Capítulo 2.
Después de la llamada Shiriu se dirigió a la habitación. Hyoga todavía dormía y parecía un ángel.
"Hyoga" llamó dulcemente. "Despierta pequeño"
"humm" ¿Qué pasa?
"No quisiera que tengas más problemas con Ikki por mi culpa. Tal vez sea hora de que te vayas"
"Qué hora es Shiriu"
"Van a ser las 2.00"
Hyoga se levantó de un salto y toda la modorra que tenía desapareció al instante
"¡Es tardísimo!"
"Lo siento, debí haberte llamado antes"
"No es tu culpa, la verdad es que estos últimos día no he dormido bien por estar pensando en Ikki. Estaba cansado"
"Shiriu sonrió y acarició el rostro de Hyoga con el dorso de la mano"
"Me apena tu situación y quisiera ayudarte"
"Ya lo has hecho escuchándome. Tengo que irme"
"Hyoga"
"¿si?
"Si alguna vez necesitas ayuda, o un lugar donde quedarte..."
"No te preocupes Shiriu, las cosas van a arreglarse"
"De todas formas, ya sabes que cuentas conmigo"
"Si, lo sé. Gracias amigo"
Después de eso Hyoga se retiro. Afortunadamente su casa no quedaba muy lejos, así que llegó en pocos minutos y cual fue su sorpresa al encontrar a Ikki"
"Ikki ¿Qué haces aquí tan temprano?
"¿Dónde estuviste todo el día pato, llamé a tu trabajo y me dijeron que no habías ido, llame a la casa y tampoco estabas. Estaba muy preocupado"
Ikki se acercó a Hyoga y lo abrazó. Hyoga respondió al abrazo con todo su corazón. Hacía mucho tiempo que Ikki no se mostraba afectuoso con él, además de que se había preocupado porque no sabía donde estaba, y de la manera más inocente le contesto.
"Estuve en el departamento de Shiriu"
Ikki se apartó bruscamente
"¿Qué demonios hacías en el departamento de esa lagartija?"
"Es que se me hizo tarde y lo encontré en la parada del bus, me invitó a desayunar y luego fuimos a su departamento para conversar"
"Si, ya me imagino la conversación que tuvieron" Dijo casi gritando y echando chispas por los ojos
"¿Qué es lo que te estas imaginando" Hyoga comenzaba a molestarse también
"Bah, no vale la pena ni siquiera molestarse por eso" Ikki se dio la vuelta y se dirigía hacia la puerta.
"¿a dónde vas?"
"No es de tu incumbencia pato"
"Por supuesto que si"
Sin responde Ikki tomó su chamarra y nuevamente se dirigió a la puerta.
"Ikki, yo te amo, pero esta situación ya me está cansando. ¿Por qué no me dices lo que te sucede? Tu no eres así, yo sé que también me amas pero no puedo comprender tu actitud y me lastimas"
"No tengo tiempo de hablar ahora. Tengo un compromiso"
"¿Un compromiso? ¿Con quien?
"Ya te dije que no es de tu incumbencia" Y diciendo esto salió de la casa dando un portazo y dejando a Hyoga mas confundido y triste que nunca.
"Tal vez Shiriu tiene razón", pensó "Pero no puedo creer que me engañe. Tengo que aclarar esto, pero no sé como hacerlo"
Se quedo toda la tarde pensando sin llegar a encontrar ninguna solución. Repasó mentalmente los sucesos de los últimos meses, y por mas que pensó no pudo encontrar ningún detalle que indicara porque Ikki había cambiado tanto. Las horas pasaban e Ikki no regresaba. Su desesperación y celos que antes no había conocido iban en aumento. Al final tomó el teléfono y marco un número...
"Habla Shiriu, ahora no me encuentro, deja un mensaje después del tono y me reportare lo antes posible...biiiiiiiip."
Colgó sin dejar ningún mensaje. Estaba cansado y con dolor de cabeza, así que fue a acostarse y al poco rato se durmió.
Eran las 8.00 pm y Shiriu entró en el santuario"
"Hola, gracias por recibirme"
"No hay problema ¿qué puedo hacer por ti?
"Necesito un favor. Necesito que vigiles a Ikki un par de días y me informes lo que hace cada momento, con quien se encuentra, en donde, etc"
"¿Al fénix? Va a ser algo difícil, pero trataré de hacerlo"
"Gracias por no preguntar nada"
"No te preocupes, para eso son los amigos"
"Otra cosa. No quisiera que nadie se entere"
"No hay problema, yo me encargaré"
"Gracias. Ya tengo que irme"
"Entonces te veo en un par de días para informarte"
"Si, pero si notaras algo extraño o que te pareciera urgente, entonces llámame de inmediato"
"Esta bien"
"Adiós"
Al amanecer Hyoga se dio cuenta de que Ikki no había venido a dormir. Fue la gota que derramó el vaso.
"Esta bien Ikki, si así lo quieres, así va a ser" pensó Hyoga. Con el corazón encogido por el dolor de la decisión que había tomado recogió rápidamente todas sus cosas y llamó a Shiriu..
"-Hola habla Shiriu"
"-Shiriu, soy Hyoga"
"- Hola Hyoga ¿Te encuentras bien?"
"-En realidad no...quisiera saber si puedo quedarme unos días contigo"
"-Si, no hay problema. ¿Quieres que vaya a recogerte?"
"-No es necesario. Estaré ahí en unos minutos"
"-Esta bien. Te espero"
En cuanto colgó tomó una hoja de papel y escribió una carta. Después salió y se dirigió a casa de Shiriu.
A los pocos minutos Ikki llegó a su casa.
"HYOGA"
No hubo respuesta
"Qué raro ¿dónde se habrá metido ese pato. ¿Seguirá dormido?"
Subió a su habitación y lo primero que vio al entrar fue la mitad del closet completamente vació. Comenzó a revisar los cajones de Hyoga y no encontró rastro de su ropa. Poco a poco la desesperación se iba apoderando de el. De pronto se fijo que sobre el buró de su lado de la cama había una hoja de papel doblada a la mitad. La tomo y comenzó a leer:
"Ikki: Durante los últimos días he intentado hablar contigo sobre lo que te sucede, pero veo con tristeza que no tienes ningún interés por aclarar las cosas. Quiero ayudarte pero me excluyes y no dejas que me acerque. ¿Qué te esta sucediendo? Tu mejor que nadie sabes cuánto te amo, pero no puedo permitir que me sigas lastimando de esta manera. Te dejo para que aclares tus ideas y puedas tomar una decisión libremente y sin presiones de ningún tipo. Si amas a alguien más, espero que te sepa hacer feliz, aunque sé que nunca nadie va a amarte como yo lo hago. Hyoga"
Algunas letras se no estaban claras, pues se veía que durante su escritura Hyoga había estado llorando. Fénix arrugó la carta y la lanzó al suelo. Se tomó la cabeza con las manos y apretó los ojos con fuerza. No permitiría que las lagrimas asomaran a sus ojos.
