dice que extraña su país y que le encantaría mostrarme el lugar donde creció. Yo encantada.
Sin nada más que contar,
Ninniel.
P.D. Estoy esperando que termine el curso para que vengan a visitarme."
Enrolló el pergamino y lo dejó a un lado. Cuando Caleb llegara, se lo tendría que dar para que él lo llevara a la oficina de correo, ya que ellos no tenían lechuza. Caminó hacia la cocina para agarrar una galleta y al pasar por la mesita vio un montón de papelitos, pero los ignoró por que en ese momento no tenía ganas de hacer ni un fénix. Se sentó en el sillón tratando de no quedarse dormida. Era algo tarde y Caleb no tardaba en llegar. Como si lo hubiera invocado, sonó una llave entrar en la cerradura de la puerta y un segundo después Caleb estaba levantándola del sillón con un brazo alrededor de su cintura mientras con la otra mano le quitaba la galleta para darle un beso.
"Buenas noches a tí también" le dijo ella sonriendo cuando se separaron.
"¿Cómo estás?"
"Igual" se encogió de hombros "¿Qué tal el trabajo?"
Caleb dejó salir un largo suspiro antes de dejarse caer en el sillón y tumbarla a ella encima de él "Mal. No me dejaron asesinar a Hazel, con lo insoportable que se ha puesto con toda la presión del lanzamiento."
"Tú también estás presionado"
"Comparado a él, yo ando fresco como lechuga"
Ninniel se rió. En ese momento recordó la carta "Necesito que mañana te lleves una carta para Lily"
"Lo que tú quieras" le dijo él antes de darle otro beso. "¿Qué has pensado de Australia?"
"Me encantaría. Aunque no sé si es buena idea. Es un gasto muy grande y a mí no me afecta, pero tú vas a necesitar ese dinero después. Puedes ahorrar e invertirlo en otra cosa. O puedes dejarme a mí pagarlo."
"Gastar mi dinero en tí es la mejor inversión que puedo hacer. A los dos nos hacen falta esas vacaciones para olvidarnos por unos días de… de todo"
"Yo insisto en que me dejes pagarlas. Dentro de poco tiempo ese dinero a mí no me va a hacer falta. A tí en cambio, ahorrarlo te va a beneficiar para que empieces algo mejor cuando yo no esté" alegó con un tono un tanto triste.
"Para que tú no estés falta mucho y para entonces yo voy a tener el dinero de vuelta" le dijo tratando de animarla.
"Pues yo me niego a ir si no puedo pagar" le sanjó, dando a saber que no había manera de ganarle en esa.
Caleb suspiró en señal de rendición. Es que no había en el mundo alguien más terco "Como quieras" ella sonrió en señal de triunfo "¿Cuándo quieres irte?"
"En cuanto tengas algo de tiempo con tu trabajo" con la sonrisa aún más amplia, se recargó en él mientras él la rodeaba con sus brazos.
Estaba revolviendo los cajones, buscando la ropa apropiada para llevar a Australia, pero no tenía caso, no había nada. Lo mismo en los cajones de Caleb, que le había pedido que hiciera su equipaje. No había más remedio que comprar más ropa o no ir por falta de ella. En el momento que estaba por estampar el pié en el suelo con callado enfado, una lechuza en la ventana llamó su atención. Fue a quitarle la carta del pico y se tumbó en la cama para leerla. En el momento en que desenrolló el pergamino, se dio cuenta de que eran dos piezas. No le sorprendía que hubieran mandado cartas separadas, ya que seguro su hermana y su mejor amiga no se ponían de acuerdo en qué escribir en una carta (ni en niguna otra cosa).
La primera decía:
"Ninniel:
Tienes razón, no me estoy preocupando por los exámenes. No lo necesito, ya que tengo mi futuro asegurado como heredera multimillonaria comprometida con un muggle con más dinero aún. Como lo lees: no te había contado nada por que no era concreto, pero en la última salida a Hogsmeade, mi madre me citó a un restaurant donde me dio las nuevas. Se llama Jack Parrish y lo conozco desde hace mucho. No estoy enamorada de él, pero estoy segura de que algo va a surgir (así corren las cosas en mi familia, así se casaron mis padres). Es un compromiso a largo plazo, lo cual quiere decir que me voy a casar dentro de como un siglo.
El equipo está algo deprimido por que piensan que sin duda hubiera ganado la copa si tú hubieras jugado toda la temporada.
He visto algunas fotos de Gliatto, la modelo novia de Hazel y créeme que es una chica bonita.
No me queda mucho qué decir más que me alegro de que las cosas vayan bien contigo y que te la pases de maravilla en tu viaje a Australia.
Con cariño,
Ethel.
P.D. Felicitaciones a tus vecinos."
La puso a un lado y se dispuso leer la otra, la de Lily.
"Querida Nina:
Los exámenes no son tan pesados como los del año pasado, pero aún así me queda muy poco tiempo para otra cosa que no sea estudiar. En especial con Snape, que ahora que no estás en su casa favorita, disfruta hacerme la vida imposible.
Estoy esperando con ansias el lanzamiento de la escoba, por que corre el rumor de que va a ser la mejor desde la serie de las 'Saeta de fuego'. Tengo pensado pedirle dinero a papá para completar con mis ahorros y comprar la mía.
Dale mis felicitaciones a Mandy y Henry y diles que gracias a ellos he ganado la apuesta que tenía con Ethel (con lo que nos contabas, yo decía que estaban enamorados y Ethel decía que Henry era gay).
¿Lloraste cuando supiste de Padfoot? Yo sí, mucho. Por cierto¿no te da miedo? Por que te conozco Nina, y sé que esto te hace ver tu situación cada vez más real. O por lo menos así me pasa a mí. No quiero hacerte sentir mal o bajarte el ánimo, pero creo que necesitas hablar esto con alguien.
Aquí los trazos eran un poco cambiantes y había algunas letras borrosas, como si les hubieran caído gotas de agua.
Nina, yo no quiero que nada te pase. Si dependiera de mí, la maldición pesaría sore mí y no sobre tí. Los pasados siete meses han sido los peores de mi vida, solo por que me imagino lo que debes sentir. Si quieres desahogarte, yo estoy aquí para escucharte y te recomiendo que también hables con Caleb, que es la persona que tienes más cerca de tí.
Bueno, olvidemos las tristezas. He escuchado que Australia es un país precioso, espero que vayas y lo disfrutes mucho. Quisiera salir de vacaciones antes que se vayan para verte y pedirte un recuerdo.
Saludos a Caleb.
Con amor,
Lily."
Tras limpiarse un par de lágrimas, Ninniel se levantó de la cama y guardó las cartas en un cajón. Ya después las contestaría. Ahora tenía que hacer el equipaje. Cuando se volvió a la ropa que estaba tirada por todo el cuarto, recordó que no había equipaje por hacer por que no había ropa para el viaje. No le quedó otro remedio que sentarse y pensar en las cartas. Ethel estaba comprometida con quién-sabe-quién y Lily se iba a comprar una nueva escoba. Que bonito. Lanzó una mirada al cajón donde había puesto los pergaminos, como pidiéndole permiso para ponerse triste. Con un largo suspiro, dejó otra lágrima salir. Lily tenía razón. Saber que su perro había muerto la hacía sentir triste no sólo por que había crecido con él, sino por que la hacia pensar que su destino iba a ser el mismo dentro de poco tiempo. Hasta el momento, viviendo una vida tranquila, se daba la oportunidad de creer que su maldición había desaparecido y que tenía toda una vida por delante para vivir con Caleb. Pero cada día que pasaba le arrancaba un pedazo de ilusión. No sabía cuanto tiempo más iba a aguantar así.
Nuevamente, se limpió el rostro y se levantó, diciéndose a sí misma que había otras cosas que hacer que sentarse en su cama a llorar.
"Se te ve perfecto" dijo Caleb por enésima vez en el día.
"Así me has dicho con todo lo que me he probado" se quejó Ninniel cuando entraba de nuevo en el probador.
"Es que todo se te ve bien" respondió.
"Pero si te pido tu opinión es por que necesito ayuda para decidir. ¡Auch!"
Caleb oyó un sonido metálico y luego un golpe seco. Se levantó de un salto y en dos pasos llegó a la puerta del pequeño espacio donde Ninniel se estaba probando ropa "¿Estás bien?"
"Sí. Solo que este gancho se me cayó en un dedo y cuando me agaché a levantarlo me golpeé en la puerta" explicó. Un momento después salió con un montón de ropa. Caleb se la quitó de las manos y la llevaron a un mostrador. "Bien, me probé más ropa de la que me había probado en toda mi vida y no tengo idea de lo que voy a comprar" dijo Ninniel en un suspiro.
"Llévate éste, esté…" Caleb empezó a separar la ropa y al final llamó a la bruja que los había ayudado al principio para pagar. Ninniel no se quejó por que toda la ropa le había gustado y lo que le urgía era salir de ahí. Llevaban toda la mañana de compras y por primera vez en su vida, ya estaba harta. Caleb, por otro lado, parecía estar teniendo el mejor momento de su vida llevándola de una tienda a otra, haciendo que se probara esto y aquello y comprando en igual cantidad para él mismo. "¿Quieres comer algo antes de irnos a casa?" le preguntó.
"Sí. Tengo hambre"
"Vaya, eso sí que es nuevo" le dio un beso y la llevó dentro de un café. Comieron en silencio y luego de pagar la cuenta se dirigieron a una tiendita de donde viajaron por chimenea al lobby del edificio. Caleb cargó las cosas hasta la puerta y al pasar la puerta tiró las bolsas y cajas a un lado y se tumbó en un sillón. Ninniel fue por un vaso de agua y luego se le unió.
"¿Estás cansado?" le preguntó acariciándole la mano.
"Mucho. ¿Tú?"
"También. Todavía no entiendo por qué tuvimos que hacer todas las compras en un solo día" se quejó. Terminó lo que quedaba de agua en su vaso y con la varita lo envió a la cocina.
"Por que es el primer fin de semana libre que tengo en dos meses y mañana me quiero quedar todo el día en la cama contigo para volver a trabajar el lunes y dejar todo listo durante la semana para irnos el próximo viernes" le explicó, terminando con un beso.
"Oh" fue la respuesta de Ninniel. Rodeó la cara de Caleb con sus manos y lo empezó a besar un poco más profundamente "Así que nos vamos a pasar todo el día de mañana en la cama…" deslizó una mano hacia su pecho y desabrochó un botón de su camisa.
"Nunca dije que teníamos que hacer algo" le dijo entre besos. Ninniel paró con lo que estaba haciendo "pero tampoco dije que la idea me disgustara" agregó y la besó de nuevo. "Yo pensé que estabas cansada"
"Cambié de opinión" lo hizo ponerse de pié y lo guió a la habitación.
"¿Estás dormida?" le preguntó.
"Sí" le respondió sin abrir los ojos.
"No es cierto" le dijo antes de darle un beso en los labios que ella le respondió.
"Sí" repitió con los ojos aún cerrados.
"Entonces me voy a salir a dar un paseo y vuelvo cuando estés despierta" le dijo. Hizo como si se iba a salir de la cama y ella lo jaló para no dejarlo ir.
"Creí que te querías quedar todo el día en la cama"
"Creí que las personas dormidas no hablaban"
"Estoy muy cansada para despertar completamente. No me quiero levantar" se quejó.
"No tienes que levantarte" la jaló junto a él y la rodeó con sus brazos. No pudo evitar preocuparse un poco. Cada vez eran más frecuentes las mañanas en las que no se podia levantar de la cama "¿Quieres desayunar algo?"
"No ¿Y tú?"
"Tengo un poco de hambre, pero puedo esperar hasta que tú quieras acompañarme."
Unos minutos después Ninniel se quedó dormida de nuevo y no despertó hasta después de las dos de la tarde. Caleb no estaba en la cama. "¿Caleb?" lo llamó con voz débil.
Oyó pasos venir desde la cocina y Caleb apareció en la puerta "Ya estás despierta" le sonrió desde ahí.
"Caleb, no me siento bien"
Caleb frunció el entrecejo y se le acercó "¿Qué te pasa?"
"No sé. Es como los días que no me puedo levantar, pero a la vez diferente. Tengo mucho frío."
A Caleb no le asustaron tanto sus palabras, sino la voz débil con la que hablaba. Entonces notó como estaba más pálida que nunca y su cuerpo temblaba casi imperceptiblemente. Estiró una mano para tocarle la frente y la retiró inmediatamente al darse cuenta de casi no había calor en su cuerpo "Tengo que llevarte a San Mungo." Se vistió rápidamente y buscó ropa para ella. Le ayudó a vestirse y corrió por su varita y por el saquito de piel donde guardaba su dinero. Con Ninniel en brazos abrió la puerta del apartamento a duras penas y bajó las escaleras para luego via jar por chimenea a San Mungo.
Al llegar, la puso en un silla mientras él iba al mostrador a preguntar por el sanador que había diagnosticado a Ninniel. Cuando le aseguraron que el sanador estaría con ellos en unos minutos, se fue a sentar a un lado de ella "¿Cómo sigues?"
"Igual que hace cinco minutos" le respondió y se recargó en su hombro. Caleb trató de sumprimir un escalofrío al sentir su cuerpo helado.
"Buenas tardes" se le acercó el sanador que de inmediato reconoció a Ninniel "¿Porblemas?"
"Espero que no" Caleb tomó de la mano a Ninniel e hizo que se pusiera de pié.
"¿Qué le pasa?" preguntó con el mismo tono que preguntaría la hora, como si la chica no estuviera blanca como papel. Antes de dejarlos contestar, ordenó que arreglaran una habitación. Ninniel se quedó dentro mientras el sanador y Caleb hablaban en voz baja en el pasillo "Si tienen más familiares a los cuales informarles, le recomiendo que lo haga cuanto antes. A su esposa no le queda mucho tiempo" le dijo el sanador antes de entrar de nuevo a la habitació para darle un montón de pociones y dejarlo a él mirando la puerta en silencio.
Bueno, este con este termino de subir los capítulos de hoy. Creo que me falta uno y este cuento se acaba.
Al que le interese: estuve perdida por meses por que trabajaba los siete días de la semana, no tenía descanso y llegaba a mi casa con ganas de morirme. Luego mi madre adorada decidió cambiarse de departamento y tuvimos que hacer gastos fuertes y yo me quedé sin internet. Eso y un bloqueo terrible, seguido de la salida del sexto libro, me habían impedido subir los capítulos.
Se darán cuenta de que tuve que cambiar el formato en el que estaba escribiendo, por que el document manager me quitaba varios signos (y lo sigue haciendo). Si les resulta un poco difícil leer, les pido disculpas, pero les juro que no es mi culpa.
En fin. A quienes están leyendo, muchas gracias y les prometo que pronto voy a subir el siguiente capítulo. Una vez más, les ruego un review, que me hace senitr apreciada.
Hasta la próxima.
