Pues este es otro capítulo narrado también por Kagome -o-

Capítulo 2: Las alas del ángel se han roto

Frase que va bien en el capítulo: No puedo esconder este inmenso dolor, yo siempre te amaré...

Me despierto y veo como esa luz traspasa mi ventana, luz del sol, ¿por qué no puede esta luz iluminar mi corazón herido? ¿Es que acaso está tan oscuro que es imposible que haya luz? No lo entiendo... Si la luz del sol sirve para iluminar las calles, si la luz de una lámpara ilumina una habitación, si la luz de una farola ilumina las calles oscuras, ¿Qué luz ilumina mi oscuro dolor?

.-Kagome... –es Hime que se acaba de vestir con un vestido de cuando yo era pequeña, como mi madre siempre guarda las cosas de recuerdo pues ahora irá bien- N-N-o E-Esté-és Tr-is-t-t-t-e-... –le costaba mucho empezar a volver a hablar pero hacia lo que podía, si, quizás ella me daba ánimos para seguir adelante, antes de que mi corazón se rompa del todo-

.-Oye Hime, ¿qué quieres hacer hoy?

.-Q-Qui-e-er-ro ju-ug-gar c-co-n S-Sh-ip-po

.-Pero... -¿Como explicarle que ya no podía volver a ese mundo? Hime era demasiado pequeña para comprenderlo- ¿De verdad quieres ir? –ella solo asintió con la cabeza- Bueno... –Además tenia que devolver los fragmentos de la joya que tenía y cuando los devuelva ya nada me unirá a ellos... – Está bien... –le dije con una sonrisa forzada-

Hime solo me cogió de la mano a la hora de irnos, me cogía fuertemente, como si presintiera algo doloroso de detrás del pozo. Al llegar nos encontramos con un Shippou triste, que al verme salta en mis brazos y cambia su expresión por otra de alegría.

.-¡Que bien! ¡Kagome has vuelto! –dijo gritando para que todos lo oyeran, a su voz, llegaron Sango y Miroku, siempre juntos ellos, en verdad les tengo un poco de envidia... Pero bueno... Así es la vida...- ¡Mirad es Kagome! –gritaba de emoción el pequeño-

.-¡Kagome amiga! –me dijo Sango a la vez que me abrazaba y Miroku... Bueno conocemos a Miroku... Así que se ganó un buen golpe de Sango-

.-¡Bienvenida! –me dijo después de estar recuperado-

.-Gracias. –les sonreí tristemente a la vez que les acercaba los fragmentos de la joya, pero al parecer no entendían lo que les quería decir-

.-¿Qué quieres decir?

.-No quiero volver a esta época. –y se los entregué a Sango, pero ella solo me cogió la mano y los volvió a depositar en ella-

.-Eso se lo tendrás que decir a otra persona. –y junto con Miroku y Shippo se alejó-

.-Pero... –de repente me di cuenta de que Hime se había ido de mi lado- ¡Hime! ¡Hime! –empecé a gritarla, pero al no haber respuesta empecé a buscarla- ¡Hime!

.-¡Estoy aquí! –me dijo, la vi en un gran campo de flores, se ve tan inocente. Me recuerda mucho a... a mi...- ¡Kagome! –me saludaba con la mano para que viniera a su lado me acerqué y ella solo puso la mano sobre una flor- ¿Te gustan las flores?

.-¿Qué si me gustan...? Pues... Mmmmm, creo que sí. ¿A ti tamb...? –me callé al ver la triste expresión de la pequeña-

.-Yo las odio. –y con su mano la arrancó y la destrozó-

.-¿Hime? -¿Qué le pasaba? Hime no era así... Ella era inocente y buena con los seres de su alrededor... O eso creía saber...-

.-Las flores... Las flores son bonitas. Pero... –recogió un pétalo y me lo entregó en la mano, poco después el gran paisaje de flores que nos envolvía se oscurecía y las flores se marchitaron como si fuera pura magia, menos el pétalo de mi mano, ella solo se rió y después puso una cara triste- No sirven para conversar... Por eso no deberían existir, si solo son decorativas son inútiles... –me quedé sin palabras, y por un segundo volví a recordar una sensación angustiosa en mi corazón.- ¿Te gusta? –no comprendí sus palabras- ¿No te gusta más este paisaje? –y volvió a reír de nuevo maliciosamente, no puedo creer lo que veo ni lo que oigo... Pero mis pensamientos desaparecen cuando alguien se acercó a nosotras-

.-¿Eres tu Kagome? –me dice una voz tan conocida para mí, pero era la última persona que deseaba ver-

.-Inuyasha... –recordé la escena de la otra vez, moví la cabeza para los lados, intentando quitármela de la cabeza, pero... ¡¿Por qué no desaparece!- ¿Es que acaso no me reconoces? –le dije sarcásticamente, quiero olvidarme de él... ¡No quiero sufrir!

.-Yo... -¿Se intentaba disculpar? ¡No quiero una disculpa! ¿Por qué no me comprendes?- Escucha Kagome...

.-No... ¡¿Para que has venido! ¡Vete de una vez! –le gritó Hime, en verdad, estaba cambiando muchísimo- Vete con esa persona a la amas o dices amar. ¡Aquí no se te ha perdido nada! –pero él solo la miró con sus ojos tristes color miel y me miró a mí-

.-¿Puedo hablar contigo? –miró a Hime- A solas... Por favor... –me cogió de la mano, pero yo acto seguido le empujé para que me soltara y el lo hizo. ¿Tan poco insistes en acogerme de la mano? Con Kikyo hubiera sido diferente...-

.-Inuyasha... –miré mi mano y vi los fragmentos, sin pensármelo dos veces los deposité en su mano fuertemente. ¡No quiero sufrir!- No hay más que hablar... –dije fríamente y corrí los más lejos que pude, hasta llegar a un tranquilo lago...-

Este lago... Lo reconocí enseguida. En este lago siempre venía después de ver escenitas entre Inuyasha y Kikyo, siempre que venía aquí me tranquilizaba tanto y de alguna manera las pequeñas piedras que tiraba al río se llevaban mis preocupaciones y mis angustias. Siempre había querido a Inuyasha y por esa razón ahora no podía hacer que desapareciera de su mente. Conocí este lago hace tiempo...

Flash Back

Corría lo más rápido que mi cuerpo me permitía. No soportaba esa imagen, las dos siluetas abrazandose y besándose. ¡No! Basta... Basta... Sin darme cuenta del pequeño barranco que había me caí y fui a parar delante de un bello lago...

.-Tengo que volver... Seguramente estarán preocupados por mí... ¿Por mí? –recordé imágenes de Sango y Miroku juntos y después imágenes de Kikyo e Inuyasha- ¿Quién se preocupa por mí? Yo no tengo lugar en esos amores...

Miré ese lago y me empecé a tranquilizar... Desde ese día venía siempre ahí...

Fin del flash back

Pero esta vez no podía hacer que mi tristeza desapareciera.

.-¡Odio este dolor! ¡Es por tu culpa! –le grité al lago, sin que el pobre tuviera la culpa, entonces oí los pasos de alguien cerca de mí, pero yo ya sabía que eran de Hime.-

.-¿Otra vez sufriendo?

.-¿Mmmm, siempre he sufrido... Pero esta vez... –apreté los puños casi tanto que creía que se iban a cortar con mis uñas- ¡Esta vez es mucho más doloroso! –y caí de rodillas, sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas, no podía evitarlo. Hime solo se puso delante de mí y me miraba con cara de seria, como si lo viera todos los días. Bajé mi mirada hacia el suelo-

.-No puedes dejar de sufrir. Por que siempre sufrirás por culpa de tu amor.

.-¿Hime como es que tú...? -¿Por qué me dice esas cosas? No lo entiendo...-

.-Yo soy tu. Tu me has creado a partir de tu dolor. –y se puso a reír-

.-¿Hime?

.-Yo se lo que sientes, lo que necesitas, lo que odias y lo que quieres. Se que te gusta mostrar tu parte dulce a la gente, se que odias no poder separarlos, se que odias las mentiras, lo se todo de ti. –yo solo la escuchaba y miraba al suelo, por una parte creía que todo era mentira, pero... yo sabía que tenía parte de verdad-

.-¿Pero porque lo sabes?

.-Ya te lo he dicho... –de repente vi una mano pálida y estaba envuelta por una luz entre blanca y rosada, levanté la vista y en lugar de Hime vi...-

A una chica de mi estatura, de cabellos largos hasta los pies, eran plateados pero diferentes a los de Inuyasha, los de la chica eran más blancos, los llevaba con dos moños en la cabeza y de cada ellos salían dos largos mechones que iban a parar al suelo, vestía con una ropa muy blanca y sus ojos eran negros y contrarrestaban la pureza de sus cabellos y ropas.

.-Como cambias... –era lo único que me salía, no podía decirle nada más. Ella solo rió y me puso un dedo en la frente-

.-Te presto mi fuerza, para cumplir tu deseo...

Lo último que puedo recordar era su risa, una imagen borrosa y unas palabras que morían en mis labios "Inuyasha".

CONTINUARÁ

Pues este capítulo es mas corto... Que se le va a hacer... ¿Os va gustando? Espero k si. Muchas gracias por los reviews recibidos . ¡¡Y enviadme muchos más para saber vuestra opinión!

Atte.

Mina