Disclaimer: Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, únicamente los tomo prestados para realizar esta historia.
Se trata de una historia yaoi (amor entre varones) Si usted lector se siente ofendido por este tipo de lectura, evitese el disgusto y no entre.
Capitulo 1
Desde hace aproximadamente un año Ikki y
Hyoga vivían como pareja. Al
principio todo era miel
sobre hojuelas, sin embargo en los últimos meses el
carácter
de Ikki ha ido cambiando y tal parece que nada de lo que hace Hyoga
le agrada, aunque el santo de Cignus se empeña en hacer lo
mejor para que la
relación funcione.
Desdichadamente,
esta situación ha provocado en Hyoga una gran confusión
y
dentro de la misma el ruso se siente sumamente triste, solo y
desorientado,
por lo que ha buscado el consejo y la amistad de
Shiriu, lo que a la larga
va a resultar en malos entendidos entre
Hyoga e Ikki.
Esa mañana, para variar, tuvieron una pelea.
"¿Qué es esto?"
"Es tu desayuno ¿No te gusta?"
"¿Cómo va a
gustarme, en principio esta frió, los huevos tienen demasiado
aceite y porque me serviste café en lugar de jugo?"
"Lo
siento Ikki, es que se me hizo un poco tarde para irme al trabajo y
lo
preparé a la carrera"
"Pues para la próxima
vez mejor no prepares nada, dijo Ikki molesto y se
levantó
de la mesa sin siquiera haber probado un bocado. - Me voy a
trabajar."
Después que hubo salido, Hyoga,
todavía sorprendido por la actitud de Ikki
se sentó
en una silla del comedor, se cubrió su bello rostro con las
manos y
comenzó a llorar.
"¿Qué es
lo que estoy haciendo mal? Trato de que Ikki esté
contento pero no
le doy gusto con nada."
Entonces
escucho el reloj que marcaba las 8.00 a.m. y se dio cuenta de que
se
estaba haciendo tarde para irse a trabajar.
"Genial, ahora
además de todo voy a llegar tarde y seguramente me van a
regresa."
Salió corriendo todavía
con los signos del llanto en sus ojos. En el
camino se
encontró con Shiriu que también se dirigía a su
trabajo, pero
éste, entraba más tarde por lo que
iba caminando sin mayor preocupación.
Al divisar a
Hyoga que esperaba en la parada del autobús se apresuró
a
alcanzarlo
"Hola Hyoga ¿Cómo est... ¿te sucede algo?"
"No, porque lo dices, dijo el rubio nervioso"
"Bueno, al parecer estuviste llorando"
"No,
no es nada. Hay el autobús ya se ha tardado.
Definitivamente me van a
regresar", dijo Hyoga tratando de
cambiar la conversación
"Bueno, si te van a regresar,
mejor no vayas. Te invito un café ¿Ya
desayunaste?"
"En realidad no" dijo apenado, y era verdad, pues después de la escena de la mañana, no había podido pasar bocado.
"Entonces vamos"
"Pero..."
"Ningún pero, vamos.
Y diciendo esto lo tomo de la mano hasta llegar a un
pequeño
café de chinos."
"El lugar no es muy bonito, dijo Shiriu, pero la comida es excelente."
"Gracias"
"¿Qué deseas pedir?"
"No estoy seguro"
"Entonces voy a pedir por ti ¿esta bien?"
"Si"
"Por favor dos número 2 con café con leche"
En seguida, dijo el mesero con cara de oriental.
"Ahora si. Dime pequeño ¿Qué sucedió?"
"No
fue nada especial es que no sé que le sucede a Ikki,
últimamente no puedo
complacerlo con nada."
"Dime Hyoga ¿has hablado con él sobre esto?"
"He
tratado, pero siempre que intento hablar con él cambia la
conversación.
En realidad creo que ya no le interesa
y tal vez ya no quiere vivir conmigo
y..y... (nuevamente
las lagrimas amenazaban con inundar los bellos ojos azules
de
Hyoga)"
"Tranquilízate, dijo Shiriu apretando su
mano. Ahí viene la comida. Vamos a
desayunar y
después me acabas de contar."
Al salir del restaurante Hyoga se encontraba más tranquilo
"Muchas
gracias Shiriu, estuvo delicioso en verdad, y ya me siento
mejor.
Oye ¿no tenías que ir a
trabajar?"
"Bah, no te preocupes, por un día que
falta no se va a ir a la quiebra la
compañía.
Que quieres hacer"
"En realidad no lo sé"
"¿Por
qué no vamos a mi casa, ahí podremos platicar más
tranquilo, dijo, si
quieres."
"Si, creo que es lo
mejor, en realidad siento que necesito hablar con
alguien
porque ya no puedo más."
Después de caminar
algunas cuadras llegaron al departamento de Shiriu. Era
un
lugar pequeño pero acogedor, decorado de una manera muy
sobria, bien
ordenado y limpio.
"Ponte cómodo. ¿Deseas beber algo?"
"No gracias, estoy bien"
"Bien, dijo Shiriu y se sentó al lado de Hyoga. Cuéntame pequeño"
Hyoga tomó aire para darse ánimo y poder contarle a Shiriu como se sentía.
"No sé que pasa. Desde hace
algún tiempo Ikki ha cambiado mucho, se molesta por todo y me
hace sentir como un bueno para nada y eso me lastima mucho. Yo lo
quiero y deseo
arreglar la situación, hablar con él,
saber qué esta sucediendo, pero como
te dije, cuando trato
de abordar el tema él cambia la conversación o
simplemente me deja con la palabra en la boca y se da la media
vuelta."
"Dime Hyoga ¿crees que Ikki te esté engañando?"
"¿Engañando? No, no sería capaz"
"¿Estas seguro?"
"Creo que si"
"Piénsalo, la situación es bastante extraña"
"Es cierto, pero Ikki nos sería
capaz de hacerme esto. Shiriu, estoy
desesperado no sé
que hacer. Ayúdame."
Y diciendo esto se abrazó
del dragón y comenzó a llorar. Shiriu acariciaba
el cabello de Hyoga mientras lo sostenía con sus fuertes
brazos. Desde hacía
mucho tiempo estaba enamorada de
Hyoga, pero al conocer la preferencia del
ruso por el fénix,
había decidido hacerse a un lado para que el cisne
pudiera
ser feliz con la persona que había escogido.
Mientras
pensaba en todas las veces que estuvo a punto de confesarle su
amor,
se dio cuenta de que Hyoga se había quedado dormido.
" Mi
pequeño Hyoga ¿Cómo es posible que el imbécil
de Ikki no aprecie todo lo
que vales? Yo quisiera hacerte
feliz, pero sé que no me amas, así que voy a
hacer
lo posible por ayudarte, porque lo único que deseo es que seas
feliz. "
Tomo a Hyoga en sus brazos y con mucho cuidado
lo llevó a su habitación, lo
recostó en su
cama, lo arropó y salió, no sin antes contemplar el
bello
rostro y esbozar una sonrisa.
Salió con
cuidado de no hacer ruido y se dirigió a la sala. Tomó
el
teléfono y marcó un número.
"Si,
habla Shiriu. Necesito hablar contigo. Urgente. No
ahora no puedo.
Si, esta bien, te veo ahí a las
8.00. Adiós."
Colgó el teléfono y
se asomo a la habitación. Hyoga todavía no
despertaba,
así que se fue a la cocina para preparar algo
de comer. Ese día se iba a
esmerar en prepara algo
delicioso, pues nunca antes Hyoga había comido en su
casa
y quería darle una sorpresa.
